La verdad es que me duele en el alma decirlo, pero no se asemeja en nada a lo que hacía el maestro Cebrián: Bruno es un tío majo, pero deja ver demasiado su progrerío (y, dios, repruebo esas pausas entre sílabas), y Silvia... en fin, sencillamente no vale para la radio, su entonación es espantosa.
Y mira que lo he intentado veces, pero salvo cuando sale Fernando Rueda, el resto del programa ya no lo escucho. Y lo peor es que no encuentro alternativas.
Una lástima de verdad, porque fueron casi 20 años siguiendo a Cebri.