Deberíamos complacer a Laporta y repetir el partido del pasado domingo. Sí, repetirlo y , de paso, aprovechar para darles ese mismo día la copa que les acredite como campeones de Liga. Y, ya puestos, darles los trofeos de las otras 35 Ligas, de los 8 Mundiales de clubs y de las 14 Champions. Que se los queden todos.
Pero lo que nunca le podrá dar el Real Madrid al Farsa es la grandeza, el señorío, la historia y la leyenda. El Farsa nunca podrá tener grandeza porque siempre llora como un equipo indigno y pequeño. Nunca podrá alardear de señorío porque es el club más tramposo de todos los tiempos. Nunca tendrá la historia del Real porque se la ha ganado partido a partido, competición a competición y título a título. Y nunca tendrá la gran leyenda del Real porque este será siempre un club admirado en todo el planeta, mientras el Farsa solo será recordado por su " negra ( o Negreira) leyenda ".
Sí, que se repita el partido y se queden con los trofeos materiales, que el Real siempre será reconocido por su orgullo, su honor, su historia y su grandeza, aspectos inalcanzables para un club de la perversos indignidad del Farsa.