Pero por lo primero que dices, precisamente, no se puede justificar que se vacune indiscriminadamente a todo el mundo con estas banderillas.
Es al contrario.
Si hasta medicamentos exhaustivamente probados y con todas las fases de análisis, experimentación y estudios superadas, han dado luego problemas y se han tenido que retirar, lo que no parece plausible es sacar estas banderillas para su administración a todo bicho viviente y sin discriminar, aún sin tener todas sus fases de estudio debidamente superadas.
Y con lo segundo estoy de acuerdo. Alguien que individualmente ha decidido optar por vacunarse, está en su derecho y debería respetarse. Al igual que quien decide no vacunarse. No deja de ser una decisión propia e individual.
El problema principal la mayoría de los no banderilleados no lo tenemos contra quien se haya decidido vacunar. Lo tenemos contra el hecho de ver delante de nuestras narices cómo se vertebra un relato y se dirige a la población hacia la imposición, directa o indirecta, para vacunarse. Y de rebote, o a consecuencia de lo anterior, al enfrentamiento de unos contra otros.