Otro que ve probable los findes encerrados en casa, además de todas las noches.
Por un lado tiene su lógica.
-Cuantas más horas a la semana sin contacto entre personas, menos contagios.
-Se asumen todas las posibilidades de transmisión en los horarios diurnos de los días laborables, y mientras, la economía no gripa, al menos no del todo, al menos no tan rápido.
Pero por otro, no.
-Sin una lluvia de dinero al bolsillo del sacrificado ciudadano, lo que llueve es gasolina.
-Y por ello, el efecto podría ser el contrario, que justamente en las horas prohibidas sea cuando más gente haya junta, con las implicaciones que tendría en los horarios laborables y la economía en general.
Sinceramente, con las reglas del juego de siempre, no veo camino que no sea inasumiblemente incierto.
Y mientras, en ese mundo paralelo que es el financiero, la vida sigue con sus barcos, con sus cocas, con sus pilinguis madres.
Vamos mal. Increíblemente mal.