moncton
Será en Octubre
Una cosa es segura, esta dando que hablar... Editorial en la voz de Galicia de Roberto Blanco Valdes
La calidad del gerente de Galicia Calidade. Roberto L. Blanco ValdsLa calidad del gerente de Galicia Calidade
Jueves 19 de agosto de 2010
«Si uno comienza por permitirse un asesinato pronto no le da importancia a robar, del robo se pasa a la bebida y a la inobservancia del día del Señor, y se acaba por faltar a la buena educación y por dejar las cosas para el día siguiente». Eso escribía a comienzos del siglo XIX, con el inconfundible sentido del humor de los ingleses, Thomas de Quincey, en un memorable artículo periodístico que luego se incluiría en un libro, ya clásico, cuyo título (Del asesinato considerado como una de las bellas artes) no tiene desperdicio.
La genial humorada de De Quincey encierra, sin embargo, una verdad como una casa. Y si no, apliquemos su razonamiento a, por ejemplo, la política española (nacional, autonómica o local), en la que, de lo más grande a lo más chico, la irresponsabilidad de nuestros más altos responsables ha acabado justificando las bufonadas de los que están en la base del poder.
Porque si la sociedad comienza permitiendo que se mienta sobre la negociación con ETA pronto no le da importancia a que se presione al Tribunal Constitucional, de eso se pasa a admitir que un ministro desmienta a otro un día sí y otro también, que un presidente autonómico sospechoso de corrupción se autoproclame nuevo candidato, y se acaba por pasar por alto, como si la cosa fuera nada, que los responsables de organismos públicos menores hagan verdaderas payasadas.
De hecho, si este país no hubiera acabado considerando la frivolidad política como una de las bellas artes, sería inconcebible que, habiendo en España cuatro millones de parados, el directivo de una empresa pública de la que depende la certificación de calidad de los productos elaborados en Galicia firme oposiciones a discreción «de coña» y con la única intención de «dar que hablar».
Es posible que a Carlos Vila Enríquez, gerente de Galicia Calidade, esta tamaña muestra de puerilidad y de falta de sentido institucional le parezca muy graciosa, pero maldita la gracia que tiene poner en ridículo de un modo tan gratuito y tan absurdo a quienes han confiado en él para ocupar el puesto que ahora desempeña y a la empresa que debería representar con seriedad.
Por eso, quien debe hablar ahora es el conselleiro Javier Guerra: bien para defender a su patrocinado, en cuyo caso alguien debería pensar en si el conselleiro puede continuar en su puesto, bien para desautorizarlo de plano e informar a la opinión pública de que ha hecho lo que debe para que el gerente en cuestión sea sustituido de inmediato. A fin de cuentas, vistos los estudios de Vila Enríquez en California y su gran conocimiento de idiomas, seguro que muy pronto podría encontrar otro trabajo: por ejemplo, en un circo, donde siempre se reúnen personas de muchas naciones diferentes.