Las feministas y la misandria

is_pain

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Entre la lucha de clases, la lucha de sexos, la lucha religiosa, la bipolaridad política etc. a los españoles nos tienen ocupados con todo menos con quien está causando esta crisis económica y social.

A todos los conspiranoicos os tienen enganchados a supuestos hechos y fechas concretas donde ocurrirá no se qué desgracia. Es todo mentira, sólo sirve para teneros ocupados en hechos y fechas concretas, en las que no ocurrirá nada, y por tanto se perderá la credibilidad mientras la agenda sigue su curso.
 

NODIANO_borrado

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Entre la lucha de clases, la lucha de sexos, la lucha religiosa, la bipolaridad política etc. a los españoles nos tienen ocupados con todo menos con quien está causando esta crisis económica y social.

A todos los conspiranoicos os tienen enganchados a supuestos hechos y fechas concretas donde ocurrirá no se qué desgracia. Es todo mentira, sólo sirve para teneros ocupados en hechos y fechas concretas, en las que no ocurrirá nada, y por tanto se perderá la credibilidad mientras la agenda sigue su curso.
Entonces... dígame cuál es la postura social que se ha de adoptar para que no nos tengan "mareados".

¿QUIEN HA CAUSADO la crisis social? la económica, la tenemos clara.

¿Es plausible que el feminismo actual sea una herramienta más de los que fomentan la guerra de sexos? En caso afirmativo, ¿cuál es la estrategia idónea para frenar y revertir los más que videntes estragos sociales?.
 

NODIANO_borrado

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El serdelucismo norteeuropeo heredero de SCUM en estado puro.

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NODIANO_borrado

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Otra defensa de la familia, hombres incluidos

Llevo días mirando a ratos los ejemplares de "Educación para la ciudadanía" que han llegado al instituto, y no salgo de mi asombro al comprobar el poco aprecio hacia la condición masculina que se detecta en estos textos. Es curioso que la "perspectiva de género" tan invocada por unos y tan satanizada por otros produzca tan pocos frutos.

Según los más radicales ideólogos del género, tanto nuestra identidad sensual como el papel social que se le atribuye son construcciones que sirven para apuntalar a los que ostentan el poder, es decir a los hombres, y mantener en una posición subordinada a las mujeres. Se trata, por tanto, de desenmascarar las artimañas de las que se vale el poder masculino para colonizar el imaginario de los jóvenes con "ficciones" como la de otorgar importancia a la diferencia sensual, tan útil para sus intereses.

El problema es que los jóvenes se muestran obstinadamente refractarios a estos mensajes, y siguen escenificando el juego de la polaridad sensual y la seducción como siempre, contando ahora además con la ayuda de un mercado dispuesto a espectacularizar la diferencia como nunca antes ocurrió. Por otra parte, las investigaciones neurológicas han demostrado hace ya tiempo que la diferencia sensual es más que una construcción social, aunque todos los seres humanos manifestemos una plasticidad enorme.

En el otro extremo, se sitúan los que ven en la ideología de género el bichito más disolvente y letal que imaginarse pueda contra la legitimidad de sus mensajes. Y, seguramente no se equivocan. Es algo que afecta especialmente al cristianismo cuyo universo simbólico otorga constantemente primacía al género masculino. Si algo acabó por mermar definitivamente mi antigua fe católica fueron las lecturas de algunas teólogas feministas.

Como ya no es socialmente aceptable sostener esa primacía masculina, ahora se obvia el asunto –como si la cuestión no tuviera mayor trascendencia-, y se insiste en machaconamente en un único gran argumento: la evidencia de que existen hombres y mujeres, seres de igual dignidad pero diferentes cuya complementariedad es necesaria para crear una estructura familiar natural y psicológicamente sana. Los apologistas de este modelo, una vez aclarada su posición, no dudan en conceder que la feminidad –el eterno femenino- posee una excelencia amorosa superior que se encarna de modo inequívoco en la figura de la madre...

"La tarea de la madre y del padre

Cada miembro de la pareja conyugal tiene una cierta delimitación de sus funciones, aunque los campos del uno y el otro se cruzan, se entremezclan, se superponen y complementan.

La mujer ha sido siempre la que ha transmitido los sentimientos, el mundo de la afectividad, por eso no hay amor como el de una madre. El amor materno se un icono de generosidad, espejo donde se tienen que mirar otros amores: es un amor de donación, que no pide nada a cambio, que busca el bien del hijo por encima de todo y que está lleno de comprensión, disculpa, soporte, perdón."
Fuente: Anexo de Enrique Rojas en Educación para la ciudadanía de editorial Casals, Barcelona, 2007.

Ante excelsa referencia, al hombre, aunque haya cambiado mucho la realidad sociolaboral, sólo le queda seguir trabajando fuera de casa, ponerse a disposición de su esposa en las tareas domésticas, contar cuentos antes de dormir a los niños e incluso educarles, y procurar no ser un rígido y estirado que frena la labor humanizadora y cimentadora de la familia, encarnada por la madre.


El hombre ha sido quién, tradicionalmente, ha transmitido el sentido del trabajo, la responsabilidad económica y el pilar material de la familia. Hoy, en llena entrada del siglo XXI, eso sigue vigente, aunque con muchos matices. En muchos ambientes, la mujer y el marido trabajan fuera de casa y ambos llevan una nómina profesional.

En algunas parejas, la mujer gana mes dinero que el hombre y los papeles clásicos se han invertido o mezclado, cosa que mujer una vitalidad y un dinamismo muy positivo a la familia: el padre tiene que ayudar en las tareas domesticas, sabe la importancia de explicar cuentos a los hijos por la noche (lo que en inglés se llama el "bed time": este tiempo en qué el niño se a la cama y el padre, sentado a la cabecera le explica uno contiene, y el sumerge en un mundo agradable y mágico, donde la fantasía se abre paso), y que con el paso de los años estas cosas dejan una marca imborrable.

También el padre transmite sentimientos, y se aleja de esas sentencies machistas que hemos oído tan a menudo y que dicen que «los hombres no lloran» o que «los hombres no expresan sus sentimientos, los guardan».

¡Qué error! Esta forma de entender las cosas ha llevado muchos golpes en fabricar un tipo de hombre seco, distante, frío, inexpresivo de afecto... que le vuelve incapaz para la vida conyugal.

El hombre también tiene que empeñarse en la educación de los hijos: ayudarlos a encontrarse a sí mismos, que saquen lo mejor de su persona, en pulimentar y en limar las aristas de su personalidad.
La madre humaniza la familia. Ella se el cemento de unió de los unos y los otros. La ternura es el ungüento del amor; la manera fina de ir dejando caer el afecto, el hecho de ponerse en el lugar del otro y saber que la generosidad es darse, pensar más en los otros que en un mismo.
Fuente: Anexo de Enrique Rojas en Educación para la ciudadanía de editorial Casals, Barcelona, 2007.


Es frecuente que en estos medios se señale la fuga de las responsabilidades familiares por parte de muchos hombres y que se denuncie la figura del "padre ausente". De la "madre sobreprotectora" o de la "madre omnipresente e invasiva", por citar otras figuras frecuentes, no se acostumbra a decir nada.


El padre ausente


Es preciso mencionar el llamado padre ausente en las familias estables: es aquel padre que existe, pero que no aparece, no cuenta, no es capaz de transmitir amor, afectividad, conocimiento... que se ha ido convirtiendo en una figura vacía, sin relieve, porque no se implica a fondo con el resto de la familia.

Es frecuente que pase en padres que sólo tienen tiempo para trabajar, a los que su afán profesional los ha devorado. Muchos hiles dicen: «padre, vuelve pronto en casa, no queremos que ganes más dinero ni nos compres nada más, te queremos a nuestro lado».
Fuente: Anexo de Enrique Rojas en Educación para la ciudadanía de editorial Casals, Barcelona, 2007.


De este modo, salvo contadas excepciones –el texto de José Antonio Marina es muy equilibrado-, la mayoría de los libros de educación para la ciudadanía acaban resultando todos misándricos, a pesar de sus muy diferentes orientaciones. A nivel popular ha calado esta misandria ambiental, que unida al inculpación difusa que deriva de la lacra de la violencia doméstica –expresión terrible de la crisis de la identidad masculina- tiene el negativo efecto de hacer creer que no se puede esperar nada bueno ni respetable de la condición masculina. Las series de televisión hace tiempo que lo entendieron y por eso insisten tanto en apuntalar el estereotipo del padre menso (Noticias de Pantalla | Edición Impresa 04-04-2007 | EL PAÍS).

Si entendemos la perspectiva de género como una herramienta destinada no a denunciar la opresión masculina o a negar la diferencia sensual, sino a estudiar cómo se construyen y vehiculan las identidades asociadas a la diferencia sensual, y cómo se transforman y modulan según las circunstancias, entenderemos mucho mejor las relaciones entre hombres y mujeres y podremos contribuir a que sean más gratas.

Hace ya tiempo que en el seno del feminismo se alzaron voces que reclamaron más atención hacia la condición masculina, porque se entendió que sobre la base de su vituperio permanente y sin una identidad masculina sólida sería imposible construir relaciones equilibradas y satisfactorias, sobretodo el horizonte de unas transformaciones sociolaborales profundas y desestabilizadoras. Se equivocan quienes insisten en poner la identidad masculina bajo sospecha permanente y convierten su adquisición en una misión imposible. También se equivocan los que se empecinan en negar el carácter relativo y transformable del género y se encallan en mistificaciones de la feminidad sin saber dónde colocar una masculinidad desplazada.

Por eso me ha encantado el texto del suplemento dominical de EL PAÍS, dónde desde una óptica no confesional se hacía una de la mejores defensas de la familia que cabe hacer hoy por hoy. Y el hombre salía bien parado.


Diario de un padre del siglo XXI

Se acabó salir y viajar. Toca dar biberones, jugar al escondite y elegir el tonalidad de los leotardos. El periodista y escritor Antonio Jiménez Barca relata la absorbente y emocionante labor de criar a dos hijos.

Pongamos que me llamo Ernesto. Tengo dos hijos: Julia, de cinco años, y Luis, de uno. Ahora mismo los dos miran por encima del hombro lo que escribo. Paula, con mala cara.

-Papá, ¿jugamos?

-Ahora no puedo. Además, hay que ir al colé. Luego, ¿a qué quieres jugar?

-Al escondite, a las mini-pets, a saltar a la comba. A todo.

-Después, ¿vale?

-Vale.

Luisito tiene más carácter: de un manotazo limpio al grito de "tala-tala" manda el texto (y casi el ordenador) a hacer puñetas. Así que hay que empezar otra vez. Diario de un padre del siglo XXI. Me llamo Ernesto. Tengo dos hijos. Una de cinco años, y otro, de uno recién cumplido. Para el que no se acuerde o no lo sepa, a los cinco años un niño quema al día la misma energía que Rafa Nadal en un partido; a los 12 meses está aprendiendo a andar, a meterse los enchufes en la boca o a ensayar el salto en caída libre desde las sillas. Es decir, cuando un padre de dos niños de estas características asegura que no tiene tiempo para esto o lo otro, créanle: no es una frase hecha. Y esto y lo otro tienen su importancia. Eran su vida anterior, su vida sin niños: salir, entrar, quedar, viajar, leer, o bajar a la playa sin planificar cada movimiento como si se tratara del desembarco de Normandía. En eso (Normandía) ha consistido nuestro fin de semana.

Todos los fines de semana desde hace unos años. Por eso no les niego que experimento un maligno bienestar al pensar que hoy, por fin, es lunes y hay colegio.

Pero me enrollo y no hay tiempo. Miro el reloj: las nueve menos diez.

Manuela, la chica que se encarga de Luisito, está al venir. Somos padres del siglo XXI, así que mi mujer, Carmen, también trabaja y viaja, y hoy no estará en casa en todo el día. Además, no nos queda otra que contar con dos sueldos: hemos contraído hace poco una hipoteca del siglo XXI, esto es, que durará casi todo el siglo XXI.

Julia me observa y yo la observo a ella. Otra vez lo hemos conseguido. En una hora está despierta, vestida, desayunada, peinada, lista para salir hacia el colegio. No ha sido fácil. Al principio no sabía cómo vestirse. Ni yo tampoco cómo vestirla. Con el tiempo hemos aprendido juntos. Ella, a abrocharse las cremalleras y a pasar los botones. Yo, a que, a veces, tratándose de una chica, hay que conjugar el tonalidad de las pinzas del pelo con los leotardos. El colegio está cerca de casa. Vamos andando. Por el camino me encuentro con el papá de Carlitos, que invita a Julia el sábado a un macrocumpleaños que Carlitos celebrará en un local de esos de bolas, con payasos y con cuentacuentos. Digo que sí, que Julia acepta. En el paso de cebra se me acerca la madre de Elisita, que hará una fiesta el viernes en su casa, con payasos y cuentacuentos (espero que distintos). Digo que sí, que gracias. Al entrar en el colegio, la madre de Ricardito, de la APA (Asociación de Padres), me recuerda que el viernes es la fiesta que los padres organizamos por el principio del trimestre, que los padres que quieran harán de payasos y de cuentacuentos. Respondo que no me olvido, dejo a Julia en el colegio, me voy para la oficina y pienso: a) que mi hija tiene más vida social que mi hermana soltera (yo ni me comparo, claro), y b) que los padres de ahora nos hemos convertido un poco en parques temáticos de nuestros propios hijos. Tememos que se aburran. Recuerdo los cumpleaños de mi infancia, a los que venían los cuatro amiguitos del portal y un batallón de primos, sin payasos ni cuentacuentos. Y pienso también en las tardes de aburrimiento de los eternos veranos de la EGB. Mi madre, que creció en la posguerra, se preocupaba mucho de que mis hermanos y yo comiéramos, de que no pilláramos una infección, pero le resultaba indiferente que nos aburriéramos.

-Mamá, me aburro.

-Pues cómprate un mono, y quítate de ahí, que tengo que tender.

El que nos aburriéramos lo consideraba casi inevitable y hasta provechoso, porque pensaba que eran los propios niños los encargados de buscarse entretenimiento. No sé quién tiene razón, pero, por si acaso, apunto las citas de mi hija en mi agenda. Es difícil ser padre en cualquier siglo.
Carmen vuelve antes de lo previsto: recogerá a Julia, se encargará de Luisito por la tarde. Yo aprovecho para adelantar cosas en la oficina y como en una cafetería con otros compañeros. Me dan ideas para el diario: la falta de guarderías públicas, la falta de empresas con verdadero afán de conciliación. Uno, de más edad, nos recuerda otra característica de los padres.

Nos hemos convertido en parques temáticos de nuestros hijos. Mi madre se preocupaba de que comiéramos, pero le resultaba más o menos indiferente que nos aburriéramos del siglo XXI. Los hijos no se irán de casa hasta mucho después de que sus padres se jubilen. Además, dado el régimen algo dictatorial que los hijos ejercen sobre los padres, la casa acaba perteneciéndoles. El compañero acabó relatando la bronca que mantuvo con sus hijos este fin de semana porque decidió a última hora no irse a la casa de la sierra, chafándoles los planes de fiesta a los adolescentes.

Volvemos a la oficina. Trabajo unas horas. Intento regresar a casa antes de las siete y media, la hora crítica. Carmen me recibe con Luisito en la bañera, berreando, con el baño encharcado. Julia se ha escaqueado y, disfrazada de princesa, juega en el salón, ella sola, con un disco de cuentos a todo trapo. Dan ganas de darse la vuelta.

-¿Jugamos a príncipes, papá?

-Ahora no. A bañarse. A cenar. A dormir.

-Jo.

Conseguimos que en menos de 40 minutos la casa se serene. Cada tarde es así: a un caos aparentemente ingobernable le sucede una calma milagrosa. Mientras doy el biberón a Luisito. que ya cierra losojos, pienso en eso, en el milagro que ocurre cada tarde en mi casa y en algo que oí en la radio hace meses y que me impresionó: los niños son pequeñas máquinas de generar sentimientos: amor, pánico, euforia, dicha, calma... Es cierto. Lo he experimentado. Porque los padres del siglo XXI, y ahora me refiero sólo a los hombres, tenemos menos horas para nosotros, ocupados en la crianza y en la atención de los hijos. Mi padre se ocupaba sólo de tomar las grandes decisiones sobre los hijos. Nosotros, además, nos ocupamos de las pequeñas: el tonalidad de la gomita del pelo, por ejemplo. Y el caudal de sentimientos que arrastra cada minúsculo acto conjunto compensa. Es algo que las madres han sabido desde siempre. Pero me enrollo. Y Luisito se ha quedado frito con el biberón en la boca. Les miro mientras se van durmiendo. Se acurrucan en sus camas. Imagino que piensan que nada malo va a pasarles jamás. Pero yo soy el que me siento protegido al verles.

No me pidan que lo explique. Aunque Julia abre a última hora un ojo Rafael-Nadal y pregunta:

-¿Jugamos de una vez?

-Claro, reina. Ahora sí. Un poquito, antes de dormir. Pero espera, que me quedan aún cuatro frases.

Me acerco a ella. Le pregunto.

-¿A qué quieres jugar?

-A todo.
 
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Buscando heteropatriarcal en google, primera vez que leo esa palabra :roto2:, me encuentro esta entrada de un blog.


Tus enchufes son heteros | Víctimas del heteropatriarcado

"Pasillos de teles, altavoces, cables, mp4s, tdts… pensaba que en este escenario, y en cualquier otro, sólo las personas, en este caso compañeros y clientes, me proporcionarían anécdotas de corte heteropatriarcal. ¡Error! Para mi sorpresa hasta los objetos están a merced del Imperio del Heteropatriarcado. O mejor dicho las denominaciones con que los humanos tenemos a bien de bautizarlos

Cables macho, cables hembra. Por extraño que os parezca, no conocía este argot. Protuberancia=hombre, agujerito= mujer. Y, “naturalmente”, los dos encajan.

Quise compartir mi sorpresa ante este absurdo terminológico con mis compañeros. Ellos, o bien no entendieron mi indignación, o bien pensaron que nunca había reparado en esa “obviedad” cotidiana. Así, como a una niña a la que sus progenitores explican de dónde vienen los niños, superada la fase cigüeña-parisina, me dijeron: “Claro, el macho es el del pitorro y la hembra lo que tiene agujero”. Intenté hacerles ver lo ridículo que resulta, si se le dedican dos neuronas al tema, la asignación de roles sensuales (heteros siempre, claro) a los intrumentos electrónicos. Como podéis imaginar fue un fracaso, para variar…

Pd: Al menos ya no tendré que lidiar con más presuntos penes y vaginas electrónicos, es lo que tienen los despidos sorpresa."




Dios llevame pronto...


 

NODIANO_borrado

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El Reino del Terror de la Revolución sensual

"La bien conocida expresión "revolución sensual" en mi opinión debe ser tomada con toda su seriedad tradicional. Como en la Revolución Francesa, la revolución mas paradigmática de los tiempos modernos, fué un intento de realizar una utopía.. Pero una utopia sensual en vez de política Y como la Revolución Francesa, ha recorrido tres fases: primero, una fase anárquica libertaria, en la que la utipia se supuso que ocurriría espontáneamente cuando las viejas costumbres fueran arrinconadas.; segundo un reino del terror, en el que una facción secuestra el poder e intenta realizar su programa dictatorialmente; y tercero, una "reacción" en la que la naturaleza humana gradualmente se reestrablece por si misma. Seguiremos este órden en este ensayo."

Estamos en la fase del terror. Segun Devin, todo empezó con dos utopias; la utopia sensual masculina: tener tantas mujeres como uno quiera sin esfuerzo alguno, reflejada en la pronografía y en las películas de James Bond, y la utopia femenina: tener al hombre mas atractivo y poderoso del momento en régimen de exclusividad. Las mujeres no son monógamas, sino hipérgamas, desearían al mejor hombre posible que pudieran monopolizar, el mejor de cada momento. Por su caracter de monopolio su utopía va contra la de las demás mujeres, que buscan lo mismo. la utopia masculina también incluye el monopolio de mujeres; cada uno desea su harén, por lo tanto, también es incompatible consigo misma.

Además, ambas utopias, resultantes de la distinta psicología masculina y femenina (y ésta derivada de la evolucion biológica), son también incompatibles entre si: los hombres esperan de la liberación de las mujeres la disponibilidad de sesso abundante, pero las mujeres lo que realmente sueñan es irse con la estrella de rock o del cine del momento. Las mujeres siguen negándose igual que antes a los deseos masculinos, pero permanecen sin comprometerse hasta encontrar su elevado estándar de hombre ideal, Pasa el tiempo y se dan cuenta de que están solas. El resultado ha sido que unos y otras se han quedado sin lo que deseaban.

Para esa esperable frustración mútua, se ha encontrado un chivo expiatorio: la opresión masculina, que sigue, desde sus hilos invisibles patriarcales, frustrando a las inocentes mujeres. El abandono de la jovenlandesal pre-revolucionaria por el dogma del libre consentimiento ha derivado en la preheminencia del consentimiento del sesso que elige, las mujeres. En consecuencia, se ha proclamado el derecho de la mujer a decidir en todo momento y lugar lo que está permitido y que no.

El bando feminista ha tomado el poder, y se ha desatado una caza del hombre. La satisfacción del deseo de la mujer es la ley. Los llamados "date rape", es decir, las denuncias de violaciones el día a la mañana siguiente de una cita, son la última expresión de esa dictadura; la mujer se siente confusa, no está segura de haber consentido algo que a posteriori ha descubierto que no le agradaba. Si no fué de su satisfacción, por lo anterior debe ser una violación, luego el sistema burocrático feminista puede encarcelar al culpable a la denuncia de una mujer aunque no haya habido violencia alguna. No questions asked. Ante esa omnimodo poder que se concece a la mujer, la unica defensa de los hombres es la castidad o la negación de compromiso, o la negación a tener hijos. La pregunta frecuente "¿eres lgtb?" al hombre por su falta de iniciativa tiene una fácil respuesta: Tanto han exigido las feministas que no se trate a las mujeres como objetos sensuales ha derivado en que ellos no las traten como objetos sensuales.

Mujeres solteras frustradas o divorciadas separadas, producto de esta situación de recelo de los hombres, alimentan la maquinaria de indignación feminista hasta el siguiente escalón de terror. Los hombres que se quedan fuera de las preferencias de las mujeres esperan conseguir su favor sumándose al feminismo, pero las mujeres, como hipérgamas no desean a sus iguales. Si un hombre no es capaz de tener autoridad sobre ellas, como va a tenerla sobre los demás hombres. Los hombres domesticados no son atractivos, los que ellas desean son los atractivos y ricos que tienen demasiadas mujeres como para comprometerse. Solo quieren usarlas. Ellas se quejan de que después de haber conseguido lo que quieren, dejan de llamar, pero a su lado hay hombres que desearían comprometerse, pero ella quiere "algo mas". Al menos eso es lo que le han prometido a ella con la revolución sensual, es lo que dicen las revistas. No te conformes.

La solución del autor a esta situación puede sorpredente a los ojos actuales, pero hay qu tener en cuenta que el terror afecta a la percepción de la realidad. Solo después de la pesadilla nancy o soviética o Jacobina, sus protagonistas se dieron cuenta de su propia miseria y de las aberraciones, físicas e ideológicas, que se cometieron. Durante una revolución, sus víctimas no son conscientes de ella, siemplemente la aceptan como signo de los tiempos, como algo que está en la naturaleza de las cosas. Lo mismo ocurre con el reinado del terror de la liberación sensual.

Me gusta leer cosas políticamente incorrectas, porque, una cosa es seguro, las ideas que nos pueden sacar del suicidio no se encontrarán entre las esterilizadas instituciones desde las que el poder nos manda todo su adoctrinamiento, sino de gente marginal que se atreve a pensar, verdaderamente, fuera de los cánones de esta dictadura con modales.
 

NODIANO_borrado

Madmaxista
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Y mas misandria institucionalizada al descubierto...



Violencia de Género: el negocio en España del lobby eugenista



En España existe un fuerte debate alrededor de la violencia de género, con posiciones encontradas entre feministas y diferentes sectores, algo que aún no ha comenzado a rebotar en otros países, donde la agenda de violencia de género con claros tintes feministas está avanzando desde los medios para presionar a los gobiernos.

Desde que se aprobó la ley de género en España, la tasa de suicidios masculinos creció notablemente, elevando la polémica a nivel de cuestionar los datos que permitieron la implantación de la regulación y a preguntarse quién es Miguel Lorente, delegado español contra la Violencia de Género.

Las denuncias contra el delegado, de supuesto prestigio internacional y con una serie de libros escritos sobre el tema, se basan en el falseo de datos y llegan desde sectores disímiles como pueden ser la Iglesia católica o el mismo pensamiento anarquista, siempre crítico al gobierno en España.

La implantación de la Ley de Género en España respondió a una continuada campaña de propaganda de ciertos sectores feministas que terminó forzando la salida de una ley que se está reclamando a la vez en varios países con metodologías similares. Basta con observar a simple vista las publicaciones de noticias diarias para comprender cómo la agenda feminista presiona a las intituciones para lograr legislaciones que favorecen a la mujer en dertimento del hombre en las relaciones de pareja.

En ese sentido, Carlos Aurelio escribe en su blog en el diario español Hoy, una nota acerca de quién es Miguel Lorente, responsable de las políticas feministas en españa, que han elevado la tasa de suicidios de hombres de manera alarmante.

Miguel Lorente es el actual delegado del Gobierno contra la Violencia de Género, cargo dependiente del Ministerio de Igualdad, pues al igual que su ministra, él también pertenece a la camarilla de enchufados de Manuel Chaves.


Lorente Acosta es un médico forense que años atrás empezó haciendo las cosas realmente bien combatiendo los casos de maltrato hacia las mujeres, pero que lamentablemente después, sucumbió a la tentación de subirse al carro de género al oír los cantos de sus sirenas.

Es el “milagro” del dinero público fácil y los premios de cargos públicos a dedo: son múy difíciles de rechazar.

Toda la familia Lorente Acosta se ha subido al carro del género para ganar dinero y planean negocios aún más provechosos. Los tres hermanos Miguel, José Antonio y Manuel Javier Lorente Acosta (este último un pediatra que ni pintaba en el tema), se inventaron el “Síndrome de la mujer maltratada” pero sólo en caso que el maltrato lo reciba de su pareja hombre y en ningún caso que la mujer sea capaz de propinar maltrato alguno, acorde a la ideología de género.


El hermano José Antonio Lorente Acosta estaba metido de lleno en el campo del ADN y le confiaron la tarea de confirmar la identidad genética de los restos de Cristóbal Colón, con gran impacto mediático. Miguel Lorente Acosta para no ser menos y viendo que podía también lograr notoriedad con el ADN, publicó un desafortunado trabajo en plan peliculero llamado “42 Días. Análisis forense de la crucifixión y la resurrección”, donde afirma que Jesucristo no murió en la cruz sino en otro sitio después de sufrir un coma muy extraño, provocando tal afirmación, la burla y el comentario socarrón entre sus propios colegas (noticia). Su disparatada “investigación” se basa en la Sábana Santa o Sudario de Turín que presuntamente envolvía el cuerpo de Jesús (enlace). Pero esta sábana fue calificada de fraude en 1988, por quedar demostradas en las pruebas del Carbono 14, que es una burda falsificación hecha en el siglo XIV, extremo admitido por el propio cardenal de Turín, Anastasio Alberto Ballestero.

Un fraude al mismo estilo del libro peliculero de Lorente Acosta, que asimismo es copia de las investigaciones iniciadas por otros médicos sobre este mismo tema (Dr.Pierre Barbet, Dr.Giovanni Judica Cordiglia, Dr. Robert Bucklin, Dr. Rudolf W.Hynek, Dr.Pier Luigi Baima Bollone, etc.)

Tratando de convencer a la opinión pública en la ideología de género, ha publicado obras aún peores y de conclusiones todavía más falsas, como la de su libro del año 2001 “Mi marido me pega lo normal”.

Allí, además del evidente deseo de notoriedad con el polémico título, este femilisto dice que las mujeres se suicidan el doble que los hombres, falseando totalmente la realidad, pues en ese año la tasa de suicidios de mujeres era de 4,1 y la de hombres 12,4 (datos oficiales del Instituto Nacional de Estadística INE).


Pero el actual delegado del Gobierno, en la pág. 119 del Capítulo ” La esclavitud del Maltrato”, dice que las mujeres se suicidan el doble porque:


- Tasa de suicidio por 100.000 habitantes = 2,1 (total de hombres y mujeres)

- Tasa de suicidio por cada 100.000 mujeres = 4,1.

Lo que hizo fue ocultar la tasa de 12,4 de suicidios de hombres y así poder afirmar, que las mujeres ”tienen el doble”de tasa de suicidio y que ése suicidio es por maltrato.

Esta descarada manipulación por vincular dos cifras que no tiene nada que ver entre sí y ocultando las cifras de suicidios de hombres, la vuelve a repetir en la pág. 197, Tabla nº 2, “Suicidio y Agresión a la Mujer”.

Sobre esas mentiras y de otras muchas manipulaciones y tergiversaciones más, está basada toda la ideología de género y su legislación discriminatoria nada positiva.

Por manipular estas cifras en su libro y lucrarse fraudulentamente con ello, el 19 de Febrero de 2002, fue premiado por Manuel Chaves con la medalla de Andalucía debido a “El trabajo constante y honesto que define a este joven andaluz,ejemplo y punto de referencia de una Andalucía científicamente avanzada y socialmente más igualitaria”. (Boletin Oficial de la Junta de Andalucía).

Un premio al “ejemplo de honestidad” a favor de un completo farsante, pues Miguel Lorente Acosta ha sido presentado en charlas, ponencias y debates de género, como “Catedrático de Medicina Legal”, siendo ello TOTALMENTE FALSO, pues nunca jamás consiguió el cargo de catedrático.

Fue durante mas de 10 años profesor auxiliar (el cargo mas bajo), y sólo en el departamento de la Universidad que dirigía su propio hermano, José Antonio Lorente Acosta.

En marzo de 2003, se presenta a concurso-oposición para el recién creado Instituto de Medicina Legal de Granada. Le suspenden ya en la primera fase. (B.O.E. Nº79 del 2-Abril-2003, pág. 12.761 y B.O.J.A. Nº59 del 27-marzo-2003, pág. 6.451)

Tres meses después, (Resolución de 12 de julio de 2003, de la Delegación Provincial de Granada de la Consejería de Justicia y Administración Pública), asombrosamente le otorgan ‘por libre designación’, la dirección de ese Instituto de medicina legal, donde 3 meses antes ya en la primera fase, le habían echado ya para atrás. Que fue lo que pasó? El milagro de ser amiguete de Manuel Chaves.

Es el primer cargo político que se alegra porque los ciudadanos se estén suicidando, ya que decía en un reportaje: “Arrinconar al maltratador, que éste sienta el desprecio social ha sido uno de los mensajes más repetidos por el Gobierno en las campañas contra la violencia de género y que ha calado en la sociedad y en los maltratadores ya que mientras que en 2007 se suicidaron el 9,8% de los asesinos de mujeres, en los primeros nueves meses de 2008 se quitaron la vida un 20%.” Es la primera vez que un cargo público ve como POSITIVO el aumento de suicidios en los ciudadanos. Lógicamente no se le ha ocurrido pensar, que dicho aumento en los suicidios pueda estar provocado por las denuncias falsas que son las que arrinconan al hombre, y no el desprecio social, únicamente orquestado por el Mº de Igualdad y el feminismo socialista.

Él se sigue inventando machismos, post-machismos y micro-machismos para vender libros, pues es evidente que este señor siente verdadero ardor de estomago por ser hombre, tal vez por algún episodio de abusos en su infancia, lamentablemente.

Embebido en su propias ansias de protagonismo, no acepta crítica ninguna y si se la hace un hombre, es porque es un machista que teme perder poder y se la hace una mujer, es porque está muy maltratada y sometida y aún no lo sabe.

Tiene la desfachatez de hablar de igualdad, cuando vive a 300 kms de su trabajo sin conciliar vida laboral y familiar y lógicamente en consecuencia, no colabora en las tareas domésticas con su esposa en la crianza de sus hijos. Por eso está totalmente en contra de la custodia compartida. Como hembrista que es, para él la tarea de cuidar a los hijos es sólo de las mujeres.

Ahora que está bien situado en la poltrona pública, ha involucrado a su hermano José Antonio Lorente Acosta junto con el resto de corruptela institucional para abordar todos juntos, uno de los más escabrosos objetivos de la idelogía fanática de género: la eugenesia, la manipulación genética de embriones humanos (bebés de diseño), mutada en lo que ahora se llamaneoeugenesia.

Su hermano José Antonio Lorente Acosta creó LORGEN, una empresa especializada en investigación genética ya muy avanzada, pues es la primera empresa en lograr determinar el sesso del bebé con apenas 8 semanas de gestación. Esto ya de por si es una trama de corrupción clamorosa, pues este señor percibe dinero de subvenciones, fundaciones y utilizando recursos públicos como los de la Universidad de Granada y el Hospital Virgen de las Nieves, para provecho propio y enriquecimiento de su empresa privada LORGEN.

La ginecóloga y obstetra Enriqueta Barranco afirma que LORGEN provocará muchos más abortos(noticia), casualmente en la misma línea de acción que el Mº de Igualdad.

Enriqueta Barranco sabe de lo que habla. Hace unos años fue premiada por una investigación sobre la reacción de las mujeres embarazadas al conocer el sesso de su bebé, que incluía la grabación de su cara mientras veían la ecografía y se les comunicaba si era niño o niña. Algunas no podían ocultar su desagrado al saber que su bebé no era lo que ellas querían. «Ese vídeo lo pongo cada año en clase en la Facultad de Medicina y a los alumnos les impacta muchísimo, porque se ven reflejados: ven la cara de desagrado de mujeres que muy bien podrían ser sus madres cuando les estaban diciendo si sus hijos eran hombres o mujeres. Los estudiantes no se esperan una reacción así -explica la profesora-. Siempre me he preguntado por el porvenir de estos bebés, que ya son mal sentidos, discriminados, dentro del útero, porque no coinciden con las expectativas familiares»

Miguel Lorente Acosta tiene mucho interés personal en sacar adelante la nueva ley de aborto porque combinada con la ley de investigación biomédica, otra cosa poco buena jurídica, permitirá que su hermano José Antonio Lorente pueda dedicarse libremente en LORGEN a crear bebés de diseño por encargo, necesidad intensamente reclamada por el colectivo de gays y lesbianas que quieres ser papás-mamás. El negocio será suculento.

Para confirmarlo, basta conocer la opinión del referente mundial en investigación con células madre, José López-Barneo, que niega que las céluas madres sean una solución terapéutica y pone sobre el tapete la clonación de seres vivos, principio y fundamento de la neoeugenesia.

Para ello necesitan desposeer al embrión de toda protección jurídica y de ahí su especial ahínco de sacar adelante la nueva ley de aborto, que ni siquiera figuraba dentro del programa electoral del PSOE”.




La nota, que puede ser interpretada por el feminismo como un movimiento derechista, conservador y reaccionario, tiene una contrapartida aún más virulenta en la crítica que llega desde el anarquismo, con la voz del pensador Félix Rodrigo jovenlandesa, quien parece coincidir con la nota de “Hoy” en un aspecto fundamental: las leyes de violencia ed género responden a intereses elitistas que usan el tema para instalar políticas que separen a hombres y mujeres con el objeto de reducir el crecimiento demográfico. Para jovenlandesa, el feminismo de Lorente no es más que una forma de machismo tergiversada.




MIGUEL LORENTE, UN GÁNSTER INTELECTUAL AL SERVICIO DEL FEMINISMO EXTERMINACIONISTA Y FEMINICIDA


Miguel Lorente Acosta ha sido varios años delegado del gobierno del PSOE, en la lóbrega etapa de Zapatero, para la violencia de género, además de autor de libros cuyos patrañeros, demagógicos y sexistas contenidos se manifiestan incluso en el título, por ejemplo, “Mi marido me pega lo normal”.

La tolerancia es una norma sagrada, así como el respeto por la libertad de conciencia y el considerar que las personas, hasta que no se pruebe lo contrario, obran de buena fe incluso cuando se equivocan. Pero el caso de Lorente es del todo excepcional, dado que este sujeto aúna en sí lo más corrompido y perverso de la sociedad actual, la voluntad de manipular ilimitadamente a la gente común, en particular a las mujeres, por el uso desenfadado del engaño y la mentira sin limitaciones, hasta la falsificación sistémica y permanente de la realidad.
En una situación así lo que cuenta es la verdad. Y a eso vamos.

Lorente ha participado, al parecer como principal ideólogo, en la magna operación de Estado destinada a provocar un enfrentamiento de consecuencias históricas entre varones y mujeres. Pero esto, con toda su excepcional gravedad, es de menor entidad en relación con su voluntad de someter a las mujeres a un nuevo régimen de sobre-opresión que las destruya como tales y como seres humanos: este es el proyecto ultra-machista del nuevo Estado policial-militar feminista para el que Lorente ha trabajado como primer teórico y planificador.

La izquierda en el gobierno, además de arruinar al país y ocasionar 5,3 millones de parados, es la responsable principal de la Ley de Violencia de Género, promulgada en 2004. Es esta una norma de excepción de tipo franquista, dirigida contra el amor y el sesso heterosexual, para hacer que las mujeres teman y odien a los varones, y que los varones teman y odien a las mujeres.

Es una ley fríamente pensada no para “proteger” a éstas (formulación al cien por cien machista, pues las mujeres saben muy bien cuidarse solas) sino para arruinar la libertad sensual heterosexual, para destruir el amor entre varones y mujeres, para reducir a cero la natalidad y hacer imposible que las mujeres puedan ser madres, en definitiva para lesbianizar a éstas y gaysizar a los varones a través de una operación de ingeniería social sin precedentes en la historia.

Dicha ley sitúa en la semi-clandestinidad al sesso heterosexual, y reduce a sus practicantes a la condición de parias y marginales, siempre insatisfechos. Pues bien, de la aplicación de dicha norma se encargó durante años Lorente. Hay que recordar, además de libros repulsivos como el citado en el que casi cada página es una montaña de suciedades, chismes, ignorancia autosatisfecha y bellaquerías, sus numerosas declaraciones a los medios de comunicación, en las que repetía el mismo mantra: los hombres son asesinos y violadores innatos, las mujeres han de odiarlos y rechazarlos siempre, siendo el Estado policial feminista quien las defiende de sus enemigos sempiternos, los varones. A éstos las féminas bien adoctrinadas los han de tratar con una palabra mágica, NO, siempre NO.

La satanización de los hombres heterosexuales alcanza en la fanática retórica de Lorente cotas inimaginables, con el aplauso de toda la reacción, desde la derecha más montaraz hasta el ejército y la clase empresarial, interesadísima en la lesbianización de las mujeres, como lo muestra el despido masivo de embarazadas en las empresas.

Este cruzado de la mojigatería y el repruebo sexista ha logrado que millones de personas, mujeres igual que varones, no pueden tener una vida erótica y amorosa satisfactoria, pues es tal la barrera que Lorente y su trastornada tropa han levantado entre los dos sexos que ya es muy difícil lograr una relación sentimental más o menor normal. Eso está dañando innumerables vidas y mutilando a millones de personas, mujeres igual que varones, en sus vivencias emocionales y relacionales más profundas.

La campaña de denigración de los varones, que son presentados por Lorente como unos monstruos, busca su castración psíquica. Y la dirigida a las féminas, cuyos contenidos son los del machismo más clásico (a saber: las mujeres son inferiores, débiles e incapaces, por lo que igual que los menores necesitan sobre-protección institucional), desea la conversión de las féminas en seres desexuados, o lesbianizados, que han de aborrecer el sesso heterosexual y todas sus consecuencias, en primer lugar la maternidad.

Hoy es imposible mirar televisión, leer una novela, ver una película, escuchar una canción, sin topar con el sexismo feminista más virulento, la satanización de los varones, la descalificación del sesso y el amor heterosexual y la promoción de la gaysidad y el lesbianismo, convertidos ambos en el sesso que el Estado y el capitalismo imponen a toda la población, ya sin limitaciones, a tumba abierta.
Ho hay un sesso “bueno” protegido por el Estado y exaltado por la clase empresarial, el gays y lesbiano, y un sesso “malo”, satanizado, el heterosexual.

Para lograr sus fines Lorente, como agente destacado del capital español que es, se ha servido de la mentira sin limitaciones. Primero prohibió que se divulgaran datos sobre el número de hombres asesinados por mujeres, para victimizar a éstas, manera muy eficaz de manipular y destruir a las féminas, de cometer feminicidio. Luego declaró que la detención en masa de varones (hasta ¡unos 50.000 por año!) pondría fin de inmediato al asesinato de mujeres. Como eso no sucedía, pues dicha ley, al exacerbar hasta el paroxismo la guerra de los sexos, ha provocado más muertes, lo que ahora están haciendo sus continuadores es “maquillar” las estadísticas para que los datos bajen…

La mentalidad franquista-machista de Lorente, y su falta de escrúpulos intelectuales y jovenlandesales, se pone de manifiesto en su libro citado. En él presenta a los varones de las clases populares como violadores y asesinos atávicos, y a las mujeres de las clases populares como bobas, débiles, ininteligentes, sumisas y pasivas, en definitiva pobres seres tarados e inferiores que se dejan forzar y agredir a mansalva. Ese pueblo degradado y ignominioso que Lorente presenta sólo puede ser regenerado por la acción del Estado, esto es, por la vía policial y carcelaria. Es el mismo discurso y la misma práctica del franquismo pero adecuados a las nuevas circunstancias.

Una vez más comprobamos que el feminismo es una ideología de extrema derecha que en todo lo sustantivo reproduce el sistema de ideas del fascismo.

Veamos los motivos que mueven a Lorente, y que hacen de él un muy virulento gánster intelectual. Son: 1) enfrentar a varones y mujeres, según el principio de “divide y vencerás”, lo que hoy es fundamental para la supervivencia del actual orden de dictadura política, constitucional, partitocrático y parlamentario, y para el progreso del capitalismo, pues así se bloquea el desarrollo de la revolución integral, 2) destruir psíquicamente a los varones a través del sentimiento de culpa y el autoodio, 3) someter a las mujeres al nuevo régimen neopatriarcal convirtiéndolas en “protegidas” del Estado a perpetuidad sin que sean y existan por sí, lo que es hiper-opresión de las mujeres y feminicidio, 4) castrar emocionalmente a los varones y convertir en frígidas, neo-monjas y desexuadas de por vida a las mujeres, 5) bajar aún más la natalidad, conforme a los designios neomalthusianos desde hace mucho anhelados por el gran capital multinacional, verbi gracia, por la Fundación Rockefeller, 6) mercantilizar del todo el sesso, haciendo que la prespitación, en todas sus formas, crezca en flecha, como está sucediendo, 7) crear un mercado en expansión para los psicofármacos, la droja legal con que el feminismo maneja cada vez más a las mujeres, en beneficio de la industria farmacéutica, pues una gran proporción de ellas entran en colapso mental permanente cuando se las impide la maternidad, lo que las hace drojadictas de por vida, lesbianizar a las féminas, 9) gaysizar a los varones, 10) crear una gran corporación de negocios, el complejo feminista, hiper-financiado por los empresarios y por el Estado, 11) convertir a las féminas en estériles y no-madres a perpetuidad, para que sirvan en exclusividad a la empresa, elevando con ello los beneficios logrados por ésta, de ahí que el capitalismo desee que todas sean lesbianas, 12) hacer de las mujeres carne de cañón, para que se enrolen como mercenarias en el ejército, asunto que exige renuncien a la maternidad, lo que viene a coincidir con que se lesbianicen, 13) popularizar una versión mendaz y canalla de lo que es el patriarcado, con el hombres agrediendo a la mujer y el Estado “protegiendo” a ésta, cuando lo real es que el patriarcado de antaño y el neo-patriarcado feminista actual los crea el Estado, al que Lorente sirve, para con ellos someter y nulificar a las féminas de las clases populares.

La conversión forzada de las mujeres en mojigatas, gazmoñas y nuevas monjas, o en lesbianas, es una forma de biopolítica, esto es, de injerencia del Estado en la vida sentimental, amorosa y sensual de las personas, lo que es de todo punto intolerable.
En una sociedad libre, autogobernada y autogestionada, sin ente estatal ni clase empresarial, creada por una revolución integral, no puede haber biopolítica.

Lorente y las-los que son como él, unos agentes del Estado para manipular y lavar el cerebro a la gente común, han creado una industria poderosísima, que ofrece enorme beneficios económicos a quienes la manejan, la de “la violencia de género”. Lo terrorífico es que ésa necesita, para funcionar, el asesinato de al menos 50 mujeres anuales en este país, una por semana. Para alcanzar tal cifra el procedimiento en fácil, se incentiva, azuza y espolea la guerra de los sexos, tarea en la que dichos sujetos son maestros consumados.

Terminaré trayendo una reflexión de Ángel Cervera, Mr. lgtb 2012, un amigo que no tiene empacho en reconocer que “el lgtb nace… o también se hace”. De acuerdo pero, dinos Ángel, querido, ¿quién, por qué y para qué está haciendo gayses a los varones hoy?
 

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Como enseñó el Movimiento de Mujeres a reprobar a los Hombres


Estábamos sentados alrededor de una mesita de café en mi casa, en Goldhawk Road, Hammersmith en Londres, escuchando a una mujer mandona que llevaba una gafas redondas, de las del Servicio Nacional de Salud y una larga falda India. Ella olía a incienso y a lavarse poco. Todos nosotros consumíamos poco a poco grandes gin-tonic que era la bebida principal de las reuniones semanales de las Mujeres Liberadas en el Goldhawk Road.

Estábamos tratando de seguir sus complejas explicaciones sobre nuestro 'papel en la sociedad.' Hasta donde supe, yo tenía un papel muy simple en la sociedad. Siempre había querido tener montones de hijos, estar felizmente casada libre para ocuparme de mi casa y mi jardín y cocinar tres comidas para mi marido. '¿Que podía posiblemente ser equivocado en lo que pregunté?' 'Por qué,' dijo ella coléricamente, ¿'son tantas las mujeres casadas que son privadas del estatus de seres humanos independientes?' La respuesta fue; Porque el matrimonio se basa en el concepto de propiedad, por eso debe ser abolido. Miré a las otras mujeres del grupo, Ángela, una maestra que tenía más que una idea de lo que estaba ocurriendo. Ella se había preparado como maestra y estaba acostumbrada a esta conjunto de lenguaje confuso. '¿Qué está mal en poseer una casa?' Pregunté. Yo era obviamente una incurable ‘cabeza hueca’. 'Usted, 'dijo volviéndose hacia mi, ' vive en una trampa forrada de visón,' su cara estaba congelada de ferocidad. Decidí que mejor me callaba y veía en que mas estaba equivocada. '¿Por qué son las buenas costumbres de nuestra sociedad injustas para las mujeres?' Fue su siguiente pregunta. La respuesta para eso fue ' Porque los hombres son opresores naturales.'

Este no era el momento de confesar el hecho de que yo no solo tenía un hijo sino también 7 hijos adoptados. Ciertamente, mi hija Cleo y yo luchamos en una familia donde dos mujeres estaban enfrentadas con nueve varones. La cosa más agobiante que hicieron alguna vez los niños fue dejar pelo en la palangana del lavado y todos ellos podían cocinar, planchar, coser y limpiar. La pregunta final fue aún más confusa. '¿Por qué el amor de una mujer es para un hombre, lo cual implica ser la criada de sus necesidades, loado como 'su ' máximo cumplimiento?' La respuesta redujo la habitación a un silencio enigmático. 'Er, 'pregunté ¿'Estamos hablando de lesbianas?' Estábamos. 'Nosotros,' siempre utilizan el nosotros mayestático.............. 'A nosotros….no nos gustan los hombres ni las mujeres heterosexuales. Si cada uno tiene que ser igual, el matrimonio y la familia deben ser abolidos.' Nos sentamos allí mirando embobadas y ella me fulminó con una sonrisa muy satisfecha.

Había seguido la carrera de una periodista llamada Nancy Spain. Trabajaba en la revista ‘SHE’. Sus radicales ideas lesbianas me interesaron y ella escribía para el Guardián mucho antes de que la Mafia de periodistas feministas entrara en el ‘Guardian’. Ella murió en un accidente de aviación, pero dejó tras de si a muchos de su acólitos. Estas fueron las caras que vi en aquellos primeros días de los colectivos feministas. Fui a trabajar al Taller de Liberación Feminista en Newport Street, a las afueras de Shaftesbury Avenue. También asistí a las primeras convenciones de mujeres y me sorprendió los cientos y cientos de mujeres que gritaban ser militantes lesbianas radicales. Las primeras conferencias de mujeres fueron echadas abajo por violentos puñetazos de entre estas mujeres, y la mayor parte de nosotros tuvimos mucho miedo de ellas. En lo que me preocupaba, estas mujeres no hablaron por mis amigos gayses más de lo que las feministas radicales hablaron por todas las mujeres que estaban muy felices en casa con sus maridos y sus niños en nuestro país. En realidad, éste era un grupo de mujeres minoritario, que sólo eran capaces de proferir insultos a las mujeres heterosexuales y sus familias porque eran blancas, de clase media y tenían trabajos en los medios de comunicación. Muy pronto se empleaban las unas a las otras ‘marginando’ a los hombres que intentaban trabajar junto a ellas. Los hombres, intimidados por su brutal comportamiento violento, empezaban y se cambiaban de muchos trabajos. Según estas mujeres, todas las mujeres fueron víctimas del comportamiento violento de los hombres, cualquier intento de los hombres de contraatacar chocó con ocultas estratagemas……… y los hombres CONSINTIERON.

Harta de la guerra, decidí mantenerme lejos de la pelea interna que dominaba el Movimiento de Liberación Femenina y fijar la atención en ayudar en mi propia comunidad local. Me llegó una carta de la oficina del Movimiento de Liberación Femenina, expulsándome y prohibiéndome asistir a cualquier de los colectivos. El así llamado ‘Movimiento de Liberación Femenina’ el movimiento se diseminó como un cáncer a través de las clases de conversación de inglés. Visité las casas de las mujeres feministas con mi hijo, que llevaba sus juguetes del ‘action man’. En sus casas no había vestigio de nada 'de chico'. Ningún camión ‘Tonka’, ningún juguete de chico – nada que pudiera alentar a un niño a pensar de sí mismo en masculino. Consideramos que en aquellas casas, perturbaba la total idea de hombres y masculinidad. Nosotras, las madres, sentadas alrededor de las mesas de cocina reordenando el mundo según Marx. Yo, que había disfrutado enormemente de la compañía de los hombres, como consecuencia de los sentimientos que estas mujeres esconden bajo toda su palabrería política, objetivamente me hubieran desagradado los hombres. No había nada sensual en sus casas. Les desagradaba cocinar y si tenían que cocinar para invitados, no realizaban buenas comidas con vino que deleitara a sus invitados, sino una necesidad más bien rápida de competir con ellos. ¿Era eso, me preguntaba, un fenómeno inglés de clase media? ¿Esta aversión y necesidad de burlarse de los hombres? Ciertamente sus niños estaban confusos y llorando. No había forma en que pudiera interesar a mis hijos en las muñecas, ni lo quería intentar. Era inútil decirles a estas mujeres que Marx nunca hizo nada por las mujeres. Fue cruel con su familia y se negó a tener a mujeres en el Buró Político. Los gurús feministas habían cumplido bien con su trabajo y la mayor parte de las mujeres que conocí se quejaban de sus horribles vidas. No pude ver, qué era lo horrible en tener la libertad de hacer exactamente lo que quería y cuando quería. Para mí no era la prisa diaria de la oficina. Empujaba mi cochecito de niño alrededor del Bush Market de Shepherd cargada con mis hijos y los de otras personas. Soñaba con encontrar una casa donde pudiera construir un centro comunal útil en nuestro medio.

El sueño se materializó pero con el, la horrible certeza de si yo atraería fondos y publicidad. Oiría el rumor de las ‘odia-hombres’ feministas intentando derrocarme y relevarme. Eso es lo que sucedió, y el primer encuentro que organicé para alentar a otros grupos a abrir refugios, fue dominado por las lesbianas y las feministas que entraron en tropel en nuestro pequeño vestíbulo de la iglesia y se votaron ellas mismas en un movimiento nacional. Nosotros, horrorizadas y sin costumbre en las maniobras políticas, nos abstuvimos. 'No hay una mujer de clase obrera entre ustedes,' gritó una de mis madres. Ésta siempre ha sido la verdad de este desastroso movimiento. Nacido en una escuela de torre de marfil, no tuvo relevancia para las mujeres de la calle. 'Solo si todas ustedes fuesen las lesbianas, ustedes no tendrían problemas de violencia,' nos dijeron. Con frecuencia tuvimos en nuestro refugio a mujeres apaleadas por sus parejas hembras. La peor paliza que yo he visto nunca, fue entre la hija de un párroco y su amante femenina.

A lo largo de mi carrera, como periodista, escritora y reformadora social, yo he estado acosada e intimidada por mujeres feministas y su largo manto de ‘hombres nuevos’. Cualquiera de nosotros que haya ido a todos los colegios para chicas, particularmente los internados, corroborará la terrible intimidación y violencia que continúa entre las chicas. Durante demasiados años las mujeres fueron unas tiranas de puertas para adentro. Fueron capaces de abusar sexualmente, pegar e intimidar a sus hijos y a sus maridos, ahora con la llegada del movimiento de las mujeres, se mudaron adentro del mundo. Llevando con ellas, su agresividad, acoso y comportamiento intimidatorio. Hablando con hombres que fueron acusados de maltratar a sus mujeres, me di cuenta de que este movimiento con sus salvajes y extravagantes demandas contra de hombres, han alimentado las llamas de la inseguridad y la rabia en los hombres. Observé horror inflingido en una y otra casa, vi a niños que se les negaba no solo el contacto con sus padres, sino también el contacto con todo lo que fuera normal o masculino en sus vidas.

Nuestras universidades se lanzaron en conseguir financiación para los ‘Estudios de las Mujeres.’ Las ‘Políticas de Género’ se convirtieron en el método nuevo para programar a las mujeres con muy poca educación. Por ahora el movimiento de lo ‘Políticamente Correcto’ comenzaba a salir del cascarón y fue ideada una nueva forma de 'control de mente'. Las feministas llegaron a ser el nuevo ‘pensamiento policial.’

La repentina promiscuidad de las mujeres me causó un gran impacto emocional. La atmósfera de antipatía contra los hombres y cualquier cosa que fuese masculina, yacía como una miasma en demasiadas casas inglesas de clase media. De la noche a la mañana en Inglaterra, reinaba la confusión a finales de los años sesenta. ¿Si las feministas odiaban tanto a los hombres por qué tantas estaban acostándose con el enemigo? Soy hija de un diplomático nacido en China y fue mi ‘amah’ [niñera] la única que insistió en que mi hermana gemela y yo fuéramos abandonadas en la colina. No consiguió que nos vendaran los pies, como pretendía. Fueron las mujeres en África las que practicaron circuncisiones rituales en sus hijas. Supe eso porque trabajé con misioneros en África. Estaba combatiendo una causa perdida y lo que me molestó entonces y me molesta ahora, es que los hombres no intenten defenderse por si mismos.

Ahora el ‘hombre nuevo’ comenzaba a surgir y él no era una visión agradable. Repitiendo como un loro todo lo que le enseñaba la mujer en su vida, frecuentemente se le podía encontrar en las conferencias de mujeres, llevando las guarderías e intentando parecer ‘bondadoso’. Mayoritariamente estaba bebido…., confundido y enojado. Puede ser porque hasta donde alcancé a ver, las nuevas feministas no hicieron ningún esfuerzo por compartir una relación igual con sus parejas masculinas. Se veían como ‘seres superiores.’ Se esperaba que los nuevos hombres se colocaran unos pasos por detrás de sus mujeres e hicieran lo que se les dijera. En su mayor parte, tuvieron que aceptar los dictámenes de los dictadores y calladamente llevar los quehaceres de la casa y cuidar de los niños. Pero hiciera lo que hiciese el nuevo hombre, él nunca podría expiar por los pecados de otros hombres. Cualquier hombre que desobedecía a su pareja, estaba supeditado a la expulsión de la casa matrimonial y en muchos casos, de la relación con sus hijos. Ahora, había un ejército de abogados y terapeutas feministas para hacer que sus ‘hermanas’ fueran completamente apoyadas en las batallas para destruir a los hombres.

¿Por qué hicieron que las relaciones entre hombres y las mujeres fueran tan maléficamente erróneas? Pienso que esto vuelve a mi disconformidad con las opciones de los hombres y las mujeres en los sesenta. Los hombres estaban cansados de sus papeles como ‘los machotes.’ Estaban ahogados en sus uniformes de trajes y corbatas. A finales de los cincuenta, no tuvieron otra elección, que cargar con una esposa, unos hijos y el coste de una hipoteca colgado de sus cuellos. En los años sesenta se rebelaron y quisieron tomar un papel menos violento y esclavizando en sus vidas. Recurrieron a esta imagen romántica de las mujeres como suaves y amables. Vieron esta imagen como un estilo de vida afectiva negada a los hombres. Las mujeres, sin embargo, se rebelaron contra esa imagen de si mismas, verdaderamente en muchos casos era una falsa imagen, y condenaron los conceptos masculinos de autócrata dominador y agresor, incluso para llevar los odiados trajes y corbatas que los hombres habían descartado. Los hombres, durante tanto tiempo, se supeditaron emocionalmente a las mujeres y odiaron a las mujeres por su dependencia. Las mujeres adoptando los papeles acosadores y agresivos masculinos, incluso odiando el hecho de que necesitan y quieren a los hombres en sus vidas.

¿Qué es necesario que pase? Ante todo tiene que haber un cuidadoso civilizado y calmado dialogo, que no puede ser alterado ni por la izquierda ni por la derecha. Los dos, hombres y mujeres han sido culpables de politizar las relaciones humanas. Las relaciones humanas no son cuestión de soluciones políticas. Cualquier país que ha intentado crear una solución política a los problemas humanos, ha terminado con campos de concentración y ‘gulags’. Las profundas heridas entre hombres y las mujeres tardarán tiempo en curar. Es imperativo que las mujeres que no odian los hombres y desean vivir en paz con a ellos, deberían tener espacios en los periódicos y revistas para expresar lo que piensan. Las películas deberían hacerse sobre las mujeres que han conseguido éxito en sus casas y sus familias. Sacar a flote a una familia requiere un gran nivel de madurez. Una habilidad para sublimar las necesidades y deseos personales hasta que los niños estén criados y hayan dejado la casa. Más tarde, esos años de sacrificio les reportaran mucha alegría a los progenitores. Por supuesto, habrá mujeres que quieren trabajar y no tener una familia. Con tal de que las mujeres claramente hayan elaborado sus prioridades no hay daño. Desde hace poco, mi vida está demasiado llena de mujeres de casi cuarenta años que han cumplido sus carreras profesionales, pero el reloj biológico les está sonando y están asustadas. Ahora deciden que quieren tener hijos y un padre para sus hijos – para demasiadas es muy tarde y el futuro, para ellas no es brillante. Algunas mujeres podrán equilibrar entre la carrera profesional y un hogar. Estas mujeres tienden a estar bien económicamente y pueden permitirse la ayuda necesaria para criar a los niños. Muchas mujeres se verán forzadas a dejar sus trabajos en contra de su voluntad. Esto es porque vivimos en un mundo Occidental donde cuidar a los niños se ha vuelto desvalorizado y sólo el trabajo fuera de casa conlleva una compensación monetaria. Creo que el amor entre hombres y mujeres es la relación más fuerte de la tierra. Por ahora, tenemos que pelear por proteger la vida familiar. Si Dios quiere, según entramos en un nuevo siglo, los hombres y las mujeres pueden conocerse el uno al otro no sólo como iguales, parejas y amigos sino que también como amantes.
 

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Erin Pizzey explica la Industria de la Violencia Doméstica y por deriva ideológica como se ha convertido en un arma para reprobar al hombre


[YOUTUBE]ohcm7PICw6I[/YOUTUBE]

Descripción del vídeo:

Publicado el 10/07/2012 por José Pablo Bolaños Rigioni

La fundadora del primer refugio para víctimas de Violencia Doméstica del mundo, Erin Pizzey, ofrece su visión sobre el abordaje que debe hacerse de la Violencia Doméstica y describe cómo ha funcionado la industria multimillonaria de la violencia doméstica, que ha financiado organizaciones feministas, refugios y clínicas para mujeres, oficinas y proyectos en los departamentos de policía, campañas políticas y otras tantas instituciones alrededor del mundo durante los últimos cuarenta años.
 

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Envenenando nuestra cultura en contra de los hombres por Glenn Sacks


de El Rincón Virtual Psi-Violencia, el Viernes, 01 de abril de 2011 a las 3:09
Envenenando nuestra cultura en contra de los hombres

Por Glenn Sacks

Al fin alguien a estudiado y escrito un libro respecto al fenómeno del que nadie habla pero del cual están todos pensando evidentemente para cualquier americano pensando- nuestra cultura mal representa y demoniza a los hombres. “Spreading Misandry: The Teaching of Contempt for Men in Popular Culture” por Culture by Katherine K. Young y Paul Nathanson es una exposición dolorosa de que tan negativamente se muestra a los hombres en las películas y en la televisión.

Young y Nathanson presentan la descripción de los hombres en la televisión y películas modernas y las clasifican entre varias categorías: “reírse de los hombres”, “Ignorando a los hombres”, “Culpando a los hombres”, “Deshumanizando a los hombres” y “Demonizando a los hombres”. Enseña como series como Home Improvement y Men Behaving Badly, por ejemplo, se ríen de los personajes principales masculinos y casi siempre los muestra equivocados y que las mujeres en sus vidas siempre tienen la razón.

Estos programas y otros como Los Simpsons y los años dorados, muestran varios temas misandristas comunes para los estudios de Young y Nathanson. Los hombres son vulgares e inferiores, pero pueden mejorar, al aceptar el concejo y las enseñanzas de las mujeres, quienes son intrínsicamente civilizadas y sabias. Los hombres podrían ser buenos y adorables, pero si se ignora su masculinidad y nunca por su masculinidad. Las mujeres pueden burlarse de los hombres y los hombres pueden burlarse de los hombres, pero es generalmente inaceptable burlarse de las mujeres, para hombres y mujeres. Cuando las mujeres hacen comentarios misandristas, la audiencia tiene que reírse con ellas, pero cuando los hombres hacen comentarios misoginistas, la audiencia tiene que reírse de ellos. Las mujeres pueden escrutiniar y criticar el comportamiento de los hombres, pero los hombres no pueden escrutiniar y criticar el comportamiento de las mujeres.

Algunos programas y películas, como Murphy Brown, Waiting to Exhale y How to Make an American Quilt, muestran a los hombres como inútiles y aníman a las mujeres a superarlos simplemente. Otros, como El cuento de la criada y The Long Walk Home, culpan de todos los males de la sociedad a los hombres. The Long Walk, por ejemplo, está basada en la noción moderna y a la moda de que tan solo los hombres blancos del sur y no las mujeres blancas del sur, quienes eran los racistas en contra de los neցros y “buscaban mantenerlos en su lugar”.

Aún así, otras películas, como “durmiendo con el enemigo”, “Un beso antes de morir” y “Engañada”, deshumanizan y/o demonizan a los hombres. En “Engañada” el personaje femenino principal, Adrienne, se enamora y se casa con Jack, un hombre aparentemente adorable y protector. Después de cinco años de matrimonio muy feliz, el cual incluye el nacimiento de una hija, Adrienne descubre que Jack es un criminal y un asesino y que lo había mantenido en secreto.

Al final ella escapa a duras penas con su vida. La lección es una muy común, no importa que tan bien se vea el mejor de los hombres, en realidad las mujeres nunca está a salvo y nunca se puede confiar en los hombres.

Young y Nathanson notan que en muchas versiones modernas de películas antiguas o de cuentos comunes se ha alterado la trama original para mostrar a los hombres de forma negativa y a las mujeres de forma muy positiva. En la bella y la bestia de Disney, por ejemplo, se eliminaron a las tres hermanas malvadas de Bella y se agregó a un hombre machista y antipático (Gastón) y se convirtió a la Bestia de un ser amable, una víctima a un ser egoísta quien merecía un castigo, cual que se puede romper con el amor de una mujer.

En la versión moderna de “Cabo de Miedo”. Sam, un esposo y padre adorable y decente, en la versión original (1962) se lo transformó en un filtro y posiblemente un pedófilo. Al final de la película, Sam no se reúne con su esposa e hija – las dos mujeres se unen y Sam es odiado por ambas. Este es otro tema común – los hombres pueden confiar en las mujeres, pero las mujeres pueden y deben solo confiar en mujeres.

Para ilustrar la misandria de la televisión, los autores seleccionaron y examinaron varias semanas seguidas de los puntos destacados de la revista TV Guide. Durante la semana del 15 de enero de 1999, por ejemplo, tan solo los puntos destacados indicaban que se puede esperar ver a un hombre dar de baja de la suscripción de la vida a su esposa (dos veces), violar a una mujer, asesinar a un niño, acechar a una mujer (dos veces), asesinar o intentar asesinar a una mujer (seis veces), discriminar a una mujer, pegarle a su esposa, y asesinar a una compañera de clases.

Las activistas por los derechos de las mujeres una vez nos enseñaron una lección valiosa para la sociedad americana de que los estereotipos de las mujeres que vemos en la televisión y las películas van a traducirse en nuestra cultura de una forma u otra y por lo tanto es muy importante que se muestre a las mujeres de forma justa. Desafortunadamente muchas de ellas (y muchas de las mujeres y hombres influenciadas por las activistas por los derechos de las mujeres) se olvidaron de esa lección cuando se trata de las muestras negativas de los hombres en la cultura popular. Young y Nathanson expresan esperanza de que los hombres y las mujeres que se sienten perturbados por la mala imagen de los hombres en la cultura pueda ayudar a la memoria y a la conciencia de nuestra sociedad.

Publicado por Daniel Martinez
 

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Misandria y Ginarquía.

La Misandria o Misoandria es una valoración negativa o nociva de los hombres, potenciadora de aversión, desprecio, minusvaloración, rechazo u repruebo hacía la figura masculina y transmitida culturalmente hasta el punto de convertirse en un elemento educativo.

Las referencias a este término están en correlación directa con las demandas de diferentes colectivos defensores de los derechos de los hombres, como puedan ser las Asociaciones de Padres de Familia Separados o APFS, los grupos como Mandefender y los movimientos de hombres de cuño masculinista que se encuentran actualmente en una etapa de desarrollo incipiente pero cada vez más organizada y presente en la Sociedad.

Siguiendo con las valoraciones del tema realizadas por estos grupos, el origen de este fenómeno es dual y se consideran generadoras del mismo algunas tendencias feministas fuertemente influenciadas por un claro sentimiento antivarón, así como diferentes discriminaciones de género vinculadas social e históricamente con los hombres, a partir del rol de género que la Sociedad les asoció desde sus primeras etapas de desarrollo.

Entre las tendencias de la ideología feminista que potencian la misandria o misoandria, destacan fundamentalmente aquellas más radicales que han equiparado el esquema marxista de la lucha de clases a la relación social e histórica de los dos sexos mediante un esquema maniqueísta que equipara lo masculino con lo privilegiado y opresor, y lo femenino con lo discriminado y oprimido, favoreciendo así este sentimiento de repruebo mediante una descripción básicamente negativa de lo masculino. Al mismo tiempo el actual Feminismo de Género, hace suya buena parte de esta interpretación sobre el significado de los dos sexos, potencia la expansión social de estos tópicos e incluso legisla en base a ellos desarrollando una Legislación de Género claramente tendenciosa en contra de los varones, ya que culpabiliza y castiga más severamente en base a la simple masculinidad de la parte acusada, dando lugar al desarrollo de leyes de autor en contra de los hombres.

La Misandria o Misoandria surgida del feminismo tiene diferentes apariencias y en sus formas más severas ha expresado un claro posicionamiento a veces utópico en favor de la guerra de sexos y una apología del exterminio o la limitación demográfica severa de lo masculino. En sus formas menos severas favorece mensajes de descrédito, burla o comparación desmerecedora de lo masculino frente a lo femenino, inculcando un esquema psicológico y conductual en el que el hombre vea y considere su imagen como inferior a la de la mujer, asumiendo inferioridad respecto a esta, y la mujer entienda y acepte su imagen como superior a la del varón, en todos los campos fundamentales del desarrollo personal. Esta tendencia al desprecio y culpabilización de apariencia más moderada da lugar en ciertos casos a nuevos posicionamientos radicales, cuando configura una percepción sexista y discriminatoria de la Humanidad según la cual ésta tendría sus representantes más aventajadas y evolucionadas en las mujeres, respecto a las cuales los hombres serían seres de segunda categoría, superados por ellas en la mayor parte de valores o capacidades, salvo en los relacionados con la fuerza física o la potencia y resistencia del esfuerzo muscular, y en los que se defiende la relación heterosexual a la luz de un nuevo prisma, según el cual el hombre debe quedar subordinado a la mujer en virtud de sus supuestas limitaciones intelectuales, biológicas y jovenlandesales respecto a esta.

Surge así el llamado Movimiento Ginárquico, o de gobierno de lo femenino, marginal pero de tendencia internacionalista, el cual replantea bajo este pilar básico de superioridad femenina todos los aspectos de la convivencia social, desde el nivel del poder político a los aspectos más cotidianos o íntimos de la convivencia familiar, donde el hombre también debería acatar el mando de la mujer, expresando esta subordinación a partir de nuevas conductas sensuales, rituales de socialización y relación entre los dos sexos en los que el domino y privilegio femenino fuesen más que patentes y frecuentemente reconocidos por los hombres- que llegan a ser denominados por ciertos sectores especialmente extremistas de este movimiento como submachos y a los que consideran pertenecientes a una categoría inferior a la de los animales desde un punto de vista evolutivo- a través de diferentes conductas de doblegación, sometimiento, alienación, humillación, maltrato físico y psicológico, esclavización y control sensual, discriminación, explotación de lo masculino en beneficio de la mujer, y en los posicionamientos más radicales dentro de esta tendencia política la castración, el asesinato de los hombres no dispuestos a cooperar con los fines y principios de la ginarquía, la privación de cualquier derecho a los varones respecto a las mujeres o incluso el exterminio o extinción de lo masculino en el momento en que esta opción resulte viable para la sociedad ginárquica.

En su vertiente nacida de las discriminaciones de género masculinas, ciertos representantes de los movimientos masculinistas consideran que la misandria ha tenido y tiene también una significativa influencia social e histórica resultado de dos de las principales y más atávicas de estas discriminaciones, por un lado “la competencia extrema entre varones” y de otro “la vinculación de lo masculino al riesgo”, fruto ambas de la división de roles asignada por la Sociedad a ambos sexos en los primeros colectivos humanos en virtud de sus diferencias biológicas, la cual origino una orientación y capacitación de lo masculino para el dominio y control del medio externo, más arriesgado y dañino sobre todo en épocas pretéritas, de lo que lo era el medio interno o doméstico, asignado fundamentalmente a la mujer.

De la primera de estas discriminaciones, “la competencia extrema entre varones”, han surgido las guerras, la desunión y el enfrentamiento masculino, la falta de solidaridad entre varones y de esta la incapacidad transmitida educativamente a los hombres para configurar un movimiento unitario masculinista en las actuales sociedades democráticas, handicap no vivido por las mujeres y que ha facilitado su movimiento particular encaminado a resolver sus propias discriminaciones, aumentando este hecho la deuda histórica de la Sociedad con los hombres, al no facilitar ésta su concienciación como grupo o movimiento unido de liberación. El feminismo agravaría esta situación al definir al hombre como privilegiado social e histórico, mentalizando aun más a la Sociedad para insensibilizarse ante las discriminaciones masculinas, hacerlas invisibles y a partir de ahí perpetuarlas.

De la segunda, “la vinculación de lo masculino al riesgo”, se ha derivado el asociar con lo masculino tendencias autodestructivas, una mayor indiferencia al sufrimiento de los hombres y la aceptación con un muy escaso grado de sonoridad o alarma social de la figura masculina en situaciones de peligro, daño, discriminación o perjuicio, aunque estos sean severos.
 

NODIANO_borrado

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Uniformidad mediática y población borrega.

La propaganda mediática de criminalización de los hombres es la misma y es uniforme en todos los medios de manipulación, pues todos transmiten el mismo mensaje victimista a la vez. No es el único asunto en el que todos dicen lo mismo, pero sí uno de los asuntos en los que quedan con el ojo ciego al aire de una manera más evidente. Demuestra bien claramente que no hay dictadura como la del dinero, cuando se trata de que todos los arrastrados periodistas obedezcan la consigna marcada por sus amos. Esta uniformidad mediática es necesaria para que la población interiorice y asimile como verdades las consignas de la propaganda. Es necesario que todos los pastores den el mismo mensaje para que las ovejas vayan por el camino marcado, pues si alguno diera una orden distinta, cundiría la confusión entre el rebaño.

No es este el único asunto, desde luego, en el que la población, la gente, demuestra lo absolutamente borrega y manipulable que es, repitiendo como loros los falsos tópicos que los medios de manipulación repiten machaconamente una y otra vez sin cesar, pero al ser un asunto tan fácil de criticar, en el que de una manera tan evidente se ve que los medios mienten y manipulan, que tanta gente durante tantos años haya repetido las falsedades de la televisión, demuestra más que con otros asuntos la absoluta inferioridad mental, de inteligencia y de falta de personalidad de la gran mayoría de la población, cosa que por otra parte es lograda gracias a los programas de manipulación mental que se inician desde la mas tierna infancia, en las escuelas y que prosigue a lo largo de toda su vida en todos los ámbitos (“comida”, “cultura”, “ocio”, etc)

Llama la atención el aguante, por no decir estupidez, que tienen la mayoría de hombres. Al primer signo de feminismo hace años ya debían haberse rebelado, y no haber necesitado años y años para empezar tímidamente a quejarse. Se denota una falta total de personalidad y valía.

Y otra cosa que llama la atención es la facilidad de las mujeres para aceptar el discurso victimista feminista, en vez de encarar la realidad como es y ponerse en el lado de la justicia: Están siendo utilizadas como estrategia de control social.

Es ridículo también comprobar cómo los hombres progres apoyan el feminismo, a pesar de ser perjudicial y contraproducente para sí mismos. Es otra prueba de que el progresismo es una ideología de tipo “religioso”, seguida por sus seguidores igual que si se tratara de una religión, y la religión no necesita de la realidad para ser aceptada, pues sólo necesita creer en ella.


Motivos.

Veamos los motivos de esta continua criminalización:

  • Generar un artificial ambiente de alarma social para alcanzar un estado de represión jurídica contra los hombres, y alcanzar así una sociedad controlada y dominada llena de censura y represión.

Los medios de manipulación le dicen a la gente lo que tiene que pensar, qué es lo que está bien y qué es lo que está mal. Los políticos que acceden a la presidencia (todos ellos Masones, Rosacruces, Templarios, Jesuitas, etc) si “quieren” ser votados, tienen que responder a la “demanda social” que artificialmente han creado los medios de manipulación (dirigidos éstos por la mismos mencionados anteriormente y sus superiores).

Así ha surgio la monstruosa “Ley de Violencia de Género”, que viola el principio de presunción de inocencia o el de igualdad ante la ley, que ante el mismo delito se muestra mucho más duro con los hombres que con las mujeres, que tiene en cuenta denuncias sin probar contra los hombres, etc. Una auténtica golfería, un crimen de Estado de carácter puramente antinatural.

Esto da impunidad a las mujeres y ya se han dado muchos casos de falsas acusaciones. Hasta ese punto de degeneración se ha llegado, ante la pasividad de una población poco apreciable y paralizada. Con la excusa de controlar la violencia doméstica, se empiezan a poner en marcha proyectos anunciados desde hace tiempo por diversa gente, como el control gubernamental de los individuos por medio de chips individualizados o correas, como a los perros.

La ley se aprobó durante el mandato del PSOE con Zapatero, sigue vigente con el PP y con la connivencia, todo este tiempo, del resto de partidos “alternativos” demostrándose así una vez más que TODOS sirven al mismo amo.

  • Distraer a la gente de problemas más graves y más reales que el inexistente problema de la violencia de género, como el desempleo, la corrupción de los políticos, periodistas y empresarios, la oleada turística inmigrante, etc.

  • Inculcar complejo de culpa a los hombres. ¿Por qué a los hombres? Porque son los más rebeldes, los que tienen más fuerza para rebelarse. Dice un dicho del fútbol que “la mejor defensa es el ataque” y la defensa de este régimen tiránico y poco apreciable comienza por el ataque, por intentar generar complejo de culpa a los hombres por cualquier tontería, como esta, para que estén avergonzados simplemente de ser hombres.

  • Aumentar la estabilidad del régimen, tanto dividiendo a la sociedad (como con el feminismo), como favoreciendo a grupos minoritarios que le apoyen. Para gobernar hay que asegurarse el tener contentos a los que te quieren desalojar del poder, no a la mayoría borrega pasiva, conformista y débil mental a la que se explota.

  • Desprestigiar la familia y la convivencia familiar.

  • Disminuir la natalidad: Al convencer a los hombres de que las mujeres tienen las de ganar en separaciones y divorcios, se les disuade para que no tengan hijos ni formen parejas y disminuya así la natalidad.
 

NODIANO_borrado

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Misandria


Mar. 30 , 2012



No, no es la candidata a Miss Mundo de un país perdido en el Caribe. Misandria es algo mucho menos amable e ingenuo: es el desprecio hacia los hombres. Justo la otra cara de la moneda de la más conocida misoginia. Proviene del griego miseín (repruebo) y andros (hombre). Y si bien todavía no es un término popular, tarde o temprano lo será.

Antes de argumentar, permítanme una cita de Valerie Solanas, la mujer que le disparó a Andy Warhol y que escribió el Manifiesto SCUM (Society for Cutting Up Men o Sociedad para exterminar a los hombres): “El macho es un accidente biológico: el gen Y (masculino) no es otra cosa que un gen X (femenino) incompleto. Para decirlo con otras palabras, el macho es una mujer inacabada. Ser macho es ser deficiente. Los machos son lisiados emocionales. El hombre es un egocéntrico total. Incapaz de sentir amor, amistad, afecto o ternura. Es un elemento absolutamente aislado, inepto para relacionarse con los otros. En consecuencia, y en el mejor de los casos, es el colmo del aburrimiento”.

Fuerte, ¿no? Mejor dicho, brutal y patético. Algo que, con suerte, debiera ser una anécdota en la enciclopedia de las supremacistas de género femenino. Sin embargo, en tiempos recientes me ha tocado ser testigo de varias mujeres que decidieron aniquilar a sus parejas y que ni siquiera necesitaron un arma, bastaron las palabras. Esas que se dicen sin anestesia, sin compasión y con una frialdad de la que jamás tuve registro. El asunto es que no se trata de un caso, sino de varios. Claro, no son mujeres radicales en el discurso como Valerie Solanas, pero al final, después de los hechos, parecen sus alumnas estrellas. Y tampoco se trata de féminas que detesten a todos los hombres por igual, sino que se concentran en pisotear al más importante: el marido, el padre de sus hijos, el tipo que quiere envejecer con ella y que no imagina el final infeliz que le espera. Apuesto además que se trata de misándricas sucesivas, de esas que inevitablemente vuelven a clavar el puñal una y otra vez. Pero eso es elucubración. Mejor volvamos al tema.

Es cierto que el amor se puede acabar. Es un hecho que la tentación puede llevar a una infidelidad. Pasa hasta en las mejores familias, decía mi abuela. Incluso, puede ocurrir que ella se enamore de su amante y que esté dispuesta dejarlo todo. También es parte del libro de vida. Pero, y aquí está el punto central, hay maneras y maneras. Lo que me ha tocado observar en los últimos años me asusta, me pone en guardia y me obliga a rescatar la palabra misandria de ese rincón del disco duro que sólo sirve para jugar Scrabble. Las mujeres, bueno, algunas, están siendo unas verdaderas asesinas emocionales con sus parejas. Les mienten, los gorrean y, cuando las descubren, no sólo no tienen intención alguna de pedir perdón o de arreglar las cosas, sino que han adquirido una espantosa frialdad para alejarse sin compasión, arrasando con la autoestima de sus boquiabiertos ex maridos.

No cabe duda de que ellos también son responsables de haber llevado la relación a una zona de riesgo. No se trata de jugar acá a los buenos y a los malos, al neցro y al blanco. Pero nadie merece ser amputado del corazón de la manera en que está pasando hoy en día. ¿Será que el empoderamiento se la ha subido a algunas mujeres más arriba de la cabeza? ¿No será que esta transición de la mujer esclava del hogar a la mujer jefa de todo está produciendo ciertos daños colaterales? Por favor, que quede claro: esto no es generalización. Pero tampoco es un caso aislado. Me atrevo a ponerlo sobre la mesa como una inminente y muy peligrosa tendencia. Y creo que tiene explicación: cuando una persona insegura recibe un metro cuadrado de poder, es capaz de ejercer el poder en ese metro cuadrado como un verdadero tirano.

Siento que hay algunas mujeres que llevan, sin saberlo, el Manifiesto SCUM en su inconsciente: esas que vieron cómo sus madres sufrían junto a un hombre autoritario, las que fueron víctima del bullying de sus hermanos, las que han sido acosadas en el trabajo o toqueteadas en el metro. Hay una parte de su cabeza que, llegado el momento, decide que el tipo con el que decidieron construir un proyecto ahora las aburre. Se convencen de que ya no les sirve. Encuentran un macho Alpha que brilla un poco más. Viven un rato en paralelo, muchas veces dejando pistas para que la pega la haga el pobre infeliz que está a punto de ser masacrado. Entonces las pillan. Lloran cinco minutos. Y ahí viene la debacle. Te enteras de que hace rato no te aman, de que hace tiempo están con otra persona, te informan que mañana te tienes que ir de la casa, que a tus hijos los verás de ahora en adelante fin de semana por medio y que tu nueva vida es una verdadera cosa. Y todo pasa en un rato. Un rato en el que te aniquilaron. Sin piedad. Sin culpa. Como si ser hombre fuera lo más parecido a una hormiga recién pisoteada.