Bueno, hace un par de años que dí con este magnífico hilo y cambié poco a poco hábitos (aunque nunca fui de comer pan y harinas), no para perder peso, que no lo necesito, sino por calibrar al máximo mi salud de cara a la vejez. El resultado ha sido (está siendo) la experiencia más gratificante de mi vida, teniendo más energía y vitalidad ahora, con 53 años que con 43, y sin dolores ni achaques y habiendo mejorado sustancialmente mi sueño nocturno y mi estabilidad emocional, estando de buen humor y tranquila en general.
Básicamente, tengo un estilo nutricional LCHF (bajo en hidratos y alto en grasa) y ésta es mi dieta diaria actual:
-A las 7:30 am: una taza de café con un cacito de proteína+aminoácidos esenciales. Cápsula de trans-resveratrol con nicotinamida, quercetina y piperina.
-A las 10 am: un puñado de arándanos frescos y un trozo de queso parmesano maduro (solo leche, cuajo y sal). Un puñado de almendras crudas peladas. Un par de perlas de aceite de ajo puro y 1 cápsula de spermidina.
-A las 13:30-14 horas: Lomo grande de salmón con mantequilla y con brócoli o un buen corte con mucha grasa de ternera de alta calidad y brócoli o bemoles revueltos con bacon con coles de Bruselas o plato de lentejas o una gran ensalada (lechuga, aguacate, tomate, pimiento rojo, pepino, aceitunas negras sin hueso, huevo cocido, salmón o atún en AOVE). Todo ello acompañado de un buen puñado de nueces. Café descafeinado con nata y cacito de colágeno. Una onza de cacao 100%.
Suplemento diariamente con vitamina D3 (2200 ui), vitamina C (1000 mg), NAD y ácido hialurónico (120 mg).
-A las 21:30: taza de caldo casero de huesos de jamón + cacito de colágeno. 2 perlas de aceite de ajo puro y 1 cápsula de spermidina.
Al principio, hice ayuno intermitente y me sentó muy bien, pero perdía demasiado peso y tampoco quería estar en el chasis así que no lo llevo a rajatabla, pero algún que otro día no tomo nada más desde el mediodía hasta la mañana siguiente. Básicamente si tomo algo a la hora de la cena procuro no hacer trabajar al páncreas generando subidón de insulina. Por ejemplo, tomo caldo de huesos; si tengo mucho hambre acompaño con un trozo de chorizo curado (carne, ajo, sal y pimentón). De hecho, sigo esta máxima de no generar grandes subidones de glucosa/insulina a lo largo de todo el día.
Finalmente, desterré casi por completo el arroz y las patatas de mi menú semanal. Apenas lo he notado aunque soy fan de los cachelos.
Un día a la semana, sábado por la tarde, me tomo una copa de cava brut o champán brut con un coulant de chocolate de calidad, pero eso es todo lo que me desvío del plan.
Me encuentro genial, con mucha energía y sin picos de hambre, comiendo con buen apetito al mediodía. Es curioso cómo no siento hambre hasta el mismo momento de sentarme a la mesa. Voy al baño con total regularidad y no tengo ningún problema en este sentido aunque al principio sí que me alarmó no hacer de vientre en varios días. Ahora ya no me pasa.
Cuento todo esto por si a alguien le es de ayuda.