Planificas toda una vida, para al final tener que vivir otra por pelotas.
Salvo que mueras joven y con mucha salud en plena naturaleza, también hay que pensar en el gran declive final que da la vida a los que sobreviven lo suficiente.
Ojo, que para gente joven con muchos años por delante, puede ser una vida de verdad, y no una vida de humillaciones, impuestos, pagar hasta por respirar y dejarse la piel en un trabajo, que normalmente no es lo que te gusta hacer y casi siempre expuesto a un "o rindes un 125% o puerta".
Pero en la recta final, bueno la cuesta abajo final, que a unos les empieza a llegar a los 55 y a otros a los 70...
Olvídate de doblar el lomo para sacar las patatas. No cuentes con poder subir y bajar las escaleras de tu bonita casa rural de dos plantas (muchísimas).
Ya no te hará gracia que "el Súper" más cercano en el que no comprabas un pimiento y ahora es tu fuente de alimento esté a 20 kilómetros o más y puede que con pista sin asfaltar.
Y ese ambulatorio que no pisaste ni para las banderillas, ahora es el hilo conductor entre la vida y la medio vida achacosa. ¿ A cuántos kilómetros dices que queda?.
¿Y el hospital más cercano?. ¿Aún te gira el cuello lo suficiente para mirar el retrovisor?. No te preocupes, llama al 112, mándale tus coordenadas GPS, y puede que en cuatro horitas de nada la ambulancia te haya encontrado.
Que frutada, el sistema de autoabastecimiento energético ha petado y hay que cambiar los paneles solares. ¿ Puedes todavía subir al tejado sin romperte la crisma?. Ni siquiera tienes a tu mujer e hijos para vigilar si te caes, que se hartaron de tanta naturaleza y se volvieron a la gran urbe.
También es una macho cabríoada que a los políticos no les gustase tanto cambio hacia la España despoblada. Ahora tu IBI simbólico, se ha convertido en un IBI de luxe, que para eso tienes aire puro y pagas pocos impuestos...
No digamos que hay que llevarte el agua y la luz al quinto shishi, te cobraremos por metro de tubería y metro de cable desde la población grande más cercana hasta tu casa de campo. Faltaría más...
Un poco exagerado que es uno, pero hay una verdad innegable. Con el tiempo, tu auténtica felicidad será tener a mano un matasanos, una farmacia, un hospital, una casa de una planta, un supermercado, una gran superficie comercial, una cafetería...
Incluso otro ser humano con el que intercambiar algún monosílabo.
Eso sí, el que aún tenga tiempo por delante, salud y ganas... Es una vida para vivirla, no para sufrirla, que es lo que hacemos muchas veces. Está claro. Hay alternativas.
Dicen que hay que vivir en el presente estricto, que es la forma de ser feliz, pero yo creo que conviene mirar el horizonte de vez en cuando.
Suerte a los valientes y osados!!!.
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