Defensa de la Hispanidad y del tradicionalismo español (hilo "anti-nancy")

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PROBLANCO

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“Yo creo en los pueblos, …si es que quieren vivir, tienen que desarrollar una cierta voluntad de potencia; de otro modo, vegetan y malviven, y terminan por ser presa de otro pueblo más fuerte y que posee mayormente desarrollada dicha voluntad de potencia”.

“El fascismo niega los abrazos universales, y, aún viviendo en la comunidad de los pueblos civilizados, los mira, vigilante y desconfiado, en los ojos, los sigue en sus estados de animo y en la transformación de sus intereses, y no se deja engañar por apariencias mudables y falaces.”


Benito Mussolini.
 

lalol

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“Yo creo en los pueblos, …si es que quieren vivir, tienen que desarrollar una cierta voluntad de potencia; de otro modo, vegetan y malviven, y terminan por ser presa de otro pueblo más fuerte y que posee mayormente desarrollada dicha voluntad de potencia”.

“El fascismo niega los abrazos universales, y, aún viviendo en la comunidad de los pueblos civilizados, los mira, vigilante y desconfiado, en los ojos, los sigue en sus estados de animo y en la transformación de sus intereses, y no se deja engañar por apariencias mudables y falaces.”


Benito Mussolini.
Nada de lo que citas entra en contradicción con lo que en este hilo expone Ariadna. Te recomiendo que no cites mucho a Mussolini para estos menesteres -la cita además la has sacado de un cutreblog skin-, porque te te puedes llevar sorpresas. La concepción fascista es en esto muy similar a la falangista y a la tradicionalista. Ramiro Ledesma recomendaba desde la revista JONS la lectura del libro "Defensa de la Hispanidad", el mismo que titula este hilo, así que su concepción no era en el fondo muy diferente.
 
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lalol

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No permitir que la bandera identitaria caiga en manos etnicistas (o por qué el identitarismo puede servir perfectamente al sistema)

A. González

En las últimas décadas, diversos grupos y tendencias han ido apareciendo en escena para proclamar su rechazo frontal al avance de la uniformización y disolución general de los pueblos. Una uniformización y disolución que se ha acelerado en el interior de cada estado, y que superpotencias, organismos y corporaciones multinacionales han ido forzando a lo largo y ancho del mundo. Para combatir esta apisonadora mundialista y mundializada que va laminando y desnaturalizando culturas y naciones, muchos grupos «inconformistas» («en contra de lo que hay») han adoptado el nacionalismo y esgrimido los «hechos diferenciales» étnicos como soporte principal de su causa.

Pero esgrimir, a secas, los «hechos diferenciales», nada significa en realidad. Pues lo importante no es reconocer «hechos diferenciales» culturales, nacionales, territoriales, étnicos o de cualquier otra especie, sino establecer cuales, porqué y para qué se determinan diferenciaciones o discriminaciones, diferencias culturales y particularidades nacionales.

Como ejemplo propio, los españoles hemos podido comprobar durante un cuarto de siglo para qué ha servido, finalmente, la reivindicación de los «hechos diferenciales»: para que unas organizaciones subsidiarias del estado blindadas por una «cosa nostra» étnica, se hayan ido apropiando de la cosa pública (y privada) en las parcelas territoriales que han reclamado suyas en exclusiva bajo la bandera de una historia, lengua, sangre, costumbres o temperamento «diferente», y poder manejar más competencias y presupuestos. Como todo el mundo sabe que los nacionalismos vascos, catalanes, gallegos o canarios no son frentes políticos que pongan en cuestión el régimen político, el montaje cultural y el modelo socioeconómico del presente, sino que todos sus objetivos se concentran en coger la mayor tajada posible de los recursos generales disponibles y controlar en exclusiva sus territorios con los que presumen fundirse, no voy a insistir más en ellos.

Así que voy a referirme a ciertos grupos que se proclaman «identitarios» e incluso «antisistema». Ustedes dirán que necesidad tenemos de referirnos a grupos tan minoritarios, cuando son los nacionalismos «oficiales» los que van imponiendo sus demandas. Las respuestas son sencillas: la primera es que, como se acaba de decir, casi todo el mundo sabe que tales nacionalismos no constituyen fuerzas «contrarias» al rumbo político actual, ni buscan ningún modelo socioeconómico ni alternativa cultural a la que hay. Su obsesión se reduce a garantizar un mayor presupuesto, que el mismo mercado, el mismo consumo y la misma producción utilicen la lengua vernácula, y que el dinero que se recaude en un sitio, por supuesto, sea sólo para «su gente». Así que por eso no engañan a nadie, o a casi nadie.

Pero diferente es el caso de ciertos grupos que han empezado a enarbolar las banderas de las identidades, declaradamente populistas o presuntamente «defensores» o «restauradores» de «viejas esencias» ya muy mixtificadas, pues éstos sí que están engañando a todos en dos elementos fundamentales: en su posición ante el sistema y en su oposición al uniformismo y al arrasamiento de las identitades. Así pues, la segunda respuesta es que, como este blog se dirige a gente que se considera disconforme con lo que hay, y porque nos interesa sobremanera el asunto que advierte el título (no dejar que la bandera identitaria caiga en manos etnicistas) hemos de empezar a despejar esta cuestión básica, vital, para los «reductos» de la población conscientes de la necesidad de una alternativa.

Como las nacionalidades son campo ya «reclamado» y más que trillado por los nacionalismos del régimen, suelen estos supuestos «identitarios» tomar otros marcos o conjuntos de identidad étnica, comarcales, nacionales (de los estados constituidos) subcontinentales o incluso raciales o subraciales. Como ya se advirtió, hay que preguntarse, en primer lugar, el porqué y para qué sirve todo su discurso de defensa de las identidades. Y en segundo lugar, que toman por identidad defendible. Yo les advierto que basta un repaso de los discursos de muchos supuestos «infantes terribles» o «peligrosos», desde los llamados nacional-revolucionarios hasta los reformistas populistas, pasando por los «reconquistadores» de supremacías o «edades doradas» del pasado, para darse cuenta que no sirve, en absoluto, para abrir brecha y conformar una nueva mentalidad que se enfrente al individualismo, al uniformismo y al economicismo asfixiante del mundo actual.

Sus discursos están sirviendo para todo lo contrario: para justificar y defender la supremacía de este sistema plutocrático, del «pensamiento único» famoso y sus mecanismos de poder político, social, económico e ideológico, y de paso, y por supuesto, el «status» material privilegiado de los componentes del primer mundo: un nivel económico conseguido por motivos históricos, coyunturales, y no por méritos de las poblaciones o generaciones actuales.

Todos estos pseudoidentitarios prooccidentales no utilizan mitos «irracionales» como pudieron utilizarlos otros grupos en épocas anteriores (esto también sería discutible), o sea, para contrarrestar las fuerzas y artificios economicistas, evolucionistas y uniformizantes en los que se basa el mundo occidental, sino para defender este mismo mundo occidental. Da lo mismo que hablen de «herencias naturales», de los «valores de la civilización» o de «raíces» de cualquier especie. Lo mismo que hablen de defender una religión como del progreso técnico. Lo mismo que hablen de mitos imperiales como de las libertades individuales. Lo mismo que hablen de vírgenes cristianas como de paganos bárbaros. Todos estos cánticos se descubren, si se presta apenas atención, como retórica romántica y espúrea para encubrir la cruda y descarnada realidad del Occidente, que es lo que acaban defendiendo.

Durante la guerra fría el elenco de las llamadas «fuerzas nacionales» (reformistas, reaccionarias o conservadoras) tanto europeas como sudamericanas, emplearon discursos plagados de llamamientos juveniles revolucionarios según unos, o defensas viejas de la patria, de la religión, de la familia, o de la raza según otros. Pero todo eso fue utilizado para acompañar e, incluso, respaldar el mundo que públicamente se decía detestar por injusto, corrompido, desalmado, viciado o poco equilibrado. Aquellas referencias eran, sólo en apariencia, «disonantes» con las del discurso «racional» o convencional dominante, pues pronto se podía descubrir que, mientras unos eran simples «radicalizaciones» de alguna de las dos alas del frente político «respetable», otros eran cantos estériles a la luna, y algunos otros (éstos eran los más graves) eran adulteraciones o caricaturas de valores serios para degenerar bien en aberraciones e insensateces fácilmente atacables por todo el mundo, o en pretextos mixtificadores para recubrir las descarnadas razones reales que mueven al llamado «Mundo libre». Por mucho que los dueños del poder los desprecien con patadas e insultos, estos animales muy poco políticos nunca aprendieron (o aprendieron muy bien) y siempre sirvieron como perros fieles de ese poder.

Ahora vuelven a las andadas los mismos perros. Todo su presunto rechazo al globalismo desalmado, desnaturalizador y reconvertidor de tierras, pueblos y personas en solares, máquinas y mercancías, todas sus quejas contra esta sociedad formada por humanos reducidos a objetos y sujetos estacionales de producción, de consumo y deshechos en compraventa, se quedan en un «desagrado» por algunas consecuencias del proceso, pero un proceso que aprueban no sólo como necesario e inevitable, sino como «fruto» del tipo de sociedad que han de defender. Al final no sólo no atacan esa uniformización y esa progresión disolvente que decían contra la que dicen que luchan, sino que afirman fervorosamente que todos estamos obligados a defender esa homogeneidad apisonadora para nuestros pueblos, en nombre de una «paternidad» o unas «raíces» (unívocas y homogéneas) religiosas, vitales, culturales, racionales e identificadoras.

En definitiva: para los social patriotas, los pseudoidentitarios occidentales coinciden descaradamente con esos mundialistas a los que dicen atacar: coinciden nada menos en ver «superior» el «modo de vida» y el tipo de sociedad occidental. Nosotros denunciamos que los pseudoidentitarios sólo discrepan de los mundialistas en dos cosas: primero, de la sinceridad de los abiertamente mundialistas, pues éstos desprecian los cuentos románticos de nostálgicos y mitómanos al recurrir a otros engaños más políticamente correctos para justificar el desenvolvimiento de Occidente; y segundo (y aquí discrepan más rabiosos los pseudoidentitarios) porque en vez de reservar ese modo de vida y privilegios socioeconómicos para los pueblos elegidos o «avanzados», los mundialistas anuncian querer propagarlo a todo el mundo.

Estos pseudoidentitarios son como los exclusivos de su raza: para ellos Occidente debe quedar reservado para el «mundo avanzado», que para ellos es sinónimo de más dinero, gente «moderna» y aparatos «virgueros». En cambio, progresistas y liberales (que tienen la misma idea que los pseudoidentitarios de lo que significa «avanzado») son algo parecido a los «evangelizadores»: para ellos Occidente debe «reconvertir» los pueblos infantiles o atrasados del resto del mundo.

Tanto occidentalistas «exclusivos» como la derecha de los occidentalistas «propagadores» coinciden también en absolver a Occidente en la generación de las desgracias y miserias del resto del globo: para ambos tales desgracias y miserias no son culpa de la destrucción de su hábitat y sus comunidades por Occidente. Para los «exclusivos» porque las víctimas son unos primates incapaces de adaptarse a una cultura superior; para la derecha «mundialista» porque esos pueblos todavía no han culminado esa reconversión occidentalizadora que les extirpe absolutamente todos sus «viejos hábitos».

Por eso hemos de combatir la confusión. Por eso hemos de desenmascarar a los farsantes y arrancar a los pseudoidentitarios la bandera de las identidades. Por eso hemos de negar rotundamente que son alternativa a los mundialistas, pues sólo les cabrea que su «tesoro» sea compartido entre los «otros» o sin exigir devociones a ciertos mitos particulares. Habiendo estado «subidos a la parra», les molesta que «los de abajo» se la muevan, bien porque emigren acá, bien porque las empresas se deslocalicen allá, bien porque sus mercaderías desplacen los productos nacionales.

Por eso que no espere nadie críticas sostenidas a la lógica del capitalismo, ni nada por el estilo, sino incitaciones de repruebo a otros pueblos, incurriendo en la mayor de las contradicciones, porque si dicen defender las identidades de los pueblos y los hechos diferenciales entre culturas ¿Porqué siempre se descubren odiando otras identidades y criminalizando justamente esos hechos diferenciales? El que dice amar la biodiversidad ¿Cómo puede presumir de desprecio por las demás especies?

Así pues, ante cualquiera que aparezca esgrimiendo la bandera de la Identidad, hay que emplear la misma precaución radical como cuando vienen con conceptos como defensa de la Patria o de la Libertad. Desconfiar por norma, pues todas estas referencias han sido pervertidas y utilizadas como encubridoras de las razones e intereses más espurios de Occidente. Hay que ver porqué y para qué emplean todas estas ideas. Porque con la confusión se viene una segunda consecuencia: mucha gente acaba por escupir sobre todas ellas, asqueada con el sentido y el contenido que les han dado. Si nos importa la libertad, no tengamos reparo en inquirir con dureza como Lenin y Mussolini. Lenin preguntó «¿Libertad? ¿Libertad para qué?» Y Mussolini desenmascaró a «aquellos defensores de la Libertad que la reclaman y se la apropian para sí, para negársela a los demás». Los que levantamos la bandera de las identidades hemos de inquirir sin contemplaciones «¿Identidad? ¿Identidad para qué?» y ser implacables contra «aquellos defensores de la Identidad que la reclaman y se la apropian para sí, para negársela a los demás».

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Da Grappla Reloaded

Madmaxista
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El español que se crea que un prieto de de Ciego de Ávila, santero como él sólo y que jura beber la sangre de un gallo igual que la de un blanco y reza en yoruba (aunque no lo entiende) es su hermano..en fin.

NI idea.
 

SARC_borrado

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El español que se crea que un prieto de de Ciego de Ávila, santero como él sólo y que jura beber la sangre de un gallo igual que la de un blanco y reza en yoruba (aunque no lo entiende) es su hermano..en fin.

NI idea.



Tienes que abrir un hilo sobre la cuestión racial en Cuba. Cómo estaban las cosas antes de la revolución y como fueron despúes. Qué tipo de perfil tenían los que huyeron de la isla y que tipo tenían los que se quedaron y todo ese tipo de cuestiones.
 
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Auguro un gran hilo. Me tomaré mi tiempo para leerlo y comentarlo. Como adelanto digo que mi avatar es expresion de mi adhesion, en un proceso espontaneo que me ha llevado annos, a la idea de La Hispanidad.

Es un sentimiento y vision del mundo muy alejado del garrulismo que, como parodia, nos han pintado de los pensadores que se han ocupado de la obra de Espanna en el mundo. Por supuesto, también, muy alejado -diría que antitetico- del racismo ideologico copiado de una "tradicion" de otros lares, que no es la nuestra, peror que desde hace decadas nos pretenden hacer pasar como propia.

Viva la Hispanidad.
 
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Primer falsedad. No solo argumental sino real. Como anecdota, uno de las personas mas hispanofilas que conozco es un prieto cubano, de familia santera aunque alejado de esa practica. Hasta el punto de soltarle un dia una tremenda reprimenda a un vasco que, en cierta ciudad alemana, iba
grito pelado soltando en su clasico pedo "saturday night" el clasico y pueblerino "fruta Espanna!".

Como hay Dios y firmo c omo Leolfredo!

El español que se crea que un prieto de de Ciego de Ávila, santero como él sólo y que jura beber la sangre de un gallo igual que la de un blanco y reza en yoruba (aunque no lo entiende) es su hermano..en fin.

NI idea.
 
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Respecto a la situacion racial en Hispanoamerica, hay que distingeuir muy claramente entre el periodo a partir de la infiltracion ilustrada y la de la Hispanidad, propiamente dicha.
 

Wodans

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25 Sep 2010
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Sobre la falacia de la hispanidad y la debacle del catolicismo en España:

Estando de Erasmus tuve una discusión parecida con un portugués que odiaba a muerte España, sobre la lusofonía, y hablaba en los mismos términos que Adriana de Naxos y yo le contestaba, ¿realmente crees que tienes más en común con un Angoleño o con alguien de Timor que con alguien de Salamanca? Ahí empiezan todos los problemas. Los senegaleses, angoleños, timorenses, macaenses no dejan de ser pueblos completamente ajenos a los portugueses y con los que nunca tuvieron ninguna relación (y que a su vez probablemente tenían una religión, idioma y cultura común o próxima a la de sus vecinos y hermanos raciales) a los que impusieron un idioma y una religión por la fuerza. No son lusos, ni son íbericos; son bantúes, cantoneses, etc y no les quita ni un ápice de dignidad ni respetabilidad.

Si pretendes hacer creer a alguien que







...por hablar español y profesar la religión mayoritaria de España son lo mismo que nosotros debe estar delirando, en estado de embriaguez o usted no ha visto un sudamericano en persona en su vida, y por latinoamericanos no hablo de argentinos, uruguayos o descendientes de españoles de cualquier país, sino de nativos peruanos, bolivianos, paraguayos, ecuatorianos y demas ralea. Si usted hubiera tenido compañeros de trabajo o vecinos de éstos sería imposible que venga a contarnos que los latinoamericanos/tiraflechas/sincuello/payosponis/Sudamericanos/machupichus/boliguayos/ son lo mismo que nosotros.

Yo puedo sentir un vínculo con los criollos y descendientes de hispanos que no tienen otra referencia aparte de su nacionalidad actual; pero ¿con los afro-americanos, o los amerindios? Ellos tienen sus profios referentes raciales, culturales y lingüísticos en África (yorubas y demás) o sus familias étnicas americanas (guaranís, mapuches, mayas, etc), etc. Y aquí no voy a entrar en discusiones absurdas de que etnia es mejor o si unos pueblos son inferiores a otros ya que cada uno pensará que lo suyo es lo más mejor del mundo mundial y los demás no le llegan a la altura del betún pero está claro que somos diferentes. Una cosa es el debido respeto que se debe tener hacia cualquier persona sea de donde sea, hable el idioma que hable y sea de la raza que sea y otra es que por ser sudamericanos deban gozar de un estatus especial respecto a los europeos o cualquier otro ser humano. Para mi un ecuatoriano es lo mismo que alguien de Laos o de Botswana, ni más ni menos.

Luego viene el tema de las filias y las fobias personales (mis filias son Europa y el Mediterráneo) a usted le pueden gustar mucho los latinoamericanos, a otro le pueden gustar más los iraníes y a otro los japoneses; yo desde luego me siento más "en casa" con griegos, turcos o cualquier otro pueblo mediterráneo o cualquier europeo que con Sudamericanos, por mucho que hablen mi idioma. Me da mucha pena oir a gente como usted diciendo que el futuro de España es esto:

[YOUTUBE]Z1U7q5b9SqM[/YOUTUBE]



o



o



si es así emigro, cambio de idioma, de religión y reniego de mi país... prefiero mil veces ver España llena de turcos, árabes, persas, chinos, ... antes que de latinoamericanos; al menos aquellos son pueblos dignos, civilizados y que mantienen una identidad cultural intacta y que no han sido sometida por nadie; no como los Wilsons, Yurisleidis, Darwins, y cía que ni siquiera son capaces de mantener sus propios nombres. Uno de los errores más grandes que ha cometido este país fue, dejándose llevar por la falacia de la hispanidad y por la fiebre de las multinacionales españolas por implantarse en América Latina, dejar que los sudamericanos pudieran acceder a España sin visado, entrar en condiciones privilegiadas en nuestras fuerzas armadas y conseguir la nacionalidad por la vía rápida fueran realmente descendientes de españoles con vínculos reales o indígenas/descendientes de esclavos o lo que sea. Lo lamentaremos durante siglos.

Usted lo que quiere hacer es lo de los británicos o los franceses con sus colonias, pero una cosa es su país y su gente y otro los países que colonizaron alrededor del mundo y con los que no tienen ningún vínculo natural (genético). Un camboyano, vietnamita, thaitiano, senegalés, argelino o de Guayana no son ni serán nunca franceses por más que se empeñen en regalarles la nacionalidad, todos ellos tienen una identidad propia tan digna o más que la francesa, y con los británicos pasa igual con sus indios, paquistaníes, nigerianos, caribeños, malayos y demás. Los únicos realmente británicos serían sus descendientes que poblaron EEUU, Canadá, Australia y Nueva Zelanda.

Sobre el tema de la iglesia católica como efecto aglutinador... después de la corrupción de la élite y de los escalafones inferiores, los casos de pederastia y la actitud de la iglesia, de no escuchar a su igleisa, de perder fieles a cientos de miles en favor de otras religiones o del ateismo podríamos decir que ha perdido su papel espiritual y ha quedado como algo folclórico que se sigue por costumbre más que por fé; si a los españoles no nos gustara tanto la fiesta (romerías, fiestas patronales en honor a san nosequé, etc) probablemente ya habría desaparecido como tal. Con este contexto y el distanciamiento de los españoles con la iglesia católica habría que preguntarse por qué cada vez más se ven obligados a importar mano de obra barata del tercer mundo para hacer de curas y monjas y por qué es uno de los paladines de la inmi gración masiva y sin control, quizás haya una conexión entre esos fenómenos :fiufiu:

Lo mismo pienso, y a pesar del idioma (que tampoco es tan distinto al nuestro) creo que esta estampa siciliana:




...nos es infinitamente más familiar que cualquiera de las fotos anteriormente puestas, y es tan lógico que no creo que merezca más explicación.
 

Kalanders

Jolly Roger
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Lugar
En una distopía orwelliana
Como total detractor de organismos o instituciones supranacionales, uno de los puntos en los que no comulgo con el tradicionalismo, es en su aspecto acaparador, en este caso usando el catolicismo como hilo conductor en pro del hermanamiento con América latina por poner un ejemplo.

Añado: Salvo la lengua y la religión, veo más aspectos que nos separan de los que nos unen con los citados en el ejemplo anterior.
En referencia a la religión, entiendo esta como un abanico de pautas éticas y morales que forman parte de nuestra cultura, pero no como unas máximas únicas y verdaderas que sirvan como cimientos sobre los que se sustente nuestra existencia, moral o ética..
 
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Da Grappla Reloaded

Madmaxista
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Primer falsedad. No solo argumental sino real. Como anecdota, uno de las personas mas hispanofilas que conozco es un prieto cubano, de familia santera aunque alejado de esa practica. Hasta el punto de soltarle un dia una tremenda reprimenda a un vasco que, en cierta ciudad alemana, iba
grito pelado soltando en su clasico pedo "saturday night" el clasico y pueblerino "fruta Espanna!".

Como hay Dios y firmo c omo Leolfredo!
Ud firme como quiera y piense lo que quiera de si hay Dios (que para mí lo hay y es el mismo y no otro que el de ud)...pero ya intentar poner una anécdota personal como argumento para tildar de falsedad lo mío...jajaja ud mim-mo ;)
 

yucatan

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Y aunque en rigor no es mejor por ser mayor o menor...

Nota, el tema de la inmi gración es otro asunto, este hilo solo denuncia el racialismo como argumento anti-inmi gración (lo aclaro porque estos señores lo manipulan y tergiversan todo), desde una posición española y tradicionalista.

Ya que los leo tan entusiasmados, tan patrióticos, dando lecciones de quiénes son, y quiénes no son buenos españoles, etiquetando de traidores y lumpen, a todas aquellas personas que no comulguen con su racialismo, voy explicarles algo:

Dedicado a todos los usuarios que presumen de ser "tradicionalistas españoles" ¿sabrán lo que es el tradicionalismo español? A la vez que racialistas (y todo esto sin ruborizarse), quiero creer que simplemente es ignorancia, aunque como presumen de ser tan cultos, no sé ... estoy segura que darán suficientes "argumentos", muy bien adornados, con los que sin duda demostrarán que como siempre están en posesión de la verdad (quién lo dude es un traidor). :roto2:

.......................
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¡Viva la Hispanidad!​


Hola:

Cultura española, Hispanidad... vamos que parece ser que son conceptos inmutables, que no han variado por los siglos de los siglos. Las culturas evolucionan, cambian. Unas veces influyen en otras y, al revés, son influidas. No se, supongo que resultaría sorprendente hacer un estudio sobre el verdadero origen o quien “trajo” determinados aspectos de lo que aquí llaman “cultura española” o “Hispanidad”.

El excelente historiador Eric Hobsbawm ya lanzó hace tiempo el concepto de “invención de la tradición”. Un pequeño resumen del tema se puede leer en: HISTORIA, DERECHO Y CIENCIAS SOCIALES.: La invención de la tradición- Eric Hobsbawm ).

Nada nuevo bajo el sol. Se puede ser español y ateo o español y partidario de un Estado federal o español y de raza negra o español y asesino en serie, etc., etc. Eso del monopolio del “españolismo”, basándose en una serie de condiciones inamovibles, enraizadas en una supuesta tradición intemporal e inmutable, vamos, como que no.

Hay rasgos culturales que diferencian distintas sociedades, como hay rasgos culturales que son comunes a ellas. Esos rasgos evolucionan y quizás tengamos, hoy en día, mucho más que ver con un belga que con un “español” del siglo XVII.

No solo cada país tiene una forma de ver las cosas o de manejaras, sino que dentro de un mismo país, hay zonas donde la diferencia en esos casos es abismal e, incluso, dentro de esas mismas zonas, hay infinitas diferencias entre individuos. Puede que abriendo el foco se puedan llegar a ciertas características comunes, ¿únicas?, pero el numero de excepciones es tan grande que es una generalización absurda en el fondo, más propia de un intento de “agrupar” de forma artificial que de diferencias reales.

No quiero decir con esto que no existan diferentes sociedades o diferencias culturales o en tradiciones. Y a veces diferencias insalvables en muchos casos. Pasa lo mismo, repito, con la sociedad, cultura o tradiciones de la España del XIX y de la España del XXI. De todas formas, que algo sea una “tradición” no significa que sea bueno o malo. Simplemente que es algo que se hace o se hacia de determinada manera. Nadie me convencerá que los “tradicionales autos de fe” donde se quemaban herejes tras torturarlos, sea algo de lo que sentirse muy orgulloso como español. Como nadie me convencerá que si en otra “cultura” algo se hace de diferente forma, esa forma es automaticamente peor que la “española” (precisamnte por no ser “española”) y como va contra nuestras “tradiciones”, hay que rechazarlo y enrrocarnos en lo que tenemos.

Una sociedad puede integrar a personas procedentes de otra. Entre los dos extremos, que se tocan, de que esas personas deben adoptar todas las “costumbres y tradiciones españolas” y la otra, de que “se deben respetar todas sus costumbres y tradiciones”, opto por la postura intermedia de “aceptar sus costumbres y tradiciones siempre que no sean absolutamente incompatibles con un estado de derecho”. Traduciendo, que un de la religión del amor (español o extranjero) quiere celebrar el Ramadán, bien, que un de la religión del amor quiere que las mujeres tengan una situación de subordinación y marginación, del tipo que sea, no.

El nacionalismo, en muchos aspectos, es una enfermedad social. En numerosos casos un anacronismo en el mundo actual. Y me refiero tanto al centralista como al periférico, en el caso del Estado español. Tampoco me refiero a que no se debe luchar por mejorar tu tierra y luchar por ella, a nivel local, provincial, autonómico, nacional o continental. Solo al papanatismo de considerar lo mejor de lo mejor, simplemente por ser español, castellano-leones o torrelodonense (de igual modo existe otro papanatismo que considera que todo lo exterior, “extranjero”, es mejor).

Ya si a todo eso se le añade el componente racial, apaga y vámonos, se llega al absurdo más absoluto y puede dar como consecuencia algunos post de ciertos foreros que dan vergüenza ajena (ya que parece que carecen de propia).

Un saludo:

Sanan.ex (Yucatan)
 

Me parece que...

Madmaxista
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Defensa de la Hispanidad y del tradicionalismo españo
¡ Bien dicho !

¡ La caspa al poder !

... shishi.. pero si ya lo está:



..... Bueno, todavía se puede mejorar:

Los y las verdaderas patriotas deberíamos seguir el ejemplo de Isabel la Católica y no cambiarnos de calzoncillos ni de ropa interior hasta que hayan sido expulsados del solar patrio todos los sarracenos, los catalanes, los gente de izquierdas, los vascos, los mariquitas, los chinos, los ateos..... los... los... leche es que me enssssiego cuando me tocan la vena patriótica...
 

SARC_borrado

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18 Ago 2011
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¡ Bien dicho !

¡ La caspa al poder !

... shishi.. pero si ya lo está:



..... Bueno, todavía se puede mejorar:

Los y las verdaderas patriotas deberíamos seguir el ejemplo de Isabel la Católica y no cambiarnos de calzoncillos ni de ropa interior hasta que hayan sido expulsados del solar patrio todos los sarracenos, los catalanes, los gente de izquierdas, los vascos, los mariquitas, los chinos, los ateos..... los... los... leche es que me enssssiego cuando me tocan la vena patriótica...



Creo que te has equivocado de hilo, el de los progres amanegros está en el principal, arriba a la derecha.

Ah!, y te puedes meter a la asquerosa de la Cospedal por el ojo ciego, que seguro que te cabe...
 
Estado
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