Pues básicamente, ocurre, que el que es iluso lo seguirá siendo, el que es mal compañero, también, etc. Y al contrario, lo mismo.
Tener un hijo no es sinónimo de nada, al igual que no tenerlo. Me parece muy injusta la declaración de intenciones que se ha hecho por aquí, que si los que no tienen hijos su única preocupación es ver Netflix, etc. Ya solamente juzgar así me dice mucho del que lo ha escrito.
Cualquiera que tenga un poco de empatía entenderá que cada vida es diferente y que fácil casi ninguna lo es. Quizá los que no los tienen es porque no pueden, precisamente porque su vida "no ha sido fácil": falta de suerte en la pareja, inestabilidad económica, cargas familiares, problemas de salud, infertilidad...Mientras que a lo mejor están parejitas super divinas de la muerte con todo hecho, todo a su favor, y que se creen con superioridad moral simplemente por el hecho de tener un crío.
Es que esa es la clave. La persona que eras antes de tenerlos. Se habla mucho de la infinita generosidad de los padres, pero es una generosidad, como tiene que ser, como es lógico, únicamente hacia sus hijos. La paternidad no te convierte en mejor persona, tampoco tiene porque convertirte en alguien peor, pero el que era un egoísta, encuentra en sus hijos la justificación para ir por la vida imponiendo sus deseos escudándose en sus hijos. Cuando llegan las vacaciones, aunque los hijos tengan los bemoles peludos, las compañeras con hijos adolescentes, rápidamente defienden su derecho a elegir para compartir los días veraniegos con sus "niños". Esa es su prioridad, su egoísmo, su forma de ser "generosas". Y me parece lo normal, porque la biología es así, tu prioridad, tu mundo tienen que ser tus hijos por encima de cualquier otra circunstancia o ley...como decía aquella
"por mi hija, mato". Y no ocurre sólo con los hijos, ya hasta con las mascotas, convertidas en la causa de todo tipo de acciones y en la justificación de las mismas.
Y dicho esto, yo que no tengo hijos, sin duda animo a todos a que los tengáis, a que forméis una familia, que es lo más grande e importante de este vida y que seáis personas felices y eduquéis a otras personas felices. Que no quiera hijos para mí no significa que no comprenda que lo natural y recomendable para la inmensa mayoría de seres humanos es tenerlos y disfrutarlos. Lo que no veo por ninguna parte, es esa "transformación" benefactora que produce la paternidad en la gente que me rodea. De puertas para dentro, no lo dudo, en su interior y en sus corazones, sin duda, pero como ciudadanos, son los mismos, y en algunos casos, hasta peores.