Religión: Santo Evangelio de hoy y lecturas. Domingo, 24 de marzo, "Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?" *********************Sto.ROSARIO A LAS 22.00

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ACTUALIZACIÓN:

Santo Rosario. 22:00 horas, horario en España peninsular.

EMPEZAMOS A REZAR A LAS 22:00 HORAS.



Desde Lourdes (hoy en castellano):



+

Letanías (no son obligatorias, pero agradan a nuestra progenitora del Cielo):



+

Salve



+

Ave María (cantado)





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¿Cómo se reza el Rosario? Con viñetas explicativas.


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Promesas del Rosario (apariciones marianas):



Aquellos que recen con enorme fe el Rosario recibirán gracias especiales.

Prometo mi protección y las gracias más grandes a aquellos que recen el Rosario.

El Rosario es un arma poderosa para no ir al infierno, destruirá los vicios, disminuirá los pecados, y defendernos de las herejías.

Se otorgará la virtud y las buenas obras abundarán, se otorgará la piedad de Dios para las almas, rescatará a los corazones de la gente de su amor terrenal y vanidades, y los elevará en su deseo por las cosas eternas. Las mismas almas se santificarán por este medio.

El alma que se encomiende a mí en el Rosario no perecerá.

Quien rece el Rosario devotamente, y lleve los misterios como testimonio de vida no conocerá la desdicha. Dios no lo castigará en su justicia, no tendrá una fin violenta, y si es justo, permanecerá en la gracia de Dios, y tendrá la recompensa de la vida eterna.

Aquel que sea verdadero devoto del Rosario no perecerá sin los Sagrados Sacramentos.

Aquellos que recen con mucha fe el Santo Rosario en vida y en la hora de su fin encontrarán la luz de Dios y la plenitud de su gracia, en la hora de la fin participarán en el paraíso por los méritos de los Santos.

Libraré del purgatorio a quienes recen el Rosario devotamente.

Los niños devotos al Rosario merecerán un alto grado de Gloria en el cielo.

Obtendrán todo lo que me pidan mediante el Rosario.

Aquellos que propaguen mi Rosario serán asistidos por mí en sus necesidades.

Mi hijo me ha concedido que todo aquel que se encomiende a mí al rezar el Rosario tendrá como intercesores a toda la corte celestial en vida y a la hora de la fin.

Son mis niños aquellos que recitan el Rosario, y hermanos y hermanas de mi único hijo, Jesucristo.

La devoción a mi Rosario es una gran señal de profecía.

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Prosiguiendo con la iniciativa que comenzamos para subir diariamente la Palabra -siempre necesaria, pero especialmente en los tiempos bélicos y de desesperación que vivimos-, en primer lugar os recuerdo los beneficios que relaciona el Salmo 119 (en Spoiler porque es reiteración).

Beneficios de la Palabra

1) Nutre tu alma sedienta.

«Abatida hasta el polvo está mi alma; Vivifícame según tu palabra.» (Salmo 119: 25).

2) Fortalece tus huesos cansados.

«Afligido estoy en gran manera; Vivifícame, oh Jehová, conforme a tu palabra.» (Salmo 119: 107).

3) Redirige tu mirada a lo que es justo.

«Aparta mis ojos, que no vean la vanidad; Avívame en tu camino.» (Salmo 119:37).

4) Calma tu corazón desanimado.

«Me anticipé al alba, y clamé; Esperé en tu palabra.» (Salmo 119:147).

5) Concede Completa Paz.

«Mucha paz tienen los que aman tu ley, Y no hay para ellos tropiezo.» (Salmo 119:165).

6) Llena De Esperanza.

«Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, En la cual me has hecho esperar.» (Salmo 119:49).

7) Alimenta Tu Espíritu Hambriento.

«¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca.» (Salmo 119:103).

8) Da Profunda Sabiduría.

«Más que los viejos he entendido, Porque he guardado tus mandamientos;» (Salmo 119:100).

9) Tranquilidad Durante El Dolor.

«Conozco, oh Jehová, que tus juicios son justos, Y que conforme a tu fidelidad me afligiste.» (Salmo 119:75)

10) Te Llena De Sus Alabanzas.

«A medianoche me levanto para alabarte Por tus justos juicios.» (Salmo 119:62).

11) Guarda De Caer En La Tentación.

«Apartaos de mí, malignos, Pues yo guardaré los mandamientos de mi Dios.» (Salmo 119:115).

12) Señala Tus Creencias y Acciones Equivocadas.

«Aparta de mí el camino de la mentira, Y en tu misericordia concédeme tu ley.» (Salmo 119:29).

13) Nos Da Seguridad De Nuestra Herencia Eterna.

«Mis ojos desfallecieron por tu salvación, Y por la palabra de tu justicia.» (Salmo 119:123).

14) Consuela En Tiempo De Angustia.

«Ella es mi consuelo en mi aflicción, Porque tu dicho me ha vivificado.» (Salmo 119:50).

15) En todo momento, puedes ir y dejar que la palabra de Dios te guie, Jesucristo.

«Yo anduve errante como oveja extraviada; busca a tu siervo, Porque no me he olvidado de tus mandamientos.»(Salmo 119:176).

A continuación, el Evangelio de hoy domingo y las lecturas:


Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios

Primera lectura
Lectura del Profeta Isaías 50, 4-7

El Señor Dios me ha dado una lengua de discípulo;
para saber decir al abatido una palabra de aliento.
Cada mañana me espabila el oído,
para que escuche como los discípulos.
El Señor Dios me abrió el oído;
yo no resistí ni me eché atrás.
Ofrecí la espalda a los que me golpeaban,
las mejillas a los que mesaban mi barba;
no escondí el rostro ante ultrajes y salivazos.
El Señor Dios me ayuda,
por eso no sentía los ultrajes;
por eso endurecí el rostro como pedernal,
sabiendo que no quedaría defraudado.

Salmo
Sal. 21, 8-9. 17-18a. 19-20. 23-24 Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?

Al verme, se burlan de mí,
hacen visajes, menean la cabeza:
«Acudió al Señor, que lo ponga a salvo;
que lo libre si tanto lo quiere».
Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?

Me acorrala una jauría de mastines,
me cerca una banda de malhechores;
me taladran las manos y los pies,
puedo contar mis huesos.
Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?

Se reparten mi ropa,
echan a suerte mi túnica.
Pero tú, Señor, no te quedes lejos;
fuerza mía, ven corriendo a ayudarme.
Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?

Contaré tu fama a mis hermanos,
en medio de la asamblea te alabaré.
«Los que teméis al Señor, alabadlo;
linaje de Jacob, glorificadlo;
temedlo, linaje de Israel».
Dios mío, Dios mío, ¿porqué me has abandonado?

Segunda lectura
Lectura de la carta del Apóstol San Pablo a los Filipenses 2, 6-11

Cristo Jesús, siendo de condición divina,
no retuvo ávidamente el ser igual a Dios;
al contrario, se despojó de sí mismo
tomando la condición de esclavo,
hecho semejante a los hombres.
Y así, reconocido como hombre por su presencia,
se humilló a sí mismo,
hecho obediente hasta la fin,
y una fin de cruz.
Por eso Dios lo exaltó sobre todo
y le concedió el Nombre-sobre-todo-nombre;
de modo que al nombre de Jesús
toda rodilla se doble
en el cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda lengua proclame:
Jesucristo es Señor,
para gloria de Dios Padre.

Evangelio del día
Pasión de Nuestro Señor Jesucristo según San Marcos 15, 1-39

Apenas se hizo de día, los sumos sacerdotes con los ancianos, los escribas y el Sanedrín en pleno, hicieron una reunión. Llevaron atado a Jesús y lo entregaron a Pilato.
Pilato le preguntó:
S. «¿Eres tú el rey de los judíos?».
C. Él respondió:
+ «Tú lo dices».
C. Y los sumos sacerdotes lo acusaban de muchas cosas. Pilato le preguntó de nuevo:
S. «¿No contestas nada? Mira de cuántas cosas te acusan».
C. Jesús no contestó más; de modo que Pilato estaba extrañado. Por la fiesta solía soltarles un preso, el que le pidieran.
Estaba en la guandoca un tal Barrabás, con los rebeldes que habían cometido un homicidio en la revuelta. La muchedumbre que se había reunido comenzó a pedirle lo que era costumbre.
Pilato les preguntó:
S. «¿Queréis que os suelte al rey de los judíos?».
C. Pues sabía que los sumos sacerdotes se lo habían entregado por envidia.
Pero los sumos sacerdotes soliviantaron a la gente para que pidieran la libertad de Barrabás.
Pilato tomó de nuevo la palabra y les preguntó:
S. «¿Qué hago con el que llamáis rey de los judíos?».
C. Ellos gritaron de nuevo:
S. «Crucifícalo».
C. Pilato les dijo:
S. «Pues ¿qué mal ha hecho?».
C. Ellos gritaron más fuerte:
S. «Crucifícalo».
C. Y Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás; y a Jesús, después de azotarlo, lo entregó para que lo crucificaran.
C. Los soldados se lo llevaron al interior del palacio —al pretorio— y convocaron a toda la compañía. Lo visten de púrpura, le ponen una corona de espinas, que habían trenzado, y comenzaron a hacerle el saludo:
S. «¡Salve, rey de los judíos!».
C. Le golpearon la cabeza con una caña, le escupieron; y, doblando las rodillas, se postraban ante él.
Terminada la burla, le quitaron la púrpura y le pusieron su ropa. Y lo sacan para crucificarlo.
C. Pasaba uno que volvía del campo, Simón de Cirene, el padre de Alejandro y de Rufo; y lo obligan a llevar la cruz.
Y conducen a Jesús al Gólgota (que quiere decir lugar de «la Calavera»),
C. y le ofrecían vino con mirra; pero él no lo aceptó. Lo crucifican y se reparten sus ropas, echándolas a suerte, para ver lo que se llevaba cada uno.
Era la hora tercia cuando lo crucificaron. En el letrero de la acusación estaba escrito: «El rey de los judíos».
Crucificaron con él a dos bandidos, uno a su derecha y otro a su izquierda.
C. Los que pasaban lo injuriaban, meneando la cabeza y diciendo:
S. «Tú que destruyes el templo y lo reconstruyes en tres días, sálvate a ti mismo bajando de la cruz».
C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:
S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».
C. También los otros crucificados lo insultaban.
C. Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».
C. (Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, llama a Elías».
C. Y uno echó a correr y, empapando una esponja en vinagre, la sujetó a una caña, y le daba de beber diciendo:
S. «Dejad, a ver si viene Elías a bajarlo».
C. Y Jesús, dando un fuerte grito, expiró.
C. El velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo había expirado, dijo:
S. «Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios».

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Bonus: Añado los comentarios de los dominicos con el Evangelio anterior, así como los del padre Pedro Brassesco, en YT. Para quien prefiera las reflexiones por escrito, las dejo a continuación, hoy a cargo de Fray Miguel de Burgos Núñez (1944-2019).






Comentario bíblico

La Pasión según san Marcos: Teofanía divina

Hoy comienza la gran semana litúrgica que nos conduce a la Pascua, la fin y resurrección del Señor, centro de nuestra fe cristiana. La Semana Santa, pues, es un tiempo de profundas vivencias religiosas; el misterio del Dios «entregado por nosotros» y la fuerza de su resurrección, como se expresaba San Pablo, nos convocan ante la Cruz que es el triunfo del amor sobre el repruebo, la esperanza frente a toda desesperación.

El evangelio de la entrada en Jerusalén, con la procesión de la comunidad y los ramos, debe servir para inaugurar la gran semana del cristianismo. Toda la “tradición” y hermosura de los ramos y palmas, no obstante, nos invita a introducirnos en aquella experiencia de ir a Jerusalén que el profeta de Galilea no podía eludir. Jesús, sin duda, ya sabía lo que le esperaba: el juicio, la condena y la fin. Todo eso se ha representado y se representa estéticamente muchas veces, pero en torno a aquella Pascua del año 30 no había nada teatral, sino la dura realidad de “alguien” que sabe lo que quiere. Jesús no se deja ilusionar por los gritos de “Hosanna”, porque no se sentía Mesías, y menos como algunos lo interpretaron. Estas aclamaciones justificarían más su juicio y su condena ante los poderosos que estaban esperando que llegara el profeta de Galilea a Jerusalén. Y llegó…

  • Iª Lectura: Isaías (50,4-7): El siervo de Yavé
La lectura primera es uno de los cantos del siervo de Yahvé, el tercero. ¿Cuál es su mensaje?: nos abre a la ignominia de este mundo violento, cruel, frente a la fuerza de la mansedumbre del discípulo, del siervo de Dios, porque en su «pasión» Dios siempre estará con él. Es una lectura muy adecuada de preparación a la proclamación de la pasión del domingo de Ramos, ya que fueron los primeros cristianos los que descubrieron en estos cantos que el Mesías habría de sufrir si quería que su propuesta de salvación tuviera fuerza.


  • IIª Lectura: Filipenses: (2,6-11): El Himno de Jesús
El himno de la carta a los Filipenses, segunda lectura de la liturgia de la Palabra, pone de manifiesto la fuerza de la fe con que los primeros cristianos cantaban en la liturgia y que Pablo recoge para las generaciones futuras como evangelio vivo del proceso de Dios, de Cristo, el Hijo. El que quiso compartir con nosotros la vida; es más, que quiso llegar más allá de nuestra propia debilidad, hasta la debilidad de la fin en cruz (añadiría Pablo), que es la fin más escandalosa de la historia de la humanidad, para que quedara patente que nuestro Dios, al acompañarnos, no lo hace estéticamente, sino radicalmente. No es hoy el día de profundizar en este texto inaudito de Pablo. La Pasión de Marcos debe servir de referencia de cómo el Hijo llegó hasta el final: la fin en la cruz.


(continua en el siguiente post)


Fuente: Verdaderamente este hombre era Hijo de Dios

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Y porque has resucitado, te damos las gracias. Contigo seremos invencibles. Contigo, llamados a la Vida.


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Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: «Refugio mío, alcázar mío.
Dios mío, confío en ti.» (Salmo 90)
 
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C. De igual modo, también los sumos sacerdotes comentaban entre ellos, burlándose:
S. «A otros ha salvado y a sí mismo no se puede salvar. Que el Mesías, el rey de Israel, baje ahora de la cruz, para que lo veamos y creamos».
C. También los otros crucificados lo insultaban.
En realidad una traducción mejor del v.44 es la de Straubinger:
También los ladrones, crucificados con Él, le decían las mismas injurias.
Es decir, le decían que cómo no le libraba Dios. No comprendían cómo si era un privilegiado de Dios entonces le pasaban cosas malas. Es el dogma de la retribución de los judíos, que creían que a los que estaban a bien con Dios Éste les compensaba mundanamente. Pero la realidad es que los profetas fueron asesinados.

Al llegar la hora sexta toda la región quedó en tinieblas hasta la hora nona. Y a la hora nona, Jesús clamó con voz potente:
+ «Eloí Eloí, lemá sabaqtaní?».
C. (Que significa:
+ «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?»).
C. Algunos de los presentes, al oírlo, decían:
S. «Mira, llama a Elías».
También a mí me extraña esta aparente queja de Jesús. Los que lo oían, como yo, no debían tener mucha idea de las escrituras, porque es el salmo 22, que se estaba cumplimentando sobre la marcha. Merece la pena leerlo entero, es una profecía tras otra:

Elí, Elí, “lemá sabactani?” (Profecía sobre la Pasión de Cristo)

Al maestro de coro. Por el pronto socorro. Salmo de David.

Dios mío, Dios mío,
¿por qué me has abandonado?
Los gritos de mis pecados
alejan de mí el socorro.
Dios mío, clamo de día, y no respondes;
de noche también, y no te cuidas de mí.

Y Tú, sin embargo,
estás en tu santa jovenlandesada,
¡oh gloria de Israel!
En Ti esperaron nuestros padres;
esperaron, y los libraste.
A Ti clamaron, y fueron salvados;
en Ti confiaron,
y no quedaron confundidos.

Pero es que yo soy gusano,
y no hombre,
oprobio de los hombres
y desecho de la plebe.
Cuantos me ven se mofan de mí,

tuercen los labios y menean la cabeza:
“Confió en Yahvé: que Él lo salve;

líbrelo, ya que en Él se complace.”
Sí, Tú eres mi sostén
desde el seno materno,
mi refugio desde los pechos de mi progenitora.

A Ti fui entregado
desde mi nacimiento;
desde el vientre de mi progenitora
Tú eres mi Dios.

No estés lejos de mí,
porque la tribulación está cerca,
porque no hay quien socorra.
Me veo rodeado de muchos toros;
los fuertes de Basan me cercan;
abren contra mí sus bocas,
cual león rapaz y rugiente.

Soy como agua derramada,
todos mis huesos se han descoyuntado;
mi corazón, como cera,
se diluye en mis entrañas.
Mi garganta se ha secado como una teja;
mi lengua se pega a mi paladar,
me has reducido al polvo de la fin.

Porque me han rodeado muchos perros:
una caterva de malvados me encierra;
han perforado mis manos y mis pies;
puedo contar todos mis huesos.
Entretanto, ellos miran,
y al verme se alegran.
Se reparten mis vestidos,
y sobre mi túnica echan suertes.


Mas Tú, Yahvé, no estés lejos de mí;
sostén mío, apresúrate a socorrerme.
Libra mi alma de la espada,
mi vida del poder del perro.
Sálvame de la boca del león;
de entre las astas de los bisontes escúchame.

Anunciaré tu Nombre a mis hermanos,
y proclamaré tu alabanza
en medio de la asamblea.
Los que teméis a Yahvé alabadle,
glorificadle, vosotros todos, linaje de Israel.
Pues no despreció ni desatendió
la miseria del perversos;
no escondió de él su rostro,
y cuando imploró su auxilio, le escuchó.
Para Ti será mi alabanza en la gran asamblea,
cumpliré mis votos
en presencia de los que te temen.

Los pobres comerán y se hartarán,
alabarán a Yahvé los que le buscan.
Sus corazones vivirán para siempre.
Recordándolo, volverán a Yahvé

todos los confines de la tierra;
y todas las naciones de los gentiles

se postrarán ante su faz.
Porque de Yahvé es el reino,
y Él mismo gobernará a las naciones.

A Él solo adorarán
todos los que duermen
bajo la tierra;
ante Él se encorvará
todo el que desciende al polvo,
y no tiene ya vida en sí.
Mi descendencia le servirá a Él
y hablará de Yahvé a la edad venidera.
Anunciará su justicia
a un pueblo que ha de nacer
:
“Estas cosas ha hecho Yahvé.”

 
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