@Janus Nissán, grande en potencia! Mande?
@Icibatreuh , no hay problema. Solo quería señalar que las fuentes no me parecía buenas.
Aquí dejo un artículo de opinión, pero de opinión razonada por parte de una persona altamente cualificada, una Catedrática de Edafología y Química Agrícola que ha estudiado el tema
OPINIÓN
El eucalipto tiene la culpa
El Mundo 19 OCT. 2017
03:08
El eucalipto se ha calificado como especie degradante y ávida de nutrientes.
El eucalipto está calificado como especie degradante y causante del desgaste de los suelos
En Galicia es obligada la reserva de espacios para bosques de conservación
Desde hace más de 30 años, al eucalipto se le echa la culpa de la mayoría de los males que afectan al medio natural de Galicia. Tuvo suerte de que no se le responsabilizara de la
contaminación atmosférica por lluvias ácidas en los años 70 y 80, y parece ser que tampoco tuvo nada que ver con los vertidos de hidrocarburos que asolaron nuestras costas en pasadas décadas. Del resto de los problemas que nos acechan, no se salva.
No hay nada más que pueda hacerse para tratar de desmontar el mito, y éste es un término benévolo, suponiendo que se trata de una creencia real e inocente.
Se ha calificado al eucalipto como especie "degradante", acidificante, ávida de nutrientes y causante del desgaste de los suelos, incompatible con otras especies de sotobosque, etcétera. Pero hace tiempo que se dispone de datos suficientes para afirmar que tales hipótesis no se confirman, que no hay relación alguna entre esta especie vegetal (ni ninguna otra) y la calidad del medio. A pesar de la publicación de los resultados y de los esfuerzos de divulgación realizados por diferentes expertos, cuando ya parecía que el tema estaba aclarado -o mejor, que realmente no había tema- surge la chispa y, desconcertados por la recurrencia, volvemos al punto de partida.
El debate suele incluir observaciones razonables, pero mal conjugadas. Porque
no es lo mismo especie forestal que gestión forestal, ni especie superviviente en medios hostiles que especie causante de la hostilidad que padece. Esto es, la especie que soporta terrenos esqueléticos, arenosos y con largos periodos de sequía y que es candidata a ser pasto de las llamas cuando se prende mecha al matorral que la acompaña.
Por la misma razón, las especies exigentes -que se asientan únicamente en suelos profundos y bien provistos- no son el factor mejorante de estos medios. Por otra parte, si bien la ordenación del territorio forestal requiere discusión entre alternativas (eucalipto y pino frente a roble o castaño), la expresión es incorrecta si no se completa: alternativas posibles. En Galicia hay
más de un millón de hectáreas en las que la limitada aptitud del medio reduce el debate a dos tipos de uso factibles: matorrales o repoblación con arbolado frugal.
En los mejores terrenos todo es posible, prados, cultivos y bosques de diferente naturaleza. Pero estos suelos, por desgracia, son poco abundantes, y se asientan fundamentalmente sobre esquistos y rocas básicas en tierras de Órdenes, A mariñas, comarcas de Ferrol, Cerdido, Cedeira y Ortigueira, entre otras. Aquí es
obligada la reserva de espacios para bosques naturales de conservación, pero no es una aberración, y nadie lo discute, que en estas zonas de elevada capacidad agronómica se destinen superficies para la producción de pasto (leche y carne) o para cultivos de cereal, huerta o flor. Tampoco es una aberración la plantación de especies forestales productivas.
Si en los peores terrenos de Galicia el eucalipto presenta un
crecimiento que puede superar los 15 metros cúbicos por hectárea y año, en las tierras más fértiles la productividad puede ascender a 40 metros cúbicos por hectárea y año y, sin fertilización, mantenerse la productividad tras varios ciclos de explotación, cosa que no sucede con los cultivos intensivos; estos sí causan un desgaste que hay que reponer. Como en estos suelos apenas se padece sequía estival, son poco probables los incendios forestales, a lo que contribuye la probada vocación silvícola de los propietarios de montes en estas comarcas.
Galicia es una de las regiones con mayor proporción de terrenos forestales en España
Tras el Protocolo de Kioto y los sucesivos reglamentos, las actuaciones tendentes al incremento de superficie forestada en Europa se observan con particular interés por lo que suponen en cuanto a la fijación de carbono (CO2) en la biomasa y la
mitigación del efecto invernadero. Desde esta perspectiva, la aportación de Galicia es relevante.
Por una parte, porque es una de las regiones con mayor proporción de terrenos forestales de España (más de un 65% del territorio). Por otra, como consecuencia de la rentabilidad comparativa de estos terrenos. Es decir, con menos superficie forestal que otras autonomías (mucho menos de la mitad que Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha y por detrás de Extremadura, Cataluña y Aragón),
el volumen total de biomasa vegetal es similar al de Castilla y León y muy superior al de las restantes comunidades.
Así, el
stock de carbono en biomasa sigue esta misma relación. En mucha menor superficie forestal, la fijación de CO2 en nuestros bosques es muy parecida a la de Castilla y León y superior a la del resto de las comunidades citadas (y por supuesto de las restantes no citadas). Un dato adicional obtenido recientemente por nuestro equipo de trabajo: los suelos forestales de Galicia también
actúan como un sumidero de carbono mucho más efectivo que el de otras regiones de la península. El
stock de carbono medio almacenado en nuestros suelos forestales oscila entre
200 y 350 toneladas de carbono por hectárea (en los 50 centímetros superiores del suelo); prácticamente el doble que el observado en otras zonas templado-húmedas de la península y tres veces más que el de las regiones mediterráneas, más secas.
Si para algunos el eucalipto en Galicia es considerado como «un problema», y para los más benévolos como «un mal menor», comprendan que otros pensemos que es una «oportunidad» mal agradecida.
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Rosa alopécico de AntaCatedrática de Edafología y Química Agrícola Universidad de Santiago de Compostela.
