Guerra en Ucrania_XIV

Estado
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Seis años de alianza

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Seis años de alianza


24/03/2020

Artículo Original: Vyacheslav Azarov


La prensa ucraniana se ha escandalizado por las noticias sobre la redada conjunta del ministro de Infraestructuras, Vladislav Krikliy, con los activistas del grupo de extrema derecha C14 (ahora, tras un irrisorio proceso de cambio de imagen, “Sociedad del futuro”). El ministro de los “servidores del pueblo” apeló a limpiar la estación de Kiev de las “bandas gitanas” y la extrema derecha, la misma que realizó los pogromos contra la población romaní de Kiev y que ahora forma parte de la Guardia Municipal, humilló frente a las cámaras a la desorientada policía. El diputado del partido gobernante Roman Grischuk, que acompañó al ministro de Infraestructuras, se jactó en Facebook con fotos de la redada. Pero no dijo nada de los carteles Nazis llenos de proclamas racistas contra la población romaní a la puerta de la estación de Kiev.

Los comentaristas se han centrado en el hecho de que el Gobierno ucraniano continúa consintiendo la política de racismo e intolerancia en la sociedad ucraniana. Este caso demuestra que el país sigue pasando por un proceso de alianza política entre los “jóvenes reformistas” y radicales de extrema derecha que ayuda a los oficiales a garantizar las reformas neoliberales.

Quienes presenciaron lo ocurrido en 2014 recuerdan lo débiles que fueron las protestas iniciales de Maidan. El éxito de la “revolución” no se debió a manifestantes pacíficos sino al impacto de los grupos de extrema derecha como Svoboda, Beliy Molot o Praviy Sektor. También se convirtieron en la base de los batallones voluntarios lanzados para aplastar la rebelión de las regiones del este del país y siguen siendo uno de los principales factores en la continuación de la guerra en Donbass. Desde entonces, las organizaciones Nazis han jugado un papel importante en la vida política de la Ucrania post-Maidan y siguen jugándolo a día de hoy.

Los mecanismos de control colonial de los países periféricos han cambiado notablemente. Hace mucho que acabaron los tiempos en los que el imperialismo introducía en las colonias rígidas dictaduras con represión directa contra la población. Al asignar recursos a las naciones dependientes, los gobiernos y corporaciones del primer mundo se ven forzadas a mantener una fachada de elección libre y democrática de la formalmente independiente población del país.

El golpe de Estado en Ucrania estuvo precedido de un largo periodo de incubación a base de “becas”, un segmento especializado de la sociedad civil cuya principal tarea es ejercer de agentes de la influencia extranjera, captura de áreas clave de control público y protección social de la sociedad ucraniana. Así que, técnicamente había una prensa independiente, comités de votantes y consejos supervisores en las agencias del Gobierno que recibían financiación externa de fundaciones internacionales y que decían expresar la voluntad de la sociedad ucraniana.

Esas actividades tenían aspectos positivos en lo que respecta a la asistencia a los pobres o la ayuda a destapar la corrupción o los fraudes oligárquicos en el Gobierno. Pero la situación cambió de forma dramática tras Euromaidan, cuando los representantes de las instituciones financieras internacionales se permitieron tomar el poder y comenzar a reconstruir Ucrania según los intereses de sus jefes extranjeros. Implementaron reformas neoliberales y desmantelaron el Estado de bienestar, lo que implicaba eliminar derechos y libertades de una gran parte de la sociedad ucraniana. Y también participaron en las políticas culturales totalitarias basadas en los principios de racismo social, eliminación de la memoria histórica y el chovinismo más agresivo.

Todo esto creó las condiciones para la aparición de protestas sociales que podrían destruir la falsa imagen de “transformación exitosa” de la sociedad ucraniana. Y los “jóvenes reformistas” se aliaron con las facciones de ultraderecha, que se encontraban bajo el paraguas de los servicios especiales, para realizar acciones informales punitivas para acabar con cualquier descontento social.

Obviamente, no se trata de ningún invento ucraniano. Tales mecanismos de control social fueron introducidos y mejorados en los tiempos de los regímenes europeos en la primera mitad del siglo XX y durante los tiempos de las dictaduras latinoamericanas con los infames escuadrones de la fin, grupos paramilitares de extrema derecha. La principal función de estos grupos era el terror contra los oponentes del régimen neoliberal y la intimidación de la población. Hay que señalar también que la base siempre ha sido la ideología anticomunista. La lucha contra el comunismo ha servido de útil cortina de humo que permitía utilizar la represión contra sindicatos, activistas, periodistas, antifascistas y otros críticos del Gobierno.

Los tiempos están cambiando y el asesinato masivo de oponentes es inaceptable en la Europa moderna. Pero los principios y propósitos de las actividades de las estructuras de extrema derecha siguen siendo el acoso, asalto e intimidación para apoyar las políticas antisociales neoliberales. A ello ayuda el conflicto militar creado artificialmente y que siguen luchando por que continúe. Recuerden que, hace un par de años, cada protesta social era considerada una “provocación del Kremlin”. Y que Poroshenko introdujo la ley marcial con obvias intenciones de asegurarse un segundo mandato, lo que prueba la relación directa entre la guerra y las reformas.

Los políticos ucranianos dicen ser parte de una confrontación colectiva entre Occidente y Rusia y han construido una pomposa retórica de civilización, alegando que protegen los “valores europeos” y la frontera del este. En este ambiente, los miembros de los grupos de extrema derecha se sienten defensores de la democracia y la libertad, por lo que se les consiente prácticamente todo. No tienen ningún problema para servir en el Ministerio del Interior, acceder a personal de inteligencia y hacer el trabajo sucio de la policía. Y abiertamente se jactan de haber conseguido riqueza ilegalmente. En pocas palabras, se comportan como la élite post-Maidan, por encima de la ley.

Han pasado siete años desde entonces, pero la gran mayoría de crímenes de alto perfil que se han producido en Ucrania siguen vinculados a la extrema derecha. Por norma, no reciben castigo. Solo hay algunas excepciones, como la detención de personas involucradas en el asesinato del periodista Pavel Sheremet y que activamente habían cooperado con las autoridades ucranianas. En otros casos, los criminales de extrema derecha reciben libertad condicional bajo responsabilidad de algún oficial de alto rango o diputado ucraniano, con lo que se garantizan la puesta en libertad de los nacionalistas.

Ahora esto ocurre de nuevo. El ultraderechista Corpus Nacional irrumpió en la presentación de la “Plataforma de Reconciliación Nacional”, que debía convertirse en la base de las negociaciones con los residentes en las zonas no controladas por el Gobierno de Kiev. Públicamente atacaron a oficiales y al asesor del Consejo de Defensa y Seguridad Nacional, Serhiy Sivojo, y le tiraron al suelo, le gritaron y le insultaron. Hizo falta la participación de los servicios espaciales para detenerlos, aunque quedaron en libertad inmediatamente.

La nueva generación de vendidos se ha aliado activamente con la extrema derecha, a la que han considerado una fuerza real para mantener sus reformas antisociales. Es suficiente con recordar que el entonces primer ministro Honcharuk pronunció unas palabras en un concierto del grupo racista de extrema derecha Sokira Peruna. Ahora el ministro de Infraestructuras y miembros del grupo parlamentario también cooperan con los nacionalistas y les ayudan a legitimar sus “redadas contra los etnianos” porque las autoridades están interesadas en cooperar con los culpables de los pogromos racistas.

La sostenibilidad del tándem político de los reformistas y la extrema derecha claramente demuestra que a los representantes de las fundaciones occidentales realmente no les importan nada los valores liberales. Utilizan las becas para solucionar sus problemas empresariales, ayudan a privatizar los activos públicos restantes a beneficio de sus socios y oligarcas extranjeros. Los derechos y libertades de la población no son de su interés y tampoco lo es el bienestar de los ucranianos. Bajo pretexto de entrar en la Unión Europea, el país ha establecido precios europeos mientras que se mantienen estancados los sueldos postsoviéticos. El Estado sigue inventando nuevas tretas para robar, se inventa nuevas facturas y aumenta las tarifas. Ahora se está jugando con el último gran activo de Ucrania: la tierra, que será vendida en el futuro próximo.

Un sistema político soberano no puede funcionar de esta manera. Los intereses nacionales no pueden limitarse al beneficio, no se puede ignorar sistemáticamente las necesidades básicas de los trabajadores a base de eslóganes patrióticos y llamadas a reformas, no se puede hacer de los ciudadanos de habla rusa ciudadanos de segunda. Para superar esta situación, los ucranianos necesitan conseguir libertad de expresión, reunión y protesta y defender sus garantías constitucionales y derechos inalienables. Es más, ahora se van a ver aún más limitados con las medidas de cuarentena.

El rechazo a toda disidencia o incluso crítica pública a las autoridades y la prohibición del desarrollo de proyectos alternativos que se oponen a la religión del neoliberalismo son manifestaciones de totalitarismo promovidas en Ucrania por la extrema derecha. Es precisa la eliminación de su poder, el desmantelamiento del sistema de control externo y el restablecimiento de las instituciones democráticas que sirvan los intereses del pueblo ucraniano. Apartar del poder a la extrema derecha y los “jóvenes reformistas” es un prerrequisito necesario para restablecer las libertades y el bienestar de los ucranianos. Y todos los “activistas” nacionalistas deberían volver al terreno de la legalidad y a responder por sus actos según dicta la ley.
 
WaPo Admits Crimeans Are Happy Russians | New Eastern Outlook

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WaPo admite que los crimeanos son rusos felices


(Trad. Google)
23/03/2020

por Tony Cartalucci


El Washington Post, una piedra angular inveterada de la propaganda de la política exterior de Estados Unidos, hizo una sorprendente admisión recientemente. El pueblo de Crimea, supuestamente "anexado" por la Federación de Rusia, está muy satisfecho con el gobierno de Moscú.

El artículo del Washington Post titulado , "Seis años y $20 mil millones en inversión rusa más tarde, los crimeanos están contentos con la anexión rusa", intenta tergiversar en todos los sentidos y negar la causa y las implicaciones obvias de los datos de las encuestas presentadas, pero aún admite:

... La anexión fue popular, especialmente entre la gran población de rusos étnicos mayores de Crimea. Más de cinco años después, y miles de millones de rublos de inversión más tarde, sigue siendo popular.
Los datos de las encuestas fueron recopilados por el Centro Levada, que el Washington Post llama, "la compañía de encuestas más confiable de Rusia". El Washington Post omite convenientemente que el Levada Center ha sido financiado por el Departamento de Estado de los EE. UU. A través del National Endowment for Democracy (NED) y trabaja regularmente con los medios de comunicación occidentales para generar datos que respalden las diversas narrativas antirrusas de Washington y Londres, lo cual es probable por qué el Washington Post determina que es tan "confiable".

Sin embargo, incluso este frente financiado por Estados Unidos admitió que desde 2014, cuando Crimea se unió a Rusia, hasta hoy, la administración rusa de la península fue y sigue siendo muy popular.

El Washington Post incluso admitió que entre la minoría tártara de Crimea, el apoyo a la reincorporación de Crimea a Rusia en realidad aumentó desde 2014.

El Washington Post habría admitido (énfasis agregado):

El apoyo para unirse a Rusia sigue siendo muy alto (86 por ciento en 2014 y 82 por ciento en 2019), y es especialmente alto entre los rusos étnicos y los ucranianos. Un cambio clave desde 2014 ha sido un aumento significativo en el apoyo de los tártaros, una población fiel a la religión del amora turca que representa aproximadamente el 12 por ciento de la población de Crimea. En 2014, solo el 39 por ciento de este grupo vio unirse a Rusia como un movimiento positivo, pero esta cifra aumentó al 58 por ciento en 2019.
Los tártaros de Crimea han sido el foco de inmensos esfuerzos tanto de Washington como de sus socios en Kiev para crear una oposición viable para desestabilizar la península y socavar la presencia de Rusia allí.

Aparentemente, esta estratagema ha fallado principalmente.

Política exterior rusófoba fuera de sincronía con la realidad

El Washington Post finalmente admite que, a pesar del apoyo abrumador tanto en 2014 como hasta el día de hoy para el regreso de Crimea a Rusia, Occidente todavía está indignado por el desarrollo.

El Post señala:

La anexión de Crimea sigue siendo un escándalo para la mayoría de los estados euroatlánticos, aunque los sentimientos son claramente diferentes en la extrema derecha política. Pero incluso los críticos más feroces de Rusia reconocen, aunque rara vez lo expresan públicamente, que Crimea no volverá a Ucrania en el corto plazo.
Pero si el pueblo de Crimea quería devolver la península a la administración rusa y estaba abrumadoramente feliz en ese momento, y ahora lo ha hecho, ¿cuál es la fuente de indignación entre la mayoría de los "estados euroatlánticos"? Estados que alegan que su política exterior está respaldada por la preocupación por la democracia y los derechos humanos?

Aquí se ve cómo se suelta otra teja y se aleja del techo de la propaganda que alberga y oculta la verdadera agenda y motivaciones de Occidente. A estos "estados euroatlánticos" nunca les importó lo que pensaba la gente de Crimea, ni se preocuparon por el destino y el futuro de Ucrania o Rusia en términos de lo que era mejor para las personas que realmente vivían allí, y en cambio solo se preocuparon por la evolución de ambos estados. se beneficiarían a sí mismos

Esto incluye sus esfuerzos altamente determinados para mantener su "orden internacional" unipolar, un orden que crearon y que los beneficia a ellos y a ellos solos, y un orden mantenido al costo del resto del mundo sujeto a él.

El hecho de que Occidente todavía proteste por la reincorporación de Crimea a Rusia a pesar de que la gente real de Crimea decidió hacerlo y, 6 años después, todavía muy satisfecho con su decisión, dice mucho sobre el compromiso real de Occidente con los principios de democracia y autodeterminación versus su uso de tales principios para ocultar su agenda egoísta.

El pueblo de Crimea ha escapado de la pesadilla desestabilizada y caótica en la que Estados Unidos y sus aliados de la OTAN convirtieron a la vecina Ucrania, una pesadilla predicada en traer a Ucrania la "democracia" y los "derechos humanos" y ponerla en camino para unirse a la desintegración de la Unión Europea y dibujarla más cerca de la alianza militar de la OTAN cada vez más anticuada e impotente.

La historia de Ucrania y Crimea después de Euromaidan que se le escapó, es una advertencia, advirtiendo a las naciones de lo que realmente se convierte en aquellos que caen en la órbita de Washington, Londres y Bruselas, y los verdaderos beneficios de la autodeterminación genuina más allá de eso. órbita

Ucrania continuará siendo una advertencia de inclinarse hacia Occidente e invertir en su cansado "orden internacional", mientras que la vecina Crimea seguirá siendo un escaparate de los méritos del multipolarismo emergente, y cada vez más hasta el punto en que incluso fuentes prominentes de propaganda occidental como el Washington Post debe admitirlo, aunque sea oblicuamente.
 
La importancia de la cultura

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La importancia de la cultura


25/03/2020


En los seis años que dura ya el estado de guerra que rodea a Donetsk, núcleo urbano más importante de Donbass, la cultura ha sido una parte importante del intento de mantener cierta normalidad en una situación que nada tiene de normal. Frente a la actitud del equipo de fútbol local, el Shakhtar Donetsk, otro centro del ocio de la ciudad, que abandonó Donbass para no regresar, la escena cultural nunca se ha apagado. Aunque fueron muchos los actores, directores o bailarines que se marcharon a Rusia o a Ucrania, el teatro nunca echó el cierre, manteniendo así un centro de cultura y entretenimiento que la audiencia ha agradecido con su fidelidad, con llenos absolutos en las representaciones y con esperas de meses para conseguir entradas.

Sin embargo, la expansión del cobi19 el bichito-19 ha cambiado la realidad en la República y en la ciudad. Tanto la RPD como la RPL han cerrado los puestos de control de paso a territorio ucraniano y se han cancelado todos los espectáculos y actos culturales en un intento de contener un bichito que, de llegar a la zona, supondría una seria presión sobre un sistema sanitario que ya sufre las limitaciones del estado de guerra y del bloqueo comercial de Ucrania. Para desgracia de la población de Donetsk, ha de hacerse a costa de uno de los pocos signos de normalidad que mantenía la ciudad, la escena cultural, tan importante en tiempos de paz, pero más importante aún en tiempos de guerra.


Artículo Original: Yulia Andrienko / Komsomolskaya Pravda

La obra “Romeo y Jeanette”, del director ruso Sergey Bobrovsky, debía interpretarse ante la audiencia de Donetsk durante dos meses. El director pudo familiarizarse con el Teatro Dramático-musical de Donetsk en 2016 en el foro internacional “Puente Eslavo”, en el que los actores de Donetsk interpretaron “Tres chistes” de Chejov. Y volvió en 2018 con su “Huerto de cerezos”, que triunfó en nuestro teatro. Después de pasar por nuestro teatro, la producción logró después varios prestigiosos premios en festivales internacionales.

El estreno de “Romeo y Jeanette” estaba previsto para el 20 de marzo. Pero, el 19 de marzo, el teatro dramático celebró un pase para la prensa en el que se interpretó esta historia de amor ante un auditorio, como siempre, lleno.

Mínimo atrezo y máximo de interpretación es el mejor resumen que se puede hacer de la obra. Su profundidad y el talento de los actores hacía innecesario cualquier atrezo.

“Actores y el viento, eso es todo. Lo necesario son los artistas, así nada es superficial”, explica el director Sergey Bobrovsky. “También contiene mi poesía. Estuve buscando poemas por toda la literatura francesa para el personaje de Lucien, interpretado por Maxim Selivanov. No encontré lo adecuado, así que lo escribí yo mismo. Diré una cosa: esta obra tiene su propia personalidad, por lo que tendrá su propia audiencia”.

La historia de amor contada por los artistas en el teatro de Donetsk no dejará a nadie indiferente. Tiene algo con lo que emocionarse, algo con lo que enfadarse, algo con lo que discutir. Es la constante lucha entre los personajes, entre el deber y el derecho al amor, entre la razón y los sentimientos. Además, se completa con preciosa música.

Al final de la representación, la audiencia dio una ovación de gala a los actores. A la audiencia de Donetsk le va a encantar esta obra. Lo tiene todo: un reparto brillante, personajes profundos y, lo que es tan importante, la audiencia tiene la capacidad de entender el mensaje que da la obra. Esa es la firma de Sergey Bobrovsky.

Se preveían tres fechas de estreno y se habían vendido entradas en el teatro hasta junio. Cuando, de repente, en una rueda de prensa llegaron las noticias: todas las actividades culturales en la República han sido canceladas a causa de la amenaza del cobi19.

Antes de que se produjera la noticia, Komsomolskaya Pravda habló con la directora general y directora artística del Teatro Dramático-Musical, Natalia Volkova, sobre las posibles medidas y la previsible cancelación de los espectáculos a causa de esas cancelaciones.

“Todos comprendemos que es posible. Es más, estamos preparados para ello. Aunque las instalaciones del teatro siempre se limpian seriamente, no solo durante una posible epidemia”, explicó. “Pero incluso si ocurre y las representaciones se cancelan temporalmente, notificaremos a la audiencia y retrasaremos los espectáculos a otro momento. Creemos que la población de Donetsk comprenderá la decisión y haremos todo lo posible e imposible por ellos. Además, pronto tendremos el día del teatro y pase lo que pase celebraremos esa fecha con el público”.

Los residentes de Donetsk aún no pueden creerse del todo que las representaciones se hayan cancelado. El teatro les ha ayudado a vivir todos estos años.

“Para ser sinceros, sería más fácil sobrevivir sin trigo. Simplemente porque las representaciones y los conciertos son un signo de vida normal. En Donetsk, pese a la realidad militar, el teatro y la Filarmónica nunca han cerrado”, cuenta Oxana, una espectadora de Donetsk. “Esto es una novedad. La música y el arte nos dan tanto, nos lleva a lugares que los bichito no pueden alcanzar. Es una pena que el bichito nos pueda arrebatar esto. Espero que no dure mucho. Y entonces veremos un estreno que lo merezca en el escenario del Teatro Dramático-Musical.

En Donetsk es costumbre no usar el adjetivo “último”, se usa “lejano”, aunque no me guste mucho como suena [крайний, o extremo, un adjetivo que suena muy similar a ucraniano-Ed]. Consideraremos el pase de prensa de “Romeo y Jeanette” lejana y esperaremos a que el teatro de Donetsk vuelva a abrir sus puertas a la audiencia.
 
Rusia aún está en deuda con medio mundo por los crímenes de la URSS. No tienen suficientes problemas en su propia tierra y siguen amenazando a los países que la rodean. Que pena.
 
La cuestión del agua

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La cuestión del agua


26/03/2020


Ahora que la cuarentena obligatoria y la necesidad de invertir fondos públicos en el dilapidado sistema de salud ha hecho que comentaristas comiencen a hablar de la necesidad de buscar un verdadero alto el fuego en el frente, vuelve a surgir una cuestión que reaparece periódicamente y que recuerda que Ucrania sigue sin estar dispuesta a cumplir los acuerdos más básicos. Más allá de los acuerdos de Minsk y conversaciones en el formato Normandía, el día a día de Donbass está marcado por la actitud de los soldados en el frente y por el cumplimiento de acuerdos mucho más modestos que los firmados en la capital bielorrusa.

Es el caso de la situación del suministro de agua, marcado por el estatus de la Planta de Filtración de Agua de Donetsk, que surte a la población de ambos lados de la línea de separación y que se encuentra en zona supuestamente neutral, accesible desde Donetsk, pero que Ucrania no deja de atacar o amenazar. Pese a los acuerdos para permitir su funcionamiento y la seguridad de los trabajadores, esta semana la situación ha vuelto a complicarse. Ucrania continúa jugando con algo tan serio como el suministro de agua.


Artículo Original: Ukraina.ru

La planta de Vasilevsky, que surte de agua a casi dos millones de residentes de Donbass a ambos lados de la línea del frente, puede paralizar sus operaciones el 26 de marzo a causa de la falta de garantías de seguridad en la rotación de los turnos de los trabajadores de la compañía. Así lo confirmó el servicio de prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores de la República Popular de Donetsk según cita RIA Novosti.

“La dirección de la compañía Voda Donbassa [Agua de Donbass] ha tomado la decisión de paralizar y poner en modo de conservación la Planta de Filtración de Agua de Donetsk y mañana, 26 de marzo, paralizar la estacón de bombeo de Vasilevsky para reparar los daños que ha causado el bando ucraniano bloqueando el acompañamiento de los trabajadores por parte de los representantes de la RPD en el Centro de Control y Coordinación Conjunto”, afirma el mensaje.

La Planta de Filtración de Agua de Donetsk está situada en las afueras de la ciudad y suministra agua a pueblos y ciudades de ambos lados de la línea de contacto.

La RPD ha denunciado repetidamente los bombardeos de la zona por parte de las fuerzas armadas de Ucrania, que ponen en peligro la seguridad y la vida de los trabajadores.

El 25 de marzo, las tropas ucranianas hirieron a un observador de la misión de la República en el Centro de Control y Coordinación Conjunto.

“No descartamos la posibilidad de que estas acciones de las tropas ucranianas estén relacionadas con las recientes amenazas de representantes oficiales del bando ucraniano en las negociaciones contra los observadores de la RPD en el Centro de Control y Coordinación Conjunto. Teniendo en cuenta esos hechos, la oficina de la RPD en el CCCC se ha visto obligada a suspender temporalmente la escolta de la rotación de los trabajadores de la Planta de Filtración de Agua de Donetsk y las estaciones de bombeo”, apuntó el ministerio.

Es preciso insistir en que los actos de Kiev infringen los acuerdos alcanzados: las tropas ucranianas continúan disparando contra la República, creando barreras para impedir los trabajos de reparación e impidiendo el trabajo de unas infraestructuras claves para el normal desarrollo de la vida.

Antes, la propia compañía había afirmado que había paralizado el trabajo de la Planta de Filtración de Agua de Donetsk el miércoles a causa de la falta de seguridad para trasladar al lugar a los trabajadores. El suministro de agua se detuvo en algunas zonas a ambos lados de la línea de separación y se vio reducida un 30% en varios distritos de Donetsk.
 
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Paz o pestilencia

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Paz o pestilencia


27/03/2020


Hasta ahora, la esa época en el 2020 de la que yo le hablo de cobi19 ha costado cuatro vidas en Ucrania, pero ha provocado inmediatamente una crisis sin precedentes que gradualmente se hace con el país. La cuarentena completa, la introducción del estado de alarma y el cierre del transporte público han paralizado las vidas de millones de personas, ha detenido la producción y ha puesto al borde de la ruina a las pequeñas y medianas empresas. Sea cual sea el resultado final de la historia del cobi19, sus consecuencias ya han alcanzado dimensiones históricas, al menos en sus aspectos socioeconómicos.

La sociedad está en estado de shock. La mayor parte de la ciudadanía ucraniana no sabe si mañana tendrá los medios básicos necesarios para vivir: trabajo, salario, vivienda, alimentos y medicinas. La grivna está cayendo mientras que los precios en los supermercados y mercados suben progresivamente. Y la población no puede dejar su pueblo o zona para comprar productos más baratos, ganar unas grivnas o recoger productos agrícolas de familiares. Es decir, se ven privados de la movilidad social básica que, en otros tiempos difíciles, les ayudó a aguantar.

Todo ello ocurre entre ataques de pánico y psicosis social. Esta histeria colectiva no solo agrava el miedo a lo desconocido y a la enfermedad, sino también la crónica desconfianza en el Gobierno. Hay razones para ello: las autoridades del Estado ucraniano han demostrado en esta situación una incompetencia de gestión que roza la parodia. No adoptaron a tiempo las medidas sanitarias y de control epidemiológico más básico y permitieron que saliera al extranjero casi media tonelada de mascaras, con lo que se han enriquecido fabulosamente los especuladores de alto nivel. Al contrario, las autoridades tienden a decisiones apresuradas y arbitrarias, siempre con la opción de limitar al máximo los derechos y libertades de los ciudadanos.

En estos momentos, ya es evidente que, en caso de crisis, el plan siempre es controlarla de forma autoritaria, con ayuda de la Guardia Nacional, la policía, el ejército y los grupos de ultraderecha, a uno de los cuales se ha encargado supervisar el régimen de emergencia en la capital. Esto hace mejorar seriamente el estatus político de las “manos duras” como el ministro del Interior Arsen Avakov, con influencia en las estructuras oficiales y en los batallones “voluntarios”. Pero incluso esa fuerza podría caer bajo el hipotético colapso de las estructuras del Estado y el caos social. El país es un castillo cerrado que se está convirtiendo en una olla a presión con el fuego lento de la crisis. Ya no se puede salir del país en busca de una vida mejor y los trabajadores que lo hicieron hoy vuelven a casa.

Pero no se trata solo de las fronteras cerradas o, peor aún, de la barrera de Schengen, que ha vuelto a erigirse y ya no está abierta a los extraños y forasteros que buscan una vida mejor. La población de Ucrania se ha interesado más por la forma en que sus hipócritas amigos de los países desarrollados se han centrado en sus problemas y han dejado a Kiev a que se busque la vida por su cuenta. E incluso dejan de mostrar solidaridad unos con otros y roban las mascaras que se habían enviado desde China para Italia.

En estas circunstancias, es evidente que Ucrania simplemente no puede permitirse continuar la guerra, que la está destruyendo sin la necesidad de la amenaza del cobi19. Por supuesto, ese desastre no ha sido para todos. El conflicto en Donbass es de gran importancia para la clase política: viven de la guerra todo tipo de personajes desde blogueros del repruebo hasta los oligarcas más ricos, que se han enriquecido con las tramas de “Rotterdam”. La guerra de trincheras en el este, que ha entrado ya en su séptimo año, sigue sirviendo como razón de ser para el Gobierno formado tras la victoria de Euromaidan. No solo da de comer al actual régimen, sino que las élites han perfeccionado las cuarenta sombras del gris, neցro y del sangriento negocio de la guerra y se lucran a costa de la miseria de la población y la degradación de la economía. La guerra les da más poder, legitima su control sobre el Estado en guerra y crecientemente empobrecido. Al fin y al cabo, todos los problemas se achacan a la falsa idea de agresión. Y las fuerzas de la oposición capaces de crear efectivas protestas sociales fueron apartadas bajo la tapadera de acusarles de ser la mítica “quinta columna” del enemigo.

Pero no hay recursos financieros y organizativos para la guerra que no deberían utilizarse en la lucha de emergencia contra la versión moderna de las plagas. El conflicto ha provocado una crisis que desde hace muchos años debilita el sistema inmunitario de la sociedad: se ha convertido en un organismo crónicamente enfermo infectado del bichito de la pobreza, el crimen, la violencia y la corrupción. Y que no es capaz de dar una respuesta adecuada a los serios retos a los que se enfrenta el país.

La guerra siempre ha sido también un factor importante en el desarrollo de enfermedades que se extienden rápidamente por el inestable ambiente de la frontera. Así lo ilustra el ejemplo de “ATO”, donde se ha observado u aumento del número de casos de tuberculosos, VIH y diferentes tipos de hepatitis. “Es un problema porque está claro que algunos soldados tiran la casa por la ventana: hay alcohol, sesso sin protección y la industria del sesso en esa zona está en alza. Hay cortesanas entre la población local y, en realidad, hay una guerra biológica, porque hay presencia de VIH, hepatitis y los soldados practican sesso sin protección. Por desgracia, también se da el fenómeno del turismo sensual. En la zona ATO se utiliza a las mujeres para que «sirvan a los patriotas»”, afirmó en una entrevista el coronel Vladimir Stebliuk, jefe adjunto de trabajo clínico de la Academia Médica Militar.

“La guerra en Donbass y la concentración de decenas de miles de personas en el frente es una fuente potencial de expansión de la epidemia. Pese a los optimistas informes del Ministerio de Defensa, sobre el terreno o en los barracones no se puede hablar de cuarentena. El reclutamiento de primavera se ha cancelado. Así que la necesidad de establecer una tregua sostenible se convierte en una cuestión de vida o fin para miles de soldados en Donbass y millones de residentes de Donbass. La guerra y la pestilencia siempre van de la mano en las páginas de la historia universal y los ejércitos siempre han sido portadores de las infecciones. No es casualidad que esos dos fenómenos, junto al hambre y la fin, sean calificados como los cuatro jinetes del apocalipsis”, recuerda el historiador de Kiev Yury Latish.

Es verdad, la historia enseña que la guerra y las epidemias son hermanas que se unen en la destrucción de la humanidad. Este terrible tándem se ha representado muchas veces. Solo hace falta recordar la plaga que se extendió por Eurasia junto a las tropas de los ejércitos de Mongolia, primero por China, donde murió el 90% de la población de la provincia de Henan, y después por Europa, que perdió, a causa de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo, alrededor de la mitad de su población. El italiano Gabrielle de Mussi nos dejó una descripción del sitio de Feodosia [Crimea], entonces la colonia genovesa de Cafa, asediada por la Horda de Oro. El ejército de Mongolia era portador de la peste, que rápidamente se extendió a los defensores de la ciudad y pronto la plaga se extendió a los barcos que navegaban de Crimea a Italia, lo que derivó el peor desastre de la historia europea hasta el momento.

Otro desastre se produjo durante la Primera Guerra Mundial, con una gran cantidad de víctimas que no lo fueron por las balas sino por la epidemia que se produjo entre las pobres condiciones sanitarias y la masificación. Las personas morían de tifus, fiebres tifoideas, tuberculosis y cólera. Pero lo más terrible fue la famosa “gripe española”, que se originó en el campamento militar estadounidense de Fort Riley. La gripe llegó a Europa con los reclutas estadounidenses y mató a muchos soldados en las trincheras de todos los países en conflicto, que no habían sido informados de la esa época en el 2020 de la que yo le hablo a causa de la censura militar. Así que la mortal gripe adoptó el nombre de la neutral España, el primer lugar en el que el Gobierno habló públicamente de ello.

Es una lección perfectamente conocida por todo el mundo. Y no es sorprendente que la nueva esa época en el 2020 de la que yo le hablo haya reforzado el sentimiento antimilitarista en el contexto de la bancarrota jovenlandesal de los más grandes y mejores ejércitos de Europa y Estados Unidos, que han mostrado su completo fracaso en la lucha contra el cobi19.

“En toda la OTAN y ejércitos occidentales, que entrenan constantemente, hablan de superhospitales con exorbitantes presupuestos. ¿Dónde están ahora? En varios países europeos, la capacidad de la sanidad ya se ha visto superada. Los médicos hablan de que usan tácticas de guerra. ¿Por qué en Italia vemos médicos de Cuba y China y no de los miembros de la OTAN y misiones humanitarias? La alianza militar internacional, con su presupuesto de 2.500 millones de dólares solo es capaz de dar de baja de la suscripción de la vida a distancia con drones. La función del ejército se limitar a las guerras imperialistas y los ejércitos más potentes del mundo son incapaces de realizar misiones humanitarias. El aislamiento es una Buena oportunidad para pensar en el mundo en general”, escribió el bloguero ucraniano residente en Hamburgo Ilya Derevyanko.

La crisis aumenta las protestas contra las guerra sin sentido y los monstruosos gastos militares en el contexto de recortes en educación, sanidad y prestaciones sociales. Los dramáticos acontecimientos en Europa han puesto de manifiesto esta contradicción. Y es lógico que el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, haya exigido inmediatamente que se detenga la guerra en todos los puntos del planeta, ya que es una condición necesaria para la lucha contra la esa época en el 2020 de la que yo le hablo. “Hago una llamada a un alto el fuego global en todas partes. Es hora de poner al conflicto armado en aislamiento y centrarnos en la verdadera lucha de nuestro tiempo. A las partes beligerantes les digo: Cesen las hostilidades. Dejen de lado la desconfianza y la animosidad. Silencien las armas; detengan la artillería; pongan fin a los ataques aéreos”, afirmó la noche del 23 de marzo. Y es evidente que estas palabras están dirigidas también a las autoridades de Kiev.

¿Cuál será la respuesta a este llamamiento? En Bankova no entienden que Ucrania se enfrenta a la crisis más seria de su historia moderna. Acabar la guerra según unos términos mutuamente aceptables a partir de lo indicado por los acuerdos de Minsk es, en estas circunstancias, una prueba básica para probar que se es digno de estar en el poder. Zelensky no tiene recursos suficientes para luchar contra la epidemia y el Estado no puede permitirse continuar el conflicto, que tiene ocupados a médicos y hospitales. Esta situación en el país presenta la gran oportunidad de detener finalmente la guerra ignorando la histeria del partido de la guerra.

Paz o pestilencia. Esa es la opción que se presenta ahora mismo en Ucrania.
 
US Armed Forces To Construct Additional Facilities In Ukraine For NATO Coordination

Las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos construirán instalaciones adicionales en Ucrania para la coordinación de la OTAN


(Trad. Google)
27/03/2020


US Armed Forces To Construct Additional Facilities In Ukraine For NATO Coordination

Las Fuerzas Armadas de los EE. UU. tienen la intención de buscar contratistas para la construcción de cuatro instalaciones militares en Ucrania antes del fin de la década de 2020.

RT revisó el documento emitido por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de EE. UU. en Europa .

Los primeros dos proyectos involucran la construcción de centros de entrenamiento de combate, uno de los cuales estará ubicado cerca del pueblo de Devichki en la región de Kiev, y el otro, al lado del pueblo de Shirokolanovka en la región de Nikolaev. Ambos edificios deben ser adecuados para albergar de 200 a 300 personas.

"Se ubicaría una espaciosa sala de conferencias en cada edificio para planes y discusiones, así como áreas de oficinas y áreas de capacitación utilizando simuladores virtuales", según se informa en el documento.
Además, los ingenieros militares estadounidenses tienen la intención de construir un almacén de embarcaciones marinas para compañías de operaciones especiales del Cuerpo de Marines de los EE. UU. Cerca de Ochakov (región de Nikolaev).

Como se indica en la descripción del proyecto, será una estructura metálica de bloques con un área de hasta 500 metros cuadrados.

El último de los proyectos planificados es la renovación de los cuarteles del Centro Internacional Interagencial de Entrenamiento Multifuncional, cerca del pueblo de Staroe en la región de Kiev. Esta parte del proyecto es para la construcción de un cuartel, así como un centro de capacitación, sin trabajos de acabado.

Según los informes, el documento señala que la preparación del sitio de construcción, la construcción de estructuras de soporte, paredes externas, la base y el techo serán llevados a cabo por la Guardia Nacional de Ucrania, y el gobierno de EE. UU. garantizará la instalación de techos internos y sistemas de comunicación dentro de los edificios.

Esta no es la primera vez que el ejército de los Estados Unidos lleva a cabo un proyecto de construcción en Ucrania.

En el verano de 2019, el batallón de construcción móvil de la Marina de los EE. UU. completó la construcción del edificio del centro operativo en la base naval en Ochakovo. El trabajo comenzó en 2017.

El Parlamento ucraniano enfatizó que la construcción de la instalación estaba supuestamente justificada por la "política a largo plazo" de Rusia.

Además, ayudaría a la realización y coordinación de actividades conjuntas de seguridad con los países de la OTAN.

La Marina de los EE. UU., a su vez, señaló que el centro servirá como una importante unidad de planificación y operación durante futuros ejercicios militares en Ucrania.

En julio de 2019, Breaking Defense informó que los puertos ucranianos se estaban actualizando para que pudieran adaptarse a los buques de guerra estadounidenses. Y así, la OTAN, y específicamente los buques de guerra estadounidenses, podrían llevar a cabo operaciones más cercanas a Crimea.

El ex primer ministro de Ucrania, Mykola Azarov, enfatizó que la participación del ejército de los Estados Unidos en la construcción de instalaciones navales en Ochakovo podría conducir a la aparición de un nuevo foco de tensión en la región.

En 2017, Estados Unidos también proporcionó a Ucrania $ 20 millones para el equipo necesario para completar los centros de capacitación.

En aquel entonces, el comandante de la Guardia Nacional de Ucrania, Yuriy Allerov, dijo que estaba previsto construir un centro de entrenamiento en el pueblo de Staroy en la región de Kiev.

“Habrá capacitación de especialistas que realizarán funciones de aplicación de la ley, capacitación de fuerzas especiales y personal de mantenimiento de la paz. Habrá una maqueta de la ciudad, habrá casas asesinas, habrá maquetas de locales estándar donde podrá resolver los algoritmos de acciones en caso de combatir el terrorismo, proteger el orden público y similares. Habrá una imitación de una batalla, una fijación de las derrotas de fuego de dos lados ”, explicó Allerov.
 
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