Yo también tuve una época que estuve bastante obsesionado con el tema, y aún de vez en cuando vuelve. Me obsesioné, primero, porque en mi personalidad soy una persona un tanto obsesiva (esto es básico). Y segundo porque es un problema que nuestra mente cuando lo aborda no encuentra una solución racional. Como no lo encuentras lo que te queda es asumir la ansiedad de la nada que te espera, y como no lo asumes pues continuas comiendote el coco buscando teorías, intentando comprender, dandole vueltas y vueltas hasta que acabas en el mismo punto donde estabas, el punto de partida.
Sí que una vez encontré una teoría interesante de un libro que leí hace casi 20 años, que aunque hoy por hoy es más pseudociencia que otra cosa sí que me hizo pensar en un...¿y por qué no?