Luo Ji
Forocochero
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- 26 Sep 2020
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Pues acabo de volver de las vacaciones, Baix empordà primero y altísimo empordà después, algunas conclusiones:
-Verano absolutamente normal, incluso más que el de 2020.
-El año pasado recuerdo que llevábamos siempre la mascarilla a la playa, este muchas veces ni la bajábamos del apartamento.
-En el pueblo costero alt empordà no llevaba mascarilla ni el tato.
-Los franceses y otros europeos no la llevaban ni en interiores.
-Me ha chocado muchísimo la absoluta normalidad con la que se vivía en los dos destinos vacacionales en los que he estado y las noticias de la radio (no he visto tele, excepto jjoo) o lo que me comentaba la gente que se ha quedado en las grandes urbes.
-Mi impresión es que las banderillas, más allá de si funcionan, son placebo o nos acabarán matando a todos, han tenido un efecto clarísimo: la sensación en la inmensa mayoría de la población de que esto ya se ha acabado. No digo que sea así, digo lo que creo percibir en la mayoría de gente, incluso en mi mismo.
-Restaurantes absolutamente a petar, como nunca: me ha pasado dos veces este verano, intentar buscar lugar para cenar y no encontrar mesa en ningún restaurante del pueblo. Hemos tenido que reservar siempre, incluso para ir a sitios que jamás han sido muy concurridos o exitosos. Una amiga que ha estado en una localidad más turística me confirma lo mismo: reservas hasta con dos días de antelación.
-Lo anterior no significa que hubiese aglomeraciones: menos gente que otros años en muchos sitios de la costa, peeeeeero con un llenazo mucho más brutal en la restauración.
-Muchísimo turismo interior, menos extranjeros que de costumbre.
-En estos días de vacaciones hemos compartido espacios una nube de 20-30 amigos con familias. De éstos, solo uno ha caído enfermo, con síntomas que podrían ser bicho, además era uno que iba y venía de nuestra pequeña colonia por motivos de curro. Se hizo un antígenos y negativo. Vete tu a saber. Este estaba jansenizado.
-Llega un momento que ya no se ni que normas rigen, pero en los lugares vacacionales ninguna: mesas de veinte, de treinta y de los que hagan falta, interiores absolutamente petados, etc...
-0 incidentes por covinazismo desaforado, el verano pasado tuvimos algunos y eso que nosotros mismos estábamos más covinazis.
-Mi pacoimpresión total es que, como avanzaban algunos foreros, la inmensa mayoría de la gente está ya hasta las pelotas y la excusa de la banderilla ha servido para que todos nos demos la excusa para vivir otra vez de forma lo más normal posible.
-Por comentar sobre el futuro y ofrecer la muestra de la que dispongo: he compartido veraneo con muchos amigos de mi edad con hijos de la edad de las mías. Mi pacoestadística hasta el momento es que la banderilla a los niños no se la vamos a poner nadie, excepto una amiga que viene de Alemania y está convencida de que sí. El resto ni de coña.
-Igual que comento esto, también les he comentado a mis padres y suegros que saquen a calentar el brazo porque ellos si que se van a tener que poner la tercera a La Luz de los datos que llegan desde Israel, en su caso me parece adecuado.
-Los de mi generación creo que, con lo que se sabe hasta ahora, no deberíamos ponernos la tercera dosis.
-Tengo una tremenda curiosidad por ver que narices pasa a partir de ahora: la Delta parecía que iba a arrasar en Catalunyistán y sin embargo parece que todo va a la baja cuando, a efectos prácticos, no hay ninguna medida mitigadora en absoluto. Con zampapollismo máximo la rápida bajada de la variante me resulta extraña, máximo si es cierta su terrible contagiosidad en segundos y más si tenemos en cuenta que las pacunas no parecen capaces de frenar el contagio. A ver si hay sexta ola y que es lo que la provoca (o lo que se inventan a posteriori que la provoca).
Caerá en saco roto, pero tengo que decirlo: no os fanaticéis cachopo.
Cuidado pues ahí afuera.
Saludos
-Verano absolutamente normal, incluso más que el de 2020.
-El año pasado recuerdo que llevábamos siempre la mascarilla a la playa, este muchas veces ni la bajábamos del apartamento.
-En el pueblo costero alt empordà no llevaba mascarilla ni el tato.
-Los franceses y otros europeos no la llevaban ni en interiores.
-Me ha chocado muchísimo la absoluta normalidad con la que se vivía en los dos destinos vacacionales en los que he estado y las noticias de la radio (no he visto tele, excepto jjoo) o lo que me comentaba la gente que se ha quedado en las grandes urbes.
-Mi impresión es que las banderillas, más allá de si funcionan, son placebo o nos acabarán matando a todos, han tenido un efecto clarísimo: la sensación en la inmensa mayoría de la población de que esto ya se ha acabado. No digo que sea así, digo lo que creo percibir en la mayoría de gente, incluso en mi mismo.
-Restaurantes absolutamente a petar, como nunca: me ha pasado dos veces este verano, intentar buscar lugar para cenar y no encontrar mesa en ningún restaurante del pueblo. Hemos tenido que reservar siempre, incluso para ir a sitios que jamás han sido muy concurridos o exitosos. Una amiga que ha estado en una localidad más turística me confirma lo mismo: reservas hasta con dos días de antelación.
-Lo anterior no significa que hubiese aglomeraciones: menos gente que otros años en muchos sitios de la costa, peeeeeero con un llenazo mucho más brutal en la restauración.
-Muchísimo turismo interior, menos extranjeros que de costumbre.
-En estos días de vacaciones hemos compartido espacios una nube de 20-30 amigos con familias. De éstos, solo uno ha caído enfermo, con síntomas que podrían ser bicho, además era uno que iba y venía de nuestra pequeña colonia por motivos de curro. Se hizo un antígenos y negativo. Vete tu a saber. Este estaba jansenizado.
-Llega un momento que ya no se ni que normas rigen, pero en los lugares vacacionales ninguna: mesas de veinte, de treinta y de los que hagan falta, interiores absolutamente petados, etc...
-0 incidentes por covinazismo desaforado, el verano pasado tuvimos algunos y eso que nosotros mismos estábamos más covinazis.
-Mi pacoimpresión total es que, como avanzaban algunos foreros, la inmensa mayoría de la gente está ya hasta las pelotas y la excusa de la banderilla ha servido para que todos nos demos la excusa para vivir otra vez de forma lo más normal posible.
-Por comentar sobre el futuro y ofrecer la muestra de la que dispongo: he compartido veraneo con muchos amigos de mi edad con hijos de la edad de las mías. Mi pacoestadística hasta el momento es que la banderilla a los niños no se la vamos a poner nadie, excepto una amiga que viene de Alemania y está convencida de que sí. El resto ni de coña.
-Igual que comento esto, también les he comentado a mis padres y suegros que saquen a calentar el brazo porque ellos si que se van a tener que poner la tercera a La Luz de los datos que llegan desde Israel, en su caso me parece adecuado.
-Los de mi generación creo que, con lo que se sabe hasta ahora, no deberíamos ponernos la tercera dosis.
-Tengo una tremenda curiosidad por ver que narices pasa a partir de ahora: la Delta parecía que iba a arrasar en Catalunyistán y sin embargo parece que todo va a la baja cuando, a efectos prácticos, no hay ninguna medida mitigadora en absoluto. Con zampapollismo máximo la rápida bajada de la variante me resulta extraña, máximo si es cierta su terrible contagiosidad en segundos y más si tenemos en cuenta que las pacunas no parecen capaces de frenar el contagio. A ver si hay sexta ola y que es lo que la provoca (o lo que se inventan a posteriori que la provoca).
Caerá en saco roto, pero tengo que decirlo: no os fanaticéis cachopo.
Cuidado pues ahí afuera.
Saludos