Costumbres puercas de nuestra tierra

Mujeres enseñando el ombligo y las nalgas del ojo ciego en el supermercado, restaurante o en cualquier lado como si fueramos cuba

Gente escupiendo gapos al suelo

Gente tirando colillas y chicles al suelo.

Gente insultando o tocando el claxon todo el rato cuando conduce

Chillar o hablar en alto...

Andar con chanclas por la calle


Gente meando y cagando en la calle, sobre todo hombres o mujeres borrachas y encocadas

Barrios donde Hay trapicheos de drojas

amar civiles en el coche en la primera cita

Mujeres que no llevan ropa interior ( meto ahi negras y sudamericanas

Permitir que los perros caguen y, meen en la acera..
 
Mujeres enseñando el ombligo y las nalgas del ojo ciego en el supermercado, restaurante o en cualquier lado como si fueramos cuba

amar civiles en el coche en la primera cita

Mujeres que no llevan ropa interior ( meto ahi negras y sudamericanas

Permitir que los perros caguen y, meen en la acera..

De lo remarcado en negrita yo estoy realmente harto. Yo les digo que en la tercera o la cuarta y ellas, venga , a la primera.Me tienen hasta el gorro
 
Lo de cobrar y servir sin lavarse las manos no es algo español, ocurre en todo el mundo. Y ni te cuento si vas a países con puestos callejeros como los vende-salchichas de Berlín que trabajan con una especie de mochila en la que no tienen ni agua y ahí están venga tocar monedas y coger salchichas y pan.
 
No todo lo paco es puerco ni todo lo puerco es paco. El tema no va de eso.

Pero hay que reconocer que tenemos algunas costumbres bien lechonas en España que las hemos vivido desde pequeños, las vemos como normales y ni se nos pasa la cabeza cambiar porque siempre se hizo así. Acompañado de un es lo que hay. Con un par.

Voy a enumerar un par:
  1. Pedir en la carnicería, charcutería, pescadería... pagar con dinero y que, con las mismas manos con las que se ha manoseado el genero se vaya a la caja, rebusque, te entregue el cambio y digan siguiente... para atender sin lavarse las manos. Llevarse esos productos imposibles de higienizar en casa y consumirlos tranquilamente, dando igual la cantidad de mugre y usagre que quien nos atendió tuviera, arrastrada de rascadas de sobaco y entrepierna, monedas y billetes anteriores.
  2. Entrar en casa con calzado de la calle, tras haber circulado entre cosas de perro, escupitajos de viejo, meadas de borrachos, vómitos secos, chicles pegados, cascaras de pipas... Y luego pasear por toda la casa infectando todo.
En fin, me dejo bastantes en el tintero. Contad, contad...
En mi casa ni en la de mis padres se entra con calzado de la calle, es la mayor lechonada del mundo.
 
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