Un apunte, y es de cocina, más que de nutrición. Cuando el arroz está en el paquete los granos se frotan unos contra otros y se genera un polvillo, que hace que el arroz se pegue unos granos con otros al cocinarlo. Al lavarlo bien con agua templada varios enjuagues y dejarlo unos 10 minutos en remojo antes del último aclarado, lo que haces es quitar el polvo, el almidón soluble aparece en el proceso de cocerlo.
Si quieres reducir el contenido en almidón del arroz, puedes cocerlo como he explicado antes, dejarlo que se enfríe, meterlo en la nevera. Al día siguiente, pones un poco de aceite que no sea de oliva en una sartén a fuego vivo y lo salteas unos minutos con verduras, pollo, o lo que consideres. Es como el arroz frito de los restaurantes chinos. Una parte importante del almidón del arroz se ha vuelto almidón resistente, con lo cual tu cuerpo no lo absorbe y además es beneficioso para tu flora bacteriana. No saltees arroz recién cocido, porque el resultado es una hez.
Esto parece un rollo de hacer. No lo es si haces un kilo de golpe y lo congelas en bolsas. Cuando quieres arroz, sacas una bolsa, la fríes y hasta luego.
El arroz español es diferente de los arroces asiáticos. En el mundo hay como 500 variedades de arroz. En España nuestro arroz requiere que primero lo frías y luego lo cuezas. En Asia el arroz (jazmin, basmati, etc) primero se cuece y luego se saltea. Un kg de arroz español cuesta unos 0.80 y un arroz asiático de buena calidad puede costar 2.50. Si vas a probar el proceso que te digo, vale la pena que lo hagas con arroz basmati, por ejemplo. Si te salen 10 raciones, la diferencia es muy poca, la verdad.