los clientes se han vuelto locos.
El nivel de exigencia es tan absurdamente desproporcionado comparado con lo que están dispuestos a pagar que en muchísimos negocios prefieren poner el cierre.
Las compañías de teléfono móvil han educado a los clientes en el regateo, en el amago y a la búsqueda astuta y descarnada de la mejor oferta a veces por céntimos de diferencia. El valor principal a tener en cuenta es el precio, luego la búsqueda de internet que siempre esa es la comparación, tanto a la búsqueda de billetes de avión, habitación de hotel , comida a domicilio.
Como ejemplo a veces aparcando el coche tengo la ocasión de observar una hamburguesería de mala muerte que atiende una señora mayor, tiene todo destartalado y sucio y no entra nadie. No tiene más de dos metros de mostrador y apenas caben 4 personas, pues bien, constantemente hay motos en la puerta de esas compañías de reparto a domicilio, posiblemente sea el sitio más barato. Os juro que es cierto