Es función del estado marcar política económica que palie los desequilibrios que genera el mercado en beneficio del conjunto de la sociedad. En estas fechas es preferible para la sociedad desbloquear una parte del parque de viviendas que no tienen uso y que en el entorno actual suponen un lujo que no podemos permitirnos. El propietario puede decidir entre pagar el nuevo IBI y dejar la vivienda vacía o aprovechar unas rentas magníficas para sus ahorros pasados poniendo su segunda vivienda en alquiler tal y como está ahora. Le compensará tanto la subida del IBI como posibles seguros que quiera contratar para su tranquilidad.
En mi opinión estas medidas llegan tarde, muy tarde, pero no por eso voy a dejar de aplaudirlas ahora. Estas medidas fiscales son de justicia, y lo dice alguien que tributa la mayor parte de sus ingresos en el marginal del 43%.
