El antisemitismo cristiano.

MZAA

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Una cosa es el "cristianismo positivo" que siempre defendió el nacionalsocialismo, es decir, la defensa de la familia, las virtudes, determinados valores y este tipo de cuestiones, y otra el sometimiento al fundamentalismo bíblico y abrahamico.

Y si no se toleró el ateismo es por que este fue siempre instrumentalizado por el enemigo, especialmente masones y marxistas, con el propósito de socavar la vida espiritual del pueblo con el objeto de corromperlo.
Hitler era catolico y estas imagenes lo confirman.

Madre María con el Santo Niño Jesucristo, Óleo sobre lienzo, 1913 de Adolf Hitler. Como la mayoría de los artistas del norte de Europa, Hitler pensaba que Jesús debía haber tenido el pelo rubio.
hitlerpic.jpg


Cruz de la Madre (Mutterkreuz). Hitler instituyó un nuevo premio en 1938 para honrar la maternidad nancy alemana, nuevamente con cruces cristianas y nazis. La Cruz de Honor de la Madre Alemana (Ehrenkreuz der deutschen Mutter) se concedía a las madres de familias especialmente numerosas.
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Iglesia en memoria de Martín Lutero en Berlín: un friso de madera tallado en el costado del púlpito representa a Jesús de pie junto a un soldado nancy y mujeres y niños arios. Consagrada en 1935, la Iglesia en Memoria de Martín Lutero sigue en pie en Berlín. Originalmente, las campanas y el altar de la iglesia lucían esvásticas, pero fueron eliminadas debido a que la ley alemana de posguerra prohibía todas las representaciones de esvásticas. La iglesia conserva otros símbolos e íconos nazis, incluido un Jesús ario, una cruz de hierro, estatuas de soldados de asalto nazis y una talla de Adolf Hitler.
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nazijesus.jpg
Iglesia en memoria de Martín Lutero en Berlín: Frente bautismal
con talla de Adolf Hitler sosteniendo un sombrero de soldado de asalto
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Uritorco

The White Revolution is the only solution.
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Pero eso no quita el hecho de que Hitler y los nazis eran básicamente cristianos antisemitas tradicionalmente conservadores, como era habitual en la Europa cristiana antes de la Segunda Guerra Mundial (¿recuerdan a la Inquisición y esas cosas?), con un tinte pagano. Estaban totalmente en contra del secularismo o del ateísmo, que asociaban a su archienemigo, el comunismo.
Si algo no eran, es precisamente todo eso.
Es mas, muchas de esas organizaciones "conservadoras" o fueron disueltas o fueron puestas fuera de la ley.

El antisemitismo del Tercer Reich es de caracter exclusivamente racial, y en su conformación, la influencia nefasta del cristianismo, siempre enfrascado en salvar mediante el baustismo a todo tipo de almas y de razas, pinta bien poco.
La mayoría de los dirigentes "nazis" NO eran cristianos, ni Hess, ni Eckart, ni Rosenberg, ni Borman, ni Feder, ni Himmler, etc.

El "antisemitismo cristiano" es lo que podrían profesar "algunos" de los generales sublevados en España. Y aun ni eso.

Serrano Suñer, cuñado de Franco, lo confirma al decirle en cierta ocasión al ideólogo de la raza Alfred Rosenberg, que «no sería el sincero amigo que soy de Alemania, si le ocultara lo mucho que me inquieta su racismo. Fieles a los cánones del Concilio de Trento, nosotros creemos en la unidad moral del ser humano. Y aunque somos profudamente católicos, no por eso somos antisemitas ni lo seremos nunca» (Cit. Sánchez Soler, "Ricos por la guerra de España", 2007).

En fin, poco mas hay que añadir.
El cristianismo ha estado destinado a socavar la conciencia racial del hombre ario/blanco con el objetivo expreso de que ame a sus "hermanos" de otras razas y abocarlo finalmente al mestizaje.
 

MZAA

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Clérigos de Deutsche Christen, pasando la bandera de su iglesia (fecha desconocida)
deutsche_christen.jpg
La bandera nancy y la bandera de los Deutsche Christen (cristianos alemanes). Los Deutsche Christen eran un movimiento protestante alemán que abrazaba los principios antisemitas del nazismo. La iglesia Deutsche Christen se formó en 1931. Su bandera ondeó durante marchas y manifestaciones.
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dcflag.png
"Mientras no faltaba el liderazgo desde arriba, el pueblo cumplía con su deber y su obligación de manera abrumadora. Ya fuera pastor protestante o sacerdote católico, ambos juntos y especialmente en el primer estallido, en ambos bandos no existía realmente más que un solo y santo Reich alemán, por cuya existencia y futuro cada hombre dirigió hacia su propio cielo."
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 3

"Los partidos políticos no tienen nada que ver con problemas religiosos, siempre que éstos no sean ajenos a la nación, socavando la moral y la ética de la raza; así como la religión no puede fusionarse con las intrigas de los partidos políticos".
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 3

Cartel electoral nancy (de las elecciones al Reichstag de julio de 1932)
naziposter.jpg
 

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Hitler saliendo de la Iglesia Marina en Wilhelmshaven. en 1931
hitlercatholicchurch.jpg
"Él [Partido Social Cristiano] reconoció el valor de la propaganda a gran escala y fue un virtuoso al influir en los instintos psicológicos de las amplias masas de sus seguidores".
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 3

"Si el Dr. Karl Lueger hubiera vivido en Alemania, estaría entre las grandes mentes de nuestro pueblo."
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 3, sobre el líder del movimiento socialcristiano

Insignia del Movimiento Cristiano Alemán (Deutsch-Christliche Mitgliedsabzeichen)
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"Aún hoy no me avergüenzo de decir que, dominado por un tormentoso entusiasmo, caí de rodillas y con el corazón desbordante agradecí al Cielo por haberme concedido la buena suerte de poder vivir en este tiempo".
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 5

"Había cantado tantas veces 'Deutschland uber Alles' y gritado 'Heil' a todo pulmón, que me pareció casi un acto tardío de gracia poder presentarme como testigo en el tribunal divino del juez eterno. y proclamar la sinceridad de esta convicción".
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 5

Camisas marrones nazis en un servicio religioso
brown_03.jpg
"Sólo en la aplicación firme y constante de la fuerza reside el primer requisito previo para el éxito. Sin embargo, esta perseverancia siempre y sólo puede surgir de una convicción espiritual definida. Cualquier violencia que no surja de una base espiritual firme, será vacilante. e incierto." Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 5

"Pronto me di cuenta de que el uso correcto de la propaganda es un verdadero arte que ha permanecido prácticamente desconocido para los partidos burgueses. Sólo el movimiento socialcristiano, especialmente en la época de Lueger, logró un cierto virtuosismo en este instrumento, al que debía muchos de sus logros. éxito."
Hitler, Mi lucha , vol. 1, Capítulo 6
 

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Hitler rezando. Un título dice: "Der ergreifende Abschlub der Kundgebung in Wien: Wir treten zum Beten..." [El final conmovedor y emotivo de la manifestación en Viena: Oremos...] (De: Hitler: The Hoffmann Photographs, vol. .1, Ray R. Cowdery, Ed., 1990)
prayinghitler.jpg


Insignia de pin Schlageter. El nombre hace referencia a Albert Leo Schlageter, a quien los nazis consideraban un mártir de su causa. La "Cruz de Cristo" emerge de una esvástica.
schlageter.jpg

Cardenal con Hitler, Berlín 1935
hitlercardinal.jpg

Insignia Frauenschaft. La Organización Nacionalsocialista de Mujeres (Nationalsozialistische Frauenschaft, o NSF), afirmó la ideología nancy, incluida la preservación de la creencia cristiana. Una de las líderes de la NSF, Lili Otto, escribió en 1933: "Nuestra bandera Frauenschaft lleva los mismos colores que la bandera con la esvástica... En lo alto brilla la cruz cristiana en el color de la pureza, advirtiéndonos constantemente: "Tú Mujeres y madres, sed verdaderas cristianas; protege el cristianismo en tu familia, cría a tus hijos para que amen al salvador".
frauenschaft.jpg
 

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Hitler se muestra como un caballero cristiano, portando una pancarta nancy,
una forma de propaganda más sutil que el estándar nancy habitual.
bamberg.png

Esta esvástica se exhibe en el monasterio benedictino donde Hitler era monaguillo. Cada vez que asistía a misa, pasaba esta esvástica en un escudo de piedra sobre una puerta. Hitler alguna vez quiso convertirse en monje benedictino, y es posible que esta esvástica influyó en su diseño para la esvástica nancy.
swastika.png

Hitler con una monja católica
nun_03.jpg

Adolf Hitler conversa con el nuncio papal, el arzobispo Cesare Orsenigo, en una recepción de Año Nuevo en Berlín. (1 de enero de 1935) [Fuente de la fotografía, Museo del Holocausto de EE. UU.]
nuncio.jpg
 

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Insignia de bautismo alemán
DeutscheChristenBadge.jpg
"El mundo de la mujer es su marido, su familia, sus hijos y su hogar. No nos parece bien que ella se introduzca en el mundo de los hombres".
Adolfo Hitler, citado en Lucy Komisar, El nuevo feminismo

Hitler saluda al Nuncio Papal Arzobispo Orsenigo
hi.jpg
"Las escuelas seculares nunca pueden ser toleradas porque tales escuelas no tienen instrucción religiosa, y una instrucción moral general sin una base religiosa se construye en el aire; en consecuencia, toda la formación del carácter y la religión deben derivarse de la fe... necesitamos gente creyente".
Hitler, 26 de abril de 1933, de un discurso pronunciado durante las negociaciones que condujeron al Concordante nancy-Vaticano de 1933.

"Queremos ganar honestamente la resurrección de nuestro pueblo con nuestra laboriosidad, nuestra perseverancia, nuestra voluntad. ¡No pedimos al Todopoderoso "Señor, haznos libres"! Queremos ser activos, trabajar, estar de acuerdo como hermanos. , esforzarnos en rivalidad unos con otros para lograr la hora en que podamos acercarnos a Él y pedirle: "Señor, Tú ves que nos hemos transformado, el pueblo alemán ya no es el pueblo de la deshonra, del vergüenza, de guerra en sí mismo, de desgana y de poca fe: no, Señor, el pueblo alemán ha vuelto a ser fuerte en espíritu, fuerte en voluntad, fuerte en resistencia, fuerte para soportar todos los sacrificios." "Señor, no te permitiremos ve: bendice ahora nuestra lucha por nuestra libertad; la lucha que libramos por nuestro pueblo alemán y nuestra Patria."
Discurso de Hitler, Primero de Mayo, 1 de mayo de 1933.


Sombrero de capellán cristiano del ejército nancy (Heer) con cruz de plata
chaplain%27s%20cap_03.jpg
 

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Insignia de bautismo alemán
Ver archivo adjunto 1777660
"El mundo de la mujer es su marido, su familia, sus hijos y su hogar. No nos parece bien que ella se introduzca en el mundo de los hombres".
Adolfo Hitler, citado en Lucy Komisar, El nuevo feminismo

Hitler saluda al Nuncio Papal Arzobispo Orsenigo
Ver archivo adjunto 1777661
"Las escuelas seculares nunca pueden ser toleradas porque tales escuelas no tienen instrucción religiosa, y una instrucción moral general sin una base religiosa se construye en el aire; en consecuencia, toda la formación del carácter y la religión deben derivarse de la fe... necesitamos gente creyente".
Hitler, 26 de abril de 1933, de un discurso pronunciado durante las negociaciones que condujeron al Concordante nancy-Vaticano de 1933.

"Queremos ganar honestamente la resurrección de nuestro pueblo con nuestra laboriosidad, nuestra perseverancia, nuestra voluntad. ¡No pedimos al Todopoderoso "Señor, haznos libres"! Queremos ser activos, trabajar, estar de acuerdo como hermanos. , esforzarnos en rivalidad unos con otros para lograr la hora en que podamos acercarnos a Él y pedirle: "Señor, Tú ves que nos hemos transformado, el pueblo alemán ya no es el pueblo de la deshonra, del vergüenza, de guerra en sí mismo, de desgana y de poca fe: no, Señor, el pueblo alemán ha vuelto a ser fuerte en espíritu, fuerte en voluntad, fuerte en resistencia, fuerte para soportar todos los sacrificios." "Señor, no te permitiremos ve: bendice ahora nuestra lucha por nuestra libertad; la lucha que libramos por nuestro pueblo alemán y nuestra Patria."
Discurso de Hitler, Primero de Mayo, 1 de mayo de 1933.


Sombrero de capellán cristiano del ejército nancy (Heer) con cruz de plata
Ver archivo adjunto 1777662
Y lo del gran rabino Zolli?




Si tan colaboradores de los nazis eran, cómo explicas que un gran rabino se convirtiese?
 

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Y lo del gran rabino Zolli?




Si tan colaboradores de los nazis eran, cómo explicas que un gran rabino se convirtiese?
Para la Iglesia católica, la persecución de los judíos no convertidos no fue ningún problema y en eso estaban totalmente de acuerdo con el régimen NS.

Y tenga en cuenta que el problema principal para la iglesia católica no fue el asesinato de 6 millones de judíos, sino las restricciones que el régimen NS impuso a la iglesia católica.
 

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Para la Iglesia católica, la persecución de los judíos no convertidos no fue ningún problema y en eso estaban totalmente de acuerdo con el régimen NS.

Y tenga en cuenta que el problema principal para la iglesia católica no fue el asesinato de 6 millones de judíos, sino las restricciones que el régimen NS impuso a la iglesia católica.
Eso no tiene nada que ver con lo que he escrito, además de que según él testimonio de ese señor gran rabino, fue tras la ayuda que le dieron en la iglesia que se convirtió al parecer.
No sé si conocía el caso.
Pero la respuesta que me da, parece que es lo que quiere usted que yo crea, y eso no concuerda con que alguien que es gran rabino se convierta en esa etapa específica y dé un testimonio así.
 

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Y lo del gran rabino Zolli?




Si tan colaboradores de los nazis eran, cómo explicas que un gran rabino se convirtiese?
Pío XI no condenó la doctrina del Nacionalsocialismo genérico, sino la que corresponde al poco ortodoxo nacionalsocialismo de Alfred Rosenberg, cuyo libro "El mito del siglo XX" fue incluido en el índice de libros prohibidos. La Encíclica "Mit brennender Sorge" formula dicha condena, y reprueba determinadas conculcaciones del Concordato alemán, una política continuada por el gobierno alemán de la época, cuando se escribió la Encíclica. De hecho se mantuvo el concordato, que reconocía la legitimidad del Estado alemán, Nacionalsocialista, explícitamente admitida y elogiada por los Cardenales Faulhaber e Innitzer, a pesar de su predilección por la Monarquía católica. La gran inmensa mayoría de los católicos devino Nacionalsocialista, conservando sus convicciones católicas esenciales y tradicionales y ademas Pío XI tampoco condenó el Fascismo oficial, ni el Estado y Partido fascistas italianos. En esa Encíclica se reprueban ataques injustos, por parte de funcionarios fascistas, a sociedades religiosas católicas italianas, prohibiciones infundadas y abusos prácticos de poder. El Estado fascista era confesionalmente católico.
 

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Pío XI no condenó la doctrina del Nacionalsocialismo genérico, sino la que corresponde al poco ortodoxo nacionalsocialismo de Alfred Rosenberg, cuyo libro "El mito del siglo XX" fue incluido en el índice de libros prohibidos. La Encíclica "Mit brennender Sorge" formula dicha condena, y reprueba determinadas conculcaciones del Concordato alemán, una política continuada por el gobierno alemán de la época, cuando se escribió la Encíclica. De hecho se mantuvo el concordato, que reconocía la legitimidad del Estado alemán, Nacionalsocialista, explícitamente admitida y elogiada por los Cardenales Faulhaber e Innitzer, a pesar de su predilección por la Monarquía católica. La gran inmensa mayoría de los católicos devino Nacionalsocialista, conservando sus convicciones católicas esenciales y tradicionales y ademas Pío XI tampoco condenó el Fascismo oficial, ni el Estado y Partido fascistas italianos. En esa Encíclica se reprueban ataques injustos, por parte de funcionarios fascistas, a sociedades religiosas católicas italianas, prohibiciones infundadas y abusos prácticos de poder. El Estado fascista era confesionalmente católico.
Bueno... En base a otros escritos también podría afirmarse que era de la religión del amor:

«Los únicos a los que considero dignos de confianza son los fieles a la religión del amor» Adolf Hitler


«Estoy convencido de que los pueblos gobernados por el Islam estarán siempre más próximos a nosotros que, por ejemplo, Francia, no obstante la familiaridad de la sangre que corre por nuestras venas». Adolf Hitler


«Es tan solo en el Imperio universal romano que podemos decir que la cultura fue un factor (en términos de Estado). También el gobierno de los árabes en España fue algo infinitamente distinguido: los más grandes científicos, pensadores, astrónomos, matemáticos, una de las épocas mas humanas, al mismo tiempo que una caballería colosal. Cuando mas tarde hizo su aparición el cristianismo, entonces sí podemos decir: los bárbaros. La caballería que nació en los castellanos fue en realidad una herencia de los árabes. Habría sido mejor que Charles Martel no hubiera vencido en Poitiers, ya que nuestra Europa, totalmente subyugada por los judíos, había convertido el cristianismo en algo tan insípido que hubiese sido preferible la victoria del Islam. La religión islámica recompensa al guerrero con la entrada al séptimo cielo. Con esta religión habríamos recuperado de nuevo el espíritu guerrero que nos había arrebatado el cristianismo y hubiéramos vuelto a conquistar el mundo». Adolf Hitler


«Basémonos siempre en esta verdad histórica: el legislador de los fieles a la religión del amor, hombre poderoso y terrible, establece sus dogmas con el coraje de sus armas, aún y la indulgencia y tolerancia de su religión. El legislador divino del cristianismo, viviendo en la humildad y la paz, y predicando el perdón de las ofensas, su santa y dulce religión se convirtió para nuestra ira, en la más intolerante y bárbara de todas». Adolf Hitler


Otro argumento extendido entre dichos neomilitantes es acusar al Islam de ser una «religión falsa» o «anti-europea» por no tener imágenes, cuando los atlantes, los pelasgos, los persas mazdeístas, los indoarios de la primera edad védica o los propios romanos durante los dos primeros siglos, tampoco representaron a sus divinidades. El Canciller alemán tampoco nunca objetó nada al respecto, sino que nuevamente lo consideró un rasgo superior de su religión:


«Por desgracia para la iglesia, ella ha delimitado el misterio al explicarlo de manera precisa… No tenemos ninguna luz sobre el misterio cuando aprendemos que los sacerdotes se asemejan a Dios bajo lo rasgos vulgares de un hombre. Los discípulos de Mahoma, en este aspecto, son muy superiores, ya que no necesitan representarse físicamente a Allah. […] El mayor peligro en que ha caído el cristianismo es que su representación de la otra vida sometida a un cambio eterno, ha sido ligada a tantas pequeñas cosas terrestres, que si una vez éstas se rompen, los hombres estarán maduros para el retorno del materialismo marxista. Es lo angustiante, pues con ello el hombre pierde toda restricción, y se imagina el amo de la naturaleza, y entonces es cuando todo termina». Adolf Hitler


Léon Degrelle explica dicha admiración del Führer por el Islam:


«Hitler tenia una debilidad indiscutible por la religión islámica. Él, que era de origen católico y de pequeño había cantado en el coro de su parroquia, manifestó siempre un gran respeto por el Islam y su civilización». Léon Degrelle


El ex general belga también relata cómo Hitler ordenó fabricar collares con un diminuto Corán abierto, que colgaba personalmente a los cuellos de los soldados voluntarios fieles a la religión del amor. Cabe recordar la efusiva amistad que mantuvo siempre Degrelle con el Gran Mufti y con sus hijos, quienes en los años 70 fueron a visitarle personalmente a Cartagena durante sus años de exilio en España.


Pero en absoluto el filoislamismo era una idea personal de Hitler, sino una convicción compartida por casi toda la cúpula dirigente del Reich. Nadie ignora el interés y respeto que Himmler sentía por la religión islámica, cuya cosmovisión valoraba como «la más cercana al nacionalsocialismo», o que el Corán fuera uno de sus libros de cabecera, del que se valían sus suntuosos discursos y ovaciones a las tropas musulmanas. Ludwig Heiden, oficial de los Servicios Centrales de Seguridad del Reich, se hizo célebre por haber traducido el 'Mein Kampf' al árabe y haber editado una versión al mismo idioma de 'Los Protocolos de los Sabios de Sión', además de convertirse al islamismo con el nombre Al Hadj. El ilustre antropólogo Dr. Ludwig Ferdinand Klauss, importante teorizante de estudios raciales del NSDAP y gran entusiasta de alianzas con el mundo islámico, también se hizo adepto de la religión del amor. Oskar Ritter von Niedermayer, conocido por sus antiguas hazañas en la primera guerra mundial, en las que medió con Afganistán para liberar a la India de las colonias británicas, fue otro convertido al islamismo. Niedermayer tuvo uno reconocida labor durante el Reich como general de unidades de legionarios turcomanos y otros pueblos del este, así como de voluntarios afganos e iraníes. El también experto alemán en cuestión judía y alto rango del NSDAP, el Dr. Johannes von Leers, dirigió los servicios de propaganda antisionista del gobierno de Egipto y abrazó la fe islámica bajo el apelativo de Omar Amin. El celo de la religión del amor y ahínco con el que von Leers exhortaba la adhesión de los europeos a la religión islámica dejaría hoy líbido a más de uno.


No exageramos al decir que las declaraciones transcritas a continuación del secretario de Goebbles son las más diplomáticas que hemos encontrado:


«El mundo está en deuda eterna con la religión islámica. Con la conquista de Arabia, los fieles a la religión del amor consiguieron frenar la peligrosa incursión de los judíos en esas tierras, y en lugar de las terribles enseñanzas del Jehová del judaísmo, trajeron a los pueblos conquistados la noble religión islámica, que desde ese instante abrió las puertas de una cultura superior a muchos pueblos».Johannes Von Leers


«Me he convertido voluntariamente al Islam y he cambiado mi nombre original por el doble nombre árabe de Omar Amin. El primero, por nobleza y respeto al gran Califa Omar, quien fue el mayor luchador contra los judíos, y el segundo, en honor de mi venerable amigo, el Gran Mufti Hajj Amin el Husseini». Johann Von Leers


Hubo muchos otros oficiales alemanes y altos rangos del estado mayor y de la RSHA que se convirtieron voluntariamente al Islam. La mayoría emigraron tras la guerra a tierras de Egipto, Siria e incluso Arabia Saudí. Algunos estuvieron desempeñando labores de propaganda contra el sionismo y en favor de la autodeterminación de los pueblos fieles a la religión del amor. Otros trabajaron en los ministerios de defensa e instruyeron militarmente a las Fuerzas de Liberación de Palestina (PLO), entre cuyas operaciones logísticas y suministro de armas habrían contado con la ayuda del propio Otto Skorzeny. He aquí un elenco de sus nombres: Gerd Von Nimzek (Ben Ali), Bernhardt Bender (Béchir Ben Salah), Leopold Gleim (Al Nashar), Walter Balmann (Ali ben Khader), Hans Appler (Saleh Shafar), Seipel (Imad Zuher), Heinrich Sellman (Hassan Suleiman),Wilhelm Boerner (Ali Ben Keshir), Ulrik Klaus (Muhammad Akbar), Gruber (Aradji), Dr. Heribert Heim (Tarek Hussein Farid), Werner Birgel (Al-Gamin), Aloïs Brunner (Ali Mohammed), Ludwig Zind (Muhammad Saleh), Wilhelm Boeckler (Abd el-Karim), Joachim Daümling (Ibrahim Mustapha), Franz Bartel (Al-Hussein), Aehim Dieter Peschnik (Al-Saïd), Baumann (Ali Ben Khader), Heinrich Willermann (Naim Fahum), Albert Thiemann (Amman Kader), Wilhelm Hintersatz (Harun-al-Raschid Bey), Erich Altern (Ali Bella), Friedrich Buble (Ben Amman), Karl Luder, Dr. Wilhelm Beissner, Oskar Dirlewanger, Barón von Harder, Franz Hithofer, Fritz Bayerlein, Wilhelm Farmbacher, Franz Bünsch, Dr. Hans Eisele, Erich Bunzel, Hans Becher, Eugen Fichberger, Gerhard Mertins, Schmalstich, Rudolf Midner, Alois Moser, Oskar Münzel, Franz Rademacher, Walter Rauff, Erich Weinmann, Otto Ernst Remer...


Durante la guerra, las alianzas entre Alemania y los pueblos árabes e islámicos, lejos de menguar se afianzaron. Hitler ordenó crear diferentes divisiones SS para voluntarios fieles a la religión del amor, así como la expresa unidad de voluntarios árabes 'Deutsche Arabische Lehr Abteilung' y el 'Kommando Deutsch-Arabischer Trupper' (KODAT) '', cuerpo especial joven para voluntarios marroquíes, argelinos y tunecinos. Stefano Fabei da una cifra estimada del número de voluntarios islámicos alistados al Reich, basada a su vez en el libro 'Voluntarios extranjeros en la Wermacht' de Carlos Caballero:


«Se trata de una contribución muy significativa, difícil de cuantificar numéricamente. Para intentar dar una cifra, diremos, prudentemente, que más de 300.000 fueron los fieles a la religión del amor de las regiones islámicas de la Unión Soviética (caucásicos, turcos de Crimea, tártaros del Volga, turkestanoss, azerbaiyanos, etc.) que se enrolaron con los alemanes para combatir contra la armada roja de Stalin; 117.000 los caídos. Por cuanto se refiere a los árabes, entre 1941 y 1945, se calcula que 500 sirios, 200 palestinos, 450 iraquíes y alrededor de 12.000, entre argelinos, tunecinos, marroquíes y egipcios que se unieron activamente al Eje. 6.300 formaron parte de unidades militares del Reich, unos pocos centenares combatieron con los distintivos del Ejercito Regio o de la Milicia Voluntaria de Seguridad Nacional, otros también militaron en la unidad de la Francia de Vichy. Emanuel Celler, miembro del congreso de los Estados Unidos, el 10 de abril de 1946, declaró que dos mil soldados árabes del Eje prisioneros de guerra estaban internos en el campo de presos de Opelika, en Alabama. Luego, en los Balcanes, más de 30.000 voluntarios de Bosnia, de Albania y de otras regiones musulmanas entraron el las Waffen SS, y a esto habría que sumar aquellos millares de fieles de Allah que combatieron en milicias y formaciones autónomas».


Léon Degrelle revela el sentido de dichas alianzas:


«Es lo que explica el interés especial que Hitler tenia por los pueblos del Islam, arrastrados demasiadas veces a la dominación y menosprecio de los negreros extranjeros que impusieron a estos países altamente civilizados sus lenguas y costumbres. Sin los aportes de estos antiguos pueblos, Europa habría acabado en los balbuceos de una Alta Edad Media que ni se acordaba de Sócrates ni de la Roma de Agusto. Es el Islam quien nos trajo a Córdoba a Aristóteles hace ya más de diez siglos». Léon Degrelle


Las muestras de afecto que tuvo el Reich con los pueblos árabes y con el mundo de la religión del amor en general, se constatan nuevamente en el telegrama que Himmler envió en noviembre de 1943 al Gran Mufti de Palestina, país por el cual Alemania, toda y la fuerte presión de los británicos y de la Organización Mundial Sionista, abrigó siempre una gran égida y la promesa de otorgarle un Estado propio integrado en un Califato islámico, una vez finalizada la guerra:


«Al Gran Mufti: El movimiento nacionalsocialista de la Gran Alemania mantiene, desde su inicio, una lucha contra la judería internacional. Por ello ha seguido con especial afecto la encomiable resistencia por la libertad del pueblo árabe, fundamentalmente en Palestina, contra las injerencias de la comunidad judía. En reconocimiento a este mortal enemigo común, yace la firme fundación de la alianza natural del nacionalismo alemán por el amor y lucha de los fieles a la religión del amor del mundo entero. En tal voluntad de espíritu, os envío, en este infame aniversario de la declaración Balfour, mis más sinceros deseos y esperanzas para que en esta lucha consigáis finalmente la victoria». Heinrich Himmler


Por el lado intelectual, el insigne filósofo y científico alemán Herman von Keyserling expresaba: «Desde el comienzo de la revolución alemana me impresionó el parentesco del nacionalsocialismo con el Islam, y esta impresión se confirmó y reafirmó tiempo después».
 

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Pío XI no condenó la doctrina del Nacionalsocialismo genérico, sino la que corresponde al poco ortodoxo nacionalsocialismo de Alfred Rosenberg, cuyo libro "El mito del siglo XX" fue incluido en el índice de libros prohibidos. La Encíclica "Mit brennender Sorge" formula dicha condena, y reprueba determinadas conculcaciones del Concordato alemán, una política continuada por el gobierno alemán de la época, cuando se escribió la Encíclica. De hecho se mantuvo el concordato, que reconocía la legitimidad del Estado alemán, Nacionalsocialista, explícitamente admitida y elogiada por los Cardenales Faulhaber e Innitzer, a pesar de su predilección por la Monarquía católica. La gran inmensa mayoría de los católicos devino Nacionalsocialista, conservando sus convicciones católicas esenciales y tradicionales y ademas Pío XI tampoco condenó el Fascismo oficial, ni el Estado y Partido fascistas italianos. En esa Encíclica se reprueban ataques injustos, por parte de funcionarios fascistas, a sociedades religiosas católicas italianas, prohibiciones infundadas y abusos prácticos de poder. El Estado fascista era confesionalmente católico.
También Carl Jung vio estrechas analogías entre el movimiento nacionalsocialista y el Islam, e incluso identificó al Führer con Mahoma:





«La cosmovisión de Hitler es la más cercana posible al islamismo, prometiendo el máximo de recompensas en esta vida, pero con ese Walhalla ''a lo musulmám'', en el que todo alemán merecedor puede entrar y disfrutar de su grandeza. El nacionalsocialismo predica, como el Islam, la virtud de la espada». Carl Jung





«No sabemos si Hitler está a punto de fundar un nuevo Islam. De momento va por este camino, se parece a Mahoma. La emoción en Alemania es islámica: guerrera e islámica. Todos sedientos de un Dios ''poco social''». Carl Jung





El filósofo Friedrich Nietzsche, aclamado en su día por la Alemania nacionalsocialista como por sus vigentes seguidores, por su teoría del Übermensch, valoraba asimismo sobre el Islam:





«Tras arrebatarnos la cosecha de la cultura antigua, el cristianismo nos arrebató también la de la cultura islámica. El mundo maravilloso de la cultura árabe en España, más cercano a nosotros, en último término, que Grecia y Roma, porque nos hablaba con mayor fuerza a nuestra sensibilidad y a nuestro gusto, fue pisoteada (no tengo qué decir por qué pies)». Nietzsche





El filoarabismo y filoislamismo ya figuraban en Italia antes del fascismo, siendo éste apreciable en grupos como el movimiento futurista de Marinetti o las milicias Arditi.





En aquellos días, el controvertido Grabrielle D'Annunzio proclamaba en afinidad con los Evangelios y el Corán: «Del Oriente vendrá la fuerza nueva para la Italia Nueva: de esta Italia que el destino ha querido constituya, geográfica y espiritualmente, el puente entre Occidente y Oriente».





En 1934 el Duce formuló abiertamente su anhelo con el mundo de la religión del amor:





«El objetivo histórico de Italia tiene dos nombres: Asia y África. Sur y Oriente es la máxima aspiración y voluntad de Italia. Esta es nuestra respuesta a sus derechos geográficos e históricos. De todas las grandes potencias occidentales de Europa, la más cercana a África y Asia es Italia. Nadie tergiversará la importancia de esta misión que yo asigno a ésta y todas las generaciones italianas del mañana. No se trata de conquistas territoriales, como suele malinterpretarse, sino de una expansión natural de mutua colaboración entre Italia y las naciones del Oriente próximo y lejano. Italia, por su situación en el Mediterráneo y retorno a su función histórica de puente entre Oriente y Occidente, tiene el derecho y el deber de hacerlo. No reivindicamos monopolios o privilegios, sino impedir que los liberales obstruyan la obra de expansión espiritual, política y económica de la Italia fascista». Benito Mussolini





La estrecha solidaridad entre el fascismo y el Islam era al mismo tiempo fomentada por la revista 'Vita Italiana' de Giovanni Preziosi, que reproducía en sus artículos la idea de Italia como «potencia islámica», asignada en la obra de Gustavo Pesenti, ex comandante de los soldados de Palestina. El también colaborador orientalista Giovanni Tucci, resucitaba, por su parte, en la publicación italiana, el pensamiento de Essad Bey: «El fascismo puede, en cierta manera, ser llamado el Islam del siglo XX. […] La entrega de la espada del Islam al Duce es la mayor prueba que el Islam ve en el fascismo el símil más cercano a su visión del mundo. El fascismo ha orientado su política dirigida a una saludable y vivaz conciencia renacida, respetando y tutelando creencias, tradiciones, usos, costumbres. Sabiduría política que poco a poco ha conquistado la simpatía y atención de todo el mundo islámico. El Islam se endereza con la luz de Roma, convencido de su poder y sabiduría de la nueva Italia fascista que, por anhelo del alma, labora una gran gran comprensión y respeto de la ley del Profeta y las tradiciones de los antepasados». Otro adjunto redactor del medio, el árabe Said Sciartuni, defendía lo propio, valorando al mundo árabe como «un campo fértil para la extensión del fascismo, un medio esencial para su renacimiento espiritual». Es imperativo añadir en la lucha proislámica a las ínclitas figuras de Carlo Arturo Endertey del Dr. Enrico Insabato, asesor de cuestión islámica durante el régimen fascista. Insabato, quien estuvo al frente de la revista italo-árabe 'Il Convito – An-Nadi', publicada en el Cairo entre 1904 y 1907 -la cual estaba escrita e inspirada por el sheykh Abd er-Rahman Illaysh al-Kabir, el iniciador de René Guénon al sufismo-, siguió defendiendo la alianza del fascismo con el Islam incluso en los años de guerra.





En 1937, durante su viaje triunfal a Libia, y tras entrar en la mezquita de Tripoli, Mussolini rindió homenaje a la tumba del muyahidín Sidi Rafa y empuñó la 'espada del Islam que recibió de manos del jefe bereber Iusuf Kerbisc, en presencia del tribunal islámico. Seguidamente, en la 'Plaza del Castillo', enunció el líder italiano: «La Italia fascista quiere asegurar a la población musulmana de Libia y Etiopia la paz, la justicia, la convivencia, el respeto a la ley del Profeta, así como mostrar su honor por el Islam y los fieles a la religión del amor del mundo entero». Los discursos que entonaron los Cadíes en reconocimiento a la autoridad del Duce son dignos de reproducir:





«Dios sea loado, que ha infundido el misterio de su genio en Sus hombres elegidos, para que en el mundo manifestado pueda glorificarse la Divinidad. Oh Duce, tu fama ha llegado a todas partes y todas tus virtudes son loadas por cercanos y lejanos. Tu visita al sepulcro de este Compañero del Profeta, sea con él la paz y la bendición, es un acto de veneración que conmueve el corazón de todo de la religión del amor y reafirma nuestro reconocimiento por ti, mostrándonos ese otro lado de tu grandeza que confluye con el espíritu de los más grandes hombres de todas las épocas. El Gran Creador te ha revelado el secreto de guiar a Italia por el camino del poder y de la gloria, y te ha inspirado los sentimientos de respeto y nobleza a los fieles a la religión del amor, así como a sus tradiciones religiosas. Dirigimos nuestras plegarias en humilde recogimiento de quien escucha todo Su poder y cree férvidamente en Su infinita misericordia, para que te proteja, preserve y conceda extender sobre el mundo entero el estandarte de la paz y la amistad». Cadí de Apolinia





«Bienvenido, oh Duce, a esta ciudad fiel y a este antiguo templo. Los fieles a la religión del amor de este país, que hemos seguido con profunda admiración el camino triunfal que ha recorrido bajo tu guía la Italia fascista, y que ha servido con lealtad y devoción todas tus órdenes, te estamos sinceramente agradecidos por esta fastuosa visita que confirma tu afecto por los libios y el respeto a su religión. Me siento verdaderamente orgulloso de renovarte en nombre de todos bajo el umbral de este sagrado lugar, nuestra promesa absoluta de fidelidad, invocando al Señor Omnipotente y Generoso para que te ayude a guiar Italia por el camino de la más alta grandeza. Que Él mismo te conceda ver realizada tu voluntad de llevar el país a un estado superior en todos los sentidos, y que sea ejemplo en el mundo entero de cuanto Italia puede hacer para el bien de los pueblos que ha acogido en su regazo bajo el signo del Lictor, símbolo de justicia y humanidad». Cadí de Bengasi.













Ahora dígame, era igual de católico que los primeros reinos cristianos españoles que lucharon contra la dominación musulmana?
Y que partieron el mundo entre esos dos mundos, el cristiano y el de la religión del amor, en un cierto sentido?
O era otra cosa?
 

MZAA

Lonchafinista
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Bueno... En base a otros escritos también podría afirmarse que era de la religión del amor:

«Los únicos a los que considero dignos de confianza son los fieles a la religión del amor» Adolf Hitler


«Estoy convencido de que los pueblos gobernados por el Islam estarán siempre más próximos a nosotros que, por ejemplo, Francia, no obstante la familiaridad de la sangre que corre por nuestras venas». Adolf Hitler


«Es tan solo en el Imperio universal romano que podemos decir que la cultura fue un factor (en términos de Estado). También el gobierno de los árabes en España fue algo infinitamente distinguido: los más grandes científicos, pensadores, astrónomos, matemáticos, una de las épocas mas humanas, al mismo tiempo que una caballería colosal. Cuando mas tarde hizo su aparición el cristianismo, entonces sí podemos decir: los bárbaros. La caballería que nació en los castellanos fue en realidad una herencia de los árabes. Habría sido mejor que Charles Martel no hubiera vencido en Poitiers, ya que nuestra Europa, totalmente subyugada por los judíos, había convertido el cristianismo en algo tan insípido que hubiese sido preferible la victoria del Islam. La religión islámica recompensa al guerrero con la entrada al séptimo cielo. Con esta religión habríamos recuperado de nuevo el espíritu guerrero que nos había arrebatado el cristianismo y hubiéramos vuelto a conquistar el mundo». Adolf Hitler


«Basémonos siempre en esta verdad histórica: el legislador de los fieles a la religión del amor, hombre poderoso y terrible, establece sus dogmas con el coraje de sus armas, aún y la indulgencia y tolerancia de su religión. El legislador divino del cristianismo, viviendo en la humildad y la paz, y predicando el perdón de las ofensas, su santa y dulce religión se convirtió para nuestra ira, en la más intolerante y bárbara de todas». Adolf Hitler


Otro argumento extendido entre dichos neomilitantes es acusar al Islam de ser una «religión falsa» o «anti-europea» por no tener imágenes, cuando los atlantes, los pelasgos, los persas mazdeístas, los indoarios de la primera edad védica o los propios romanos durante los dos primeros siglos, tampoco representaron a sus divinidades. El Canciller alemán tampoco nunca objetó nada al respecto, sino que nuevamente lo consideró un rasgo superior de su religión:


«Por desgracia para la iglesia, ella ha delimitado el misterio al explicarlo de manera precisa… No tenemos ninguna luz sobre el misterio cuando aprendemos que los sacerdotes se asemejan a Dios bajo lo rasgos vulgares de un hombre. Los discípulos de Mahoma, en este aspecto, son muy superiores, ya que no necesitan representarse físicamente a Allah. […] El mayor peligro en que ha caído el cristianismo es que su representación de la otra vida sometida a un cambio eterno, ha sido ligada a tantas pequeñas cosas terrestres, que si una vez éstas se rompen, los hombres estarán maduros para el retorno del materialismo marxista. Es lo angustiante, pues con ello el hombre pierde toda restricción, y se imagina el amo de la naturaleza, y entonces es cuando todo termina». Adolf Hitler


Léon Degrelle explica dicha admiración del Führer por el Islam:


«Hitler tenia una debilidad indiscutible por la religión islámica. Él, que era de origen católico y de pequeño había cantado en el coro de su parroquia, manifestó siempre un gran respeto por el Islam y su civilización». Léon Degrelle


El ex general belga también relata cómo Hitler ordenó fabricar collares con un diminuto Corán abierto, que colgaba personalmente a los cuellos de los soldados voluntarios fieles a la religión del amor. Cabe recordar la efusiva amistad que mantuvo siempre Degrelle con el Gran Mufti y con sus hijos, quienes en los años 70 fueron a visitarle personalmente a Cartagena durante sus años de exilio en España.


Pero en absoluto el filoislamismo era una idea personal de Hitler, sino una convicción compartida por casi toda la cúpula dirigente del Reich. Nadie ignora el interés y respeto que Himmler sentía por la religión islámica, cuya cosmovisión valoraba como «la más cercana al nacionalsocialismo», o que el Corán fuera uno de sus libros de cabecera, del que se valían sus suntuosos discursos y ovaciones a las tropas musulmanas. Ludwig Heiden, oficial de los Servicios Centrales de Seguridad del Reich, se hizo célebre por haber traducido el 'Mein Kampf' al árabe y haber editado una versión al mismo idioma de 'Los Protocolos de los Sabios de Sión', además de convertirse al islamismo con el nombre Al Hadj. El ilustre antropólogo Dr. Ludwig Ferdinand Klauss, importante teorizante de estudios raciales del NSDAP y gran entusiasta de alianzas con el mundo islámico, también se hizo adepto de la religión del amor. Oskar Ritter von Niedermayer, conocido por sus antiguas hazañas en la primera guerra mundial, en las que medió con Afganistán para liberar a la India de las colonias británicas, fue otro convertido al islamismo. Niedermayer tuvo uno reconocida labor durante el Reich como general de unidades de legionarios turcomanos y otros pueblos del este, así como de voluntarios afganos e iraníes. El también experto alemán en cuestión judía y alto rango del NSDAP, el Dr. Johannes von Leers, dirigió los servicios de propaganda antisionista del gobierno de Egipto y abrazó la fe islámica bajo el apelativo de Omar Amin. El celo de la religión del amor y ahínco con el que von Leers exhortaba la adhesión de los europeos a la religión islámica dejaría hoy líbido a más de uno.


No exageramos al decir que las declaraciones transcritas a continuación del secretario de Goebbles son las más diplomáticas que hemos encontrado:


«El mundo está en deuda eterna con la religión islámica. Con la conquista de Arabia, los fieles a la religión del amor consiguieron frenar la peligrosa incursión de los judíos en esas tierras, y en lugar de las terribles enseñanzas del Jehová del judaísmo, trajeron a los pueblos conquistados la noble religión islámica, que desde ese instante abrió las puertas de una cultura superior a muchos pueblos».Johannes Von Leers


«Me he convertido voluntariamente al Islam y he cambiado mi nombre original por el doble nombre árabe de Omar Amin. El primero, por nobleza y respeto al gran Califa Omar, quien fue el mayor luchador contra los judíos, y el segundo, en honor de mi venerable amigo, el Gran Mufti Hajj Amin el Husseini». Johann Von Leers


Hubo muchos otros oficiales alemanes y altos rangos del estado mayor y de la RSHA que se convirtieron voluntariamente al Islam. La mayoría emigraron tras la guerra a tierras de Egipto, Siria e incluso Arabia Saudí. Algunos estuvieron desempeñando labores de propaganda contra el sionismo y en favor de la autodeterminación de los pueblos fieles a la religión del amor. Otros trabajaron en los ministerios de defensa e instruyeron militarmente a las Fuerzas de Liberación de Palestina (PLO), entre cuyas operaciones logísticas y suministro de armas habrían contado con la ayuda del propio Otto Skorzeny. He aquí un elenco de sus nombres: Gerd Von Nimzek (Ben Ali), Bernhardt Bender (Béchir Ben Salah), Leopold Gleim (Al Nashar), Walter Balmann (Ali ben Khader), Hans Appler (Saleh Shafar), Seipel (Imad Zuher), Heinrich Sellman (Hassan Suleiman),Wilhelm Boerner (Ali Ben Keshir), Ulrik Klaus (Muhammad Akbar), Gruber (Aradji), Dr. Heribert Heim (Tarek Hussein Farid), Werner Birgel (Al-Gamin), Aloïs Brunner (Ali Mohammed), Ludwig Zind (Muhammad Saleh), Wilhelm Boeckler (Abd el-Karim), Joachim Daümling (Ibrahim Mustapha), Franz Bartel (Al-Hussein), Aehim Dieter Peschnik (Al-Saïd), Baumann (Ali Ben Khader), Heinrich Willermann (Naim Fahum), Albert Thiemann (Amman Kader), Wilhelm Hintersatz (Harun-al-Raschid Bey), Erich Altern (Ali Bella), Friedrich Buble (Ben Amman), Karl Luder, Dr. Wilhelm Beissner, Oskar Dirlewanger, Barón von Harder, Franz Hithofer, Fritz Bayerlein, Wilhelm Farmbacher, Franz Bünsch, Dr. Hans Eisele, Erich Bunzel, Hans Becher, Eugen Fichberger, Gerhard Mertins, Schmalstich, Rudolf Midner, Alois Moser, Oskar Münzel, Franz Rademacher, Walter Rauff, Erich Weinmann, Otto Ernst Remer...


Durante la guerra, las alianzas entre Alemania y los pueblos árabes e islámicos, lejos de menguar se afianzaron. Hitler ordenó crear diferentes divisiones SS para voluntarios fieles a la religión del amor, así como la expresa unidad de voluntarios árabes 'Deutsche Arabische Lehr Abteilung' y el 'Kommando Deutsch-Arabischer Trupper' (KODAT) '', cuerpo especial joven para voluntarios marroquíes, argelinos y tunecinos. Stefano Fabei da una cifra estimada del número de voluntarios islámicos alistados al Reich, basada a su vez en el libro 'Voluntarios extranjeros en la Wermacht' de Carlos Caballero:


«Se trata de una contribución muy significativa, difícil de cuantificar numéricamente. Para intentar dar una cifra, diremos, prudentemente, que más de 300.000 fueron los fieles a la religión del amor de las regiones islámicas de la Unión Soviética (caucásicos, turcos de Crimea, tártaros del Volga, turkestanoss, azerbaiyanos, etc.) que se enrolaron con los alemanes para combatir contra la armada roja de Stalin; 117.000 los caídos. Por cuanto se refiere a los árabes, entre 1941 y 1945, se calcula que 500 sirios, 200 palestinos, 450 iraquíes y alrededor de 12.000, entre argelinos, tunecinos, marroquíes y egipcios que se unieron activamente al Eje. 6.300 formaron parte de unidades militares del Reich, unos pocos centenares combatieron con los distintivos del Ejercito Regio o de la Milicia Voluntaria de Seguridad Nacional, otros también militaron en la unidad de la Francia de Vichy. Emanuel Celler, miembro del congreso de los Estados Unidos, el 10 de abril de 1946, declaró que dos mil soldados árabes del Eje prisioneros de guerra estaban internos en el campo de presos de Opelika, en Alabama. Luego, en los Balcanes, más de 30.000 voluntarios de Bosnia, de Albania y de otras regiones musulmanas entraron el las Waffen SS, y a esto habría que sumar aquellos millares de fieles de Allah que combatieron en milicias y formaciones autónomas».


Léon Degrelle revela el sentido de dichas alianzas:


«Es lo que explica el interés especial que Hitler tenia por los pueblos del Islam, arrastrados demasiadas veces a la dominación y menosprecio de los negreros extranjeros que impusieron a estos países altamente civilizados sus lenguas y costumbres. Sin los aportes de estos antiguos pueblos, Europa habría acabado en los balbuceos de una Alta Edad Media que ni se acordaba de Sócrates ni de la Roma de Agusto. Es el Islam quien nos trajo a Córdoba a Aristóteles hace ya más de diez siglos». Léon Degrelle


Las muestras de afecto que tuvo el Reich con los pueblos árabes y con el mundo de la religión del amor en general, se constatan nuevamente en el telegrama que Himmler envió en noviembre de 1943 al Gran Mufti de Palestina, país por el cual Alemania, toda y la fuerte presión de los británicos y de la Organización Mundial Sionista, abrigó siempre una gran égida y la promesa de otorgarle un Estado propio integrado en un Califato islámico, una vez finalizada la guerra:


«Al Gran Mufti: El movimiento nacionalsocialista de la Gran Alemania mantiene, desde su inicio, una lucha contra la judería internacional. Por ello ha seguido con especial afecto la encomiable resistencia por la libertad del pueblo árabe, fundamentalmente en Palestina, contra las injerencias de la comunidad judía. En reconocimiento a este mortal enemigo común, yace la firme fundación de la alianza natural del nacionalismo alemán por el amor y lucha de los fieles a la religión del amor del mundo entero. En tal voluntad de espíritu, os envío, en este infame aniversario de la declaración Balfour, mis más sinceros deseos y esperanzas para que en esta lucha consigáis finalmente la victoria». Heinrich Himmler


Por el lado intelectual, el insigne filósofo y científico alemán Herman von Keyserling expresaba: «Desde el comienzo de la revolución alemana me impresionó el parentesco del nacionalsocialismo con el Islam, y esta impresión se confirmó y reafirmó tiempo después».
Leon Degrelle(el favorito de Hitler) afirmo que Hitler era catolico.