En el comunismo clásico los rendimientos de la actividad económica eran 100% estatales, y fue un desastre. En el capitalismo clásico, 100% privados, y también. En la socialdemocracia clásica era 60-70% privados y 30-40% estatales, y más o menos la cosa funcionó unos años. El problema es que desde la política se va incrementando progresivamente la porción pública de los rendimientos generados por la actividad privada, explorando el punto en el que sucederá de nuevo el “desastre comunista” , y ahora mismo la parte estatal es bastante superior al 50%, lo cual quiere decir que el estado es ya tu socio mayoritario sobre tu propia persona, y además esa participación sigue subiendo progresivamente. El problema de eso es que el “problema comunista” es de motivación de los trabajadores y -sobre todo- de los emprendedores, y esa motivación ya se sostiene ahora mismo en base a un engaño. Porque ..... ¿Quien -en su sano juicio y sabiéndolo- pondría todo el dinero, todo el riesgo, todo el insomnio, todo el conocimiento y todo el trabajo necesario para sostener un negocio a cambio de percibir únicamente un 30% de la rentabilidad generada?. Sería directamente de iluso. Sin embargo hay quien lo hace, ...... pero yo creo que si lo hacen es porque no lo saben, porque la carga impositiva está dividida en trocitos y escondida detrás de una dialéctica extraña, y que cuando la gente se vaya enterando va a ir dejando de tirar del carro.
Por ejemplo, ..... cuando se dice que el IVA es del estado, no de las empresas se está diciendo toda la verdad, porque si bien es cierto que en el texto de la ley tributaria se asigna la “propiedad” del impuesto al estado, no es menos cierto que las bases del impuesto perseguirán a la empresa allá a donde decida mudarese, y si decide mudarse a otro país extranjero el estado se queda sin el impuesto. Es decir, la generación del dinero con el que se paga ese impuesto está ligada a la actividad de cada empresa, y sujeta a sus decisiones, no a las del estado (dejendo a un lado la decisión de “apropiarse de ese dinero” escribiendo en el BOE que es suyo). No deja de ser una curiosa forma de “propiedad” aquella que otro puede legalmente revocar.
Probablemente estamos ya más allá del límite del “desastre comunista”, solo que de momento a la gente se la va engañando para que siga con su actividad. En el momento en que la gente se de cuenta, o en el que haya un gran competidor mundial al que haya que batir, habrá una debacle.