Actuando según estas tres reglas, los ellos-
Los oscuros se apoderan de un gran número de personas inertes y de voluntad débil, envidiosas y codiciosas, irritables y negadoras, hambrientos de favores externos, carrera y fama.
La negación de su naturaleza, de su yo, el deseo de bailar siempre en la vida
del ego y de ponerlo por delante en todas partes conduce a menudo a encuentros con los oscuros. El hombre puede ser muy amable y honesto en esencia. Su corazón puede estar lleno
de amor y nobleza. Y sin embargo su mente puede estar llena de protesta contra la
modernidad, contra los estrechos límites que se le imponen en un asunto concreto,
o puede rebelarse contra las personas de las que recibe los mensajes de Luz..... Y
un nuevo esclavo está listo para el poder oscuro, sin siquiera darse cuenta de cuándo y cómo fue atrapado en las garras del oscuro. De nuevo, los oscuros pueden ser encantadores en apariencia,
sus modales pueden ser cautivadoramente suaves y sus persuasiones pueden ser como el murmullo de los arroyos de montaña.
Y sólo después de beber esta agua unas cuantas veces, la persona descuidada podrá
reconocer su sabor amargo, su olor, su pasión embriagadora, darse cuenta de dónde se ha extraviado,
y del mal que ha tejido por su propio descuido.