Mónica organizó una fiesta para celebrar su divorcio: «Me lo pasé mejor en la despedida de casada que en la de soltera»

C.J.

Madmaxista
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Es una tendencia que va a más en Galicia. «Nos piden «shows» eróticos, que cada vez se llevan menos en las de soltera», apuntan los organizadores. Mónica nos cuenta la suya. ¡Un fiestón!


02 Oct 2023. Actualizado a las 09:12 h.

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¿Si hice una fiesta para casarme, por qué no voy a hacer una fiesta para despedir mi casamiento? Esto es lo que pensó Mónica, una gallega que el año pasado organizó una fiesta para celebrar su divorcio. No se asusten, su expareja, encantado con la noticia. Es más, si tuviera más tiempo, lo mismo él también se montaba una. «Yo salí de una relación larga, de un matrimonio, me separé bien, todo estupendo, pero quería hacer una fiesta. Quería celebrar el cambio de vida, el inicio de una nueva etapa», explica Mónica. Dicho y hecho. Se puso a mirar, a investigar, y vio que esto de las despedidas de casada, como se conoce a estas fiestas, era una cosa nueva, que «estaban un poquito en auge», y le llamó la atención. Se lo propuso a sus amigas, que le dijeron: «Llevamos ya un tiempo sin bodas, así que vamos a hacerlo».«Nosotras ya lo estábamos hablando —añade—, justo en esa época nos quedamos varias solteras, y decíamos que teníamos que pegarnos una fiesta porque después de aturar tanto a las parejas, nos lo merecíamos...».

Tiró la caña en la web, y pescó, porque asegura que la empresa elegida fue todo un acierto para que el evento tuviera ese éxito. «César, de la empresa Me Divierto, fue un encanto. Nos preguntó qué nos gustaba y nos propuso una serie de actividades que fueron superdivertidas». Eligieron una yincana —hay dos tipos, apunta César, y ellas eligieron la indiscreta, «que viene siendo hacer el golfo por la calle»— y por la tarde, la actividad de humor amarillo. «Nosotras somos muy cañeras, nos va el deporte, la caña. Nos lo pasamos en grande, nos pareció diferente a lo que habíamos hecho en otras despedidas. En la yincana eran pruebas para retarme, hasta le tuve que pedir a un policía que me sacara un vídeo pidiéndome matrimonio», cuenta Mónica.


No todas las despedidas son iguales, hay pequeñas diferencias. Mientras que las que se celebran antes de pasar por el altar, son las amigas de la novia, o los amigos del novio, los que se cuelgan el cartelito de organizadores, en las de casada, según explica César, es la propia divorciada —porque asegura que la mayoría son mujeres— la que se encarga de montar el jolgorio, que además suele ser en la ciudad donde reside, no hay esa necesidad de desplazarse como en las de soltera o soltero. Siguiendo los consejos de César, se apuntaron a la cena-espectáculo en Island, una discoteca del centro de Vigo, donde cada sábado esta empresa organiza eventos de este tipo. «Éramos la única despedida de casada, así que el showman se cebó conmigo, no paró de hacerme bromas, de sacarme al escenario, de plantearme juegos... Fue superdivertido, nos reímos muchísimo. Además, mis amigas ya saben cómo soy, que me va la guasa, me va la risa, y contactaron por su parte con la empresa para contratar a un boy, y la verdad me lo pasé en grande. Me lo pasé mejor en mi despedida de casada que de soltera, porque lo enfocas con otra visión». «La otra es como que te tienes que cortar porque al final te vas a casar —indica—, puede que haya imágenes, que se comenten cosas, y siempre vas con un poco de tensión, pero en esta ya vas libre, no tienes que justificarte ante nadie, lo disfrutas de una manera completamente diferente». Además, dice que las novias nunca disfrutan plenamente de las fiestas para decir adiós a su soltería. «No estás al 200 %, estás pendiente de que te llame el de las flores, del cátering, de que hoy no puedes... Es una sensación diferente a la despedida de casada».

SU MEJOR MOMENTO

Sobre si es clave haber terminado bien con tu ex para poder organizar un evento de este tipo, Mónica señala que sí. «Yo me he separado muy bien, no he tenido ningún tipo de problema, y lo he disfrutado el doble. Depende de la actitud de las personas en ese momento, lo mío tampoco fue separarme y hacerlo, pasaron unos meses, unos meses complicados como en todas las separaciones, y una vez aceptado todo, fue como una liberación, de decir: ‘Este es mi momento, ahora lo voy a disfrutar yo'», señala Mónica. En su caso pasaron cuatro o cinco meses desde que finalizó su relación hasta que hizo la fiesta a finales de abril del año pasado, pero advierte de que cada uno tiene su tiempo, su proceso, su duelo... «Pero yo animo a todo el mundo a que lo haga, y siempre se lo digo a mis amigas: ‘Intentad acabar lo mejor posible porque es una persona que ha pasado mucho tiempo en tu vida y te conoce incluso mejor que tú misma, es beneficioso para ambas partes'». Ella predica con el ejemplo, mantiene una muy buena relación con su exmarido, que, cuando se enteró de lo que estaba organizando, le dijo: «Te pegan estas cosas».

Ahora está radiante, disfrutando muchísimo de esta nueva etapa, no tiene pareja, ni la quiere de momento, y es consciente de que está «ante los mejores años de su vida». «Se acabó el amor, y claro que me apena, porque era mi mejor amigo, pero al final todo es un ciclo en la vida, y con el ritmo de vida que llevamos es importante mantener viva la llama del amor, la historia, pero si no se consigue, tampoco es para matarse, la vida sigue. Estoy viviendo la veintena que pasé casada, me lo estoy pasando en grande, y a día de hoy reniego de tener pareja hasta dentro de un añito o así», confiesa Mónica, que es consciente de que no haber tenido hijos también ha favorecido las cosas. «Tengo amigas de la misma edad que no se han casado, pero han tenido relaciones largas, y obviamente enfocas la vida desde otro punto de vista. No es lo mismo separarte con 45 e hijos, que tienes que pensar en ellos, esto es como si rompes con 20 años con tu novio de los 18, al final tienes que seguir viviendo y disfrutando, y no pensar que con 30 se acaba la vida, aunque no se acaba ni con 30, ni 40 ni 50».


La fiesta de Mónica no es excepcional. Desde Me Divierto señalan que si hace dos años podían tener una media de 2 o 4 eventos de este tipo al año, en el 2022 organizaron entre 10 y 15. Como agencia, ofrecen un servicio integral al cliente orientado a cualquier fiesta que quieran organizar: desde actividades durante el día, alojamiento o transportes, aunque reconocen que el grueso del negocio siguen siendo las despedidas de soltero o soltera. «Lo primero que quieren en las despedidas, sobre todo en las de casada, es fiesta. Desinhibirse y pasarlo bien», señala César Velasco, organizar de eventos. Para ello, les proponen varias actividades durante el día como la yincana, humor amarillo, motos de agua, fútbol burbuja, sesiones de tapersex, pasar media jornada o el día completo en barco... y una cena-espectáculo por la noche, en la que se juntan con otros grupos, antes de celebrar el fin de fiesta en una discoteca. «Cuando son despedidas de casada, suelen buscar más el show erótico masculino, el boy; sin embargo, cada vez menos gente, menos chicas sobre todo, están demandando ese servicio para una despedida de soltera», señala César.

Conclusión: lo importante es celebrar, aunque sea que se acabó el amor
 






Es una tendencia que va a más en Galicia. «Nos piden «shows» eróticos, que cada vez se llevan menos en las de soltera», apuntan los organizadores. Mónica nos cuenta la suya. ¡Un fiestón!


02 Oct 2023. Actualizado a las 09:12 h.

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¿Si hice una fiesta para casarme, por qué no voy a hacer una fiesta para despedir mi casamiento? Esto es lo que pensó Mónica, una gallega que el año pasado organizó una fiesta para celebrar su divorcio. No se asusten, su expareja, encantado con la noticia. Es más, si tuviera más tiempo, lo mismo él también se montaba una. «Yo salí de una relación larga, de un matrimonio, me separé bien, todo estupendo, pero quería hacer una fiesta. Quería celebrar el cambio de vida, el inicio de una nueva etapa», explica Mónica. Dicho y hecho. Se puso a mirar, a investigar, y vio que esto de las despedidas de casada, como se conoce a estas fiestas, era una cosa nueva, que «estaban un poquito en auge», y le llamó la atención. Se lo propuso a sus amigas, que le dijeron: «Llevamos ya un tiempo sin bodas, así que vamos a hacerlo».«Nosotras ya lo estábamos hablando —añade—, justo en esa época nos quedamos varias solteras, y decíamos que teníamos que pegarnos una fiesta porque después de aturar tanto a las parejas, nos lo merecíamos...».

Tiró la caña en la web, y pescó, porque asegura que la empresa elegida fue todo un acierto para que el evento tuviera ese éxito. «César, de la empresa Me Divierto, fue un encanto. Nos preguntó qué nos gustaba y nos propuso una serie de actividades que fueron superdivertidas». Eligieron una yincana —hay dos tipos, apunta César, y ellas eligieron la indiscreta, «que viene siendo hacer el golfo por la calle»— y por la tarde, la actividad de humor amarillo. «Nosotras somos muy cañeras, nos va el deporte, la caña. Nos lo pasamos en grande, nos pareció diferente a lo que habíamos hecho en otras despedidas. En la yincana eran pruebas para retarme, hasta le tuve que pedir a un policía que me sacara un vídeo pidiéndome matrimonio», cuenta Mónica.


No todas las despedidas son iguales, hay pequeñas diferencias. Mientras que las que se celebran antes de pasar por el altar, son las amigas de la novia, o los amigos del novio, los que se cuelgan el cartelito de organizadores, en las de casada, según explica César, es la propia divorciada —porque asegura que la mayoría son mujeres— la que se encarga de montar el jolgorio, que además suele ser en la ciudad donde reside, no hay esa necesidad de desplazarse como en las de soltera o soltero. Siguiendo los consejos de César, se apuntaron a la cena-espectáculo en Island, una discoteca del centro de Vigo, donde cada sábado esta empresa organiza eventos de este tipo. «Éramos la única despedida de casada, así que el showman se cebó conmigo, no paró de hacerme bromas, de sacarme al escenario, de plantearme juegos... Fue superdivertido, nos reímos muchísimo. Además, mis amigas ya saben cómo soy, que me va la guasa, me va la risa, y contactaron por su parte con la empresa para contratar a un boy, y la verdad me lo pasé en grande. Me lo pasé mejor en mi despedida de casada que de soltera, porque lo enfocas con otra visión». «La otra es como que te tienes que cortar porque al final te vas a casar —indica—, puede que haya imágenes, que se comenten cosas, y siempre vas con un poco de tensión, pero en esta ya vas libre, no tienes que justificarte ante nadie, lo disfrutas de una manera completamente diferente». Además, dice que las novias nunca disfrutan plenamente de las fiestas para decir adiós a su soltería. «No estás al 200 %, estás pendiente de que te llame el de las flores, del cátering, de que hoy no puedes... Es una sensación diferente a la despedida de casada».

SU MEJOR MOMENTO

Sobre si es clave haber terminado bien con tu ex para poder organizar un evento de este tipo, Mónica señala que sí. «Yo me he separado muy bien, no he tenido ningún tipo de problema, y lo he disfrutado el doble. Depende de la actitud de las personas en ese momento, lo mío tampoco fue separarme y hacerlo, pasaron unos meses, unos meses complicados como en todas las separaciones, y una vez aceptado todo, fue como una liberación, de decir: ‘Este es mi momento, ahora lo voy a disfrutar yo'», señala Mónica. En su caso pasaron cuatro o cinco meses desde que finalizó su relación hasta que hizo la fiesta a finales de abril del año pasado, pero advierte de que cada uno tiene su tiempo, su proceso, su duelo... «Pero yo animo a todo el mundo a que lo haga, y siempre se lo digo a mis amigas: ‘Intentad acabar lo mejor posible porque es una persona que ha pasado mucho tiempo en tu vida y te conoce incluso mejor que tú misma, es beneficioso para ambas partes'». Ella predica con el ejemplo, mantiene una muy buena relación con su exmarido, que, cuando se enteró de lo que estaba organizando, le dijo: «Te pegan estas cosas».

Ahora está radiante, disfrutando muchísimo de esta nueva etapa, no tiene pareja, ni la quiere de momento, y es consciente de que está «ante los mejores años de su vida». «Se acabó el amor, y claro que me apena, porque era mi mejor amigo, pero al final todo es un ciclo en la vida, y con el ritmo de vida que llevamos es importante mantener viva la llama del amor, la historia, pero si no se consigue, tampoco es para matarse, la vida sigue. Estoy viviendo la veintena que pasé casada, me lo estoy pasando en grande, y a día de hoy reniego de tener pareja hasta dentro de un añito o así», confiesa Mónica, que es consciente de que no haber tenido hijos también ha favorecido las cosas. «Tengo amigas de la misma edad que no se han casado, pero han tenido relaciones largas, y obviamente enfocas la vida desde otro punto de vista. No es lo mismo separarte con 45 e hijos, que tienes que pensar en ellos, esto es como si rompes con 20 años con tu novio de los 18, al final tienes que seguir viviendo y disfrutando, y no pensar que con 30 se acaba la vida, aunque no se acaba ni con 30, ni 40 ni 50».


La fiesta de Mónica no es excepcional. Desde Me Divierto señalan que si hace dos años podían tener una media de 2 o 4 eventos de este tipo al año, en el 2022 organizaron entre 10 y 15. Como agencia, ofrecen un servicio integral al cliente orientado a cualquier fiesta que quieran organizar: desde actividades durante el día, alojamiento o transportes, aunque reconocen que el grueso del negocio siguen siendo las despedidas de soltero o soltera. «Lo primero que quieren en las despedidas, sobre todo en las de casada, es fiesta. Desinhibirse y pasarlo bien», señala César Velasco, organizar de eventos. Para ello, les proponen varias actividades durante el día como la yincana, humor amarillo, motos de agua, fútbol burbuja, sesiones de tapersex, pasar media jornada o el día completo en barco... y una cena-espectáculo por la noche, en la que se juntan con otros grupos, antes de celebrar el fin de fiesta en una discoteca. «Cuando son despedidas de casada, suelen buscar más el show erótico masculino, el boy; sin embargo, cada vez menos gente, menos chicas sobre todo, están demandando ese servicio para una despedida de soltera», señala César.

Conclusión: lo importante es celebrar, aunque sea que se acabó el amor
"Sobre todo mujeres", dice.
Claro, los hombres estan con el ojo ciego apretao rezando para que no les caiga una denuncia falsa.
Como para irse de celebración.

Pero bueno, podria ser peor. Yo he conocido un caso de una mujer que celebraba un ABORTO
 
De izquierda a derecha: Estela, Ana, Tamar, Mónica, que tiene una botella en la mano,  y Cristina
De izquierda a derecha: Estela, Ana, Tamar, Mónica, que tiene una botella en la mano, y Cristina

Buena coneja la recién divorciada. Ahora a ponerse ciega de ciruelos en Tinder.
 
Y a pasar por caja otra vez? Te dejas el dinero en la maldita boda que te han invitado y luego más para una fiesta por el divorcio? A mi que me devuelva la pasta y luego que haga lo que quiera...
 
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