Imagina que "ellos", tan inteligentes como son, se hubieran dedicado a través de la cultura, las religiones, la espiritualidad y el esoterismo, a pintarte lo bonita que es la prisión y sus barrotes de modo que nunca la percibieras como tal, y que así consideraras la condena de tu vida en la materia como un regalo divino que debes agradecer.
Y mientras tú haciéndote pajotes mentales con el funcionamiento de la astrología, por ejemplo, cuando en realidad te está dando el conocimiento de los aspectos del ciclo, del viaje de la consciencia, dentro del propio bucle que se repite una y otra vez a escala fractal. Sí, es bueno el conocimiento. Pero si descubres lo que es realmente, no es nada bonito ni por lo que deslumbrarse y maravillarse.
O rezando y pidiendo la salvación de tu alma a "dioses" o "entidades" que se camuflan tras esas estampitas y que son tus verdaderos carceleros.
Para "ellos" lo principal es que de un modo u otro validemos esta realidad ilusoria.
Cuando empiezas a verla como es, te das cuenta de que es una previsible y cutre imitación de lo verdadero que intenta manipularte constantemente a través del chantaje emocional. Una falsa realidad psicopática (reptiliana). Tras las apariencias se sostiene a través del engaño, el sufrimiento y la depredación.
Te muestra fuera, proyectada, la LUZ que tú ya eres en esencia, haciéndote olvidar que está en ti, para atraparte en el bucle perpetuo de la búsqueda externa. Porque como lo externo es una ilusión, nunca podrás alcanzarla buscando fuera. Pero sin embargo te atrae porque te recuerda al Origen, y tú la sigues para encontrarlo inconscientemente. Así te dirigen.
Te manipula a través de la culpa desde la más tierna infancia con la programación psíquica de una caída que supone una traición al Creador, porque tu memoria álmica se siente separada del Origen, como si se hubiera montado en el coche de un desconocido ofreciéndole un caramelo, de manera ingenua sin advertir el peligro por desconocer la dualidad (y en consecuencia, la maldad, la oscuridad y el engaño).
La caída es la caída al ego o yo inferior de la parte anímica. La identidad del yo de los instintos de nuestra parte animal, que suplanta al verdadero yo, que queda atrapado en estado de ensueño como si viera una película en la que no puede actuar.
El chakra raíz es el que encierra tu energía en la base de la columna, como una serpiente enroscada. A través de tu segundo chakra, asociado a los deseos del yo inferior, te encierran en un bucle buscando llenar el vacío que nunca se llena.
El combate interno está en el tercer chakra, en la voluntad para vencer los impulsos inferiores. Si la consciencia está confundida, dirigirá sus acciones a seguir haciendo girar la rueda dentro del bucle. Ya sea a través de la represión o a través de la satisfacción de sus deseos, de ambos modos continúa en la rueda. Hacia un lado o hacia el otro.
De esta manera la consciencia se encuentra atrapada en el circuito de los chakras inferiores.
El miedo y la ignorancia son el principal mecanismo para que surja efecto el hechizo, al creer que eres una criatura mortal que debe luchar por sobrevivir dentro de la falsa realidad.
Fíjate cómo la falsa espiritualidad te exhorta a estar en el ahora, a olvidar el pasado y perder de vista el futuro, a sentir y no pensar, a tener fe y dejarte llevar... para que no reflexiones, para que no ates cabos, para que no te des cuenta de dónde estás, para que no recuerdes quién eres, para que continúes repitiendo los mismos errores en bucle, infinitamente...
Para "ellos" eres un plato de comida.