Se nota que no sabes de lo que estás hablando. Evidentemente no has descubierto de lo que es capaz eso que yo llamo "tecla".
Todavía creo que me quedo corto al describir (y descubrir) sus bondades. De hecho no he empezado a desarrollar eso. No os podéis hacer una idea. De hecho, solo experimentándolo lo podéis hacer.
Precisamente con esa experiencia tan sublime es como se adquiere más y más consciencia. Precisamente con su práctica es como se desarrolla lo espiritual en nosotros, la verdadera sabiduría y el óptimo discernimiento (así como la salud física). Todo ello hasta niveles inimaginables. Tan inimaginables que su culminación es la total liberación del dolor via purificación. Le puedes llamar a eso también santidad o iluminación. O perfección. Si, he dicho perfección. Nada más y nada menos.
Ya he explicado que "la tecla" es el puente que establece la conexión entre nuestro cuerpo material y nuestra faceta espiritual y divina. Me he referido a ella en términos tan contundentes como "embajada de Dios en nosotros" o "sede del Espíritu Santo".
Dios, de alguna manera tiene que establecer una conexión directa con nosotros como cuerpo, con este plano físico, y lo hace a través de esa fuente inagotable de sanación que es la "tecla" . Por tanto, de alguna manera es necesario que dicho puente tenga, al menos en uno de sus "extremos", configuración física. Yo creo que es fácil de entender.
Toda la atención e importancia que le demos a la tecla, siempre va a ser poca.
Permitidme que insista con una cosa.
Ya os he dicho que yo nunca me voy a referir a la
tecla en términos de "chakra" u órgano. Y no lo voy a hacer porque yo no tengo la percepción de que sea eso. Nadie que la experimente la tiene.
Mi experiencia, que es al final lo que va a misa (la experiencia y solo la experiencia), la percibe como una sensación. Para mi la tecla es una sensación. Una manifestación sensitiva. Nada más (y nada menos).
A mi me la trae al pairo que todo eso se genere a través o desde un órgano, o lo que sea. No me interesa eso. Saber que procede de un determinado organito no me libera, no me sana, no me purifica. "Estudiando" no se aprende.
Experimentando, si.
Yo la descubrí como una sensación y nada más. Comprobé que esa sensación, después de disfrutarla mientras Dios quiso que durase,
me transformaba. Después de su disfrute, yo me sentía mejor. A todos los niveles. Me sentía más ligero y sereno, Más equilibrado, más consciente, con más claridad mental, con mejor ánimo...... Con mis capacidades aumentadas. Con menos "dolor", en términos generales. Fue así cada vez que la Gracia de Dios me obsequió nuevamente con ese regalo..... y así debería ser con todos vosotros. De la misma manera. Todos, sin excepción, tenéis el potencial de experimentar semejante milagro. He dicho experimentar, solo experimentar. Vuestra experiencia o percepción es lo único válido.