A pocos empresarios de éxito conocéis vosotros. No hablo de millonarios, pero sí personas cuya empresa (suelen tener más de una), puede reportarles anualmente lo necesario para que cada uno de los dos retoños conduzca un Mercedes y vivan en un chalet pagado a tocateja. Si les preguntas cuál es la capital de Irán no saben ni señalarte en el mapa Países Bajos. Pero son gente curtida que, normalmente, decidió emprender en lo que había trabajado, pues vio que la empresa quedaba obsoleta. Lo han hecho en su momento, siendo los primeros que han innovado en el sector y se han sabido mover, sobre todo antaño, cuando la corrupción era todavía más habitual y mejor vista que ahora.
Si pensáis en millonarios o simplemente gente con mucha pasta, en tíos con traje, corbata, asistiendo a congresos y hablando de macroeconomía, lo dicho, a pocos empresarios de éxito conocéis.