Evolucionismo, antirracismo y zoofilia. Nuestros "hermanos" los primates y orangutanes.

¿ pruebas ?

no solo la evidencia de la semejanza con los chimpancés, aún teniendo en cuenta que han desaparecido todas las especies de humanos que hubo entre ellos y nosotros. Está la genética.

De la misma manera que se puede saber que tú eres hijo de tu padre, se sabe que tus genes son en un 99% iguales que los de un chimpancé y en un porcentaje muy elevado con cualquier otra especie de vertebrado.

Estoy convencido que se podría " fabricar " un híbrido entre chimpancés y humanos. No se hace por cuestiones jovenlandesales y políticas.

Los mismos que son capaces de tirar bombas nucleares y dar de baja de la suscripción de la vida a millones de inocentes en las guerras, tienen reparos para dar un paso más en el conocimiento de nuestra naturaleza animal.

Tú has sido una bacteria en los testículos de tu padre, un organismo pluricelular en el pequeño mar que fue el útero de tu progenitora y luego una babosa, un pez, un lagarto, un mono y ahora tú .

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ese dibujito en concreto se demosrto FALSO
fue una invencion de los de siempre.
ahora no puedo buscartelo
pero se que lo he leido
 
ese dibujito en concreto se demosrto FALSO
fue una invencion de los de siempre.
ahora no puedo buscartelo
pero se que lo he leido

pero ¿ cómo va a ser falso ?

¿ acaso crees que la gestación de los humanos es diferente a la de los monos ?

¿ No VES que es el mismo proceso ? ¿ cómo se puede ser tan ignorante teniendo las evidencias delante ?


aunque la longitud del espermatozoide de ratón es de 124 micrómetros y la del elefante solamente de 56, éste último produce casi doscientos mil millones de unidades en una única eyaculación, mientras que el ratón solamente expulsa 9,5 millones de una vez.


El aumento de la cantidad de espermatozoides es la mejor estrategia. Con más espermatozoides en carrera, el macho optimiza el resultado en la carrera de la fecundación", dice Stefan Lüpold.

Sólo los animales grandes pueden producir mucho leche, dado que la producción depende del tamaño de los testículos.

"Entre los animales pequeños, el riesgo de pérdida o dilución es mucho menor" por lo cual producen espermatozoides de mejor calidad, señala el investigador.

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pero ¿ cómo va a ser falso ?

¿ acaso crees que la gestación de los humanos es diferente a la de los monos ?

¿ No VES que es el mismo proceso ? ¿ cómo se puede ser tan ignorante teniendo las evidencias delante ?


aunque la longitud del espermatozoide de ratón es de 124 micrómetros y la del elefante solamente de 56, éste último produce casi doscientos mil millones de unidades en una única eyaculación, mientras que el ratón solamente expulsa 9,5 millones de una vez.


El aumento de la cantidad de espermatozoides es la mejor estrategia. Con más espermatozoides en carrera, el macho optimiza el resultado en la carrera de la fecundación", dice Stefan Lüpold.

Sólo los animales grandes pueden producir mucho leche, dado que la producción depende del tamaño de los testículos.

"Entre los animales pequeños, el riesgo de pérdida o dilución es mucho menor" por lo cual producen espermatozoides de mejor calidad, señala el investigador.

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me da que no te has leído el artículo.

Dice :


Las imágenes pueden ser inexactas, pero el punto fundamental que muestran las ilustraciones es correcto: cuanto más estrechamente relacionadas estén dos especies en evolución, más similares aparecerán sus embriones en etapa temprana.


Existe una estrecha conexión entre el desarrollo y la evolución, o 'evo-devo' como a veces se le conoce. En resumen, nuestra historia evolutiva está escrita en nuestros genes de desarrollo, y es una historia que podemos rastrear hasta los primeros vertebrados.


¿ qué parte no has entendido de la anatomía comparada ? entiendo la ignorancia en personas que no tienen acceso a internet ni han leído un libro en su vida, pero yo te estoy facilitando la comprensión de este tema y te pongo en bandeja los datos.

Empeñarse en seguir en la ignorancia te define como incapaz de aprender. Una persona esclava de sus prejuicios, narcisista que antes de reconocer que estaba equivocado, prefiere seguir defendiendo una absurdez .


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Bueno, mucho se ha hablado, escrito y deliberado sobre el ahora famoso Plan Kalergi y sus objetivos a corto plazo para mestizar y marronizar Europa y Occidente. No obstante, hay que señalar que los planes para la Europa del siglo XXI ya estaban de antemano diseñados.

El primer espaldarazo a las tesis antirracistas con las que se pretende sumergir a la raza blanca en el fango del mestizaje vienen de la mano de Charles Darwin, un naturalista aficionado, cuyas teorías, desarrolladas cuando tan sólo contaba con 24 años, fueron cálidamente acogidas y ampliamente divulgadas por la masonería a cuya fraternidad pertenecía la familia del autor de El origen de las especies (1859) [1], obra donde, de manera apresurada, se pretende explicar el origen y desarrollo de las especies vegetales y animales, incluyendo al hombre.

Ver archivo adjunto 1117976

Recordemos que su más entusiasta defensor fue un célebre y destacado masón, el Dr. Thomas H. Huxley, al que se llegó a conocer con el sobrenombre de «buldog de Darwin». Uno de sus antiguos alumnos, el escritor H. G. Wells, miembro de la inteligencia británica y “profeta” del NOM, se consagrará en el futuro como uno de los principales animadores de la Sociedad Fabiana y como «tutor» en la Universidad de Oxford del conocido filósofo Aldous Huxley, nieto del anterior.

No obstante, en la obra de referencia The League of the Iroquois (1851) de Lewis H. Morgan (1818-1881), decano de la antropología norteamericana y connotado francmasón ―al igual que su padre―, se pueden encontrar ya los rasgos esenciales y fundamentales del evolucionismo. Faltaban aún unos cuantos años para que, al final de la década, se publicara la primera parte de la teoría de Darwin, El origen de las especies. En 1877, en un ambiente muy marcado y condicionado ya por las teorías evolucionistas, vio la luz La sociedad primitiva, en la que Morgan retoma los principios y elementos clave de su concepción «etnológica», término que empleó para denominar su trabajo y el de otros como él que buscaban comprender científicamente a los indios americanos. Por entonces, Darwin acababa de dar a conocer su The Descent of Man (1871).

El segundo libro de Morgan se basó en una amplia documentación que el propio autor recogió mediante su trabajo de campo personal entre los indios nativos americanos, por los que estaba completamente fascinado —Morgan fue de hecho miembro de un club llamado The Grand Order of the Iroquois, que celebraba sus reuniones en la Masonic Lodge nº 110 de Aurora (New York)—, cuyas prácticas y costumbres comunitarias fueron consideradas supervivientes de una sociedad primitiva anterior a la constitución de las clases y los estados.

Esta teoría, a pesar de que no llegó a conseguir la unanimidad de los especialistas, encontró una adhesión sin reservas entre los fundadores del marxismo, siendo recogida por Carlos Marx y Federico Engels (ambos masones), en particular en la obra de este último: El origen de la familia, la propiedad privada y el estado (1884). Ambos habían creído encontrar en el darwinismo una teoría «científica» que desde los enunciados de la Antropología les proporcionaba argumentos irrebatibles, puesto que atribuyeron a Morgan haber establecido los rasgos fundacionales de la concepción materialista de la historia a través de un evolucionismo unilineal y casi mecanicista en su desarrollo. Desde la perspectiva marxista —sustentada en la tesis evolucionista de Morgan―, en la comunidad primitiva comunista no había explotación del hombre por el hombre, y en consecuencia no había estado.

Lo cierto, es que la obra de Charles Darwin tuvo un impacto inmediato entre arqueólogos y antropólogos. Fue éste el primer intento puesto en práctica con el que «deshumanizar» a la humanidad aria a través del materialismo relativista, teoría completamente judía. Con el evolucionismo, el «ser divino descendido», náufrago de un pasado inmenso, extraterrestre, pasó a ser sólo un «mono subliminado».

Por el contrario, en oposición al mito evolucionista, el racialismo afirmará la perfección originaria de la raza y su posterior decadencia. De esta forma, la historia no era ya una marcha ascendente hacia la perfección, sino un descender de las condiciones normales y radiantes de los orígenes, para sumirse en la decadencia. El racialismo rechazará el mito evolucionista sosteniendo que la raza pura se encuentra en el origen, surgiendo posteriormente las mezclas y la decadencia.

La «lucha por la existencia» (struggle for life), concepto del que se apropió Darwin, había ya sido propuesto por el economista Thomas Malthus, quien influyó notablemente en el autor de El origen de las especies. En 1821, Malthus participó en la formación del Club de Economía Política, junto con James Mill (padre de John Stuart Mill, utilitarista militante) y el especulador judío sefardita David Ricardo, de quien fue amigo íntimo y compartió los mismos principios económicos, cuya «ley de hierro» y su teoría de la distribución de la riqueza, ha sido la base del neoliberalismo capitalista, que ha garantizado a éste la explotación de la sociedad y el trabajador, es decir, según el cual «el salario se reduce a lo estrictamente necesario que permita al obrero nada más que subsistir y reproducirse». Ante semejantes criterios, el racialismo se concebirá en rebeldía contra el mito evolucionista y dos de sus mayores concreciones contemporáneas: el materialismo y el progreso, sustento jovenlandesal de la realidad capitalista.

Las ideas evolucionistas, que casaban perfectamente con la ideología liberal, fueron posteriormente reforzadas por la «antropología cultural» del judío alemán emigrado a Estados Unidos, Franz Boas, el denominado "padre" de la antropología moderna y enemigo acérrimo y contumaz de buscar las diferencias del comportamiento humano en las características raciales.

El idealismo de Boas permitió sentar a lo largo de las primeras décadas del siglo XX una nueva base intelectual para el igualitarismo. Para Boas las diferencias entre razas humanas y grupos étnicos no procedían de su condición física o biológica, sino de la cultura. Las personas y los pueblos difieren exclusivamente porque difieren sus culturas, que a su vez son modeladas por el entorno. Nada más. La idea de que la cultura es la que configura la mente y no la biología, sirvió de supersticioso baluarte contra las teorías raciales del nacionalsocialismo, y por razones «humanitarias», se convirtió en la teoría preferida de marxistas, freudistas, cristianos y demoliberales.

Estas ideas se extendieron rápidamente y se apoderaron por completo del panorama científico —de manera muy especial en el campo de la sociología americana, liderada fundamentalmente por el Departamento de Sociología de la Universidad de Chicago, sostenida financieramente por John Rockefeller— que empezó a rechazar la explicación biológica como base de la conducta. Efectivamente, dicha corriente etnográfica —que en los años 40 tomará el relevo por la «antropologia social», época en que las ciencias sociales y las escuelas de investigación se verán repletas de judíos― influyó de manera notable en los iniciales fundadores de la sociología americana: Small, Sumner, Giddins, Ward, Cooley, Ross, Mead, Park, Thomas, etc, quienes apostarían cada vez más por los condicionamientos sociales y ambientales del comportamiento humano.

A ello habría que sumarle la difusión de las ideas del sociólogo H. Spencer, enemigo del Estado y partidario del "laissez faire", cuya influencia en la sociedad americana fue mucho mayor que la de Darwin. La doctrina spenceriana legitimó la filosofía liberal americana, la rápida expansión de los negocios y la competición desmedida, lo que vino a justificar los métodos más despiadados e inhumanos de explotación de los más débiles y desfavorecidos. Los empresarios, los hombres de negocio y los grandes capitalistas obtuvieron enormes ventajas de dicha filosofía, a la que apoyaron firmemente. No resulta extraño que Spencer contase entre sus principales admiradores al magnate y millonario de origen escocés Andrew Carnegie, de quien fue amigo íntimo, uno de sus grandes defensores y patrocinadores. Gracias a la generosidad de Carnegie, filántropo y masón (Assumpció Vidal, 2007: 184), se pudo inaugurar el 28/08/1903 el Palacio de la Paz de La Haya.

Para muchos de estos sociólogos americanos, en su mayor parte hombres de convicciones socialistas, progresistas y radicalmente democráticas e imbuidos del espíritu de reforma que rodeó el ambiente de la Escuela de Chicago, la idea de los roles de género convencionales y los prejuicios raciales eran producto de los hábitos culturales formados en los primeros estadios de la evolución, ya obsoletos, de tal manera que apoyaron campañas a favor de los derechos de los pagapensiones y por la educación e integración de los neցros (J. Picó & I. Serra, 2010: 68-71), uno de los aspectos más estudiados por los miembros de dicha Escuela, en el que se trabajó insistentemente y al que le dedicaron al menos 42 estudios entre 1914 y 1933. «El objetivo de las investigaciones realizadas durante este periodo era hacer accesible a la mirada de los lectores occidentales la vida cotidiana, los aspectos rituales, los estilos de vida, los valores, en una palabra, la cultura de las poblaciones "lejanas" y "exóticas", considerando como tales tanto la del Africa central como las de los guetos existentes en las ciudades» (J. Picó & I. Serra, op. cit., 136).

Robert E. Park (1864-1944), en concreto, uno de los padres de la Escuela y la etnografía moderna, influenciado naturalmente por Boas y sus secuaces y que había sido secretario del reformista de raza negra B. Th. Washington, antes incluso de incorporarse a la docencia en Chicago, había publicado ya un artículo, «Racial Assimilation in Secondary Groups with Particular Reference to the neցro» (1913), en el que trataba de la asimilación de los pagapensiones y los conflictos entre neցros y blancos, proponiendo la formación de una «nueva conciencia» racial y de grupo.

Resumiendo, los investigadores de la Escuela de Chicago, cuyo hilo dominante fue una sociología liberal aplicada a los procesos de cambio y progreso, se identificaron con la esperanza americana de asimilar dentro de la sociedad blanca a los grupos étnicos procedentes de Asia y África.

Lógicamente, sólo era cuestión de tiempo que la nueva justificación «científica» que pretende demostrar el origen africano de la humanidad, venga del antropólogo molecular de origen judío Morris Goodman, «el científico que descubrió que somos personajes» ("EL PAIS", 21.11.2010). Tesis recientemente «respaldada» por el mayor estudio genético —que abarca gran parte del Paleolítico Superior― efectuado sobre restos mortales de población europea, el cual vendría a desvelar una serie de episodios hasta ahora desconocidos sobre cómo se fueron sucediendo y reemplazando las diferentes culturas y poblaciones en el viejo continente, según ha indicado el también judío David Reich, genetista de la Universidad de Harvard y autor principal del trabajo, publicado en la revista "Nature" y recogido en el diario polanquista "EL PAIS" el 05.05.2016 (pág. 24) con el sugerente título «Cuando todos los europeos eran neցros».

David Reich, hijo de Walter Reich, primer director del United States Holocaust Memorial Museum, fue ―recordemos—, el encargado de liderar, junto con un tal Simón Myers, profesor de la Universidad de Oxford, el equipo de científicos que en julio de 2011 reveló por completo «el mapa genético más preciso del mundo», que sería publicado posteriormente por la muy oficiosa revista "Nature".

El círculo se cierra con la última locura denominada Proyecto Gran personaje (PGS) o The Great Ape Project (GAP) en inglés, una institución de alcance mundial fundada en 1994 que reclama una extensión del igualitarismo para los primates (chimpancés, orangutanes y gorilas) dentro de la Declaración Universal de los Derechos del Hombre, otra de las tantas artimañas repletas de formulismos y palabrería pseudojurídica con las que el consorcio judeomasónico pretende abatir con instrumentos «legales» y «humanitarios» los verdaderos derechos del hombre blanco, por lo que su aplicación constituye un peligro inmenso para la supervivencia de nuestra raza. Digamos por extensión, que el PGS es idea principalmente del filósofo judío de origen austríaco naturalizado australiano Peter Singer, quien la expuso en la obra programática del mismo nombre escrita en 1993 en la que contiene la «Declaración de los Grandes personajes».

Singer, que preside actualmente dicha organización (PGS), alcanzó relevancia en el pasado por su obra Un solo mundo: la ética de la Globalización y sobre todo Liberación Animal, escrita en 1975, libro que ejerció una influencia decisiva en las organizaciones que luchan por los derechos de los animales. Para Singer los personajes formarían con los hombres una «comunidad de iguales» o, por utilizar sus palabras, «la aceptación en calidad de persona de algunos animales no humanos».

Las propuestas de Singer, entre las que cabría incluir su defensa del aborto y la zoofilia, han sido entusiásticamente acogidas por la izquierda y la progresía que siempre lleva la batuta en cuestión de iniciativas de índole similar, donde los prejuicios ideológicos priman sobre las consideraciones científicas. Esta extensión de derechos constituye el último peldaño dotado de credenciales humanitarias, científicas e ideológicas con la que se intenta fundamentar la «cultura de la fin». Secundando a Singer en su proyecto se han destacado relevantes activistas de su misma raza, entre ellos Gary Yourofsky, Richard Kahn y Henry Spira, lo mismo que el anteriormente aludido Morris Goodman.

En nuestro país, la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca del Congreso aprobó en junio del 2008, una proposición no de ley de IU-ICV que instaba al Ejecutivo socialista a adherirse al proyecto Gran personaje. La proposición fue apoyada por todos los grupos excepto el PP. El lector no debe de llevarse a engaños. La oposición de la derecha capitalista y neoliberal a dicho proyecto se traduce por el contrario en sustituir el «igualitarismo» judeo-marxista por el «igualitarismo» judeo-cristiano, que las primeras iglesias cristianas introdujeron en Europa, una idea por entonces ajena al pensamiento clásico occidental que chocó con la antigua creencia europea establecida sobre la desigualdad de los hombres.

No nos olvidemos que el rechazo más contumaz a las ciencias de la naturaleza humana proviene de los sectores religiosos coaligados, especialmente del integrismo cristiano. Los católicos conservadores y el protestantismo fundamentalista de Estados Unidos, por ejemplo, han odiado obstinadamente la eugenesia ―antónimo del término DISGENESIA, que es lo que realmente promueve la élite globalista judeomasónica―, porque para ellos no es más que un intento de las élites intelectuales y científicas de jugar a ser Dios. Tanto católicos como marxistas, son partícipes, pues, del desastre biológico y del etnicidio intencionado que se lleva perpetrando contra la raza aria-blanca.


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[1] «Darwin, al servicio de la masonería», revista "Año Cero", noviembre 2005.

@nuestralucha
Hay otras teorías de la Evolucion que no tienen que ver con Darwin.
 
La Iglesia introdujo el concepto de igualdad de las almas. Fue la religión judeocristiana, quien, precisamente, proclamó, por primera vez en la historia, la igualdad del género humano, aunque respetó las "desigualdades personales" (menos mal). Todos los hombres habían sido creados a imagen del Dios único y dotados de una misma alma racional, poseyendo todos una misma naturaleza y un mismo origen, y por lo tanto todos gozan de una misma dignidad.

Para la Iglesia "La igualdad entre los hombres se deriva esencialmente de su dignidad personal y de los derechos que dimanan de ella":

Posteriormente la masonería, con las revoluciones liberales, llevará y ampliará la esfera filosófica de ese concepto al introducirlo en todas las legislaciones para abolir y eliminar las "desigualdades personales" todavía en vigor. Fue un instrumento revolucionario que han hecho suyo todas las ideologías internacionalistas. Y la Iglesia, ya te lo dije, es proselitista, pues tiene también su proyecto globalista.


Los criterios raciales que se abrieron paso a través de los "estatutos de limpieza" son un caso único y excepcional en la historia de la iglesia. A pesar de las críticas y controversias de que fueron objeto (el Vaticano nunca fue favorable a ellos e incluso no vio con buenos ojos la expulsión de los moriscos), tuvieron que establecerse finalmente debido a la cantidad exagerada de conversos que quedaron en la Península y que copaban los cargos más elevados de la administración del Estado. Y esto fue debido por culpa de la interpretación errónea de la Iglesia con respecto al "problema judío", pensando que con el bautismo estaba ya solucionado el asunto.

Te recuerdo que el Vaticano condenó también el nazismo y las leyes raciales en 1937, a través de la encíclica promulgada por Pío XI "Con inmenso dolor".

Todas tus diatribas no me lo cuentes a mi, cuéntalselas a tus compañeros de feligresía, que andan empeñados en "salvar" las almas de latinoamericanos, neցros, y todo lo que se ponga por delante. El paganismo fue siempre contrario a este tipo de procedimientos.

¿Indígenas asimilados? No hagáis el ridículo.
El nacionalsocialismo jamás permitió a un "judío asimilado" ser miembro de pleno derecho de la nación, ni contraer matrimonio con un alemán.


Claro que sí, majete, si no fuese por gente como nosotros es casi probable no habrías salido del desagüe y atolladero ideológico en el que te hallabas sumido hasta entonces.

Léete con calma y detenimiento el artículo inicial, que me parece que solo has entendido y "captado" la mitad.
La Iglesia Católica fue la predecesora de la inclusión forzada.
 
El texto es interesante, destaco por la importancia el infravalorado socialismo fabiano como semilla de movimientos que ahroa conocemos.

La pena el sesgo anticristiano del mismo, siendo un texto bastante bueno por lo general, aunque eso lo desmerece

No me quiero poner pesado pero el nazismo y el comunismo son esencial e irremediablemente anticristianos. El liberalismo o el socialismo pueden serlo (y suelen serlo) pero puede lucharse para evitarlo.
 
No me quiero poner pesado pero el nazismo y el comunismo son esencial e irremediablemente anticristianos. El liberalismo o el socialismo pueden serlo (y suelen serlo) pero puede lucharse para evitarlo.

Las trolas de los mentirosos ya las conozco:



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Y luego todas las veces, y son unas cuantas, donde Hitler denunciaba la masacre de cristianos en Rusia y España, denuncias que ni hicieron todas los países "democristianas", ni Inglaterra ni EEUU ni cosas.

Vaya a engañar a su progenitora, por favor.
 
Vaya a engañar a su progenitora, por favor.

Yo a ti hasta ahora nunca te he llamado mentiroso, ni chalado, ni pobre hombre que se siente alienado y marginado y que ha elegido para consolarse adoptar de manera algo fanática dos maneras de ver el mundo absolutamente contradictorias: su creencia en Cristo y su simpatía por el nazismo, y eso le obliga a unas contradicciones terribles. Lo primero no lo creo, lo último sí y a veces lo segundo lo sospecho.

No voy a polemizar. Te pondría en el ignore para evitar conflictos pero eso podría estorbar mi participación en el hilo del Real Madrid y también, aunque alguna vez me has acusado de "agresivo", observo que a veces te pasas de intimidador con foreros que parecen nuevos (admito que no siempre sé si son viejos conocidos con otros ropajes) y prefiero estar un poco al tanto porque prefiero ayudar a que aquí haya buen rollito y los viejos no abusen mucho de los novatos.

Así que te pondré en el ignore "virtual" y sólo echaré un capote si veo que te pones muy flamenco, pero que sepas que deberías hacer examen de conciencia sobre si el cristianismo (tu cristianismo en concreto) es compatible con los grados de racismo que el nazismo destila por todos sus poros y que te insisto en esto porque quiero tu bien. :) No digo fascismo, no digo falangismo. Digo nazismo. Hitler. Himmler. Goebbels. Heydrich.

Los nazis perseguían a los judíos por (lo que ellos percibían como) su raza, no por su religión. Un judío bautizado y cristiano evangélico era para ellos tan judío como el rabino de una sinagoga. Y lo odiaban igualmente.

Si Jesucristo hubiera andado en forma humana sobre la Tierra en 1940 los nazis lo habrían perseguido. No por lo que pensaba o decía, sino por haber nacido en la familia en la que nació.

Piensa detenidamente en eso. Te lo ruego.

Cúidate. Un abrazo.

Edito y añado que no creo que ciertas maneras espirituales o ideológicas de buscar consuelo sean malas. De las que has elegido, una no me vuelve loco pero estoy dispuesto a respetarla y la otra me parece un grave error, pero respetaría más al que eligiera la segunda con todas sus consecuencias porque eso implicaría valentía intelectual.
 
Última edición:
Yo a ti hasta ahora nunca te he llamado mentiroso, ni chalado,

Claro que no, porque es usted el que miente, no yo.

ni pobre hombre que se siente alienado y marginado y que ha elegido para consolarse adoptar de manera algo fanática dos maneras de ver el mundo absolutamente contradictorias: su creencia en Cristo y su simpatía por el nazismo, y eso le obliga a unas contradicciones terribles. Lo primero no lo creo, lo último sí y a veces lo segundo lo sospecho.

No hay 2 cosas contradictorias:

-Yo soy cristiano, puramente cristiano y no tengo ninguna ideología política más que esta.

-Por otro lado, en la IIGM se explican trolas, por ejemplo tú ahora, y yo como cristiano desmonto las mentiras que se hacen en la historia. Y los Aliados son los que quemaban a los cristianos y los que sonreían cuando esto pasaba, no los nazis.

Hitler denunciaba una y otra vez las masacres bolcheviques contra los cristianos y las sonrisas cómplices de las democracias. Y esa es la realidad.

Y usted apoya a los Aliados, no porque no sepa esto, eso lo tengo clarísimo.

No voy a polemizar. Te pondría en el ignore para evitar conflictos pero eso podría estorbar mi participación en el hilo del Real Madrid y también, aunque alguna vez me has acusado de "agresivo", observo que a veces te pasas de intimidador con foreros que parecen nuevos (admito que no siempre sé si son viejos conocidos con otros ropajes) y prefiero estar un poco al tanto porque prefiero ayudar a que aquí haya buen rollito y los viejos no abusen mucho de los novatos.

Voy de intimidador cuando sé que alguien viene a engañar. Es muy fácil verlo cuando se entienden las técnicas usadas. @ESC por ejemplo, piensa muy distinto que yo, u @ominae en algunos temas, pero no les hablaré sin respeto, porque no vienen con ánimo de engañar, sino de compartir opiniones.

Y es fácil ver quien piensa distinto y quien viene a pegarse trolas. Por ejemplo usted ha sido completamente impermeable a los argumentos que le he dado en el mensaje anterior.

Así que te pondré en el ignore "virtual" y sólo echaré un capote si veo que te pones muy flamenco, pero que sepas que deberías hacer examen de conciencia sobre si el cristianismo (tu cristianismo en concreto) es compatible con los grados de racismo que el nazismo destila por todos sus poros y que te insisto en esto porque quiero tu bien. :) No digo fascismo, no digo falangismo. Digo nazismo. Hitler. Himmler. Goebbels. Heydrich.

Claro, como cristiano debo ir a favor del mundo, y en la guerra a favor de quien nos mata porque así lo dice la prensa. ¿Es así lo que quiere, verdad?

Los nazis perseguían a los judíos por (lo que ellos percibían como) su raza, no por su religión. Un judío bautizado y cristiano evangélico era para ellos tan judío como el rabino de una sinagoga. Y lo odiaban igualmente.

Es la única verdad que ha dicho usted en este mensaje. Yo soy cristiano, y un judío converso es cristiano como el que más, no obstante entiendo esta disyuntiva:

-Cada 100 judíos que dicen convertirse, 99 están mintiendo y 1 dice la verdad. Como cristiano debo aceptar y tratar a los 100 como conversos, pero si gobierno un país, entiendo el peligro. No es una disyuntiva de fácil respuesta y siempre he respetado ambas posturas al respecto.

Si Jesucristo hubiera andado en forma humana sobre la Tierra en 1940 los nazis lo habrían perseguido. No por lo que pensaba o decía, sino por haber nacido en la familia en la que nació.

La realidad es quien Le mataron fueron los judíos, aunque en las películas de Regreso al futuro, si usted es el guionista, puede escribir la historia que le de la gana

Piensa detenidamente en eso. Te lo ruego.

Y usted ya no digo en este mensaje, sino en el anterior.

Cúidate. Un abrazo.

Se agradece.

Edito y añado que no creo que ciertas maneras espirituales o ideológicas de buscar consuelo sean malas. De las que has elegido, una no me vuelve loco pero estoy dispuesto a respetarla y la otra me parece un grave error, pero respetaría más al que eligiera la segunda con todas sus consecuencias porque eso implicaría valentía intelectual.

Yo solo tengo una creencia: Es el cristianismo.
 
Ser cristiano y ser "del mundo" es un oxímoron. O una cosa u otra.
 
Por otro lado, en la IIGM se explican trolas, por ejemplo tú ahora, y yo como cristiano desmonto las mentiras que se hacen en la historia. Y los Aliados son los que quemaban a los cristianos y los que sonreían cuando esto pasaba, no los nazis.

¿Qué trolas he explicado yo?

¿Que el cristianismo no es racista y los nazis sí lo eran?
¿Que el nazismo perseguía a los judíos y los perseguía por su raza, no por su religión?
¿Que Jesús de Nazaret era racialmente judío?

La variedad de cristianismo que tú (no yo) has abrazado es una variedad originada en países "aliados" y muchos de tus hermanos de religión formaban parte de esas fuerzas aliadas. Salvo la URSS ninguna potencia aliada importante tenía una ideología de estado anticristiana. No me verás defender a la URSS.

¿Eran tus hermanos evangélicos de Alabama que pilotaban B-17s o tanques Sherman los que quemaban a los cristianos? ¿Eran cómplices de un anatema anticristo o simplemente estaban en medio de una guerra "convencional"? Porque tú pareces definir esa guerra por parte de los aliados como lo primero.
 
La realidad es quien Le mataron fueron los judíos, aunque en las películas de Regreso al futuro, si usted es el guionista, puede escribir la historia que le de la gana

Entre tú y yo, sospecho que los judíos de aquella época no crucificaban a la gente a la que querían dar de baja de la suscripción de la vida.

No es una cosa que me preocupe como descendiente que soy, casi con toda seguridad, de gente que en el año 200 eran ciudadanos romanos porque ninguna autoridad cristiana importante de ninguna secta esgrime hoy en día el argumento de que la fin de Cristo no afecte por igual a todos los hombres para bien o para mal.

Pero verás, ni siquiera Lutero, que en sus últimos años consideraba a los judíos una raza incapaz de una conversión fiable amargado por su fracaso en convertirlos, los acusaba de deicidio. Hubiera sido completamente incompatible con su concepto de la salvación, que no era "hereditario".
 
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