Integrarse en Cataluña es muy fácil... El catalán está chupado y a los catalanes se nos hace el trastero pepsicola con los forasteros que hablan catalán... Por si fuera poco, los catalanes rápidamente cambiamos de idioma si vemos que alguien no nos entiende... Si con estos mimbres alguien sigue empeñado en no integrarse y en no hablar ni gota de catalán, es normal que no merezca más que nuestro desprecio.
Cuando yo te digo que tanto tú como Pujol habláis el mismo idioma es porque sois personas que despreciáis directamente a todo lo que no habla catalán o no se apellida catalán o lo que sea que tenga que ver con el mundo catalán. Os consideráis superiores por el mero y simple hecho de ser catalanes y hablar catalán o llevar apellidos catalanes.
Y ahora analicemos el hecho en sí, desligado de las personas.
¿Es posible que alguien se considere superior objetivamente hablando por hablar un idioma, haber nacido en determinado lugar o llevar tal apellido? En principio puede decirse que no, salvo excepciones tales como: hablar sánscrito (solo lo conocen un centenar de personas en el mundo), haber nacido en Buckingham Palace o llevar el apellido Borbón. Esos tres casos son tan excepcionales que se dan en una proporción realmente inexistente con respecto a la gran mayoría de gente en la que no concurren ninguno de esos tres hechos. Por eso puede decirse que no. Que el hecho de hablar tal idioma, haber nacido en tal sitio y llevar tal apellido pueden ser motivo de superioridad si nos referimos a méritos personales, por ejemplo.
De hecho, no creo que nadie sea tan simple de ponerlo en su cv: soy catalán. Vamos, que no.
Entonces, ¿qué razonamiento utilizan los catalanes o los catalanistas para considerarse superiores cuando se ha demostrado que no tienen motivos para sentir esa superioridad?
Pues aquí viene la clave: no hay razonamiento.
Estamos hablando de sentimientos. Exclusivamente de sentimientos. Y si solo se quedara ahí, ningún problema.
El problema viene cuando esa gente que se mueve exclusivamente por un sentimentalismo -que no digo que sea bueno ni malo ni de ninguna manera, es un puro sentimiento- el problema digo que viene cuando esa gente intenta imponer sus sentimientos a los demás.
Si una persona no ha nacido en Cataluña pero trabaja allí por los motivos que sean, ¿por qué va a tener que desarrollar un sentimiento respecto al lugar donde vive o trabaja? es que es tan absurdo obligar a alguien a que desarrolle determinados sentimientos, que suena a cosa de personas que han perdido el juicio completamente.
En ese razonamiento y solo desde ese punto de vista se entiende que alguien diga lo que tú dices: que te ganan si hablan catalán o si demuestran una forma de apego a tus propios sentimientos. Claro, es lógico. Es lógico que tú quieras más a quien tiene tus mismos sentimientos que a quien los contradice o lucha para que tú no puedas expresarlos. Es normal.
Desde esa perspectiva, lo lógico también es que tú defendieras que un andaluz expresara sus sentimientos también o un murciano o lo que sea. Entenderías perfectamente el orgullo racial de esa gente o el orgullo de paisanaje.
Pero no. No lo entendéis. Lo despreciáis. ¿Por qué?
Pues aquí viene también la segunda parte interesante.
Cuando tú desarrollas mucho un sentimiento hacia algo o hacia alguien, estás totalmente a merced de lo que quiera esa persona. Y ese es el truqui de los catalanistas del tres percent. Han jugado con vuestros sentimientos, los han manipulado, os han llevado por donde han querido, os han inculcado un repruebo irracional hacia quien no tiene vuestros mismos sentimientos... y todo con un fin exclusivamente material: tres percent y mamandurrias varias.
Y eso ha producido una escisión enorme en la sociedad. Del mismo modo que tú desprecias a quien no se siente catalán, los xarnegos hacen lo propio con los catalanistas.
Después del vídeo de Pujol hablando de chonis y jenifers... una letra de una canción.
“Si por no votar a CiU, ni tener sueños eróticos con Jordi Pujol, y ser de clase trabajadora y tener familia de Andalucía somos chonis, yo con orgullo soy otra Jenifer”.
Entiendo que esto mismo se puede aplicar al españolismo. Tampoco nosotros somos ajenos a este mal. Pero en Cataluña ha sido más rentable el catalanismo que en el resto de España el españolismo.
No es que os ganen fácil o difícil... es que no entendéis que la gente está muy por encima de idiomas, apellidos, nacionalidades... Es un juego que ha llegado demasiado lejos y que ha sido muy peligroso.
Todo el tema de chonis, xarnegos y tal está recogido en muchos artículos sobre los 50 años de
Últimas tardes con Teresa.
Es normal que la gente se revuelva cuando otra persona desprecia
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