No viene mal analizar, en la medida de lo posible, las circunstancias en las que se da coba a todo tipo de teorías descabelladas por parte de Juan Ignacio Blanco y de Fernando García. A este segundo, a menudo se le suele perdonar por la situación emocional en la que estaba. Es difícilmente justificable que García señale a diestro y siniestro a personas que nada tenían que ver con el caso, e injurie a los profesionales que de manera más o menos acertada participaron en su resolución. Pero como digo, se le perdonó (judicialmente no), porque era el padre de una víctima, lo cual le daba al principio cierta credibilidad cuando hablaba de manos negras y terceros implicados.
Posiblemente, en él vio Blanco el objetivo más fácil de convencer para ir metiéndole ideas en la cabeza de que estaba siendo engañado. El criminólogo ya estaba de capa caída, habiendo sido despedido de algún que otro medio para el que realizaba trabajos. En Alcàsser vio la oportunidad de relanzarse y, como han señalado con anterioridad, creó un monstruo que lo devoró a él mismo, si bien esta creación le valió para vivir en la última etapa de su vida. García, al mismo tiempo, encontró en esta "búsqueda de la verdad" su salvavidas, su motivo para seguir viviendo: perseguir a quién creía que no había pagado por apiolar a su hija.
No sé de quién es el extracto que ha copiado la forera, pero sin duda, es del todo acertado. Una narrativa de los hechos por parte de JIB, si no es cambiante con el tiempo, haría decrecer el interés en el caso. Cada nueva conferencia la anunciaba como "novedades del caso". Nadie pagaría más de dos veces por ver la misma obra de teatro. Jamás aportó una prueba, que no es lo malo, lo demencial es que dijo tenerlas y se demostró (párroco y García mediante) que mentía cual bellaco. Dejó de coger el teléfono a los de Netflix, en su gran oportunidad para demostrar que no era un mentiroso, y... "por tus hechos te conocerán".
Ahora se destapa que tanto él como otros criminólogos, habituales participantes en este hilo, que decían estar personados en el sumario "B", mentían. Por eso me entra la risa cuando se exigen pruebas que hagan caer a JIB. La credibilidad de este "señor" estaba muerta, ahora está enterrada.
Por eso digo que es importante ver de quién viene X información o dato. Autocrítica.