Las grandes inversiones se dirigen a los bienes económicos más producidos y consumidos, eso es algo natural y forma parte de la eficiencia de una economía. Un sector con una facturación 100 veces mayor, normalmente recibe una inversión 100 veces mayor para el desarrollo de tecnologías.
Cosas como las lechugas o las zanahorias son delicatessen de la huerta, que se producen en cantidades infinitesimales. La agricultura industrial se dedica fundamentalmente a producir harinas que solo en una pequeña fracción son para consumo humano.
Las sociedades modernas se alimentan principalmente de carne, leche, mantequilla, queso o bemoles y los terneros, las vacas lecheras o los pollos se alimentan de piensos hechos de harina de maiz o de Soja. La mayor parte de la producción de la agricultura es comida para animales criados por la ganadería.
Sin embargo, el mayor cultivo en muchos países desarrollados, USA por ejemplo, no está destinado ni a alimentar personas ni a alimentar animales, y es el césped, lo que constituye una completa aberración. La 'filosofía' del césped, completamente aberrante, consiste en pretender que un conjunto de gramíneas propias de la Inglaterra húmeda crezca en ecosistemas y climas completamente incompatibles. Este empeño en lograr que crezca un conjunto de variedades en lugares y climas donde no pueden crecer, hace que mantener la ficción antinatural del césped exija un consumo ingente de regadío, pesticidas, fertilizantes, modificadores del suelo, etc. Algo que convierte al césped, por su estructura aberrante y por su extensión, en el cultivo más dañino para el medio ambiente.
