Nos bombardeaban antes y nos bombardean ahora
Nos bombardeaban antes y nos bombardean ahora
07/05/2019
Artículo Original: Kristina
Melnikova / EADaily
Las elecciones en Ucrania, que dieron lugar a un futuro cambio de gobierno y también a la publicación del decreto según el cual Rusia entregará pasaportes a los residentes de la RPD y la RPL. Eso ha creado las condiciones para un mayor optimismo en vistas al futuro desarrollo de Donbass, pero nada ha conseguido, por desgracia, parar completamente la guerra.
Estas semanas los ataques han continuado, incluido algún ataque relativamente intensivo en zonas civiles, donde las infraestructuras han sufrido daños. Por ejemplo, el mismo día que se publicó el decreto del presidente de Rusia sobre la simplificación de la obtención de la nacionalidad, el 24 de abril, el Ejército Ucraniano atacó Dokuchaevsk. Un proyectil destruyó un coche y dañó una vivienda en la ciudad.
Dokuchaevsk es, para los estándares de Donbass, una ciudad pequeña, que está situada a una media hora en coche desde Donetsk. Al oeste y al sur se encuentra la línea del frente, que separa a las fuerzas en conflicto en Donbass. Incluso desde las zonas relativamente pacíficas de la ciudad puede verse el frente. “Aquí, ponte aquí y mira sobre la valla y los arbustos. Nos bombardean desde esa colina, lo veo regularmente, incluso desde la huerta”, explicó un hombre que vive en un lugar relativamente alejado, al menos más que la media de la ciudad, de la línea del frente. El día está soleado y florecen los albaricoques y los tulipanes.
Dokuchaevsk está semisitiado, el oponente trata de morder desde más de un flanco. Ese día, según contaron los residentes de la ciudad, el bombardeo se realizó sobre todo el terreno. “Empezaron desde ahí, desde el flanco izquierdo, después empezaron a atacar desde el flanco derecho”, explicó el vecino, dibujando con la mano un arco en el horizonte.
El bombardeo se realizó por la mañana y duró alrededor de una hora, por lo que algunos niños no pudieron ir al colegio, sus padres tuvieron miedo de enviarles. Después la ciudad quedó en silencio y la población volvió a sentarse en los bancos de la calle y los niños salieron a pasear. “¿Sobre qué quieres escribir, sobre la guerra o sobre la paz? Mira, hemos reconstruido el parque. Mejor escribir sobre eso”, comenta el hombre, señalando un tiovivo en el que juega una niña tan bonita como seria. A lo lejos se escuchan las herramientas de los operarios que reparan la guardería, que se ha visto afectada por la guerra. Ahora la ciudad está tranquila, pero al encontrarse tan cerca de la guerra, la gasolinera y las tiendas están cuidadosamente cubiertas de sacos de arena que pueden protegerlas de la metralla.
Junto a una de las viviendas conozco a dos residentes de Dokuchaevsk, Alexander Trofimovich y Liuba Nikolaevna. “Por la mañana hubo mucho ruido, empezaron justo en el momento en que los niños tienen que ir al colegio”, explica Liuba. “Ahora estamos bien, no hemos sufrido daños, pero en 2014 sufrí heridas. El vecino (dice señalando a Alexander Trofimovich), su mujer murió, era demasiado joven, solo 63 años”. Un proyectil explotó junto a la casa y la mujer resultó herida, murió poco después a causa de una infección en la sangre. En la casa de al lado resultó herido un chico cuya familia se marchó de Dokuchaevsk.
“Me pregunto una cosa: ¿por qué luchan contra civiles y sus casas? Algunos, al parecer, lo consideran necesario”, prosigue Liuba. “Vivo aquí y no sé dónde hay un lugar seguro, te pueden alcanzar en cualquier casa, en la huerta o en la calle”. “¿Vienes de Donetsk a decirnos cuándo va a acabar la guerra?”, dice con esperanza la voz de otra vecina.
La población no confía en que la guerra vaya a terminar con el nuevo presidente. “Mi hermano vive en Ucrania, el otro día hablé con él por Skype, me preguntaba a quién votar”, cuenta otra residente, Elena. “Cualquiera, cualquiera menos Poroshenko”, interrumpe su vecina. “Nos bombardeaban antes de las elecciones y nos bombardean después. Lo que queremos es que la guerra acabe rápido”. En eso están de acuerdo.
Para muchos la idea de conseguir pasaportes rusos ha conseguido levantarles el ánimo, pero en las afueras, donde la población no tiene intención de viajar ni tiene dónde ir, hay mucho escepticismo. “Tengo un pasaporte ucraniano, un pasaporte de Donetsk y puedo tener uno ruso. ¿Pero eso en qué va a cambiar mi situación? ¿Va a parar eso la guerra, los bombardeos, podré salir a pasear tranquilamente con mis hijos?”, respondió una residente de uno de los distritos del frente de Donetsk tras la noticia de la simplificación de la obtención de la nacionalidad rusa.
En general, la situación sigue igual, dentro de la estabilidad. Continúan los bombardeos con armamento pesado y mortero, como ocurrió en Dokuchaevsk. En los informes oficiales no hay información sobre el cese de los ataques, sino algunos días incluso de intensificación.