La FV sin prima en instalaciones conectadas para autoconsumo ya es rentable

La FV se hara rentable porque nos subiran los impuestos, no porque lo sea realmente.

Eso si que es un argumento madurado y pensado.

¿Sabe usted que ya se pueden comprar módulos a 0,4€ el vatio? Haga números.

Si quiere puede leer también el informe "Re-considering the Economics of Photovoltaic Power", de Bloomberg. Pero tenga en cuenta que la FV va tan rápido que ha bajado mucho desde entonces, y que ese informe ya es pesimista...
 
La ventaja de la termosolar es el almacenamiento, pero en un par de décadas el panorama del almacenamiento puede variar una barbaridad...

Quien sabe...

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No, el consumidor lo que exige es no regalar lo producido a la compañía eléctrica.

No, eso no es cierto. No es cierto que ninguna ley española exija al consumidor que también produce electricidad a regalar nada a nadie.

Si su conexión a la red le sirve a usted solo para comprar electricidad exterior, puede comprar o no comprar las cantidades que desee y producir el resto de electricidad por sí mismo.

Lo que exigen los autoproductores es que las compañías estén obligadas a comprarles su electricidad en ciertas condiciones que los autoproductores pretenden imponer. Como a las compañías eléctricas esas condiciones no les parecen aceptables, por el motivo que sea, los autoproductores exigen que el Gobierno, haciendo uso de la fuerza, imponga a esas compañías, contra su voluntad, esas condiciones.

Los autoproductores se ven incapaces de explotar a otros y lo disfrazan pretendiendo que están siendo explotados por ellos.

Nadie puede impedirle establecer un sistema de producción y consumo propio autónomo y desconectado de la red comercial. ¿Me equivoco?

Tampoco nadie puede impedirle contratar una conexión a la red que la permita comprar la electricidad que pueda faltarle a su sistema para rellenar huecos ¿Me equivoco?

Tampoco nadie puede impedirle hacer una oferta a las compañías comerciales en la que se proponga una conexión bidireccional entre su sistema y la red para transferir energía en las dos direcciones y comprar / vender electricidad. ¿Me equivoco?

Lo que ocurre es que esas compañías comerciales podrían aceptar o rechazar las condiciones que usted les ofrece según las consideren aceptables o no y entonces lo que usted pretende es que el Gobierno imponga por la fuerza sus condiciones a esas compañías. ¿Me equivoco?

De hecho, lo único que se pide ahora es compensar (como se hace en la mayoría de los países desarrollados, menos en la oligopolistica España) lo que se produce, ¡¡después de que las distribuidoras apliquen si quieren todos los peajes posibles, como si estuviera produciendo en una central nuclear y vendiendo la electricidad a cientos de kilómetros!!

Ahora se ofrece eso, pero ni por esas, hoyja. Las eléctricas y sus empleados del Gobierno no aceptan.

En el resto del mundo civilizado existe el net metering, sin que implosione el sistema eléctrico, ¿por qué en la castuzil España, la del tándem políticos-eléctricas no se puede?. Consúltelo a sus empleadores, tire del manual de su empresa, y nos lo cuenta.

Mi empresa no tiene manuales.

Si el trato que usted propone a esas compañías comerciales es beneficioso para ellas lo aceptarán, seguro. El problema es que tiene que elevar lo suficiente el precio que está dispuesto a pagar por ese servicio.

La razón por las que el precio de ese servicio puede ser mucho más alto en España que en otros países es, en esencia, que el sistema eléctrico español está masivamente intervenido por el Estado.

Las compañías eléctricas en España no obtienen mayores beneficios que en otros países vecinos o en USA, así que el demencial precio de la electricidad en España no se debe a eso. En el sistema eléctrico español hay una presión fiscal demencial en unas partes y unos subsidios demenciales en otras.

Durante la burbuja de crédito, todo el mundo se acercaba a la orgía eléctrica a obtener su subsidio, lo mismo que todo el sector agrario, forestal, ganadero, minero o pesquero ha sido destruido por décadas de subsidios.

Con el estallido de la burbuja de crédito el sistema simplemente ha quebrado. El valor económico de las eléctricas españolas es negativo y el valor financiero de sus acciones cero.

Este Gobierno no tiene el valor de dejar que estalle la burbuja eléctrica pero la burbuja eléctrica estallará y una gran fracción de toda la potencia instalada será abandonada. En esa fracción está toda la renovable.

La rentabilidad basada en el subsidio público es ya inviable y estar exento del pago de impuestos en una economía en la que los otros pagan un 60% de impuestos es un subsidio.
 
No, eso no es cierto. No es cierto que ninguna ley española exija al consumidor que también produce electricidad a regalar nada a nadie.

Si su conexión a la red le sirve a usted solo para comprar electricidad exterior, puede comprar o no comprar las cantidades que desee y producir el resto de electricidad por sí mismo.

Lo que exigen los autoproductores es que las compañías estén obligadas a comprarles su electricidad en ciertas condiciones que los autoproductores pretenden imponer. Como a las compañías eléctricas esas condiciones no les parecen aceptables, por el motivo que sea, los autoproductores exigen que el Gobierno, haciendo uso de la fuerza, imponga a esas compañías, contra su voluntad, esas condiciones.

Los autoproductores se ven incapaces de explotar a otros y lo disfrazan pretendiendo que están siendo explotados por ellos.

Nadie puede impedirle establecer un sistema de producción y consumo propio autónomo y desconectado de la red comercial. ¿Me equivoco?

Tampoco nadie puede impedirle contratar una conexión a la red que la permita comprar la electricidad que pueda faltarle a su sistema para rellenar huecos ¿Me equivoco?

Tampoco nadie puede impedirle hacer una oferta a las compañías comerciales en la que se proponga una conexión bidireccional entre su sistema y la red para transferir energía en las dos direcciones y comprar / vender electricidad. ¿Me equivoco?

Lo que ocurre es que esas compañías comerciales podrían aceptar o rechazar las condiciones que usted les ofrece según las consideren aceptables o no y entonces lo que usted pretende es que el Gobierno imponga por la fuerza sus condiciones a esas compañías. ¿Me equivoco?

(...)

No, lo que se pide es que se el gobierno intermedie y que no permita condiciones de monopolio. Solo se pide que se pueda comprar y vender a precio de mercado. ¿Eso nos parece mal? ¿Es preferible que tenga preferencia una central de carbon de endesa?

No es liberalismo, es oligopolismo.
 
No veo problema a ponerse unas baterías y un cargador/inversor.

Yo creo que no lo habeis tocado en vuestra vida. La mayoría de gente no podría instalar más de 3000wp en sus unifamiliares con una orientación decente. Eso son 9kwhr/dia en invierno (no, no son más), cojonudo para tener unas baterías y quitarse de la factura.

Lo que no puede ser es que la gente enchufe o tome de red sí o sí y se queje de que es que tienen que aceptar unos precios. Se les da la opción de unirse para tener un agente que venda en el mercado o un módem GSM que se lo calcule, pero seguimos con la misma cantinela.

Actualmente, podeis comprar toda la tecnología y no depender de la red, simplemente contratando solo mínimo y teneis un doble circuito, el interno con acumulación y el de la compañía. O eso o esperais a que acaben de desarrollar normativa, pero os adelanto que no va a gustar, porque todo lo malo (la red de alta capacidad y la disponibilidad 24/365) se suele ningunear, cuando es carísimo en inversión, mantenimiento, tecnología de regulación y mano de obra.

En la tienda os esperan. Hablad con la experiencia y los euros por delante. Y la regulación estatal es un risión que primero se pida y luego se sufra. Es que son dos caras de la misma moneda. Autoproducción sólo significa una cosa para mí, dejad de prostituir las palabras y usad baterías.
 
Lo que exigen los autoproductores es que las compañías estén obligadas a comprarles su electricidad en ciertas condiciones que los autoproductores pretenden imponer. Como a las compañías eléctricas esas condiciones no les parecen aceptables, por el motivo que sea, los autoproductores exigen que el Gobierno, haciendo uso de la fuerza, imponga a esas compañías, contra su voluntad, esas condiciones.

Desde ese "curioso" punto de vista, esa empresa podrá negarse a comprar mi electricidad, pero se arriesga a que, en una decisión perfectamente democrática, no ya regulemos en beneficio de la mayoría (que, como han hecho en otro países, sería lo práctico y eficaz, pero, oh dios mío, sería antiliberal), sino que decidamos crear una empresa comercializadora "pública" que se encargue de comprar y vender esos "sobrantes", redistribuyéndolos entre los usuarios/clientes. Y esto se haría sin necesidad de violentar el sagrado bolsillo de nadie en cuánto la fotovoltaica alcance la paridad de red, que es para ya. ¿Les interesará a las grandes eléctricas que lleguemos a ese punto?

Toda esas historias servirán complicar el desarrollo del autoconsumo y alargar el robo, pero la sentencia está dictada...

La Cooperativa de Energía verde | Som Energia



"El objetivo de Som Energia es convertirse en una cooperativa sin ánimo de lucro que reúna a miles de personas con el deseo de cambiar el modelo energético actual y trabajar para alcanzar un modelo 100% renovable."
"YA SOMOS 4528 SOCIOS/AS"


(Vaya, parece que el libre mercado dejado a su antojo también nos lleva a sobrecapacidad de potencia instalada, a medida que surgen tecnologías más baratas que dejan obsoletas las anteriores, qué cosas...)


No veo problema a ponerse unas baterías y un cargador/inversor.

Muy inteligente y muy ecológico! :roto2:
 
No, lo que se pide es que se el gobierno intermedie y que no permita condiciones de monopolio. Solo se pide que se pueda comprar y vender a precio de mercado. ¿Eso nos parece mal? ¿Es preferible que tenga preferencia una central de carbon de endesa?

No es liberalismo, es oligopolismo.

Le aseguro que nadie estaría más de acuerdo que yo en que el sector eléctrico español estuviera basado en un mercado pero lo cierto es que no lo está.

La esencia es que, hoy por hoy, ninguna forma de producción de energía alternativa es remotamente viable económicamente, salvo en pequeñas instalaciones muy remotas o algún caso de co-generación.

El gran manto de la ficción estatal puede haber ocultado o disfrazado este hecho de mil maneras diferentes, desde crear unos tipos de interés ficticios artificialmente bajos que abaratan falsamente los costos financieros, hasta el subsidio masivo de la producción de células de silicio, la subvención masiva a la producción verde o la penalización fiscal a la producción tradicional.

Los Estados, en particular el español, han utilizado el hecho de que un mercado eléctrico es un mercado cautivo para depositar en el recibo de la luz los impuestos ocultos que financian sus decisiones políticas.

La electricidad es carísima en España no porque las eléctricas españolas tengan beneficios desproporcionados sino porque el gasto público en España es enorme y parte de ese gasto público se descarga en el recibo de la luz.

Este es el modus operandi clásico de las economías fascistas inspiradas en las ideas del fascismo italiano de los 30.

El señor Chávez, que tiene en su despacho la máquina de imprimir bolívares, crea ingentes cantidades de dinero de la nada para financiar sus redes clientelares y sus proyectos megalómanos. Esto reduce severamente el salario de la población lo que hace que a esa población le resulte cada día más difícil comprar la leche para sus niños.

Interviene entonces el Gobierno con una ley de precios máximos de la leche. Esta ley no pretende mantener constante el precio de la leche sino hacer que el precio de la leche, en términos reales, descienda un 30% anualmente de forma que la población, cuyos salarios están siendo recortados un 30% al año por Chavéz, no noten que sus salarios están siendo destruidos para financiar los delirios del reyezuelo.

El Gobierno, que es quien provoca ese aumento del precio de la leche, aparece entonces frente a la opinión pública como quien paternalistamente protege a los pobres de la codicia de los granjeros que producen leche.

El resultado es que esos granjeros son forzados a vender su leche por debajo de costos. Las pérdidas en cada litro producido con un coste de 100 y vendido por 60 se rellenan consumiendo el capital de ese sector ganadero y el capital de los ahorradores que financiaban esas granjas.

El tejido productivo real es destruido, consumido progresivamente para mantener el gasto en financiar las redes clientelares y los sueño megalómanos de cambiar el mundo.

En España, la jovenlandesatoria nuclear fue una decisión política. Una decisión política improvisada para sacar a un gobernante de un apuro en su carrera política: había que paralizar legalmente la construcción de la central de Lemoiz porque el asunto se había convertido en un avispero político y esta ley decretada únicamente para salvar la carrera de un político, se disfrazó como una decisión política destinada a proteger el medio ambiente.

Como la decisión fue improvisada por razones electorales, varias centrales en fase de construcción fueron canceladas de improviso. Esto generó unas pérdidas de tal calibre que habría llevado a varias eléctricas a la quiebra.

Esas pérdidas y las quiebras de esas eléctricas habían sido consecuencia de una ruptura de la seguridad jurídica debida a la alcaldada del presidente para salvar su carrera y el poder de su partido. (Las centrales habían iniciado su construcción con una licencia gubernamental que fue luego anulada)

Esa decisión política, si tiene el apoyo necesario en la cámara, es una decisión legítima pero implica que el erario público se hará cargo de los costos de esa decisión política. Las compañías afectadas por esa ruptura de la seguridad jurídica tendrían que haber sido indemnizadas de las pérdidas con una partida en los presupuestos generales. Puesto que esa decisión política tenía un costo económico, el Estado tenía que aportar los fondos que cubriesen ese costo.

El problema en un régimen fascista es que se basa en el populismo y en el principio de suponer que los ciudadanos son idiotas a los que se puede engañar siempre. Es necesario que los ciudadanos obtengan unos "derechos" otorgados generosamente por el petulante en el poder y que esos "derechos", que han sido creados de la nada por el poder divino del cacique, no tengan coste alguno: los líderes fascistas crean la riqueza por medio de sus poderes divinos.

Así que para que no aflorase el costo de aquella decisión política oportunista, ese costo se les asignó a las eléctricas pero para que las que fueron afectadas por la alcaldada no quebrasen frente a las que se libraron de la alcaldada, el poder socialista repartió equitativamente aquellos costos entre todas las compañías.

Una partida en el recibo de la luz cubriría durante varias décadas el costo de mantener la carrera de aquél presidente fascista y el poder de su partido fascista.

Finalmente, por supuesto, los ciudadanos, sobre todo los más pobres, pagarían el coste de aquella alcaldada del Estado, pero, siguiendo el modus operandi del fascismo, las eléctricas aparecerían como las entidades codiciosas que explotan a los ciudadanos y el Gobierno como el Robin Hood que protege a los ciudadanos de esos depredadores del mercado.

El Gobierno, en la linea fascista clásica, justo después de haber descargado un gasto político que generaba un sobrecosto sobre el sector eléctrico, decretó una ley de precios máximos de la electricidad que protegía a los consumidores de la codicia de las eléctricas.

Esto, el obligar a las eléctricas a vender por 70 una electricidad que, debido a los costos políticos, costaba 100 producir, hacía insostenible el sistema pero como quien tenía que resolver la situación era un fascista optó por trasladar hacia el futuro, hacia un momento en el que él ya viviera en su retiro dorado, esa patata caliente.

Así es como se inventó algo tan demencialmente disparatado como la deuda generada por el déficit de tarifa (creo que esta genialidad la inventó alguien del PP, quizás Rato).

En el maravilloso mundo de fantasía del fascismo español, una alcaldada de los mandarines del Estado, con un coste astronómico, había sido transferida al sistema eléctrico y luego, mediante el artificio de la deuda tarifaria privada pero avalada por el Estado ese coste se había evaporado hasta desaparecer.

Esos costes, derivados de las ingentes pérdidas provocadas por la alcaldada del Gobierno, debían estar en algún sitio, en algún lugar del hiperespacio, pero desde la maravillosa fantasía de la realidad oficial, no podían verse. Los contribuyentes no pagaban más impuestos para costear la astronómica alcaldada, tampoco pagaban más por la luz porque el paternal Gobierno les protegía con una ley de precios máximos, y la deuda avalada por el Estado que obligadas a emitir las eléctricas no contaba como deuda pública en Eurostat.

(Para los políticos y sus expertos, la realidad no existe ni tiene consecuencias. La realidad es lo que diga Eurostat y como Eurostat dice que 2+2 son 7, 2+2 son 7)

Así es como el sistema eléctrico, como mercado cautivo y susceptible de un control fascista central, se convirtió en el vertedero mágico de las alcaldadas, sueños megalómanos y, en general, fuente ilimitada de financiación de los costos generados por la ilimitada ineptitud o afición a conceder prebendas de nuestros amados políticos del fascio moderno.

Si había que mantener la paz social en Asturias y asumir la verdad elemental de que la minería del carbón asturiana no era viable podía suponer un coste electoral, pues se les decía a las eléctricas: compren ustedes a doble precio la producción nacional de carbón. El coste se lo cargan ustedes a los pardillos de consumidores que se lo tragan todo y si con eso superan la tarifa máxima fijada por ley, pues ya saben: a la deuda tarifaria.

Si un perfecto petulante había soñado con ver su país cubierto de molinos eléctricos, pues el disparatado coste del capricho del fhurer, se cargaba según el modus operandi: lo pagarán los pardillos de los consumidores en el recibo de hoy o lo pagarán sus hijos en el recibo de mañana cuando tengan que pagar esa deuda pública disfrazada llamada deuda tarifaria.

Esto es un proceso de descapitalización fascio-keynesiana mediante el consumo de capital de libro. El valor del capital se consume en financiar el gasto clientelar y de imbecilidades megalómas varias y esa desaparición es ocultada mediante algún pueril artificio basado en la deuda (las 9 neuronas que reúnen entre Rato, Solbes, Soria, Sebastián y Salgado juntos tampoco dan para mucho más)

Mientras la orgía de consumo de capital propiciada por la gigantesca burbuja de crédito de los años de la champios leage lo permitió, no hubo gasto, por demencialmente ridículo que fuese, que no se cargase en el sistema eléctrico.

Los tipos de interés reales ultrabajos (negativos) permitían construir nuevas fantasías industriales como las huertas solares o acumular ingentes cantidades de deuda tarifaria sin coste alguno. La rápida y catastrófica descapitalización y destrucción irreversible del tejido productivo era ocultada por el río de crédito de papel mojado que lo cubría todo.

Si, mediante el pensamiento mágico, se suponía que todo ese papel mojado se convertiría en el futuro en capital real cuando los endeudados pagasen sus deudas con capital que crearían en el futuro, el sistema se sostenía porque 4.000 millones de deuda incobrable pasaban mágicamente de tener un valor cero a valer 4.000 millones.

Ahora que el espejismo fascio-keynesiano se ha esfumado, aparece la realidad, esa realidad que siempre estuvo ahí, bajo el espejismo: hay un sector eléctrico con un valor global ingentemente negativo que no puede sostener los miles de costos políticos que han sido arrojados sobre él.

Naturalmente, en estos engendros fascistas siempre hay por ahí miles de depredadores privados que forman los engranajes de la máquina y viven como sultanes aprovechando el saqueo impune a gran escala de los ciudadanos por parte de la bestia Estatal. Sin embargo esto es anecdótico: la ingente destrucción económica es producida por un engendro de origen estatal, basado en los mecanismos de redistribución de rentas y costes que solo pueden provenir de la máquina de las alcaldadas del Estado.

En este gigantesco engendro fascista las únicas víctimas con los consumidores y los productores genuinos que sufren como impuestos presentes o futuros y como costes astronómicos de la energía la factura de la orgía fascio-keynesiana.

Las energías renovables son parte de los beneficiarios de este engendro y por eso desaparecerán. Desaparecerán porque la realidad dice que no son viables y porque la mentira delirante del poder tiene un coste ingente que no es posible sostener para una economía que ha sido privada de su capital.


En los cálculos de los pro-renovables se comparan sistemáticamente los costes de producción tradicionales incluyendo en esos costes los monstruosos sobrecostes de origen político con los costes de la renovable exentos de esos sobrecostes políticos y beneficiándose de los subsidios políticos que el Estado chino concede a la producción de paneles.


En las ecuaciones de estas comparativas, utilizando la máquina estatal de redistribución forzosa de rentas, el sector renovable extrae una parte arbitraria de sus costes y los transfiere al sector de la energía tradicional. En ese sistema de ecuaciones, obviamente, siempre podemos encontrar una solución en la que la producción renovable es más productiva que la tradicional: basta con que la variable que mide el volumen de costes transferidos crezca lo suficiente.


Lo mismo que el señor Sebastián siempre podrá lograr que el coche eléctrico sea más competitivo que el de gasolina a base de subvencionar lo suficiente el coche eléctrico mediante un nuevo impuesto cargado al coche de gasolina.


No sé si es posible hacer que el sistema eléctrico sea ese mercado que nunca fue, lo que sí sé es que ese es el único camino que nos sacará de esta Gran Depresión. A mi personalmente me gustaría que hubiese energías renovables en ese futuro mercado, y obviamente, a medio plazo las habrá pero lo que yo desee no tiene importancia en esto porque es la realidad quien decidirá.
 
La mejor instalacion FV es aislada, es isla.
Y si el funcionario de turno o el estado no sabe ni que la tienes mejor, no sea que le de por ponerle un impuestazo.

Si juegas con el Estado pierdes siempre. Es mejor renunciar a las primas y ser independiente de verdad.
 
Le aseguro que nadie estaría más de acuerdo que yo en que el sector eléctrico español estuviera basado en un mercado pero lo cierto es que no lo está.

La esencia es que, hoy por hoy, ninguna forma de producción de energía alternativa es remotamente viable económicamente, salvo en pequeñas instalaciones muy remotas o algún caso de co-generación.

El gran manto de la ficción estatal puede haber ocultado o disfrazado este hecho de mil maneras diferentes, desde crear unos tipos de interés ficticios artificialmente bajos que abaratan falsamente los costos financieros, hasta el subsidio masivo de la producción de células de silicio, la subvención masiva a la producción verde o la penalización fiscal a la producción tradicional.

Los Estados, en particular el español, han utilizado el hecho de que un mercado eléctrico es un mercado cautivo para depositar en el recibo de la luz los impuestos ocultos que financian sus decisiones políticas.

La electricidad es carísima en España no porque las eléctricas españolas tengan beneficios desproporcionados sino porque el gasto público en España es enorme y parte de ese gasto público se descarga en el recibo de la luz.

Este es el modus operandi clásico de las economías fascistas inspiradas en las ideas del fascismo italiano de los 30.

El señor Chávez, que tiene en su despacho la máquina de imprimir bolívares, crea ingentes cantidades de dinero de la nada para financiar sus redes clientelares y sus proyectos megalómanos. Esto reduce severamente el salario de la población lo que hace que a esa población le resulte cada día más difícil comprar la leche para sus niños.

Interviene entonces el Gobierno con una ley de precios máximos de la leche. Esta ley no pretende mantener constante el precio de la leche sino hacer que el precio de la leche, en términos reales, descienda un 30% anualmente de forma que la población, cuyos salarios están siendo recortados un 30% al año por Chavéz, no noten que sus salarios están siendo destruidos para financiar los delirios del reyezuelo.

El Gobierno, que es quien provoca ese aumento del precio de la leche, aparece entonces frente a la opinión pública como quien paternalistamente protege a los pobres de la codicia de los granjeros que producen leche.

El resultado es que esos granjeros son forzados a vender su leche por debajo de costos. Las pérdidas en cada litro producido con un coste de 100 y vendido por 60 se rellenan consumiendo el capital de ese sector ganadero y el capital de los ahorradores que financiaban esas granjas.

El tejido productivo real es destruido, consumido progresivamente para mantener el gasto en financiar las redes clientelares y los sueño megalómanos de cambiar el mundo.

En España, la jovenlandesatoria nuclear fue una decisión política. Una decisión política improvisada para sacar a un gobernante de un apuro en su carrera política: había que paralizar legalmente la construcción de la central de Lemoiz porque el asunto se había convertido en un avispero político y esta ley decretada únicamente para salvar la carrera de un político, se disfrazó como una decisión política destinada a proteger el medio ambiente.

Como la decisión fue improvisada por razones electorales, varias centrales en fase de construcción fueron canceladas de improviso. Esto generó unas pérdidas de tal calibre que habría llevado a varias eléctricas a la quiebra.

Esas pérdidas y las quiebras de esas eléctricas habían sido consecuencia de una ruptura de la seguridad jurídica debida a la alcaldada del presidente para salvar su carrera y el poder de su partido. (Las centrales habían iniciado su construcción con una licencia gubernamental que fue luego anulada)

Esa decisión política, si tiene el apoyo necesario en la cámara, es una decisión legítima pero implica que el erario público se hará cargo de los costos de esa decisión política. Las compañías afectadas por esa ruptura de la seguridad jurídica tendrían que haber sido indemnizadas de las pérdidas con una partida en los presupuestos generales. Puesto que esa decisión política tenía un costo económico, el Estado tenía que aportar los fondos que cubriesen ese costo.

El problema en un régimen fascista es que se basa en el populismo y en el principio de suponer que los ciudadanos son idiotas a los que se puede engañar siempre. Es necesario que los ciudadanos obtengan unos "derechos" otorgados generosamente por el petulante en el poder y que esos "derechos", que han sido creados de la nada por el poder divino del cacique, no tengan coste alguno: los líderes fascistas crean la riqueza por medio de sus poderes divinos.

Así que para que no aflorase el costo de aquella decisión política oportunista, ese costo se les asignó a las eléctricas pero para que las que fueron afectadas por la alcaldada no quebrasen frente a las que se libraron de la alcaldada, el poder socialista repartió equitativamente aquellos costos entre todas las compañías.

Una partida en el recibo de la luz cubriría durante varias décadas el costo de mantener la carrera de aquél presidente fascista y el poder de su partido fascista.

Finalmente, por supuesto, los ciudadanos, sobre todo los más pobres, pagarían el coste de aquella alcaldada del Estado, pero, siguiendo el modus operandi del fascismo, las eléctricas aparecerían como las entidades codiciosas que explotan a los ciudadanos y el Gobierno como el Robin Hood que protege a los ciudadanos de esos depredadores del mercado.

El Gobierno, en la linea fascista clásica, justo después de haber descargado un gasto político que generaba un sobrecosto sobre el sector eléctrico, decretó una ley de precios máximos de la electricidad que protegía a los consumidores de la codicia de las eléctricas.

Esto, el obligar a las eléctricas a vender por 70 una electricidad que, debido a los costos políticos, costaba 100 producir, hacía insostenible el sistema pero como quien tenía que resolver la situación era un fascista optó por trasladar hacia el futuro, hacia un momento en el que él ya viviera en su retiro dorado, esa patata caliente.

Así es como se inventó algo tan demencialmente disparatado como la deuda generada por el déficit de tarifa (creo que esta genialidad la inventó alguien del PP, quizás Rato).

En el maravilloso mundo de fantasía del fascismo español, una alcaldada de los mandarines del Estado, con un coste astronómico, había sido transferida al sistema eléctrico y luego, mediante el artificio de la deuda tarifaria privada pero avalada por el Estado ese coste se había evaporado hasta desaparecer.

Esos costes, derivados de las ingentes pérdidas provocadas por la alcaldada del Gobierno, debían estar en algún sitio, en algún lugar del hiperespacio, pero desde la maravillosa fantasía de la realidad oficial, no podían verse. Los contribuyentes no pagaban más impuestos para costear la astronómica alcaldada, tampoco pagaban más por la luz porque el paternal Gobierno les protegía con una ley de precios máximos, y la deuda avalada por el Estado que obligadas a emitir las eléctricas no contaba como deuda pública en Eurostat.

(Para los políticos y sus expertos, la realidad no existe ni tiene consecuencias. La realidad es lo que diga Eurostat y como Eurostat dice que 2+2 son 7, 2+2 son 7)

Así es como el sistema eléctrico, como mercado cautivo y susceptible de un control fascista central, se convirtió en el vertedero mágico de las alcaldadas, sueños megalómanos y, en general, fuente ilimitada de financiación de los costos generados por la ilimitada ineptitud o afición a conceder prebendas de nuestros amados políticos del fascio moderno.

Si había que mantener la paz social en Asturias y asumir la verdad elemental de que la minería del carbón asturiana no era viable podía suponer un coste electoral, pues se les decía a las eléctricas: compren ustedes a doble precio la producción nacional de carbón. El coste se lo cargan ustedes a los pardillos de consumidores que se lo tragan todo y si con eso superan la tarifa máxima fijada por ley, pues ya saben: a la deuda tarifaria.

Si un perfecto petulante había soñado con ver su país cubierto de molinos eléctricos, pues el disparatado coste del capricho del fhurer, se cargaba según el modus operandi: lo pagarán los pardillos de los consumidores en el recibo de hoy o lo pagarán sus hijos en el recibo de mañana cuando tengan que pagar esa deuda pública disfrazada llamada deuda tarifaria.

Esto es un proceso de descapitalización fascio-keynesiana mediante el consumo de capital de libro. El valor del capital se consume en financiar el gasto clientelar y de imbecilidades megalómas varias y esa desaparición es ocultada mediante algún pueril artificio basado en la deuda (las 9 neuronas que reúnen entre Rato, Solbes, Soria, Sebastián y Salgado juntos tampoco dan para mucho más)

Mientras la orgía de consumo de capital propiciada por la gigantesca burbuja de crédito de los años de la champios leage lo permitió, no hubo gasto, por demencialmente ridículo que fuese, que no se cargase en el sistema eléctrico.

Los tipos de interés reales ultrabajos (negativos) permitían construir nuevas fantasías industriales como las huertas solares o acumular ingentes cantidades de deuda tarifaria sin coste alguno. La rápida y catastrófica descapitalización y destrucción irreversible del tejido productivo era ocultada por el río de crédito de papel mojado que lo cubría todo.

Si, mediante el pensamiento mágico, se suponía que todo ese papel mojado se convertiría en el futuro en capital real cuando los endeudados pagasen sus deudas con capital que crearían en el futuro, el sistema se sostenía porque 4.000 millones de deuda incobrable pasaban mágicamente de tener un valor cero a valer 4.000 millones.

Ahora que el espejismo fascio-keynesiano se ha esfumado, aparece la realidad, esa realidad que siempre estuvo ahí, bajo el espejismo: hay un sector eléctrico con un valor global ingentemente negativo que no puede sostener los miles de costos políticos que han sido arrojados sobre él.

Naturalmente, en estos engendros fascistas siempre hay por ahí miles de depredadores privados que forman los engranajes de la máquina y viven como sultanes aprovechando el saqueo impune a gran escala de los ciudadanos por parte de la bestia Estatal. Sin embargo esto es anecdótico: la ingente destrucción económica es producida por un engendro de origen estatal, basado en los mecanismos de redistribución de rentas y costes que solo pueden provenir de la máquina de las alcaldadas del Estado.

En este gigantesco engendro fascista las únicas víctimas con los consumidores y los productores genuinos que sufren como impuestos presentes o futuros y como costes astronómicos de la energía la factura de la orgía fascio-keynesiana.

Las energías renovables son parte de los beneficiarios de este engendro y por eso desaparecerán. Desaparecerán porque la realidad dice que no son viables y porque la mentira delirante del poder tiene un coste ingente que no es posible sostener para una economía que ha sido privada de su capital.


En los cálculos de los pro-renovables se comparan sistemáticamente los costes de producción tradicionales incluyendo en esos costes los monstruosos sobrecostes de origen político con los costes de la renovable exentos de esos sobrecostes políticos y beneficiándose de los subsidios políticos que el Estado chino concede a la producción de paneles.


En las ecuaciones de estas comparativas, utilizando la máquina estatal de redistribución forzosa de rentas, el sector renovable extrae una parte arbitraria de sus costes y los transfiere al sector de la energía tradicional. En ese sistema de ecuaciones, obviamente, siempre podemos encontrar una solución en la que la producción renovable es más productiva que la tradicional: basta con que la variable que mide el volumen de costes transferidos crezca lo suficiente.


Lo mismo que el señor Sebastián siempre podrá lograr que el coche eléctrico sea más competitivo que el de gasolina a base de subvencionar lo suficiente el coche eléctrico mediante un nuevo impuesto cargado al coche de gasolina.


No sé si es posible hacer que el sistema eléctrico sea ese mercado que nunca fue, lo que sí sé es que ese es el único camino que nos sacará de esta Gran Depresión. A mi personalmente me gustaría que hubiese energías renovables en ese futuro mercado, y obviamente, a medio plazo las habrá pero lo que yo desee no tiene importancia en esto porque es la realidad quien decidirá.


Sólo le pregunto qué pasará cuando las energías no renovables se acaben.

S2.
 
Aporto un par de gráficos interesantes

GET_2A10_PV_cap_half_of_power_demand_l.png


Esto es lo que NO quiere la casta política/parasitaria/eléctrica. La mitad de los 53 GW renovables de Alemania son de propiedad local

gchart-share-of-germany-renewable-energy-market-2011.png
 
Y añado la gráfica de cómo la implantación de la solar ha conseguido reducir el precio de la electricidad del pool alemán en las horas de mayor demanda, justo cuando produce la solar.
En España podemos conseguir lo mismo poblando los tejados de placas fotovoltaicas sin necesidad de recurrir a primas/subvenciones. Basta una regulación sensible del autoconsumo por balance neto (bueno, y que las subastas no sean una estafa para que ese mejor precio se refleje en la factura de los que no puedan instalar FV, claro :roto2: )

Año 2007 y año 2011:

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Solar PV Reducing Price of Electricity in Germany - CleanTechnica
 
Última edición:
El día que lo tenga todo el mundo te pondrán un impuesto lineal de 120€ al mes que irá a las eléctricas y listo.

Spanish Retard Way
 
Aporto un par de gráficos interesantes

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Esto es lo que NO quiere la casta política/parasitaria/eléctrica. La mitad de los 53 GW renovables de Alemania son de propiedad local

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Ojito con el primer gráfico!!! Me parece que hay que cogerlo con pinzas puesto que está hecho en el mejor momento posible si lo que se quiere es ensalzar lo "verde" que es Alemania y lo poco "verde" que somos en España e Italia, puesto que está hecho en base a la punta de consumo de verano.

Estaría bien tener la misma gráfica en la punta de consumo en invierno y ver cómo sale la foto...
 
Nueva muestra de lo que se viene comentando en el foro:

"Las energías renovables pueden cubrir el 99,9% del consumo eléctrico en 2030 a costes comparables a los actuales"

Wind, solar power paired with storage could be cost-effective way to power grid

"Renewable energy could fully power a large electric grid 99.9 percent of the time by 2030 at costs comparable to today’s electricity expenses, according to new research by the University of Delaware and Delaware Technical Community College.

“These results break the conventional wisdom that renewable energy is too unreliable and expensive,” said co-author Willett Kempton, professor in the School of Marine Science and Policy in UD’s College of Earth, Ocean, and Environment. “The key is to get the right combination of electricity sources and storage — which we did by an exhaustive search — and to calculate costs correctly.”

The authors developed a computer model to consider 28 billion combinations of renewable energy sources and storage mechanisms, each tested over four years of historical hourly weather data and electricity demands. The model incorporated data from within a large regional grid called PJM Interconnection, which includes 13 states from New Jersey to Illinois and represents one-fifth of the United States’ total electric grid.

Unlike other studies, the model focused on minimizing costs instead of the traditional approach of matching generation to electricity use. The researchers found that generating more electricity than needed during average hours — in order to meet needs on high-demand but low-wind power hours — would be cheaper than storing excess power for later high demand."

Storage is relatively costly because the storage medium, batteries or hydrogen tanks, must be larger for each additional hour stored.

One of several new findings is that a very large electric system can be run almost entirely on renewable energy.

“For example, using hydrogen for storage, we can run an electric system that today would meeting a need of 72 GW, 99.9 percent of the time, using 17 GW of solar, 68 GW of offshore wind, and 115 GW of inland wind,” said co-author Cory Budischak, instructor in the Energy Management Department at Delaware Technical Community College and former UD student."



The study used estimates of technology costs in 2030 without government subsidies, comparing them to costs of fossil fuel generation in wide use today. The cost of fossil fuels includes both the fuel cost itself and the documented external costs such as human health effects caused by power plant air pollution. The projected capital costs for wind and solar in 2030 are about half of today’s wind and solar costs, whereas maintenance costs are projected to be approximately the same.

“Aiming for 90 percent or more renewable energy in 2030, in order to achieve climate change targets of 80 to 90 percent reduction of the greenhouse gas carbon dioxide from the power sector, leads to economic savings,” the authors observe.

The research was published online last month in the Journal of Power Sources."
 
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