Ser funcionario no es tan bonito como lo pintan

Una po... como una olla. Aunque una parte de razón tiene, pero no es pa tanto.

El funcionario usa su tiempo pagado para planificarse vacaciones, hoteles, visitas, rutas. Se evade continuamente pensando en lo que hará en su doble vida. Al ratito tomar café. Muchos están pensando en negocietes que tienen fuera, repasarse el idealista para comprarse inmuebles. Charla con los compañeros, con los del piso de abajo, los del de arriba. Se informa de chanchullos y habladurías. Usa la red de recomendaciones de los compañeros, cual tripadvisor avanzado.

Los más desfaenados se dedican a leer sobre sus hobbies u otros intereses.

Hastío vital solo lo tienen los muy grises. Y lo tendrían casi en cualquier trabajo.

Las horas de trabajo sirven para organizar la vida privada, la agenda, pensar en esto, en lo otro...

Es el puñetero paraiso. No para una mente inquieta y emprendedora, pero sí para la mediana de la gente.
 
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Última edición:
A la persona que escribió eso, se le olvidó poner los terribles juegos, el moobing, las traiciones, jugadas personales, y demás frutadas que vive el funcionaraio DIA A DIA, cuando todos los de alrededor no tienen nada que hacer.
Cuando el diablo no tiene qué hacer, con el regazo mata moscas.

Y no, no defiendo a funcionarios, ni estoy en modo irónico. Lo he visto.
¿Pedir excedencia y mantener el cargo para que? Los que conozco no vuelven ni locos.
Caramelito envenenado. Tener compañeros en este país, compitiendo por quien curra menos, da mucho juego de maldad.
 
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