Bueno, es que eso es lo que yo propongo:
1) Reducción de gasto público para llegar a déficit primario cero (unos 40.000 millones).
2) Default (ahorro de 30.000 millones en intereses de deuda pública)
3) Salida del euro y devaluación (incremento de la competitividad externa en un 100%).
Estés dentro o fuera es impepinable ajustar los gastos a los ingresos, pagues en euros o en billetes del monopoly.
El problema es que dentro del euro el único ajuste que proponen son subidas de impuestos para que sigamos pagando los intereses de la deuda. El resto se la rezuma.
El déficit primario cero que debe alcanzarse no se refiere al déficit público sino al del conjunto de la economía
(Los ingresos fiscales del Estado español (y de muchos otros) se deben en buena medida a que el sector privado se endeuda para pagar esos impuestos. Sin posibilidad de endeudamiento del sector privado no podrían pagarse impuestos a crédito, tal como se hace hoy)
Para alcanzar ese déficit primario cero en el conjunto de la economía, el consumo conjunto de la economía española debe reducirse fuertemente y eso solo es posible desmantelando al Gran Consumidor, que es el aparato estatal.
El Estado en su conjunto debe deducirse en un 70 75%. (El "Estado en su conjunto" incluye cosas como Repsol, BBVA o CCOO)
Los sortilegios devaluatorios solo son formas de salidas inflacionarias y cualquier clase de salida inflacionaria está prohibida esta vez por las leyes de la economía.
La economía mundial está en una "situación Weimar" pero sin que haya esta vez un agente externo que pueda prestar el capital real necesario para salir de la situación, como ocurrió en Weimar.
Las davaluaciones monetarias no tienen efecto alguno sobre la competitividad ni la balanza comercial, las devaluaciones solo son impagos de la deuda denominada en la moneda que se devalúa (La balanza comercial y la competitividad solo son espantapájaros que se usan para ocultar el verdadero mecanismo)
La devaluación monetaria, además de borrar por impago parte de la deuda, sacrifica a corto plazo los salarios y eso, en ciertas situaciones, reduce el consumo al reducir la capacidad de consumir de trabajadores, ahorradores y pensionistas.
Esta vez, sin embargo, este efecto a corto plazo basado en el empobrecimiento de la población no sirve porque, en esencia, esa población cuya renta está nominalizada es ya demasiado pobre. No es posible reducir el consumo de la economía española, europea o norteamericana reduciendo el consumo de los trabajadores de esos países porque su consumo es ya marginal.
La única vía es el desmantelamiento del Gran Consumidor, que es el Estado.
En otras ocasiones, las salidas devaluatorias / inflacionarias / default, que solo son formas del mismo trinque keynesiano, han aparentado funcionar porque había aún ahorro real cuyo posterior saqueo permitía fingir una recuperación económica.
Esta vez el esquema Ponzi keynesiano ha llegado al final de su larga escapada y el impagar el ahorro real que fue saqueado a los ahorradores en el último "ciclo" no servirá porque no queda ahorro real cuyo saqueo permita recorrer otro "ciclo" keynesiano de crecimiento simulado.
El simulacro keynesiano de economía que ha padecido el mundo durante los últimos 40 años está basado en un vulgar consumo del capital real, una vez agotado el capital real que los sacerdotes keynesianos pueden saquear, la charada se detiene y ningún grotesco sortilegio monetario keynesiano funciona.