Harman
Rojo
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Un diagnóstico adecuado
Un diagnóstico adecuado
28/03/2020
El 26 de marzo, Ucrania, a través de su representante en el Grupo de Contacto, ofreció un alto el fuego mientras se alargue la situación de emergencia causada por la crisis del cobi19. Kiev se enfrenta a esta emergencia con una sanidad diezmada por el intento de destrucción de Ulyana Suprun, dilapidados hospitales y centros médicos rurales cerrados por no considerarse rentables. La preocupación ucraniana por la situación ha llevado al Gobierno a cerrar completamente la frontera incluso a sus propios ciudadanos que trataban de regresar al país.
Con varios casos de soldados sospechosos de haber contraído el bichito, Kiev se ha vuelto a dirigir a Rusia en busca de una nueva tregua. Y lo ha hecho exigiendo ese alto el fuego en sus propios términos y sin posibilidad de negociación. Apenas unas horas después de que se conociera la propuesta de Kiev, la RPD denunciaba que Ucrania rechaza la propuesta de la República de crear un mecanismo de control del cumplimiento de la tregua.
Como es habitual, Kiev se ha dirigido a Rusia en busca de la tregua, no a la RPD y la RPL, a las que se enfrenta en las trincheras y a las que no quiere dar reconocimiento alguno de su existencia. Eso supondría admitir implícitamente que la guerra en Donbass no es contra la agresión rusa sino contra unas milicias formadas en su gran mayoría por residentes locales que se levantaron contra el golpe de Estado de Maidan y contra la reacción del Gobierno Turchinov-Yatseniuk a las protestas que se iniciaron en marzo de 2014 en ciudades como Donetsk, Lugansk o Slavyansk.
Esa admisión supondría el derrumbe del castillo de naipes sobre el que se ha construido el relato de la guerra en Donbass desde hace seis años: una guerra contra la agresión extranjera. Sin embargo, ese derrumbe de la narrativa construida por los gobiernos de Turchinov-Yatseniuk, Poroshenko y ahora Zelensky es, para algunos representantes ucranianos, el prerrequisito para poder acabar la guerra.
Artículo Original: Antifashist
La exdiputada del Parlamento en varias legislaturas, Elena Bondarenko, ha afirmado que, en su opinión, para que se pueda dar el final del conflicto en el este de Ucrania, hacen falta dos prerrequisitos.
Se trata del cambio en la retórica política de las autoridades y el reconocimiento de que la guerra en Ucrania es una guerra civil. Así lo explicó en una aparición en el canal NewsOne.
Sin el reconocimiento de que en el territorio de Ucrania hay una guerra civil, incluso aunque haya una intervención parcial.
“No acabaremos esta guerra hasta que nosotros mismos aceptemos que es una guerra civil. Aunque ocurra en el contexto de una intervención extranjera parcial. Y en el conflicto en el este están involucradas también grandes potencias como la Federación Rusa y Estados Unidos de América. Mientras no tengamos un diagnóstico adecuado de lo que ocurre, no seremos capaces de acabar esta guerra”, comentó Elena Bondarenko.
La exdiputada apuntó que probar que Rusia está en Donbass, como insisten las autoridades ucranianas, es muy difícil, así que es mejor ser “honesto consigo mismo”.
“Nos dicen que estamos en guerra con los rusos, con Rusia. Si eso fuera verdad, entonces habría una solución, pero cuando un hermano dispara a otro hermano, cuando un ucraniano dispara a otro ucraniano, estamos hablando de una cosa completamente diferente y ofreceremos una salida rebuscada al asunto, engañando a la población. Nadie tiene que probar que había hombrecillos de verde en Crimea, era el Ejército Ruso. ¿Luchamos allí? ¿Tenemos algún soldado allí? En el este no se puede probar, pero aun así estamos hablando de intervención extranjera. Hay que cambiar de retórica y ser honestos con nosotros mismos”, añadió.
Un diagnóstico adecuado
28/03/2020
El 26 de marzo, Ucrania, a través de su representante en el Grupo de Contacto, ofreció un alto el fuego mientras se alargue la situación de emergencia causada por la crisis del cobi19. Kiev se enfrenta a esta emergencia con una sanidad diezmada por el intento de destrucción de Ulyana Suprun, dilapidados hospitales y centros médicos rurales cerrados por no considerarse rentables. La preocupación ucraniana por la situación ha llevado al Gobierno a cerrar completamente la frontera incluso a sus propios ciudadanos que trataban de regresar al país.
Con varios casos de soldados sospechosos de haber contraído el bichito, Kiev se ha vuelto a dirigir a Rusia en busca de una nueva tregua. Y lo ha hecho exigiendo ese alto el fuego en sus propios términos y sin posibilidad de negociación. Apenas unas horas después de que se conociera la propuesta de Kiev, la RPD denunciaba que Ucrania rechaza la propuesta de la República de crear un mecanismo de control del cumplimiento de la tregua.
Como es habitual, Kiev se ha dirigido a Rusia en busca de la tregua, no a la RPD y la RPL, a las que se enfrenta en las trincheras y a las que no quiere dar reconocimiento alguno de su existencia. Eso supondría admitir implícitamente que la guerra en Donbass no es contra la agresión rusa sino contra unas milicias formadas en su gran mayoría por residentes locales que se levantaron contra el golpe de Estado de Maidan y contra la reacción del Gobierno Turchinov-Yatseniuk a las protestas que se iniciaron en marzo de 2014 en ciudades como Donetsk, Lugansk o Slavyansk.
Esa admisión supondría el derrumbe del castillo de naipes sobre el que se ha construido el relato de la guerra en Donbass desde hace seis años: una guerra contra la agresión extranjera. Sin embargo, ese derrumbe de la narrativa construida por los gobiernos de Turchinov-Yatseniuk, Poroshenko y ahora Zelensky es, para algunos representantes ucranianos, el prerrequisito para poder acabar la guerra.
Artículo Original: Antifashist
La exdiputada del Parlamento en varias legislaturas, Elena Bondarenko, ha afirmado que, en su opinión, para que se pueda dar el final del conflicto en el este de Ucrania, hacen falta dos prerrequisitos.
Se trata del cambio en la retórica política de las autoridades y el reconocimiento de que la guerra en Ucrania es una guerra civil. Así lo explicó en una aparición en el canal NewsOne.
Sin el reconocimiento de que en el territorio de Ucrania hay una guerra civil, incluso aunque haya una intervención parcial.
“No acabaremos esta guerra hasta que nosotros mismos aceptemos que es una guerra civil. Aunque ocurra en el contexto de una intervención extranjera parcial. Y en el conflicto en el este están involucradas también grandes potencias como la Federación Rusa y Estados Unidos de América. Mientras no tengamos un diagnóstico adecuado de lo que ocurre, no seremos capaces de acabar esta guerra”, comentó Elena Bondarenko.
La exdiputada apuntó que probar que Rusia está en Donbass, como insisten las autoridades ucranianas, es muy difícil, así que es mejor ser “honesto consigo mismo”.
“Nos dicen que estamos en guerra con los rusos, con Rusia. Si eso fuera verdad, entonces habría una solución, pero cuando un hermano dispara a otro hermano, cuando un ucraniano dispara a otro ucraniano, estamos hablando de una cosa completamente diferente y ofreceremos una salida rebuscada al asunto, engañando a la población. Nadie tiene que probar que había hombrecillos de verde en Crimea, era el Ejército Ruso. ¿Luchamos allí? ¿Tenemos algún soldado allí? En el este no se puede probar, pero aun así estamos hablando de intervención extranjera. Hay que cambiar de retórica y ser honestos con nosotros mismos”, añadió.