Los tribunales de EE. UU., y el supremo en particular, tienen una oportunidad de oro, sea cual sea la decisión que tomen:
1) Declarar que ha habido un fraude electoral monstruoso, demostrándole al mundo que allí esas cosas no valen, y que disponen de un sistema de contrapesos para revertir el resultado si es que alguien se atreve a pasarse de listo; dejaría al partido demócrata medio muerto, probablemente tendrían que disolverse y refundarse con otras siglas.
2) Declarar que no hay nada, mostrando que los numerosos indicios que se han comentado por extenso en este hilo tienen una explicación racional, y desmontando con ello la afirmación de Trump de que ha habido el mayor fraude de la historia de las elecciones americanas; Trump sería recordado como un estafador, un mal perdedor y un tipo dispuesto a todo por estar 4 añitos más en un puestecito que no necesita para vivir bien. Sus críticos deberían estar deseando esto, por cierto.
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En fin, acabe como acabe, la intervención de los tribunales en las elecciones no ha de verse como una anomalía. Son ellos los que tienen la última palabra en materia de Derecho (iuris-dictio).
¿Por qué tanto drama con que haya una investigación judicial entonces? Es delator. La opción 1 es la más probable ahora mismo, aunque tenga todos los poderes fácticos, incluida toda la prensa, en contra.
En cualquier caso, en un mes y medio a más tardar lo sabremos. Pero los que piensan que esto está acabado no saben cuánto se equivocan. Falta precisamente el desenlace...