Los mass media anuncian el fin del crecimiento económico y la implementación del nuevo modelo: el DECRECIMIENTO
Se introduce ya en los mass media o mass hez como la Secta el discurso de las élites y de gente como Antonio Turiel, Carlos Taibo, etc (es el mismo discurso, independiente de si se ajusta más o menos a la realidad), discurso que afirma que ya no serà posible crecer económicamente y que por tanto urge cambiar todo el sistema y el modelo de producción y consumo hasta alcanzar la nueva realidad económica y social, que no es sino el
decrecimiento.
Que el modelo económico basado en un continuo crecimiento económico ha caducado y que ahora es necesario decrecer, y que la producción y el consumo ya no es sostenible y que el
PIB dejará de ser el indicador de la riqueza de un país.
Lo que se nos está anunciando casi que de forma oficial es un cambio absoluto de paradigma y el hambre y la miseria.
Definición en wikipedia:
Decrecimiento
El
decrecimiento es una corriente de
pensamiento político,
económico y
social favorable a la disminución regular controlada de la
producción económica, con el objetivo de establecer una nueva relación de equilibrio entre el ser humano y la naturaleza, pero también entre los propios seres humanos entre sí.
[1]
Rechaza el objetivo de
crecimiento económico en sí del
liberalismo y el
productivismo;
[2] en palabras de
Serge Latouche:
Por ello también se suelen denominar "objetores de crecimiento". La corriente de pensamiento también se denomina
decrecentismo.
[4]
La investigación se inscribe en un movimiento más amplio de reflexión sobre la
bioeconomía y el
postdesarrollo, el cual implicaría un cambio radical de sistema. El decrecimiento tiene dos partes: (A) una parte ecológica y una de (B) justicia social. En primer lugar, el decrecimiento quiere reducir el uso excesivo de los recursos y energía (especialmente en los países más ricos del planeta). Durante este proceso se pretende también reducir la desigualdad y dar acceso a la población a los instrumentos necesarios para poder vivir largas y saludables vidas
[5]. Los decrecentistas entienden que el crecimiento perpetuo tiene fundamentos colonialistas por los cuales el Sur Global se mantiene pobre y endeudado para que los países del norte puedan obtener sus recursos y seguir creciendo
[6]. Así, no se puede aspirar a un mundo decrecentista sin reconocer previamente las desigualdades entre el norte y el sur del planeta, entendiéndolas como los frutos de un sistema capitalista y colonial donde los países del norte tienen una posición privilegiada ilícita
[7].
Muchas organizaciones por el decrecimiento han adoptado como logo el caracol, en referencia a las palabras de
Iván Illich sobre la "Lógica del Caracol".
[n. 1]
La conservación del
medio ambiente, afirman, no es posible sin reducir la producción económica que sería la responsable de la reducción de los recursos naturales y la destrucción del medio que genera, que actualmente estaría por encima de la capacidad de regeneración natural del planeta. Además, también cuestiona la capacidad del modelo de vida moderno para producir bienestar. Por estas causas se oponen al
desarrollo sostenible. El reto estaría en
vivir mejor con menos.
[8]
Los partidarios del decrecimiento proponen una disminución del
consumo y la
producción controlada y racional, permitiendo respetar el
clima, los
ecosistemas y los propios seres
humanos. Esta transición se realizaría mediante la aplicación de principios más adecuados a una situación de
recursos limitados: escala reducida, relocalización,
eficiencia,
cooperación,
autoproducción (e
intercambio),
durabilidad y sobriedad. En definitiva, y tomando asimismo como base la
simplicidad voluntaria, buscan reconsiderar los conceptos de
poder adquisitivo y
nivel de vida. De no actuar razonadamente, opinan generalmente que se llegaría a una situación de decrecimiento forzado debido a esa falta de recursos: «y si no decrecemos, mi pronóstico es el siguiente, en virtud de un proyecto racional, mesurado y consciente, acabaremos por decrecer de resultas del hundimiento sin fondo del capitalismo