Madrid acaba de levantarse en armas ( doritos) apoyando el alzamiento. La rebolusion campurriana. Enseguidafueron a mimir

Habría que coger, al azar, a 1.000 participantes en las algaradas (distribuidos por toda España) y preguntarles a cada uno de ellos cual es el objetivo de la "acción de protesta" en la que están participando. Los resultados darían para escribir varias tesis doctorales.
Pues como las manifestaciones de estudiantes, que periodistas ya han hecho ese experimento y no saben explicarse. Muchos van porque es otra actividad social más.
 
1) Todavía no te has enterado de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo mundial contra la que confinan en países de izquierda Y DERECHA ¿verdad?

2) Y en todo caso contra eso no protestes destrozando la ciudad.

0 ) no estoy hablando del bichito, en ese jardín ni me voy a meter ( es el mejor sitio para perderse ), sino sobre su gestión y justificación para imponer una nueva "normalidad" a la población

1) Discrepo, me he enterado de que esto va de globalistas nwo contra no globalistas, en España con algún aditamento extra, como que tenemos a un orate tirano de presidente que le rezuma todo la platano y que tenemos en el ridículo parlamento un montón de grupitos políticos a los que eso les da igual porque sólo aspiran a sacar su tajada en el momento oportuno, aparte de que son también globalistas. Hemos tenido medidas más duras en primavera que cualquier otro país de nuestro entorno occidental, pero no parecen haber arreglado el problema y ahora nos van a proponer más de lo mismo, y con otro estado de alarma para que el orate escape a más controles y sea un tirano aún más eficiente, ante la apatía de todas las fuerzas del parlamento ( menos una ) y la complicidad de los medios. Más medidas para seguir destrozando la actividad productiva asociada a pequeños empleadores y para hacer depender a todos del Estado, o sea, ellos.
La forma más eficaz de no contagiarnos es no salir de nuestro cuarto, es cierto, pero para no contagiarnos de el bichito ni de nada ... y ahí en el cuarto moriremos de hambre

2) de acuerdo, no estoy defendiendo nada de eso, por eso digo que esa gente me parecen actores infiltrados o los antisistema simples de siempre ... hay otros sitios más idóneos donde montar bulla. Destrozar mobiliario urbano, tiendas etc es absurdo y un acto de puro nihilismo
 
Hay que partir de la base de que ningún ESTADO ha sido nunca elegido (como forma de organizarse) por un PUEBLO... todos los ESTADOS (o proto-estados de la antigüedad) han sido, y son una creación de minorías poderhabientes mirando por sus intereses.

Mi opción: el PUEBLO autoorganizado.

Si alguna sociedad ha DEMOSTRADO vivir en régimen asambleario DURANTE SIGLOS esa es, esos son, los pueblos de la mitad norte peninsular de la Alta Edad Media (si preferís creer la historia oficial que nos dice que fue una época de horror y terror, pues es vuestra decisión); eran sociedades autogobernadas en asambleas omnisoberanas, con derecho consuetudinario, mandato imperativo, propiedad privada sin trabajo asalariado, bienes comunales y pueblo en armas.

Existía la propiedad privada, pero sólo la conseguida con el esfuerzo propio, al no existir ni esclavitud ni trabajo asalariado, y dicha propiedad era la casa y huerto familiares. Todo aquel que quería tener más, lo tenía, pero, lo dicho, con su esfuerzo y el de todo aquel que quisiera ayudar, ya fuera por reciprocidad o de forma desinteresada.

Esa forma de existencia, ese poder del pueblo soberano, convivió, por desgracia, con otra forma de poder, la corona-clero-nobleza, que se regía por el esclavista derecho romano… y colaboró con ésta en la expulsión de los fiel a la religión del amores, al ser éstos enemigo común. Lástima que, después de la expulsión de éstos, los pueblos libres no dieran por finalizada su colaboración con la corona, y, muy al contrario, cansados de tanta lucha durante siglos (cansancio entendible) cometieron el error (también entendible, pero error que a la postre significó el principio del fin para los pueblos libres) de dejar las armas y delegar su defensa en las mesnadas reales, y además pagando un canon por ello. Craso error que nos ha llevado hasta nuestros días...

El que prefiera seguir creyendo que un partido u otro tiene la solución vive alejado de la realidad, ya sea por miedo, por incapacidad, por cobardía...
El que prefiera seguir creyendo que la solución es EL ESTADO (en cualquiera de sus formas)… lo mismo.

Es mejor elegir, aquí y ahora, funcionar en modo asambleario, aunque sea muy difícil, y aunque por el momento se tuvieran que mantener la mayor parte de las administraciones, que tener que hacer algo deprisa y corriendo, sin reflexión, sin estrategia, cuando todo se vaya a la cosa...

El que tenga MIEDO morirá antes que el VALIENTE... eso seguro. Y si el valiente muere, al menos lo hará luchando por su libertad, y no esperando a que las élites de poder que nos han llevado al abismo nos saquen de él.

El dúo a combatir es el compuesto por el ESTADO y el CAPITAL.

Un ESTADO es un conjunto de minorías poderhabientes, de grupos de poder, que a su vez luchan entre sí por cuotas de poder... Teniendo en común todos ellos una cosa: que sus enemigos comunes son los otros Estados y el PUEBLO... pero sobre todo el segundo, porque con los demás ESTADOS están obligados a entenderse...

El CAPITAL es el GRAN CAPITAL... Los pequeños empresarios pueden y deben seguir funcionando... El GRAN CAPITAL (bancos, multinacionales, etc.) sería EXPROPIADO SIN INDEMNIZACIÓN y todas sus riquezas puestas al servicio del pueblo.

La soberanía debe residir en la asamblea, y habría una por municipio y/o barrio... Las asambleas nombran PORTAVOCES (por tanto sujetos a mandato imperativo, es decir, no pueden negociar por su cuenta a espaldas de la asamblea que los nombraron) que irán a asambleas de ámbito (que no rango) superior...

El ejército, por tanto, al principio se mantendría como está, pero estaría al servicio del PUEBLO y no al de las minorías poderhabientes (que es lo que ocurre y ha ocurrido con todos los ejércitos).

Lo dicho, el final del camino ha de ser un PUEBLO EN ARMAS que expropia al GRAN CAPITAL... y echa abajo al ESTADO y sus ALTOS FUNCIONARIOS (que no casualmente no son elegibles en las elecciones y que son los que realmente dirigen el ESTADO).

Nos ha tocado vivir la etapa quizá más decisiva de la historia de la humanidad... El que crea que no es así y prefiera creer que todo irá bien y que los EXPERTOS nos sacarán del embrollo, allá ellos... Si son mayoría los que piensan así su sociedad morirá; si, por contra, la mayoría asume que hay que tomar las riendas de nuestras vidas, sin ESTADO y sin GRAN CAPITAL, nuestra sociedad tendrá alguna oportunidad.

O cambiamos de paradigma o no cambiamos, es nuestra decisión, no hay más, no hay trucos, no hay atajos, no hay recetas (y todo lo que se le pueda ocurrir que no sea esto, ya se ha puesto en práctica durante siglos, con el resultado de que hemos llegado hasta la situación dramática actual).

Se trata de rehumanirzarnos; la partitocracia y el parlamentarismo son lo que son porque es el propio sistema el que corrompe a las personas... y la prueba la tenemos en que el pueblo está igual de corrompido que las élites de poder. Se corrompen todos, los mandantes y los mandados.

El sistema asambleario depende, claro está, de la calidad del sujeto... que ahora está por lo suelos... Al principio la cosa iría renqueante, pero con el paso del tiempo la gente iría aprendiendo, creciendo como persona serias, responsables, al servicio de los demás. Y el que no quiera mejorar tendrá al resto del pueblo ENFRENTE y VIGILANTE.

Repito, al principio habría te tirar con lo que hay, porque ahora somos, por desgracia, dependientes del ESTADO; pero con la determinación de ir haciéndonos cada vez más responsables y participativos, al final se llegaría a un escenario aceptable, en el que quizá el Estado no haya desaparecido del todo, pero en el que la ASAMBLEA sea SOBERANA... Si pretendemos ESTADO cero, quizá alcancemos un ESTADO al 30%; pero si de entrada queremos no sólo 100% de ESTADO, sino más ESTADO (eso es lo que pide la gente con el cobi19... Y ESE ES PRECISAMENTE EL OBJETIVO DEL MONTAJE DEL cobi19: que la gente sea cada vez más dependiente del PODER y se odie y desconfíe (balconistas) entre sí)... pues tendremos eso... ESTADO al 200% (y CAPITALISMO al 200%, pero capitalismo de multinacionales, con las pymes destruidas).

Repito, lo determinante es rehumanizarnos, se tarde 50 años o 50 siglos. Las prisas son un invento de la modernidad... Pero si de velocidad tenemos que hablar, ya vemos lo que está sucediendo... si no tomamos las riendas de nuestro destino... otros los harán por nosotros... O lo hacemos o no lo hacemos. Si decidimos no hacerlo, luego no valdrán lloros.

Todo lo que sucede en el mundo es porque así lo deciden los humanos por acción o por omisión... Lo que quieren hacer, lo hacen; lo no quieren hacer no lo hacen... El problema es que luego la gente no asume la responsabilidad ni de su acción ni de su omisión... todos prefieren ser víctimas para así esconder su responsabilidad y poder llorar y patalear.

Ningún ESTADO ha sido elegido jamás por ningún pueblo... todos han sido impuestos a sangre y fuego.
Lo más parecido a elección del pueblo fueron los estados originales de EEUU... y ya sabemos como ha terminado el cuento... Pero no por culpa del sistema asambleario original de los pioneros americanos, NO, sino precisamente por haber ido DELEGANDO poco a poco cada vez más parcelas de soberanía de la asamblea, del pueblo. El problema es precisamente ir olvidando el sistema asambleario porque nos parece lento, dificil, etc... porque buscamos la COMODIDAD en vez de la LIBERTAD...

La COMODIDAD es ANTAGÓNICA de la LIBERTAD. Sólo hay una forma de compatibilizarlas, y es DETENTANDO EL PODER... Y aún así los poderosos sólo tienen y quieren la comodidad física, pero no la mental (la más nociva de todas). Sí, así es, ellos siempre están pensando, analizando, reflexionando sobre como maximizar su poder... ¿Qué hace el pueblo mientras? soñar con más y más y más comodidad, sobre todo, lo dicho, la MENTAL...

Persona cómoda = Persona esclava.

El error es creer que manteniendo todo igual se puede cambiar todo... Y si lo que queremos no es cambiar todo, sino reformarlo, estamos perdidos igualmente, porque reformar es REFORZAR.

Y sí... yo respeto la propiedad privada, pero sólo aquella conseguida sin trabajo asalariado, es decir, con el propio esfuerzo y el de todo aquél que quiera ayudar sin relación jerárquica, y con ayuda mutua (la opción realista son las cooperativas, en las que el dueño de la empresa son todos los socios).

Al principio eso no sería viable y sólo serían expropiadas las grandes fortunas, multinacionales, etc. por razones obvias... Y con el tiempo, la mayor parte de empresas se reconvertirían en cooperativas, de forma VOLUNTARIA.

Y respecto al PUEBLO EN ARMAS... Las MILICIAS son el pueblo en armas, es decir, que el pueblo se auto-defiende... Como digo, al principio se mantendría el ejército tal y como está, pero al servicio del pueblo, y no de las minorías poderhabientes. Luego iría evolucionando hacia un sistema de milicias "avanzado", con las mujeres implicadas también en dichas tareas, hasta donde ello fuera hacedero.

Si alguien nos atacara, tendría respuesta, no habría indefensión.

El modelo actual está llegando a su fin, por eso sucede todo lo que sucede, porque los que mandan están preparando el nuevo modelo, mientras el pueblo está a por uvas viendo Netflix y odiándose entre sí en las mil y una divisiones y enfrentamientos diseñados a tal efecto, con el principal de ellos siendo el de hombres contra mujeres y viceversa.

Con el cobi19 han conseguido que TODOS los que el resto del año y de sus vidas están divididos y enfrentados (según las directrices que marcan las RELIGIONES POLÍTICAS), se FUSIONEN... en un unidad absoluta, todos (incluso los neoliberales); todos pidiendo más sanidad estatal, más policía, más ejército, más, más y más.

Una vez más estamos ante el triunfo del ESTADO sobre la DEMOCRACIA (siquiera sobre la democracia parlamentaria, que no tiene nada que ver y es antagónica de la única real, la asamblearia).

Leyendo este libro se comprende mucho mejor la sociedad en la que vivimos:
La democracia y el triunfo del Estado


Todo el que lee ese libro, a partir de ese momento, le cambia su vida (su percepción de la realidad), excepto los adoctrinados irreversibles, los que sirven al poder y el poder mismo.

Los que defienden los regímenes del pasado imperialista español, tienen su parte de razón, porque ciertamente eran menos liberticidas que el actual régimen; pero lo eran por falta de medios, no de ganas e intenciones. Además los defensors de dichos regímenes lo son en su condición de católicos, asimilando cristianismo a catolicismo, cuando la realidad es que son ANTAGÓNICOS... Se suelen agarrar a las palabras supuestamente textuales de Jesús, cuando dijo que elegía a Pedro para levantar su Iglesia... Pero olvidan varios factores, por ejemplo, que las traducciones que nos han llegado son de aquella manera y que la Iglesia es ECCLESÍA (o ekklesía) y significa ASAMBLEA...

Sí, Jesús fue el primer revolucionario (y quizá el último hasta la fecha), porque quería una sociedad sin poderes ilegítimos, como son todos los estados, en aquel momento ROMA... Para ocultar esto sirve la Iglesia, y también, por supuesto, los críticos de la Iglesia católica. Con la Iglesia diciendo que ella es la representante de dios ya tienen engañada a la mitad de la población (los creyentes) y con las idelologías ateas engañan a la otra mitad... ¿y cómo lo hacen? pues precisamente admitiendo los ateos esa versión de los hechos, esa correlación y asimilación entre Iglesia y Jesús.

Sucede lo mismo que con el feminismo y los antifeministas, ambos afirman que el patriarcado viene de las cavernas... con la diferencia de que los primeros dicen que es un horror, y los segundos afirman que es una institución lógica, habida cuenta las diferencias entre hombres y mujeres.

¿Entendéis dónde reside el problema? Eso es... reside en que el debate es FALSO, porque la premisa inicial que todos defienden es FALSA.

Tesis + Antítesis = síntesis
Tesis falsa + Antítesis falsa = síntesis falsa

Lo de las asambleas me recuerda a los círculos de Podemos. En la teoría está muy bien pero luego SIEMPRE hay alguien al que le puede la codicia y se quiere formar su propio cortijo. SIEMPRE, en política, hay algún listo o lista que quiere hacerse de oro a costa de los demás. Son nuestras debilidades (los 7 pecados capitales) y al final todos, tarde o temprano, terminamos cayendo en uno u otro.
 
Toledo Norte manda
Antes de continuar su camino, Tomás Gómez se detuvo en la solitaria estación de gasolina.

-Aquí se sentirá usted bastante solo -le dijo al viejo.

El viejo pasó un trapo por el parabrisas de la camioneta.

-No me quejo.

-¿Le gusta La Sagra?

-Muchísimo. Siempre hay algo nuevo. Cuando llegué aquí el año pasado, decidí no esperar nada, no preguntar nada, no sorprenderme por nada. Tenemos que mirar las cosas de aquí, y qué diferentes son. El tiempo, por ejemplo, me divierte muchísimo. Es un tiempo sagreño. Un calor de mil demonios en verano y un frío de mil demonios en invierno. Y las escasas plantas y la lluvia, tan diferentes. Es asombroso. Vine a La Sagra a retirarme, y busqué un sitio donde todo fuera diferente. Un viejo necesita una vida diferente. Los jóvenes no quieren hablar con él, y con los otros viejos se aburre de un modo atroz. Así que pensé: lo mejor será buscar un sitio tan diferente que uno abre los ojos y ya se entretiene. Conseguí esta estación de gasolina. Si los negocios marchan demasiado bien, me instalaré en una vieja carretera menos bulliciosa, donde pueda ganar lo suficiente para vivir y me quede tiempo para sentir estas cosas tan diferentes.

-Ha dado usted en el clavo -dijo Tomás. Sus manos le descansaban sobre el volante. Estaba contento. Había trabajado casi dos semanas ayudando a establecerse a varios okupas en Lominchar y ahora tenía dos días libres e iba a una fiesta.


-Ya nada me sorprende -prosiguió el viejo-. Miro y observo, nada más. Si uno no acepta a La Sagra como es, puede volverse a Madrid. En esta comarca todo es raro; el suelo, el aire, los arroyos, los lugareños y los relojes. Hasta mi reloj anda de un modo gracioso. Hasta el tiempo es raro en La Sagra. A veces me siento muy solo, como si yo fuese el único habitante de esta comarca; apostaría la cabeza. Otras veces me siento como si me hubiera encogido y todo lo demás se hubiera agrandado. ¡Dios! ¡No hay sitio como éste para un viejo! Estoy siempre alegre y animado. ¿Sabe usted cómo es La Sagra? Es como un juguete que me regalaron en Navidad, hace setenta años. No sé si usted lo conoce. Lo llamaban calidoscopio: trocitos de vidrio o de tela de muchos colores. Se levanta hacia la luz y se mira y se queda uno sin aliento. ¡Cuántos dibujos! Bueno, pues así es La Sagra. Disfrútelo. Tómelo como es. ¡Dios! ¿Sabe que esas ruinas de Carranque tienen dieciséis siglos y aún están en buenas condiciones? Son veinte euros.. Gracias. Buenas noches.

Tomás se alejó por la carretera, riendo entre dientes.

Era un largo camino que se internaba en la oscuridad y la desolación. Tomás, con una sola mano en el volante, sacaba con la otra, de cuando en cuando, un caramelo de la bolsa del almuerzo. Había viajado toda una hora sin encontrar en el camino ningún otro automóvil, ninguna luz. La carretera solitaria se deslizaba bajo las ruedas y sólo se oía el zumbido del motor. La Sagra era una comarca silenciosa, pero aquella noche el silencio era mayor que nunca. Los secarrales giraban a su paso y el monte de Magán se alzaba contra las estrellas.

Esta noche había en el aire un olor a tiempo. Tomás sonrió. ¿Qué olor tenía el tiempo? El olor del polvo, los relojes, la gente. ¿Y qué sonido tenía el tiempo? Un sonido de agua en una cueva, y una voz muy triste y unas gotas sucias que caen sobre cajas vacías y un sonido de lluvia. Y aún más, ¿a qué se parecía el tiempo? A la nieve que cae calladamente en una habitación oscura, a una película muda en un cine muy viejo, a cien millones de rostros que descienden como esos globitos de Año Nuevo, que descienden y descienden en la nada. Eso era el tiempo, su sonido, su olor. Y esta noche (y Tomás sacó una mano fuera de la camioneta), esta noche casi se podía tocar el tiempo.

La camioneta se internó en las colinas del tiempo. Tomás sintió unas punzadas en la nuca y se sentó rígidamente, con la mirada fija en el camino.

Entró en una muerta aldea sagreña; paró el motor y se abandonó al silencio de la noche. Maravillado y absorto contempló los edificios blanqueados por las lunas. Deshabitados desde hacía siglos. Perfectos. En ruinas, pero perfectos.

Puso en marcha el motor, recorrió algo más de un kilómetro y se detuvo nuevamente. Dejó la camioneta y echó a andar llevando la bolsa de comestibles en la mano, hacia una loma desde donde aún se veía la aldea polvorienta. Abrió el termo y se sirvió una taza de café. Un pájaro nocturno pasó volando. La noche era hermosa y apacible.

Unos cinco minutos después se oyó un ruido. Entre las ondulaciones, sobre la curva de la antigua carretera, hubo un movimiento, una luz mortecina y luego un murmullo.

Tomás se volvió lentamente, con la taza de café en la mano derecha.

Y asomó en las ondulaciones una extraña aparición.

Era una máquina que parecía un insecto de tonalidad verde jade, una mantis religiosa que saltaba suavemente en el aire frío de la noche, con diamantes verdes que parpadeaban sobre su cuerpo, indistintos, innumerables, y rubíes que centelleaban con ojos multifacéticos. Sus seis patas se posaron en la carretera, como las últimas gotas de una lluvia, y desde el lomo de la máquina un sagreño antediluviano de ojos de oro fundido miró a Tomás como si mirara el fondo de un pozo.


Tomás levantó una mano y pensó automáticamente:

¡Hola!, aunque no movió los labios. Era un sagreño. Pero Tomás había nadado en Navacerrada en arroyos azules mientras los desconocidos pasaban por la carretera, y había comido en casas extrañas con gente extraña y su sonrisa había sido siempre su única defensa. No llevaba armas de fuego. Ni aun ahora advertía esa falta aunque un cierto temor le oprimía el pecho.

También el sagreño tenía las manos vacías. Durante unos instantes, ambos se miraron en el aire frío de la noche.

Tomás dio el primer paso.

-¡Hola! -gritó.

-¡Hola! -contesto el sagreño en su propio idioma. No se entendieron.

-¿Has dicho hola? -dijeron los dos.

-¿Qué has dicho? -preguntaron, cada uno en su lengua.

Los dos fruncieron el ceño.

-¿Quién eres? -dijo Tomás en español.

-¿Qué haces aquí -dijo el otro en sagreño.

-¿A dónde vas? -dijeron los dos al mismo tiempo, confundidos.

-Yo soy Tomás Gómez,

-Yo soy Pompa de Mingo.

No entendieron las palabras, pero se señalaron a sí mismos, golpeándose el pecho, y entonces el sagreño se echó a reír.

-¡Espera!

Tomás sintió que le rozaban la cabeza, aunque ninguna mano lo había tocado.

-Ya está -dijo el sagreño en español-. Así es mejor.

-¡Qué pronto has aprendido mi idioma!

-No es nada.

Turbados por el nuevo silencio, ambos miraron el humeante café que Tomás tenía en la mano.

-¿Algo distinto? -dijo el sagreño mirándolo y mirando el café, y tal vez refiriéndose a ambos.

-¿Puedo ofrecerte una taza? -dijo Tomás.

-Por favor.

El sagreño descendió de su máquina.

Tomás sacó otra taza, la llenó de café y se la ofreció.

La mano de Tomás y la mano del sagreño se confundieron, como manos de niebla.

-¡Dios mío! -gritó Tomás, y soltó la taza.

-¡En nombre de los Dioses! -dijo el sagreño en su propio idioma.

-¿Viste lo que pasó? – murmuraron ambos, helados por el terror.

El sagreño se inclinó para tocar la taza, pero no pudo tocarla.

-¡Señor! -dijo Tomás.

-Realmente… -comenzó a decir el sagreño. Se enderezó, meditó un momento, y luego sacó un cuchillo de su cinturón.

-¡Eh! -gritó Tomás.

-Has entendido mal. ¡Tómalo!

El sagreño tiró al aire el cuchillo. Tomás juntó las manos. El cuchillo le pasó a través de la carne. Se inclinó para recogerlo, pero no lo pudo tocar y retrocedió, estremeciéndose.

Miró luego al sagreño que se perfilaba contra el cielo.

-¡Las estrellas! -dijo.

-¡Las estrellas! -respondió el sagreño mirando a Tomás.

Las estrellas eran blancas y claras más allá del cuerpo del sagreño, y lucían dentro de su carne como centellas incrustadas en la tenue y fosforescente membrana de un pez gelatinoso; parpadeaban como ojos de tonalidad violeta en el estómago y en el pecho del sagreño, y le brillaban como joyas en los brazos.

-¡Eres transparente! -dijo Tomás.

-¡Y tú también! -replicó el sagreño retrocediendo.

Tomás se tocó el cuerpo, sintió su calor y se tranquilizó. «Yo soy real», pensó.

El sagreño se tocó la nariz y los labios.

-Yo tengo carne -murmuró-. Yo estoy vivo.

Tomás miró fijamente al fío.

-Y si yo soy real, tú debes de estar muerto.

-¡No! ¡Tú!

-¡Un espectro!

-¡Un fantasma!

Se señalaron el uno al otro y la luz de las estrellas les brillaba en los miembros como dagas, como trozos de hielo, como luciérnagas, y se tocaron otra vez y se descubrieron intactos, calientes, animados, asombrados, despavoridos, y el otro, ah, si, ese otro, era sólo un prisma espectral que reflejaba la acumulada luz de unos mundos distantes.

Estoy borracho, pensó Tomás. No se lo contaré mañana a nadie. No, no.

Se miraron un tiempo, de pie, inmóviles, en la antigua carretera.

-¿De dónde eres? -preguntó al fin el sagreño.

-De Madrid.

-¿Qué es eso?

Tomás señaló al norte.

-¿Cuándo llegaste?

-Hace más de un año.

-Jamás habíamos visto a nadie como tú.

-Ni yo a alguien como usted.

-Escúcheme. En La Sagra no vive nadie como usted hace casi dieciséis siglos. Así lo dicen las viejas leyendas que cuentan las viejas con olor a meado de lechón, diente torcido e hijo petulante.

-No entiendo lo que dice. Voy a una fiesta en el Palatium, a orillas del Aquae Divergia . Allí estuve anoche. ¿No ves la villa?

Tomás miró hacia donde indicaba el sagreño y vio las ruinas.

-Pero cómo, esa ciudad está muerta desde hace siglos.

El sagreño o se echó a reír.

-¡Muerta! Dormí allí anoche.

-Y yo estuve allí la semana anterior y la otra, y hace un rato, y es un montón de escombros. ¿No ves las columnas rotas?

-¿Rotas? Las veo perfectamente a la luz de la luna. Intactas.

-Hay polvo en las calles -dijo Tomás.

-¡Las calles están limpias!

-Los estanques están vacíos.

-¡Los estanques están llenos de vino de lavándula!

-Está muerta.

-¡Está viva! -protestó el sagreño riéndose cada vez más-. Oh, estás muy equivocado ¿No ves las luces de la fiesta? Hay barcas hermosas esbeltas como mujeres, y mujeres hermosas esbeltas como barcas; mujeres del tonalidad de la arena, mujeres con flores de fuego en las manos. Las veo desde aquí, pequeñas, corriendo por las calles. Allá voy, a la fiesta. Flotaremos en las aguas toda la noche, cantaremos, beberemos, haremos el amor. ¿No las ves?

-Tu ciudad está muerta como un lagarto seco. Voy a las urbanizaciones de Chozas de Canales. Es una colonia de madrileños desterrados por la burbuja. No puedes ignorarlo. Las constructoras trajeron muchas toneladas de ladrillo y cemento y construyeron las dos urbanizaciones más espantosas que puedas imaginar. Esta noche festejaremos la okupación de un chalet. Llegan de Lavapiés un par de fragonetas que traen a nuestras mujeres y a nuestras amigas. Habrá bailes, kalimotxo y Dyc…

El sagreño estaba inquieto.

-¿Dónde está todo eso?

Tomás señaló a lo lejos en varias direcciones.

-Allá están las luces nocturnas de los diferentes pueblos ¿Los ves?

-No.

-¡Maldita sea! ¡Ahí están! ¡El resplandor de Madrid se ve claramente!

-No.

Tomás se echó a reír.

-¡Estás ciego!

-Veo perfectamente. ¡Eres tú el que no ve!

-Pero ves el resplandor nocturno, ¿no es así?

-Yo veo una laguna, y con abundante agua.

-Señor, esa agua se evaporó hace siglos.

-¡Vamos, vamos! ¡Basta ya!

-Es cierto, te lo aseguro.

El sagreño se puso muy serio.

-Dime otra vez. ¿No ves la ciudad que te describo? Las columnas muy blanca, las barcas muy finas, las luces de la fiesta… ¡Oh, lo veo todo tan claramente! Y escucha… Oigo los cantos. ¡No están tan lejos!

Tomás escuchó y sacudió la cabeza.

-No.

-Y yo, en cambio, no puedo ver lo que tú me describes -dijo el sagreño.

Volvieron a estremecerse. Sintieron frío.

-¿Podría ser?

-¿Qué?

-¿Dijiste que «del Norte»?

-De Madrid.

-Madrid, ese nombre nada me dice -dijo el sagreño-. Pero… al subir por el camino hace una hora… sentí…



Se llevó una mano a la nuca.

-¿Frío?

-Sí.

-¿Y ahora?

-Vuelvo a sentir frío. ¡Qué raro! Había algo en la luz, en las ondulaciones, en el camino… -dijo el sagreño-. Una sensación extraña… El camino, la luz… Durante unos instante creí ser el único sobreviviente de este mundo.

-Lo mismo me pasó a mí -dijo Tomás, y le pareció estar hablando con un amigo muy íntimo de algo secreto y apasionante.

El sagreño meditó unos instantes con los ojos cerrados.

-Sólo hay una explicación. El tiempo. Sí. Eres una sombra del pasado.

-No. Tú, tú eres del pasado -dijo el madrileño.

-¡Qué seguro estas! ¿Cómo es posible afirmar quién pertenece al pasado y quién al futuro? ¿En qué año estamos?

-En el año dos mil veinte.

-¿Qué significa eso para mí?

Tomás reflexionó y se encogió de hombros.

-Nada.

-Es como si te dijera que estamos en el año 1.123 Ab urbe condita. No significa nada. Menos que nada. Si algún reloj nos indicase la posición de las estrellas…

-¡Pero las ruinas lo demuestran! Demuestran que yo soy el futuro, que yo estoy vivo, que tú estás muerto.

-Todo en mí lo desmiente. Me late el corazón, mi estómago siente hambre, mi garganta sed. No, no. Ni muertos, ni vivos, más vivos que nadie, quizá. Mejor, entre la vida y la fin. Dos extraños cruzan en la noche. Nada más. Dos extraños que pasan. ¿Ruinas dijiste?

-Sí. ¿Tienes miedo?

-¿Quién desea ver el futuro? ¿Quién ha podido desearlo alguna vez? Un hombre puede enfrentarse con el pasado, pero pensar… ¿Has dicho que las columnas se han desmoronado? ¿Y que la laguna está vacía y la acequias, secas y las doncellas muertas y las flores marchitas? -El sagreño calló y miró hacia la ciudad lejana. -Pero están ahí. Las veo. ¿No me basta? Me aguardan ahora, y no importa lo que digas.

Y a Tomás también lo esperaban los perroflauta, allá a lo lejos, y las urbanizaciones, y las mujeres de Madrid.

-Jamás nos pondremos de acuerdo -dijo.

-Admitamos nuestro desacuerdo -dijo el sagreño-. ¿Qué importa quién es el pasado o el futuro, si ambos estamos vivos? Lo que ha de suceder sucederá, mañana o dentro de diez mil años. ¿Cómo sabes que esos templos no son los de tu propia civilización, dentro de cien siglos, desplomados y en ruinas? ¿No lo sabes? No preguntes entonces. La noche es muy breve. Allá van por el cielo los fuegos de la fiesta, y los pájaros.

Tomás tendió la mano. El sagreño lo imitó. Sus manos no se tocaron, se fundieron atravesándose.

-¿Volveremos a encontrarnos?

-¡Quién sabe! Tal vez otra noche.

-Me gustaría ir contigo a la fiesta.

-Y a mí me gustaría ir a tu urbanización y ver esas gentes de que me hablas, y oír todo lo que sucedió.

-Adiós -dijo Tomás.

-Buenas noches.

El sagreño voló serenamente hacia las ondulaciones en su vehículo de metal verde. El madrileño se metió en su camioneta y partió en silencio en dirección contraria.

-¡Dios mío! ¡Qué pesadillas! -suspiró Tomás, con las manos en el volante, pensando en los cohetes, en las mujeres, en el Dyc, en las noticias del el bichito, en la fiesta.

-¡Qué extraña visión! -se dijo el sagreño, y se alejó rápidamente, pensando en el festival, en los canales, en las barcas, en las mujeres de ojos dorados, y en las canciones.

La noche era oscura. La luna se había puesto. La luz de las estrellas parpadeaba sobre la carretera ahora desierta y silenciosa. Y así siguió, sin un ruido, sin un automóvil, sin nadie, sin nada, durante toda la noche oscura y fresca.
 
Hace 500 años los españoles se defendían del Islam para que no secuestraran a sus hijas o a sus hijos y los vendieran en el mercado de esclavos de Argel .
Ahora los españoles están esclavizados para pagarle la vidorra a los jovenlandeses que viene en barca.
 
Lo mismo fallo en la segunda guerra mundial, cuando los tanques alemanes se quedaron sin gasolina. Les fallo la logistica.
Aqui lo mismo. El problema es que se necesitan bolsas de doritos de 2 kilos, y va y sale uno con la de 120 gramos, y claro a los 30 minutos de vuelta.

Nunca aprenderemos.

meparto:
 
Son niñatos que se querían emborrachar como todos los sábados.

Seguro que hoy domingo están en casa tranquilitos con la resaca.
 
Entonces, en mi opinión, no tiene sentido tener una cuenta. Es contraproducente, da una imagen cara a la galería de escaparate de cartón piedra.
Si hasta para llevar una cuenta de Twitter, engañas...
Así está el enchufismo político español, reirse en al cara del que paga
 
Lo de las asambleas me recuerda a los círculos de Podemos. En la teoría está muy bien pero luego SIEMPRE hay alguien al que le puede la codicia y se quiere formar su propio cortijo. SIEMPRE, en política, hay algún listo o lista que quiere hacerse de oro a costa de los demás. Son nuestras debilidades (los 7 pecados capitales) y al final todos, tarde o temprano, terminamos cayendo en uno u otro.
Ante esa realidad de la condición humana tenemos dos opciones:
1- Asumir que somos potencialmente malvados y que por tanto necesitamos de alguien que nos guíe, dirija y controle.
2- Asumir que somos potencialmente buena gente y que por tanto, podemos hacer todo lo posible por alimentar esa faceta y no la contraria.

Si elegimos la primera opción, llegamos a aceptar el ESTADO, es decir aceptamos que alguien tenga infinito poder, al mandar sobre 40, 100 o mil millones de personas. Es decir, aceptamos que exista la dictadura, la tiranía, etc... porque el PODER nunca va a menos, siempre va a más, tal es su naturaleza. Además, esa delegación de todo en castas de expertos, produce atrofia en el pueblo según van pasando los años, los siglos... Y finalmente el pueblo, ahora sí, ya no es apto para nada y depende en todo del ESTADO.

Si elegimos la segunda opción, para empezar nos obligamos a implicarnos todos en la totalidad de nuestra existencia, lo cual permite que no se oxide ninguna de las capacidades que tenemos en tanto que humanos (que son muchas). Además, al no existir ESTADO, es muy difícil, casi imposible, que ninguna facción de poder que pueda surgir consiga atesorar el poder y apoyos suficientes como para convertirse en tirano totalitario.

La decisión reside en lo siguiente: o elegimos libertad y responsabilidad, o elegimos comodidad y seguridad. Ambas cosmovisiones son ANTAGÓNICAS. La primera ELEVA la condición humana; la segunda REBAJA la condición humana (tanto en mandantes como en mandados).
 
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