Todo esto está muy bien, pero hay una cosa que se llama sentido común que te indica en que momento un niño sobrepasa la barrera de la mala educación de la simple idiosincrasia infantil.
Así que, si estoy en un local o una administración oficial y alguna de mis hijas de menos de 4-5 años coge una rabieta y le molesta al simpático funcionario o al que está en la cola, pues que se fastidie. A mí no me molestan los lloros de un niño.
Lo de la mala educación es otro tema.
Lo que te he contado versa sobre mi experiencia, no son conjeturas hechas desde una "torre de marfil".
Lo del sentido común es algo con lo que las personas venimos "de serie" cuando "salimos de fabrica". Lamentablemente, poca gente lo tiene, pero todos creen tenerlo. Aun así, las personas valoramos de manera distinta un hecho, de manera que, a ti te puede parecer de lo mas normal que un niño corretee y grite en una cafeteria cuando está jugando, mientras que yo pienso que se le debe corregir al niño. Hay gente que busca leer un periodico mientras toma un cafe, tranquilamente.
Si mi hijo coje una rabieta en la cola de una administración, pues salgo del edificio hasta que se calme. Las rabietas son fruto de unas falsas expectativas que alimentan los padres. Mi hermano pequeño no tenia rabietas de ponerse a llorar, se quedaba enfurruñado (y en silencio) porque y sabia lo que habia.
La doctrina del "que se fastidie" el prógimo, es peligrosa. Y en absoluto la comparto. Piensa que tus derechos acaban donde empiezan los del otro.
Por otra parte el hecho de que a ti no te molesten los lloros de un niño, no quiere decir que a los demás tampoco le molesten.
Si un niño quiere subierse por las mesas, pues lo llevas a un parque infantil. La escena de la cafeteria que te presente en el anterior mensaje recogia unos niños que estaban jugando. Algo natural en un niño. Pero no en el sitio donde estaban. Además, a las personas no nos gusta hacer de niñeras de los niños de desconocidos. No me importa hacer un ademán de complicidad con un niño, pero no esperen sus padres que haga de Mary Poppins mientras ellos toman el café. Porque insisto, si ellos se reiraron a una zona apartada lejos de los niños, era porque querrían abstaerse un rato de sus vástagos. El resto de la cafeteria tambien quiso abstraerse de los niños que no eran suyos. Nadie protestó por los niños, pero se cruzaron suficientes miradas como para que el camarero tuviese que recordar a los padres la titularidad de la patria potestad. La mayoría de las personas en estas situaciones no protestamos de manera verbal, lo que no quita no nos moleste.
En esa misma cafeteria en otra ocasión me tocó sufrir los llantos de un recien nacido. En ese momento no me molestó.
La naturalidad de una conducta de circunscribirse a una circunstancias, y no apelar a la misma en todo caso. Que un pego haga ocre, es normal; que la haga en una cafetería no lo es. Si a mi no me molestan las cacas de perro tampoco me exime de recogerlas con una bolsita.
Ademas recuerda que las personas no andamos siempre muy boyantes de paciencia, como le ha pasado al amigo Bud.
