El retorno del indigenismo. La rebelión de los mapuches o araucanos en el sur de Argentina y Chile

M. Priede

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Ricardo Veisaga, El retorno del indigenismo, El Catoblepas 180:13, 2017

En la ideología indigenista en su principio se fusionaron el mito del buen salvaje, el relativismo cultural, y la Leyenda Negra muy bien orquestada por Gran Bretaña. La puesta en marcha de esa ideología en la actual Sudamérica, se dio en tiempos de las guerras de la independencia. Se puede afirmar que tuvo una doble motivación, por un lado contra la colonización española y lo más importante lograr que los indígenas se unieran en armas a los ejércitos criollos. Los movimientos independentistas estaban influidos por la Revolución francesa que pretendía acabar con el Antiguo Régimen e instaurar uno nuevo. Irónicamente los indigenistas reivindican las rebeliones indígenas del siglo XVI y la del siglo XVIII como intentos emancipadores, pero lo cierto es que estos movimientos pretendían reinstaurar el régimen precolonial, no uno nuevo.

Podemos aportar como ejemplo las sucesivas rebeliones que se dieron en el siglo XVI, y especialmente en el siglo XVIII. Pero el fin de cada una de estas rebeliones fue restaurar el régimen precolonial, como sucedió en el sur de Perú en 1564, en Oruro en 1739, que pretendían coronar a un descendiente de los incas, el levantamiento del cacique Túpac Amaru en el Cusco en 1740 reivindicando el nacionalismo quechua. El de Atahualpa en 1742, en 1761 los comuneros en Nueva Granada, la rebelión aymara de Túpac Katari en La Paz, en 1782, una rebelión típicamente racista muy común en la américa precolombina, en un intento de regresar a un régimen preincaico, atacando a los criollos, mestizos y quechuas. Estos movimientos podían atacar los fuertes, a las tropas, a las autoridades, y aun ocupar el poder de manera efímera en algunos lugares, pero fueron incapaces de mantenerse en el poder y carecían de un modelo de gobierno más avanzado, por tanto, estaban destinados al fracaso. Los movimientos independentistas marchaban en sentido contrario a los independentistas y había que atraer a los indígenas a la causa revolucionaria.

Uno de esos casos fue el del realista José Tomás Boves y de la Iglesia, también conocido como el León de los Llanos, la Bestia a caballo o simplemente Taita, un militar español, comandante de la llamada Legion Infernal, caudillo de los llaneros durante la guerra de Independencia en Venezuela, un caudillo popular que aglutinó a los indígenas y a las clases sociales que eran objeto de los abusos y la explotación por parte de la aristocracia criolla, con su ejército de indios y su lema de «fin a los blancos» mantuvo en jaque a Simon Bolívar por largo tiempo. En 1824, Bolívar por decreto imponía la propiedad privada de las tierras, disolviendo las comunas indígenas. Los indígenas que participaron voluntariamente en los ejércitos independentistas fueron muy pocos, en cambio muchos ingresaron a las tropas españolas como sucedió en Perú, Bolivia, Guatemala, etc

Muestra de ese indigenismo quedan las estrofas del himno nacional (argentino) censuradas a posteriori, que entre otras cosas decía: Se conmueven del Inca las tumbas, y en sus huesos revive el ardor. Lo que ve renovando a sus hijos de la patria el antiguo esplendor. La bandera lleva un sol, pero no un sol cualquiera sino el sol inca. Eso no fue la única tontería esbozada por esos idealistas, el peor disparate fue la propuesta de la restitución de la Monarquía Inca por el General Manuel Belgrano (idea compartida por otras personalidades como San Martín y Güemes) en el Congreso de Tucumán, el 6 de Julio de 1816 y aprobada por el mismo el 31 de julio del mismo año. ¿Qué pretendían estos hijos de españoles? Tal vez, que en Sudamérica se adoptara la lengua incaica, se restaurara el socialismo inca, se transportara a su majestad en una litera, se reservara doncellas vírgenes para su harén, se arrojaran flores ante su paso y se pagaran tributos..


El general Bartolomé Mitre, historiador, periodista y presidente, dijo: «A este plan es imposible concederle sentido práctico, ni siquiera sentido común, ni aun en su tiempo; extravagante en la forma e irrealizable en los medios, concebido sobre falsas ideas, con más inocencia que penetración política y con tanto patriotismo como falta de sentido práctico,(…) El Congreso había perdido la noción de la realidad, en cuanto a límites y vivía en una región poco menos que fantástica, puramente fantasmagórica, respecto a la unidad territorial que representaba en teoría, hacía más vagas sus fronteras, al intentar fundir un vasto imperio sudamericano en el hecho de designar al Cuzco como capital.» Y exasperado agregaría refiriéndose a ella como la «monarquía en ojotas». Un siglo y medio después de ser formulado este esperpento, la corriente historiográfica de la llamada izquierda nacional y José María Rosa, un historiador y peronista de izquierdas, verán con mucho agrado esta cosa poco buena. Eran nuevos tiempos en que las izquierdas daban un franco apoyo al indigenismo.
¿Quiénes son los mapuches?

El antropólogo ya fallecido Rodolfo Casamiquela, dijo en una entrevista: «Si se definen como Mapuches son chilenos y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina». Los patagones, los aborígenes presentes en territorio argentino, eran los antiguos tehuelches. La última persona en hablar esta lengua fue un blanco, el antropólogo Casamiquela, que la aprendió de la familia tehuelche Cual. Según el antropólogo, primero vino el mundo tehuelche paleolítico, muy antiguo. Los antepasados de sus antepasados se remontan a 10 mil ó 12 mil años atrás y evolucionan en la Patagonia. Mucho después de la llegada de los Españoles, alrededor del 1600, el caballo permite que los Tehuelches copen todo el ámbito pampeano y Neuquén. En esa misma época empieza la mapuchización. Existen diferencias entre unos y otros.

Los gigantes patagones no son una fantasía, sino los Tehuelches, que alcanzaban casi los dos metros de altura y una corpulencia de 150 kilos, de tez oscura y ojos asiáticos, que vivían de la caza y se vestían con pieles. Los araucanos o Mapuches, sin embargo, son una raza de estatura mediana, cultivadores de cultura andina, que tenían casas de madera y paja y trabajaban en forma maravillosa el tejido y la platería; ellos tenían una trayectoria cultural superior, que los Tehuelches imitaron. Con la llegada de la religión y la onomástica se va produciendo una transformación en ella. Entonces, los hombres tehuelches, especialmente los caciques, en el norte de la Patagonia, empezaron a ser bilingües. Pero las mujeres siguieron hablando tehuelche, incluso algunas familias pasaron del tehuelche al castellano, sin pasar por el mapuche. Hubo un sincretismo religioso y lo tehuelche se mapuchizó. Pero el Mapuche como pueblo estaba del otro lado de la Cordillera (del lado chileno).

Casamiquela insiste: «Por ello, si digo que acá no había ningún Mapuche en 1865 y que recién llegaron en 1890, digo lo que es la historia, no lo invento. Sólo que otros no lo dicen o lo dicen distinto. Entonces soy el malo.» Si se definen como Mapuches son chilenos y si son chilenos no tienen derecho sobre la tierra de la Argentina. Esta es la clave. Entonces, como yo explico que son chilenos, soy el enemigo. Cualquier chileno sabe que los Mapuches son chilenos. Los líderes también lo saben. Pero la juventud no. El 99 por ciento de los que se definen como mapuches son de origen Tehuelche. Pero se han dado muchas confusiones por la lengua o el apellido. Así se va perdiendo la identidad. La necesidad de sentirse Mapuches se debe a que la palabra mapuche es muy atractiva. Quiere decir gente de la tierra.

En cuanto a quienes fueron los originarios, el antropólogo pregunta con respecto a qué. A la llegada de los españoles es una cosa. A la constitución del Estado argentino es otra. Porque en 1816 (año de la independencia) no habían mapuches en Argentina. Los primeros se radican en el centro de La Pampa en 1820 y en 1890, al sur del Limay neցro, los primeros pobladores de origen chileno fueron los mapuches y los chilotes. Hay que distinguir muy sutilmente todo este asunto. Los araucanos (hoy llamados mapuches) no son originarios del actual territorio argentino. La gran oleada turística araucana comenzó en 1833 y fue encabezada por el lonco chileno Juan Calfucurá que fue el «Napoleón de las Pampas» hasta su fin en 1873. Lonco, es el nombre que los mapuches dan al cacique.

El cruce de la cordillera estaba custodiado por Santiago Reuquecurá, hermano de Juan Calfucurá: cada uno disponía de miles de lanceros a caballo. Los malones indios incendiaban casas y campos, degollando a todos los varones, robando mujeres por las que pedían rescate y llevando arreos de hasta 50.000 vacunos que luego vendían en Chile. Con gran fuerza militar, los araucanos batieron y absorbieron a tehuelches, en general pacíficos, cuya lengua ha desaparecido. En los textos de Bartolomé Mitre y de Estanislao Zeballos o en las cartas y documentos de Juan Manuel de Rozas, que son de la época, no existe la palabra mapuche, se habla sólo de pampas, puelches, ranqueles, etc. La palabra mapuche se adoptó en 1950. Los llamados mapuches son descendientes de chilenos y tienen los mismos derechos que los argentinos de origen piamontés, siciliano, español, alemán o sirio.

Los mapuches ingresaron en oleadas sucesivas a lo que hoy es territorio argentino. Los ranqueles, los pehuenches, los tehuelches, son indios cuyo origen está en esta región de la Patagonia. Los mapuches ingresan cuando se apropiaron del caballo, que los españoles incorporan a América y lo usaron como instrumento bélico, el caballo les permitió pasar de ser recolectores o pequeños agricultores en corredores o en cazadores. Cuando ingresan al territorio argentino someten a las tribus. En el siglo XIX estallan los conflictos, primero con los sucesivos gobiernos hasta la Constitución de 1853, el conflicto entonces ya es con los gobiernos de la República Argentina, antes los conflictos fueron con el gobernador de Buenos Aires, Juan Manuel de Rozas, y con otras provincias como Córdoba, San Luis o Mendoza, las correrías indígenas se realizaban sobre las estancias y pueblos de estas provincias.

El ingreso de los mapuches a través de la cordillera se produjo a partir del siglo XVII, de forma masiva en el siglo XVIII, y en el siglo XIX ingresa Juan Calfucurá conformando una confederación indígena que tiene por objeto el arreo de ganado, un poco para manutención propia y una enorme porción, para su venta en Chile. Y no era solamente el ganado, eran también las mujeres que algunas eran vendidas en Chile, y otras retenidas como rehenes. Si algún estanciero o un pulpero, al que le habían robado la mujer, la progenitora o a la hija, y tenía algún contacto con las tolderías cercanas, previo pago del rescate le devolvían la mujer. Del regreso de su Campaña del Desierto, Rozas trajo quinientas mujeres cautivas, las mujeres que eran robadas, solteras o casadas eran adjudicadas por el Cacique a los indios, para convivir con ellos. Cuando el Ejército rescataba a esas mujeres algunas tenían vergüenza, y no querían volver con hijos concebidos con el Indio.

La vida de una mujer culta al lado de un indio bruto y sucio, era un infierno, muchas veces les lastimaban los pies para que no pudieran escapar. Además sufrían la hostilidad de las indias que las hacían hacer los trabajos más penosos. El escritor Jorge Luis Borges escribió al respecto. La acción militar posibilitó la rápida incorporación de más de 20 mil leguas de las tierras usurpadas por los indios chilenos, de las más aptas para la producción agrícola-ganadera y aseguró las fronteras exteriores al incorporar la Patagonia al país. La presidencia de Roca fue exitosa, fue uno de los mejores gobiernos de la Argentina, fomentó la inmi gración, inversiones extranjeras, aumento de las exportaciones, desarrollo de las vías férreas, etc. En muchos pueblos de la Provincia de Buenos Aires ante la llegada de un malón, salía el cura a tratar de negociar para que no se produzca el ataque.
Un poco de historia

Juan Calfucurá o Callvucurá, dice una versión que nació al oeste de la cordillera de los Andes, en Llaima, otra versión sitúa su nacimiento entre Pitrufquén y el lago Colico (en el actual territorio chileno). Falleció en Salinas Grandes, Argentina, el 4 de junio de 1873, fue un cacique de origen moluche. Era hijo del cacique Huentecurá (piedra de arriba), nacido hacia 1730, uno de los jefes que había ayudado al general José de San Martín en el cruce de Los Andes. Sus hermanos fueron Antonio Namuncurá, padre del cacique Manuel Lefiñancú, y el poderoso Santiago Reuquecurá que vivió entre 1800 y 1887, líder de numerosas tribus pehuenches, podía poner en pie de guerra más de 2.500 hombres. Hacia 1830 Calfucurá cruzó los Andes y se radicó en la llanura pampeana, llamado por los indios borogas que incumplieron los acuerdos con la Provincia de Buenos Aires, recibían reclamos y amenazas por parte del gobernador Juan Manuel de Rozas.

Los caciques, Rondeao y Melín, y Cañuquir, Cañuillan y otros, pidieron la protección de Calfucurá. Pero cuando éste cruzó los Andes, aquéllos habían parlamentado y acordado la paz con Rozas e impidieron que Calfucurá pasara a malonear sobre la provincia de Buenos Aires, lo que provocó la ira de Calfucurá al verse traicionado. Calfucurá dirigió la venganza contra Rondeao y Melín y, efectuó la masacre de Masallé sobre los borogas, matando a ambos caciques. Después de dar de baja de la suscripción de la vida a los caciques borogas, notificó a los demás caciques de la región que por la voluntad del dios Guenechen él se había erigido en Jefe Supremo del gobierno de las Salinas Grandes (o cacique general de las Pampas). Esta matanza que logró a traición, le facilitó ganar el mando.

Estos hechos muestran que, entre los pueblos habitantes de la Pampa y la Patagonia, no había paz ni unidad ya que se quebraba por el menor incidente, lo que suscitaba guerras permanentes, esto fue una constante en todo el territorio del continente americano. Rozas aprovechó para señalar a Calfucurá como enemigo de los borogas y del gobierno, alentándolos a unirse contra él. Los borogas reaccionaron auxiliados por tropas blancas de la Fortaleza Protectora Argentina y sus auxiliares indígenas encabezados por Venancio shishiepán, obligando a Calfucurá a huir por el camino de Chalileo. Calfucurá formó a partir de 1835 una confederación con base en Chillué o Chilihué (Nueva Chile, según Estanislao Zeballos) en las Salinas Grandes.

Calfucurá dominó un extenso territorio con la mayor parte de la provincia de Buenos Aires, San Luis y el sur de Mendoza y las actuales de Neuquén, Rio neցro, La Pampa, recibiendo el apodo de Emperador de las Pampas. ​ Por su control de las Salinas Grandes del Sur, tenía en su poder tanto un punto estratégico de las «rastrilladas» -que eran las rutas comerciales mapuches en las pampas- como el dominio de la sal, sustancia fundamental en esa época para la conservación de la carne. La buena relación de Rozas con Calfucurá, recién se dio después de 1841, cuando el feroz cacique se convenció de la imposibilidad de imponerse sobre los huincas (así llamaban a los blancos). Hasta ese momento, Calfucurá había sido el más acérrimo enemigo de Rozas, como lo fueron los caciques ranqueles Yanquetruz y Painé y otros caciques de origen pehuenche y huilliche.

La Campaña del Desierto de Rozas, no fue una acción indiscriminada, no se hace sobre los tehuelches, los tehuelches son hombres de trabajo, agricultores, y luego van a ser trabajadores de las estancias en el sur argentino. En tal caso sufrirán su condición de pobres, pero no su condición de indígenas. Además no se arrogaban una nacionalidad. El cacique (Ignacio) Coliqueo cuando realizaba su reunión de caciques lo hacía bajo la bandera argentina, mientras que por otro lado el principal asesor de Calfucurá era un chileno.

Rozas le otorgó a Calfucurá el rango de coronel del ejército de la Confederación Argentina estableciendo una alianza, alianza como ya la tenía con muchos borogas, pampas, tehuelches y huilliches, pacto por el que debían recibir anualmente 1.500 yeguas, 500 vacas, bebidas, ropas, yerba, azúcar y tabaco. Estas mercancías eran también para los caciques aliados, en especial para sus pares arribados de Chile, que cubrían sus espaldas de un posible ataque de rivales.

Calfucurá asistió con guerreros a Rozas en la Batalla de Caseros, el 3 de febrero de 1852, que culminó con la caída de Rozas y el ascenso de Justo José de Urquiza. Al día siguiente de la derrota Calfucurá atacó Bahía Blanca, con 5.000 indios y robó alrededor de 65.000 cabezas de ganado. Acabado Rozas, se acabaron los pactos y el jefe mapuche retornó a la barbarie y a los malones. Calfucurá en búsqueda de congraciarse con Urquiza le envió a su hijo Manuel Namuncurá, que se convirtió al catolicismo. También arrasó la ciudad de Azul en 1855, matando a 300 personas, llevándose 150 cautivas y 60.000 cabezas de ganado. El ejército de Calfucurá en 1856 era estimado en 6.000 guerreros: 1.500 ranqueles, 2.000 pampas, 1.000 chilenos (seguidores de él mismo y los caciques Cañumil, Quentriel y demás), 800 araucanos (traídos desde Chile) y 700 pehuenches. Esto muestra el control del cacique sobre un amplio territorio.

En 1872 entró en 25 de Mayo y se llevó a todos los indígenas que se habían rendido al gobierno, por lo que el presidente Domingo Faustino Sarmiento ordenó atacarlo. Calfucurá declaró formalmente la guerra a Sarmiento y saqueó las ciudades de25 de Mayo, Alvear y 9 de Julio, pero en marzo del mismo año fue derrotado en la batalla de San Carlos por el general Rivas y los guerreros del cacique Catriel. Calfucurá murió el 3 de junio de 1873, y le sucedió su hijo Manuel Namuncurá, no sin antes sortear peleas internas con familiares por la sucesión. Su nieto, Ceferino Namuncurá, hijo de Manuel y la chilena Rosario Burgos, fue acogido por los Salesianos, estudió en Buenos Aires en el colegio de la orden, tuvo por compañero de estudio y cantaba en el coro con el futuro cantante de tangos, Carlos Gardel. Ceferino, murió en Roma en 1905, cuando estudiaba para sacerdote católico salesiano, fue recibido por el Papa Pío X, quien le obsequió una medalla destinada a los príncipes, fue elevado a los altares como beato el 11 de noviembre de 2007.

A finales del siglo XIX, los indígenas estaban totalmente aniquilados o asimilados, ya no existían caciques poderosos para negociar. Muchos de ellos sufrieron una transformación, indios provenientes de Carhué y de Fortín Tostado terminaron siendo los temidos cosacos del escuadrón de policía, tropas disponibles para sablear a los anarquistas, a los manifestantes obreros o huelguistas en las calles de Buenos Aires. Como dijo Sebreli: «El trágico destino de los indios americanos no fue pues una excepcionalidad, ni debe interpretarse como una lucha racial; sufrieron la misma suerte que todas las clases sociales supervivientes de un sistema caduco violentamente destruido por el nuevo orden capitalista. La crueldad con que se cumplió esa etapa inevitable del desarrollo del mundo moderno no autoriza a presentarla como la caída desde la sencillez y pureza de un anterior idilio pastoral que nunca existió.»

Quienes empiezan a realizar la defensa del indigenismo en América como una comunidad aislada dentro de una nación, fue el partido comunista boliviano en la década del 50, no quiero decir que toda las izquierdas sostenían esta postura, en las décadas del 40 y 50, creían en las naciones políticas ya constituidas. El indigenismo tuvo entre sus defensores a poetas, novelistas, sociólogos y filósofos, como por ejemplo el escritor argentino Ricardo Rojas, Bernardo Canal Feijóo, el historiador Riva Agüero en Perú, los bolivianos Franz Tamayo, Guillermo Francovich Pachamama, Manuel González Prada, Antenor Orrego. También de manera especial José Vasconcelos. Surgieron organizaciones proindigenistas como el Comité de Derecho Indígena Tahuantinsuyo, el Grupo Resurgimiento y la revista Amauta de José Carlos Mariátegui.

Luego de la Segunda Guerra Mundial con el surgimiento de movimientos populistas y tercermundistas aparecieron una cantidad de escritores indigenistas como el boliviano Fernando Díaz de Medina, José María Arguedas en Perú, el argentino Rodolfo Kusch, el marxista-leninista Carlos Astrada. Igualmente los gobiernos o regímenes populistas a partir de los 30 del siglo pasado, usaron al indio como figura para construir una supuesta identidad nacional, básicamente para oponerse al europeísmo y al occidentalismo. Tales como los regímenes de Lázaro Cárdenas y Echeverría en México, el aprismo en Perú, Omár Torrijos en Panamá, en Bolivia con el Movimiento Nacional Revolucionario que fundó una universidad india, Túpac Katari, o durante la dictadura del general Velasco Alvarado en Perú, que entre otras cosas oficializó la lengua quechua y recurrió a la simbología indígena como propaganda política como el Plan Inca, Plan de Gobierno Túpac Amaru.

Incluido el pacifista Belaunde Terry que recurría a la demagogia para alabar los logros incaicos. En Bolivia se realizó el Primer Congreso Nacional Indígena en 1945, convocado por el presidente Gualberto Villarroel, lo que provocó levantamientos en Ayopaya, La Paz, Potosí y Cochabamba, sangrientamente reprimidos. La figura de Fausto Reinaga es muy importante, inspirado en parte en el movimiento del black power de Estados Unidos, proclamó la revolución india, la lucha entre indios y blancos, la toma de conciencia de la indianidad para lograr el poder indio. En 1970 lanzó el Partido Indio de Bolivia firmando el manifiesto en Tiwanako. Fue de gran influencia en movimientos extremistas como el Movimiento Indio Túpac Katari o el Movimiento Indio Peruano, que proponía un segundo Tawantinsuyo, una especie de «socialismo de inspiración incaica». Otro ideólogo fue el peruano Guillermo carnero Hoke, el congreso de Ollantaytambo de 1980, en Perú, que proclamaron el indianismo como base de toda su acción política.

Muchos movimientos sectarios protestantes, llegados de Estados Unidos, como los pentecostales que representaban casi un 80% de los protestantes en América Latina sentaron base en tribus de Argentina, Chile y Brasil. Antaño los indigenistas usaron la figura de fray Bartolomé de Las Casas como aliado frente a la colonización española, lo mismo se puede decir del padre Gustavo Gutiérrez, de la Teología de la Liberación, que lo exaltó como el precursor del cristianismo de izquierdas. Es curiosa la figura del fraile, digamos que no era ni un revolucionario ni un heterodoxo, y sus ideas estaban lejos de lo que hoy se conoce como indigenismo. Lo que buscaba era occidentalizar a los indios y no siempre de manera pacífica. Siempre gozó de prestigio y no fue perseguido por la Inquisición, y el cristianismo era la única religión válida para todos, incluidos los indios.

Consideraba que los indios se encontraban, en un estadio como antes lo habían estado los europeos, se podría decir que tenía una visión evolucionista y no relativista, no reconocía a los indios como diferentes y ni pretendía aislarlos del resto, sino que dejaran de serlo pero por intervención de la educación cristiana. A fray Bartolomé, nunca le importaron los esclavos neցros, solo los indios (por esto sería acusado por movimientos y líderes afroamericanos en el siglo pasado) y la UNESCO en 1985 se negó a celebrar los quinientos años de su nacimiento. Y esto tiene una explicación en su propia personalidad moldeada por una relación amorosa u gays que mantuvo en su adolescencia con un indio. Su padre le había regalado un joven esclavo indio y fue separado de él abruptamente, nunca dejó de buscarlo obsesivamente en América.

Los informes de Bartolomé de Las Casas eran de segunda mano y exageraba ex profeso, mentía cuando se trataba de cifras y presentaba a los indígenas como pacíficos basado en el conocimiento de pocas tribus, basta decir, que muchos de sus acompañantes fueron víctimas de indios. El resurgimiento de la ideología indigenista o de los pueblos originarios a fínales del siglo pasado, tiene que ver con el cambio de la política mundial. Con la caída del Muro de Berlín y la implosión de la Unión Soviética, los adherentes a estas ideologías se baten en retirada e ingresan a distintos tipos de ONGs. El sujeto de la Historia ya no es la clase obrera, sino otros sujetos, supuestas víctimas del imperialismo. Entre ellos, estas minorías indígenas.

La Leyenda Negra, cumplió un rol muy importante en desacreditar al imperio español, pero eso es cosa pasada. Los grupos de izquierdas y los progres, no saben que es la Leyenda Negra, tampoco leen, y si lo hacen no sobrepasan los caracteres que tienen limitados en Twitter, buscar perfiles en Facebook o leer sus propias consignas ideológicas. Lo que hacen es repetir los tópicos de moda. Es posible que en el campo económico no exista diferencia entre las izquierdas y la derecha, pero en lo demás hay una enorme diferencia. Las izquierdas definidas o indefinidas comparten trincheras con los grupos secesionistas, se oponen a la pena de fin, simpatizan con la llamada causa Palestina, son antisemitas y odian a Israel, exaltan a los colectivos lgtb, celebran el día del orgullo lgtb, el matrimonio igualitario, justifican por complicidad al Estado Islámico, como lo hace sin tapujos la demente Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo.

Denigran a las fuerzas armadas y abrazan las ideologías indigenistas, el pacifismo, detestan los símbolos patrios, son los que claman por la abolición de los Estados, los que hacen causa común con el islamismo, el animalismo y el ecologismo. Defienden la inmi gración sin discriminar. Muchas veces por idealismo se llega a creer que en las izquierdas latinoamericanas o en el eje bolivariano se podía o puede encontrar algo de racionalidad, un total disparate. Un marxista-leninista como Facundo Jones Huala puede convivir perfectamente con un anarquista como Santiago Maldonado. ¿Puño derecho o puño izquierdo en alto? Qué más da, si son de la misma trinchera. Los grupos políticos de derecha y los llamados centristas, no comparten estas ideologías, salvo ínfimas cantidades que no significan nada.

Hoy por hoy, los mapuches no existen étnicamente puros, están mezclados con blancos y criollos. En realidad en el continente americano, con las salvedades de Canadá y Estados Unidos, y este último que prácticamente eliminó a los indígenas o los confinaron a las reservas, el resto del continente es mestizo. Caso único en el mundo, la historia de la América Latina así lo certifica. Eso no sucedió en Asia, África ni Oceanía. La colonización española fue diferente a las demás debidos a su particular cultura y a la característica piadosa de la religión cristiana católica que vino con la conquista española, tuvo una mirada distinta por sus principios éticos y jovenlandesales. Desde Doña Mariana o la Malinche, la amante de Hernán Cortés, se trazó el camino para la fusión de culturas.

En mi país, tenemos el caso del llamado Padre de la Patria, el general Don José de San Martín, hijo adoptivo del capitán español Don Juan de San Martín, fue en realidad fruto de la unión entre el noble militar español Don Diego de Alvear y Ponce y Leon, fundador de una familia patricia argentina, y una india guaraní, que trabajaba de sirvienta llamada Rosa Guarú. El tonalidad de la piel no es exclusivo para el mestizaje, muchas familias argentinas llamadas patricias asi lo confirman como los Mallea, los Jufré, los Aguirre, de quienes desciende la famosa Victoria Ocampo ligado al mundo literario internacional, los Suárez de quienes desciende el escritor Jorge Luis Borges, lo mismo el caso de Garcilaso de la Vega, Rubén Darío, Carlos Mariátegui, Nicolás Guillén, César Vallejo, etcétera.

En este sentido se puede decir con matices, que la civilización del Río de la Plata no se hizo totalmente desde España, fue una empresa asuncena (por Asunción del Paraguay). Ya que este fuerte fundado por españoles a orillas del río Paraguay hace 480 años, con el nombre de la Muy Noble y Leal Ciudad de Nuestra Señora Santa María de la Asunción. Se convertiría con el tiempo, en la base de donde partieron las expediciones que establecieron más de setenta localidades en las actuales Argentina, Bolivia, Brasil y Paraguay, por eso llamada en justicia progenitora de ciudades, pero esta tarea no hubiese sido posible sin el consentimiento y protagonismo de los carios, la tribu guaraní que habitaba en ese territorio. Las nativas o mestizas fruto de esa convivencia sirvieron para repoblar la ciudad de Santa María de los Buenos Aires, fundada en 1536, pero masacrados por los pacíficos y caníbales nativos.

Las mujeres destinadas a este repoblamiento fueron en su totalidad provenientes de Asunción, desde donde partió la que sería la segunda y definitiva fundación de Buenos Aires, en 1580. El 15 de agosto de 1537 el explorador español Juan de Salazar y Espinoza fundó Asunción, que se convertiría en la capital de lo que se conoce como la provincia Gigante de las Indias y que iba del Amazonas hasta la Patagonia. Un lugar estratégico, ya que se presentaba como «un punto equidistante entre los territorios a defender, para frenar la penetración portuguesa, y aquellos a explorar». Los carios compartían con los españoles la monogamia. Este pacto significaba también para los carios la posibilidad de contar con una tecnología de guerra que ninguna otra población indígena podía superar.

Pero los españoles y carios se convirtieron en mucho más que aliados, según el investigador Rubiani, «Cuando llegó el originario grupo instalado en Buenos Aires con las primeras mujeres europeas, tras cuatro años de fundada Asunción, alrededor de 2.000 mesticitos ya correteaban por el caserío asunceno». «Los españoles, más que conquistar, fueron 'indianizados' por los guaraníes». Entre las ciudades fundadas se destacan Santa Cruz de la Sierra (1561), que con 1,4 millones de habitantes es hoy una de las dos urbes más pobladas de Bolivia, así como también Córdoba (1573), Santa Fe (1573) y Corrientes (1588), que son actualmente las capitales de tres provincias argentinas y tienen 1,4 millones, 650.000 y 350.000 habitantes, respectivamente.

Resistencia Ancestral Mapuche

Es un grupo guerrillero separatista que tiene su base de operaciones en Argentina y Chile. Su intención es crear un Estado mapuche en el territorio de ambos países. Pretenden ignorar que los mapuches eran originarios de Chile y que los habitantes del oriente de la cordillera de Los Andes eran los Tehuelches, de rasgos más fuertes, de mayor estatura que los conquistadores españoles, que los llamaban Patacones por las enormes huellas de sus pies que dejaban en la nieve y el barro con botas de piel de oveja. Existe una hipótesis nada descabellada que este movimiento insurgente en la actualidad sea financiado por grupos de poder de Inglaterra, con intereses en los inmensos depósitos de petróleo de Vaca Muerta, recientemente descubiertos. Además de las pretensiones británicas de siempre.

Facundo Jones Huala es blanco con una cuota de sangre india que tiene la mayoría de los criollos que habitan en la Patagonia, sus apellidos uno galés y otro araucano, son muy frecuentes. Facundo está detenido en la ciudad de Esquel (Chubut) y cuya extradición reclama Chile. Fernando, antes de tener estos objetivos que persigue su hermano, sus intereses fueron otros muy distintos: fue flogger, la tribu urbana que hace diez años se originó en Argentina. Antes tenía por costumbre participar de las juntadas flogger en el shopping Abasto (Buenos Aires) y estaba muy activo en las redes sociales. Su look de ese momento iba en concordancia con los de la tribu urbana: ropa de tonalidad flúo, pelo planchado con el flequillo hacia el costado y zapatillas de lona. Para ese entonces se daban «guerra» de tribus urbanas, aunque Jones Huala, según dicen, no participó de las peleas con otros grupos de jóvenes.

Los floggers estuvieron relacionados con la red social Fotolog, un sitio web donde se subían fotos y el resto de usuarios podían comentar en ellas. La llamada «cultura» flogger se originó en Argentina entre los años 2007 y 2010 y luego se expandió al resto de Latinoamérica. Fernando asumió el liderazgo de la organización mapuche desde que su hermano Facundo fue detenido el 27 de junio en un control policial en Esquel, a raíz de un pedido de captura internacional emitido por Interpol Chile. Es por esta razón que se encargó de organizar la protesta del 1º de agosto, en la que desapareció Santiago Maldonado de 28 años, tras un desalojo realizado por parte de Gendarmería. El día anterior al operativo de la Gendarmería, Fernando había sido detenido junto a otros dos compañeros de la RAM. En su posesión encontraron un «manual de Guerra», cuchillos y un papel escrito a mano en el que se encontraban indicaciones para llevar a cabo un «golpe de prensa».


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Los hermanos Jones Huala
Los hermanos Jones Huala, Fernando a la izquierda y Facundo a la derecha

Facundo Jones Huala, en una entrevista dijo: «Hay cosas que no puedo ocultar, como mi política y doctrina ideológica. Apoyamos el uso de la violencia política como un arma de autodefensa. Planeamos la liberación mapuche como la reconstrucción de nuestro mundo. Somos el brazo armado del movimiento mapuche: usamos molotovs, cuchillos, palos. Más que eso, no podemos permitirnos». En la entrevista utilizó frases hechas y contradictorias que no se entendía su significado. Uno de los primeros ataques que realizaron luego de su detención fue en la Ruta Nacional 40, abordando un camión, llenaron el camión con aceite y lo hicieron explotar con un cóctel molotov. En la ciudad de Bariloche, quemaron dos edificios dejando pancartas exigiendo la libertad de su líder.

Atacaron la estancia de los Benetton, el vigilante de la estancia Evaristo Jones (otra vez el apellido Jones) informó que ellos lo atacaron y lo torturaron, robaron sus armas y quemaron su cobertizo, alegando que no era una acción contra él, sino contra los dueños de la estancia. La guerrilla cometió ataques similares contra otros empleados y sus familias, quemando bosques y causando daño a la agricultura, los vandalismos sobre los vehículos agrícolas y el servicio eléctrico, y los vehículos que se encontraban en las carreteras cercanas.​ El policía José Aigo fue asesinado cuando intentó revisar un camión que se dirigía a Aluminé. Las organizaciones chilenas marxistas leninistas Frente Patriótico Manuel Rodríguez y el Ejército Guerrillero de los Pobres, ambas forman parte de la RAM.

El 1 de agosto de 2017 personas de la comunidad de Lof Cushamen protestaron por Facundo Jones Huala, bloqueando una carretera cerca de El Maitén, y fueron dispersados por la Gendarmería Nacional Argentina. Santiago Maldonado, un activista anarquista, llamados por todos los medios de prensa, «artesano», que apoyaba la manifestación mapuche, fue posteriormente reportado desaparecido. Con la desaparición de Maldonado el RAM se hizo conocido a nivel nacional e internacional. Los mapuches lonkos Camilo Nahuelquir y Raducindo Calfupan rechazaron las acciones de la RAM y señalaron que sus acciones no son respaldadas por las poblaciones Mapuche.

El líder mapuche Facundo Jones Huala en una entrevista con el periodista argentino Jorge Lanata, abordó los reclamos de esa comunidad aborigen, los hechos de violencia y sabotaje que protagonizaron y la situación de Santiago Maldonado, el artesano que desapareció el 1 de agosto. Huala desconoció la autoridad del Estado argentino sobre los mapuches, reiteró que quieren tomar el control de territorios que actualmente tienen legalmente empresas a las que llaman «trasnacionales» y exigió el reconocimiento de una «nación mapuche».

Jones Huala: Nosotros somos pobres, a nosotros no nos financia nadie. Somos pobres obreros, albañiles, nosotros sí vivimos el hambre, no tenemos esos relojes.

Jorge Lanata: Tengo este reloj porque trabajé para tenerlo.

JH: Ese es el principio del capitalismo y de la mentalidad burguesa. ¿Usted considera que los patrones trabajan?

Lanata: Algunos trabajan y algunos no. Pero no vine a discutir marxismo con vos. ¿Qué derechos tenés para pedir una tierra en la provincia?

JH: Nosotros siempre estuvimos acá. Miles de años llevamos acá, como el pueblo tehuelche. A nosotros nos cambiaron el apellido, porque no soy hijo de ingleses.

Lanata: ¿Cómo sabés que tus títulos son válidos?

JH: Tenemos los documentos de la truchada (falsedad) que hicieron los ingleses en 1928. Roca les dio tierras a los ingleses y a los mapuches, pero los ingleses nos sacaron las tierras con un dibujo de los planos.

La propiedad privada

Lanata: ¿Estás en contra de la propiedad privada?

JH: Sí.

Lanata: Pero está garantizada por la Constitución.

JH: La propiedad comunitaria no está reglamentada. Nosotros tenemos un reclamo constitucional.

Lanata: ¿Cómo podés estar en la Argentina y estar en contra de la propiedad privada?

JH: La propiedad privada está en contra de nosotros. Nosotros existimos antes que el Estado, lo dice la Constitución.

Lanata: Por un lado estás en contra de la propiedad privada y por otro defendés la propiedad más que nadie, porque estás defendiendo la propiedad de 4.000 años. Sos más conservador que los conservadores.

JH: Sí, claro. Soy conservador, sí. Soy mapuche. No soy ni argentino ni chileno, una cosa es la nación y otra el Estado.

Lanata: ¿Vos tenés documento? ¿De qué país es?

JH: Sí, claro. Es del Estado argentino. Pero la nacionalidad es muy diferente al Estado. Hay un Estado Plurinacional en Bolivia.

Lanata: Pero esto no es Bolivia. Hablás de cosas separadas. Allí hay un Estado Plurinacional porque se hizo una Asamblea Constituyente y la gente lo decidió así.

JH: ¿Y por qué acá no se puede?

Lanata: Impulsalo... ¿Pensás que tendrías muchos votos en una elección?

JH: No lo sé. Nosotros no vamos a elecciones burguesas. ¿A los gobernantes alguna vez les interesamos?

Lanata: ¿Te interesan las elecciones?

JH: Si las elecciones cambiaran algo, estarían prohibidas. Es un eslogan. La gente tiene derecho a votar, si les gusta...

Lanata: ¿Estás de acuerdo con la democracia?

JH: Esta es una sociedad burguesa, una sociedad de patrones. Desde que nací estoy obligado a vivir en esta sociedad. La sociedad de mis abuelos era distinta y no éramos pobres. Ahora aparece el Estado porque hay una resistencia, pero no queremos que nos sigan matando.

Lanata: Pero por un lado querés que el Estado esté y por otro lado no...

JH: Yo quiero que se respeten nuestros derechos.

Los atentados y Maldonado

Lanata: Acá hubo setenta y siete atentados en los últimos años...

JH: ¿Hay muertos? ¿De qué lado hay muertos? Sólo de nuestro lado. Yo sé lo que pasó con Santiago Maldonado: Gendarmería se lo llevó. Lo que están haciendo es terrorismo de Estado. Yo crecí torturado.

Lanata: No seas tan frívolo. Terrorismo de Estado era la ESMA, cuando torturaban y mataban. Me hablás como si estuvieras en una asamblea y yo tuviera 14 años.

JH: Usted que me habla como si yo fuera su empleado y yo no soy su empleado. No se equivoque... Sus empleados son como nosotros: indios y pobres. La gente como usted suele tener eso.

Lanata: Lo que pienso es que tus ideas son bien reaccionarias, bien aristocráticas. Estás defendiendo algo que tuvieron tus abuelos hace 200 años.

Lanata: Con lo que decís vos estás de acuerdo con el ISIS, que hizo el atentado en Barcelona. ¿Sabés qué dijo? Queremos volver a tomar Andalucía, que estuvo en manos de los árabes durante 8 siglos. Eso es lo que dijo el ISIS. Estás de acuerdo con eso.

JH: Esas son luchas entre imperialistas. Están financiados por los gringos y Arabia Saudita.

Lanata: ¿Cuál es tu ideal? ¿Qué querrías que pasara?

JH: Tenemos una propuesta política de siete puntos. Recuperación del territorio de tierras productivas y sagradas para trabajar. Mejoramiento de calidad de vida y autonomía mediante el trabajo propio. Ejercicio de nuestros derechos políticos y territoriales: nosotros somos espirituales. Vivienda, salud y educación. Acabar con el latifundio y la explotación. Resistencia a la empresas trasnacionales y expulsarlas y ahí viene el sabotaje. Reconstrucción del mundo mapuche: nosotros somos mapuches por linaje.

Además dijo: «Nosotros existimos antes que el Estado»

En una entrevista realizada a Gustavo Bueno en Oviedo por La Nueva España, el 12 de mayo de 2004, sobre esta cuestión fue muy claro y respondió lo siguiente:

—La crítica a la apropiación es de tradición marxista.

—Marx ve la guerra como resultado de la lucha de clases. Una continuación de la lucha de clases. Yo planteé la vuelta del revés del marxismo hace ya mucho tiempo. Hay que ver la lucha de clases dialécticamente, a través de los estados. La propiedad privada viene del Estado. Eso se dice mucho antes de Engels. Y es lo contrario a Engels. Cuando hay Estado empieza el reparto de la propiedad territorial y el inicio de la propiedad privada. Antes, es la apropiación del territorio. Pero ¿con qué derecho? Con el derecho de la fuerza. No es derecho natural, no vale eso de ser el primer ocupante. ¿Por qué tiene más derecho el primer ocupante que el segundo?

«El comunismo está negado ya por el Estado, porque para el Estado la tierra es de éste o de aquél, pero no de cualquiera. Si hay lucha de clases es a través del Estado, que asegura la propiedad privada de los ciudadanos.»

Además ¿Quién es el primer ocupante? Algo que erróneamente por ignorancia o por ideología comparte el Papa Francisco (peronista de izquierda), por citar a una figura de trascendencia internacional. Existe un clima cultural en América latina, por la defensa de los derechos de los pueblos originarios ¿Cómo pueblos originarios? ¿Quiénes son los pueblos originarios? Si no hay pueblos originarios americanos. Existen distintas teorías antropológicas acerca del poblamiento americano. Lo cierto es que no hay un hombre originario americano.
The Mapuche Nation, el pueblo originario con sede en Bristol, Inglaterra

El centro de operaciones de la «lucha por la autodeterminación» de los mapuches de Chile y Argentina está ubicado desde 1978 en el #6 de Lodge Street, en la ciudad portuaria inglesa de Bristol. Desde allí abogan por la causa. «El día 11 de mayo de 1996, un grupo de mapuches y europeos comprometidos con el destino de los pueblos y naciones indígenas de las Américas, y en particular con el pueblo mapuche de Chile y Argentina, lanzaron la Mapuche International Link (MIL) en Bristol, United Kingdom», explican las autoridades de esta organización; a saber, Edward James (Relaciones Públicas), Colette Linehan (administradora), Madeline Stanley (coordinadora de Voluntarios), Fiona Waters (a cargo del equipo de Derechos Humanos), entre otros.

Reynaldo Mariqueo, el único mapuche, hace las veces de secretario general secundado por Dame-Nina Saleh Ahmed, vice secretaria general. Es llamativo que Inglaterra acoja a esta suerte de embajada mapuche. Es significativo que un país que siempre buscó deslegitimar la conquista española, respalde esta causa. No digo que lo haga el gobierno inglés de manera oficial pero si apoyada desde alguna estructura política del gobierno. El ciudadano chileno Reynaldo Mariqueo, que se arroga la condición de mapuche, huyó de Chile durante la dictadura militar de Pinochet, llegó a la Argentina, donde estudió y luego huye de Argentina, en 1976, con el advenimiento de la junta militar al poder, y se establece en Inglaterra. Desde allí recorre Europa con el apoyo de las izquierdas y la progresía mundial.

El objetivo que persiguen es «en última instancia, conquistar el derecho a la autodeterminación», mientras en el sur del continente americano grupos de mapuches, como la llamada agrupación Resistencia Ancestral Mapuche (RAM) o la Coordinadora Arauco Malleco (CAM), le declaran la "guerra a Argentina y Chile", y protagonizan actos de sabotaje, incendios y amenazas. La MIL lo explica en ingles que: «the Mapuche Nation está situada en lo que se conoce como el Cono Sur de Sudamérica, en el área actualmente ocupada (sic) por los Estados argentino y chileno». «Su identidad como nación autónoma, unida a la conciencia de ser parte de una cultura, una herencia histórica y una espiritual diferentes ha creado un movimiento sociopolítico inspirado en esas aspiraciones comunes», dice The Mapuche Nation. Reynaldo Mariqueo es el werken (en mapuche), es decir, vocero o representante.
El mapa de la Mapuche Nation

El territorio ancestral mapuche según la organización con sede en Bristol abarca la «Pampa and Patagonia of Argentina…». Así lo explican: «La Nación Mapuche está ubicada en el sur de los territorios que hoy ocupan los Estados de Chile y Argentina –afirma la MIL–. Hace un poco más de 130 años su territorio ancestral, y el de otros pueblos originarios aliados, se extendía desde el sur del río Bío-Bío (Chile) hasta el extremo austral del continente, y en Argentina desde los ríos Colorado y Salado hasta el estrecho de Magallanes», agregan. Y eso no es todo. Para los miembros británicos de la nación mapuche, el territorio ancestral abarca también las islas Malvinas y la Antártida…

En el mismo documento, fijan el año 1860 como el de la «Gran Asamblea Constituyente» en la cual «los más notables representantes del pueblo mapuche» fundaron «un gobierno monárquico constitucional». Y agregando que, «tras la ocupación del territorio del estado mapuche (sic), la Casa Real de dicho gobierno se estableció en el exilio en Francia, desde donde viene operando de manera ininterrumpida desde entonces». Curiosamente, a la vez que hacen reivindicación de sus derechos ancestrales y de su condición «originaria», los mapuches reconocen una dinastía francesa fundada por la ocurrencia de Orélie Antoine de Tounens (1825-1878), un abogado francés y masón que desembarcó en Chile en 1858 y se autoproclamó Rey de la Araucanía y de la Patagonia.

El mapa mapuche
El mapa de la nación mapuche

La monarquía mapuche en el exilio: el rey, Jean-Michel Parasiliti di Para o Príncipe Antoine IV, y Su Excelencia Reynaldo Mariqueo, Conde de Lul-lul Mawidha, a cargo de Asuntos Exteriores. «Tanto el gobierno monárquico como el pueblo mapuche en su conjunto jamás han renunciado ni a sus derechos soberanos ni a la restitución de su territorio ancestral», afirman. La «monarquía mapuche», entonces, además de ser francesa es hereditaria, de modo que sobre los territorios de Araucanía y Patagonia han «reinado» sucesivamente siete soberanos: Gustave-Achille Laviarde o Aquiles I; Antoine-Hippolyte Cros o Antonio II; Laura-Therese Cros-Bernard o Laura Teresa I; etcétera, hasta llegar al actual, Jean-Michel Parasiliti di Para o Príncipe Antoine IV, desde el 9 de enero de 2014. La corte de Antonio IV se completa con un «presidente del Consejo del Reino, Su Excelencia Daniel Werba, Duque de Santa Cruz» y con un «miembro del Consejo de Estado y encargado de los Asuntos Exteriores, Su Excelencia Reynaldo Mariqueo, Conde de Lul-lul Mawidha y Caballero de la Orden Real de la Corona de Acero».

Aunque denuncia «oleada turística», «genocidio», «represión», «espionaje» y otra larga lista de supuestos atropellos por parte de los Estados de Chile y Argentina, la «Nación Mapuche» se pone bajo la protección de un país extranjero y reconocen la dinastía inaugurada por un aventurero. De hecho, sus territorios ancestrales fueron puestos bajo protección de Francia ya en 1860, lo que claramente implicaba establecer una cabecera de playa de una potencia extranjera en la retaguardia de las jóvenes naciones sudamericanas. Además de estos documentos fundacionales, de las listas dinásticas y de la historia mapuche, en The Mapuche Nation pueden encontrarse noticias, denuncias y campañas (como una contra el Tratado de Libre Comercio entre Chile y la Unión Europea). Y otras actividades que manifiestan contra el gobierno de Chile
Nuevo indigenismo en América del Norte

La portavoz del Concejo Municipal de New York, la puertorriqueña Melissa Mark-Viverito, propuso que la estatua de 78 pies construida en honor a Colón fuera «revisada» e incluso demolida. «Hace tiempo que existe este debate sobre el futuro de la estatua en varios países del Caribe y, sobre todo, en Puerto Rico, donde yo nací. Muchos creen que la figura de Cristóbal Colón es un homenaje a la opresión que la población nativa sufrió en su momento, y por eso quieren que las autoridades la retiren», afirmó Mark-Viverito. Cristóbal Colón, es considerado por los activistas de izquierdas en el área del Caribe como un «merodeador malvado» que sirvió para al exterminio de las poblaciones indígenas. Los estadounidenses con orígenes italianos lo recuerdan como un héroe, ellos donaron la estatua de Colón a la Gran Manzana en 1892.

Melissa Mark-Viverito, es una comunista insertada dentro del Partido demócrata (la izquierda norteamericana), quien escribió a las Naciones Unidas en 2009, en nombre de los cinco espías cubanos condenados, afirmando que el verdadero villano fue Estados Unidos. Nunca rindió honores a la bandera norteamericana, pese a su situación de funcionaria electa, mientras goza de todos los privilegios legales y económicos que le brinda Estados Unidos. Fue una de las principales impulsoras del indulto al terrorista de las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN), Oscar López Rivera (otorgada por Obama), cuya organización pro castrista realizó entre 1974 y 1983, 120 atentados dinamiteros, muertos y cientos de heridos, y daños a propiedades por millones de dólares. La FALN, fue asistida por la Dirección General de Inteligencia (DGI) y la Misión Cubana en Washington. Como buena izquierdista es defensora a ultranza del colectivo LGBTI.

El alcalde de New York, Bill de Blasio, ordenó un plan de revisión de 90 días en los que un grupo de altos funcionarios evaluarán los «símbolos de repruebo» de la ciudad para crear un «patrón universal» que permita acabar con las disputas actuales y ensalce los valores de New York. En 2013, ya lo había manifestado antes de participar en el Desfile del Día de Colón, «La figura histórica de Colón es un tema complicado por decirlo de alguna manera, y muchas de las cosas que le rodean son bastante oscuras». El Che de Blasio, o el camarada, como lo llaman, pasó su luna de miel en Cuba, junto a su esposa Chirlane McCray, la poetisa negra, famosa por confesar en un libro su lesbianismo, la ex Pantera Negra, quien junto a su marido comparten la admiración por el castrismo. El camarada Bill, cuyo verdadero nombre es Warren Wilhelm Jr. en 1988 realizaba trabajos sociales para el gobierno sandinista, y oficiaba de recaudador de fondos y ayuda económica para el sandinismo en Estados Unidos, por medio de la Red Solidaria en Nicaragua.

El 19 de agosto, un par de docenas de personas se juntaron a los pies de la imponente estatua de Cristóbal Colón situada frente al ayuntamiento de Columbus, Ohio, una de las tantas ciudades y condados de Estados Unidos que evocan con su nombre al descubridor de América. Su objetivo, pedir que se retire el monumento por considerarlo un símbolo de la «supremacía blanca». Estaban convocados por una organización izquierdista nacional de defensa de la «justicia racial» (SURJ), por sus siglas en inglés. Grupo que proclama «Compromiso con la clase pobre y trabajadora», quienes siguen su accionar «estimulados por el liderazgo valiente del movimiento por Vidas Negras (Black Lives), y la lucha por la justicia viajero e indígena. A decir verdad son izquierdistas que profesan un repruebo a fin a Donald Trump. La estatua del Almirante Colón, en Central Park, sufrió pintadas en rojo y un grafiti que rezaba «el repruebo no va a tolerarse». Otras estatuas de Colón en New York y otros estados también sufrieron la acción de los vándalos.

Mientras tanto en California, los activistas intensifican el ataque al legado español en Estados Unidos, en realidad a estos no les importa lo sucedido con los nativos en la actual Estados Unidos, lo que quieren es cobrar venganza por lo que creen que sucedió en Mexico. Los Ángeles cambiará el Columbus Day por el Día de los Pueblos Indígenas. Mientras, la figura de San Junípero Serra a la entrada de la antigua misión española de Santa Bárbara, también en California, amaneció hace unos días decapitada y cubierta con pintura roja. Las agresiones en EE.UU. a monumentos del descubridor como al franciscano mallorquín que fundó las primeras misiones en California no son nuevas. Ya en el V Centenario de Colón, en 1992, se cuestionó su figura y hace dos años, cuando el Papa Francisco canonizó a fray Junípero Serra, diversas estatuas suyas fueron atacadas. Junto a ellos, exploradores españoles que fueron clave en la historia de lo que hoy es EE.UU., como el descubridor de Florida en 1513, Juan Ponce de León, también han sido boicoteados.

Elizabeth Wise, «regent» en España de las Hijas de la Revolución Americana, asegura que quienes atacan a Colón o San Junípero «no saben de la historia ni la mitad» y que los españoles «no fueron quienes hicieron la matanza». El presidente del Hispanic Council, Daniel Ureña, no cree que haya «hispanofobia», sino «un contexto político y social en el que a veces no se comprende que la identidad de Estados Unidos no puede concebirse sin la aportación hispana, tanto en el pasado como en la actualidad». En el caso de Colón, «se le ha metido con calzador en un debate revisionista falto de rigor y repleto de ideología, demagogia y populismo», según el responsable de este think tank dedicado a cultivar las relaciones entre EE.UU. y el mundo hispano. Lo que no entiende Ureña o no quiere decir por demagogia, es que quienes proporcionan la ideología o la hispanofobia son los mismos hispanos o latinos.

Sin demagogia y valentía, el director del Instituto Franklin de la Universidad de Alcalá, Julio Carreño, apunta que la mayor parte de la población latina de EE.UU. es mexicana y «no es de extrañar que los descendientes de esos pagapensiones utilicen el momento convulso en el que vive EE.UU. para atacar los símbolos de lo que ellos consideran una conquista bárbara y un genocidio». No, a mí no extraña nada. Hay que tener valor y honestidad para decir las cosas como son. El famoso y tan manoseado bloque o mundo hispano o latino, es un mito oscurantista. Hace más de dos décadas que mantengo trato con las diversas comunidades o grupos latinos o hispanos, periódicos, revistas culturales, organizaciones comunitarias, etc.; he viajado por todo el país, actualmente resido en el mayor barrio mexicano del Medio Oeste Norteamericano, conozco de lo que hablo, no como algunos que opinan informados por internet o como turistas.

Los hispanos o latinos, no son un bloque ni son homogéneos, están enfrentados entre todos más allá de lo superficial. Los grupos inferiores en número deben sufrir los abusos y la prepotencia de los grupos mayoritarios, que se arrogan la representación y hablan en nombre de los hispanos. Los grupos de pagapensiones latinos de Sudamérica son muy distintos culturalmente a los de Centro y Norte América y los enfrentamientos verbales, golpes y armas de por medio son frecuentes e históricos. Los puertorriqueños en New York y parte de la Costa Este son en su mayoría política y culturalmente de izquierdas. En tanto en el Medio y Oeste norteamericano son mexicanos, y en su mayoría comulgan con ideas de izquierdas aunque no son conscientes de ello. Tienen el hábito al igual que los puertorriqueños, de vivir del papá Estado, y en casi su totalidad son indigenistas. Los mexicanos se autodenominan «La Raza» ¿Qué raza? Los animales tienen raza, no la especie humana. Esa orgullosa denominación habla por sí misma.

La celebración del mes de la Hispanidad, no tiene nada que ver con la idea de hispanidad acuñado por el sacerdote vasco Zacarías de Vizcarra. Estas celebraciones pasan por lo frívolo, la invitación a la Casa Blanca o a los medios televisivos a cantantes o artistas como Eva Longoria, que apenas balbuceaba en español o la exaltación de las culturas prehispánicas. En su momento escribí muchos artículos sobre esta cuestión, cuya publicación me fue negada en bloque por los medios de comunicación en español, manejados por estas mayorías. Se dice que actualmente en Estados Unidos hay unos 50 millones de hispano-parlantes. A decir verdad, habría que restarle muchos millones a esa cifra. Hay millones de hispanos llegados en la última mitad del siglo XX, cuyos padres no le enseñaron a sus hijos a hablar en español, según ellos, ya que eran estigmatizados por hacerlo.

Un argumento poco serio, ya que nada impedía que lo hicieran en casa, un ejemplo por conservar su lengua son los sefaradíes. No es necesario el lenguaje para ser identificados, basta con nuestra presencia física para que nos delatemos como latinos o hispanos. Y los hijos de estos hispanos por lo mismo no lo hablan. Los nietos de muchos de mis amigos ya no hablan español, en todo caso uno dos por mérito propio, sus hijos ya no hablan en la lengua de sus padres. Y como si esto fuera poco, se inventaron ese esperpento llamado spanglish, que no es chicha ni limonada, un lenguaje propio de gente baja y de pandilleros. Curiosamente existen miles personas de distintas etnias de México, que emigraron a Estados Unidos y no hablan español, y tienen radios comunitarias en su dialecto, lo que constituye un gran problema para las autoridades norteamericanas a falta de traductores. Una muestra concreta de la desatención del estado mexicano hacia sus ciudadanos.


Se suele hablar sobre el reconocimiento que se les debe a los indígenas ¿y qué reconocimiento se les debe? El único que cabe como a cualquier otro habitante es ser ciudadano y no un trato especial por ser indígenas. Entre otras cosas los indígenas tienen el derecho y el deber de aprender el español o castellano, y no las lenguas indígenas, ya que es el idioma en el que se redactan las leyes y se usa como vehículo de expresión en casi todo el continente, con ella podrán acceder al trabajo y a la educación. Algunas provincias argentinas, en sus demagógicas constituciones hablan de enseñar las lenguas nativas, que no pasan de unos pocos miles. Lenguas que no le permitirán ingresar a internet, al mundo de los negocios, de la política internacional o de la tecnología, lenguas que no sirven para el presente ni para el futuro. Y al único sitio donde irán a parar es a la edad de piedra.

En el mundo actual, no cuentan los pueblos o las naciones étnicas, lo que cuentan son las naciones políticas. Naciones políticas son Argentina, México, Perú o Chile, no los mexicas, los toltecas, los incas o los quilmes. Lo que corresponde es hablar de Naciones políticas no de naciones étnicas, la etnia no hace nada, ni la sangre, como tampoco la biología, que para lo único que puede servir es para clasificar a un ciudadano como perteneciente a la especie humana. La política y la cultura determinan a una Nación. Seguir tratándolos a los indígenas como algo diferente, lo único que se va a lograr es marginarlos de la civilización, confinarlos en reservas mantenidas por el Estado y terminar por ser simples objetos turísticos. La lucha de los mapuches o cualquier otro grupo indígena secesionista, es completamente estéril, están destinados a sucumbir por negativa a ser ciudadanos de un Estado. Luchan o perseveran para ser pequeños, engañados por las ideologías indigenistas y multiculturalistas de los progres e izquierdistas.

Es inconcebible que en una época de mestizaje global se quiera preservar unas etnias insignificantes. Ese estado primitivo del buen salvaje y la igualdad natural idealizado por Rousseau, ya fue fulminado por la necesidad de cada cual de entregar su poder individual al Estado, que tan bien observó Hobbes. Si a un Estado le importa su eutaxia, debería obligarles a salir de esa marginación. Dentro de un Estado no existe el «derecho de resistencia al Estado», tal derecho no está escrito en ninguna parte, ningún Estado codifica el derecho de los pueblos originarios a la resistencia y el único que da derechos es el Estado. El único derecho que tienen los indígenas es a ser ciudadanos ya sea mexicano, peruano, argentino o chileno que es lo que son. Ser ciudadanos de cualquier país latinoamericano no se refleja en un tocado de plumas o en una lanza más o en una lanza menos, sino en sus derechos civiles, derechos iguales para todos sin otorgar privilegios a nadie por pertenecer a un grupo indígena.

Fuera de eso lo único que hay es traición a la patria. Y si no quieren integrarse habría que hacerlo a la fuerza, para eso sirve la fuerza entre otras cosas. Que en Chile empiecen por poner en práctica el lema de su escudo que dice: «Por la razón o la fuerza». La resistencia es un acto de la voluntad, y cuando hay esa voluntad no necesita de un derecho, el derecho aparecerá a posteriori para justificar el hecho. Cualquiera puede «resistir» pero eso no es un derecho. La postura de Jones Huala, del subcomandante Marcos o de cualquier indigenista no es heroísmo, es ridículo o simplemente menso. La pretensión de la «conservación antropológica» no sirve para nada positivo, el mundo, mal que les pese a Jones Huala o a cualquier otro delirante como Evo jovenlandesales, no volverá a danzar a la lluvia o adorar al Sol, ni dar brincos al compás de gemidos étnicos.

En un programa deportivo de México, pude observar un episodio en donde un periodista deportivo ¿periodista deportivo? Siempre tuve curiosidad por saber en qué consiste tal sabiduría, ya que según mi experiencia, el conocimiento deportivo de estos periodistas no excede o es inferior a la de cualquier aficionado. Juan Carlos Gabriel de Anda, un borracho prepotente (hace unos años se presentó en un programa en vivo, alcoholizado). Arremetió contra el entrenador de futbol del club Cruz Azul, el español Paco Jémez, comparándolo con Hernán Cortés, harto, según él, de los abusos y la humillación que le propinaron los conquistadores españoles a los nativos. Perplejo, observé a este señor, en el que su componente europeo es superior al indígena, sin hablar de su apellido. Es posible que se sienta un «hijo de la chingada», tal como lo expuso Octavio Paz. Respondiendo a preguntas que persiguen a los mexicanos: ¿por qué el mexicano no se reconoce a sí mismo? ¿Es que no sabe quién es, o más bien busca esconder su ser?

La Chingada es la progenitora que fue amada sin consentimiento y, por tanto, el «hijo de la Chingada» es aquél que fue engendrado como producto de una violación. La deshonra se remonta a los tiempos de la Malinche, cuando, según los indigenistas, la cultura precolombina fue amada sin consentimiento. Lo que ha llevado a un rechazo o disconformidad psicológica y a no considerarse ni mestizo, ni indio, ni español. Y su mexicanidad se reduce al ser de los aztecas. Cuando Juan Carlos de Anda, patalea y manifiesta haber sido chingado ¿En nombre de quien lo hace? ¿Cómo azteca, como mexica, como zapoteca, o como mexicano? Porque no es lo mismo. Azteca es un término más general que se refiere en conjunto a todos los pueblos cuyos orígenes se atribuyen a un legendario lugar llamado Aztlán. Azteca en náhuatl significa «la gente que vino de Aztlán», y Aztlán sería el lugar de origen de los aztecas, pero también de otros grupos que incluyen a los tepanecas, los chichimecas, los xochimilcas y otros. Todos ellos hablaban náhuatl.

Luego de vagar por muchos años los aztecas se establecieron en Coatepec y en ese lugar surgió una disputa. Algunos aztecas, que seguían a Huitzilopochtli, querían irse y otros, que seguían a Coyolxuahqui (La hermana de Huitzilopochtli) querían quedarse en Coatepec. En la batalla que siguió, los seguidores de Huitzilopochtli ganaron y cambiaron su nombre a mexicas, que significa (gente de México). Huitzilopochtli era conocido también como Mexi. Entonces mexica también significa «Hijo de Mexi o Huitzilopochtli». Otorgarles a los mexicas la representación total de México, es un abuso, es ignorar que existieron muchas etnias, y normalmente enfrentados entre ellos. Como Ahuízotl, que en su búsqueda de víctimas para Huitzilopochtli, se enredó en guerras con los huastecos, zapotecas, popolocas, tlapanecos, mixtecos, la confederación tlaxcalteca, pero nunca lograron dominar a los tarascos.

En realidad, cuando llegaron los españoles, todo el territorio estaba en guerra permanente, Hernán Cortés, de manera inteligente aprovechó las enemistades existentes para lograr su plan, sólo contaba con quinientos hombres, de allí su alianza con los totonacas, tlaxcaltecas, cholultecas. Los tlaxcaltecas conservaban mucho repruebo contra los aztecas y se tomaron la revancha en cuanto llegó la ocasión, según algunas versiones, acabaron con la vida de más de ciento cincuenta mil aztecas, sin apiadarse de las mujeres o de los niños. Lo que llevó a Hernán Cortés a decir: «Nunca he visto una raza tan despiadada ni a seres humanos tan inmisericordes». Hablar en nombre de los mexicanos actuales, es hablar en nombre de los indígenas, de los mestizos, de los españoles y europeos puros. Es decir, hablar en nombre de los ciudadanos mexicanos. Los estados surgen de la fragmentación de los imperios, la Nueva España fue parte del imperio español, territorio que México lo heredó y no fue capaz de conservarlo íntegramente.

Y lo más importante, olvida este sujeto, que para que exista hoy los Estados Unidos Mexicanos, fue una necesidad la derrota de los mexicas y otros grupos indígenas.​
 
O sea que Benetton financia un grupo terrorista formado por falsos mapuches...

jorobar no voy a ir por allí abajo en la fruta vida.
 
Los chilenos se han primermundizado por encima de sus posibilidades y Soros va a poner remedio.
 
Los mapuches son los catalanes de Chile pero con razon.

¿Y qué o quiénes son los mapuches? ¿No ves que no lo saben ni ellos?

Mira el problema de andar con 'nacionalidades' y razas: indígenas contra mestizos


La mayoría de los bolivianos no se identifica con ninguna 'nación' indígena

Comparativamente con el censo de 2001, que reflejó un Estado indígena, el último puede afectar a la esencia del Estado plurinacional, convertido ahora en un país con población mayoritariamente mestiza, aunque quienes diseñaron los cuestionarios censales se negaron a utilizar ese término por considerarlo racista.

Los “ninguno”, es decir, quienes no se identificaron con ninguna de las 36 naciones indígenas, suman 4.032.014 ciudadanos mayores de 15 años, mientras que los indígenas mayores de 15 años suponen un total de 2.806.592 bolivianos. De estos, el mayor número corresponde a la nación quechua, y a la aimara en segundo lugar.

“A mí también me ha sorprendido el dato. No sé si estamos en una etapa de desclasamiento o en una etapa de mayor mentalidad colonizadora”, ha comentado jovenlandesales al asegurar que esas cifras se respetan.

Bolivia es más mestiza que indígena | Internacional | EL PAÍS

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al final son los originales habitantes de america...
con la mala suerte que llego el blanco y los diezmo...
habra que negociar asi te dejan en paz...
 
El nuevo truco del alopécico de sacar listas de hilos viejos, viene de querida progenitora pa ver como los bebecharcos DE MONGOLIA no son mas que dolidos SOPLACERBATANAS

Nada que no se supiera ya
 
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