Voy a hacer un poco de abogado del Diablo, pero creo que lo que se critica, con mayor o menos finura, es el fundamentalismo ecológico que se está implantando en cuestión de meses, cuando la realidad es que los principales países más contaminantes del mundo como EEUU, Rusia y China ya han dicho que los acuerdos a los que se lleguen en estas cumbres no les vinculan y van a hacer lo que quieran. Es decir, se convierte en anatema siquiera plantear una duda hacia las posturas hegemónicas pero ni se menciona que ninguna de las medidas propuestas va a tener el más mínimo impacto sobre el cambio climático.
Se está creando ante nuestras narices una nueva industria en la que verter millones y millones de euros sin ningún resultado palpable y encima parece que no se puede ni criticar.