Boicot Cataluña: Caen un 40% las ventas en el sector alimenticio. Vol IV
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Ego sum qui sum
Himbersor
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Sois una excrecencia filofascista de una sociedad hastiada, que no ha sabido lo que es sufrir en toda su historia y a la que todo le ha venido dado como prebenda a base de quejíos y victimismo. El problema es que, hasta ahora, nos lo hemos creído. Ya no.
Acta est fabula.
APRENDIZ DE BRUJO.
Madmaxista
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En un estado tan querido como el espanyol solo ha podido brotar la meritocracia, se me hace raro que los catalanes no esten alli donde se merecen, nunca he visto levantar nada a traves de quejidos y victimismo, el que quiere trabajar busca una herramienta y el que no, una excusa.
El estado que mas se asemeja a uno filofascista es el espanyol, derivado del franquismo y que es capaz de pegar a la gente por meter una papeleta en una urna.
Ego sum qui sum
Himbersor
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La única capital en la que Franco entró sin pegar un tiro y aclamado fue Barcelona. Entre los que pedían con mas vehemencia que en Cuba se entrara a sangre y fuego para aplacar la rebelión, en la que no se pedía autonomía política sino económica y poder comerciar con terceros países aparte de la metrópoli, estaba (te sonará) la que entonces se hacía llamar Fomento del Trabajo Nacional. Que las industrias automovilísticas, energéticas, químicas...nacionales no se instauraron en Cataluña durante el franquismo es un hecho como también es falso que más de la mitad de los alcaldes FRANQUISTAS de Cataluña se pasaran a ERC o CiU en la democracia. Que, cuando en Cataluña había autopistas, llegar de Madrid a Las Hurdes te llevará un día es, claro, otro invento.
Y, por supuesto, los catalanes independentistas no son unos traidores facinerosos que usan métodos y discurso fascista. Tienen un aura mística que les habilita a delinquir, anular la ley en su territorio, acosar a los que se oponen y llamarles a ellos fascistas cuando les salga de los narices.
Cataluña es territorio soberano español y en España se queda, los ofendiditos indepes os podéis largar donde queráis; esto es un país libre.
Acta est fabula, camarada.
ETERNA SORPRENDIDA
Madmaxista
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Jo, jo, jo ¡Biba esa solidaridac de la que presumes y que no existe ni entre vosotros! Aquí una muestra:
La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Los Carulla, Sumarroca, Boixareu o Prenafeta se concentran en pasar página, desvincularse de los "hechos de octubre" de 2017 y eludir cualquier responsabilidad en el fiasco político
Respecto al independentismo, en Barcelona hay tres tipos de grandes empresarios: los independentistas, como Artur Carulla (Agrolimen) o Carlos Colomer (ex Revlon); los contrarios a la independencia, Josep Lluís Bonet (Freixenet), y los tibios, lo cuales han templado gaitas a la espera de dónde soplase el viento, tipo Miquel Valls (presidente de la Cámara de Comercio). Entre los primeros, según explican fuentes empresariales de la capital catalana, se está dando un fenómeno curioso porque no se refleja en la política: se reconoce de forma abierta la derrota política del 27-O del año pasado, algo que no aceptan ni en la Generalitat ni en Waterloo, y hay prisa entre dichos empresarios por pasar página y seguir haciendo dinero, dando la espalda a la estrategia de un nuevo choque con el Estado por la que abogan Carles Puigdemont y Quim Torra.
Estamos hablando de empresariado típicamente barcelonés: Lluís Prenafeta, Carles Sumarroca (Teyco), Joaquim Boixareu (Irestal Group) o Tatxo Benet (Mediapro), por ejemplo. Todos ellos muy cercanos a Artur Mas y al conocido como “sector negocis” de la antigua CDC pero que tras los últimos acontecimientos culpan del fracaso de hace un año a los políticos, se desvinculan de los denominados “hechos de octubre”, que ahora serán juzgados en el Tribunal Supremo y se niegan a financiar las repúblicas virtuales de Puigdemont desde Bruselas.
Agrolimen, por ejemplo, está cerrando la histórica fábrica de Sant Just Desvern, donde nació su imperio de sopas preparadas de Gallina Blanca. Se la llevan a Huesca en busca de costes más bajos, según denuncia CCOO. Esta decisión de los Carulla solo se entiende en el nuevo clima de olvidar y dejar atrás y, sobre todo, que ellos no tuvieron nada que ver con el intento independentista. En un reciente encuentro privado un miembro de la tercera generación de los Carulla defendió para estupor de los presentes que la independencia era la enseñanza en catalán y mejorar la financiación de Cataluña, según explica una fuente empresarial que estuvo presente.
En el seno del gran empresariado catalán se acepta la derrota, algo que se niega en JxCAT, pero no la responsabilidad. Ellos no tuvieron nada que ver, Como si Artur Mas y David Madí no hubiesen participado en las reuniones del "sanedrín" que asesoraba a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras antes de la debacle del 27-O. David Madí es otro que pasa página. Desde hace unos días preside Aigües de Catalunya, una empresa controlada por la antigua Aguas de Valencia, de Eugenio Calabuig, un empresario que si es cercano a alguien lo es al PP valenciano.
Sin responsabilidad
El discurso implícito entre el empresariado más soberanista es que ellos no hicieron nada. Si la intentona de octubre de 2017 salió mal fue culpa de los políticos al frente, según su nuevo discurso. Y ponen tierra por medio con Puigdemont, la Generalitat y los presos y encausados, a los que ahora abandonan a su suerte.
Para ellos, lo que les ofrece Quim Torra, cargos institucionales de los que están desplazando a los empresarios que quisieron mediar en la crisis del año pasado, son migajas. Ni la presidencia de la Fira, que ha asumido esta semana Pau Relat; ni la de la Cámara de Comercio, que ahora quieren entregar a Enric Crous a través de fomentar el voto electrónico. Esas cosas están bien para Crous, al fin y al cabo, un empleado, según el punto de vista de estos burgueses —fue durante años director general de Damm y dejará Cacaolat en unos días—. Pero no para empresarios de verdad. Ahora, la próxima prebenda que ofrecerá Elsa Artadi será la presidencia de Turismo de Barcelona, de la que se quiere desplazar al hotelero Joan Gaspart, quien lleva décadas en el cargo y dejó al organismo arruinado con la operación Spanair. Nada de esto es suficiente para respaldar el nuevo intento de ruptura de Torra el 21-D o los delirios de exilio de Puigdemont.
El caramelo de cargos institucionales que ahora la Generalitat está arrebatando a los empresarios del 'establishment' les parece poco para dar más apoyo
Carles Colomer, por cierto, el tío de David Madí, todavía participa en algunas de las "cenas amarillas" que se convocan para recaudar fondos para los presos. Pero no se pasa de ahí. El resto tibio, fistro y sin ganas de significarse.
Este estilo no es un monopolio de los empresarios más independentistas. De hecho, es característico de toda la burguesía catalana, como denuncia el nuevo partido no independentista pero catalanista Lliures, que los calificaba de "cobardes" en un documento estratégico por su actitud ante los "hechos de octubre". Así, por ejemplo, los mismos grandes empresarios que animaron a Manuel Valls a optar a la alcaldía de Barcelona, ahora se han puesto de perfil cuando se ha complicado el panorama con la aparición de Vox. Los ricos de Barcelona son así.
Diferente en comarcas
Mientras la burguesía soberanista en Barcelona ve con inquietud el nuevo choque que se prepara para el 21-D a cuenta del Consejo de Ministros en Barcelona y sus consecuencias políticas posteriores, en comarcas no es así. Fuera de Barcelona, empresarios que facturan más de 50 millones siguen tan comprometidos como siempre con la causa, muchas veces ignorando que en la capital las cosas han cambiado.
Sin embargo, sin este apoyo en la gran metrópoli, los proyectos de Puigdemont, como es el caso de la Crida, quedan tocados de fin. La principal fuente de financiación se ha secado. Por eso el Consell per la República vive tan obsesionado por las donaciones. Fuentes del sector empresarial valoran esta retirada del independentismo capitalino tan relevante como cuando la patronal Pimec, Cecot (presidida por Antoni Abad) o Miquel Valls apoyaron el “derecho a decidir”, lo que resultó clave para el éxito del 1-O. Una vez más, el dinero catalán puede que no sea el más valiente del mundo, pero se está adelantando a lo que va a pasar en Cataluña en los próximos meses.
Independencia de Cataluña: La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
txusky_g
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Jo, jo, jo ¡Biba esa solidaridac de la que presumes y que no existe ni entre vosotros! Aquí una muestra:
La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Los Carulla, Sumarroca, Boixareu o Prenafeta se concentran en pasar página, desvincularse de los "hechos de octubre" de 2017 y eludir cualquier responsabilidad en el fiasco político
Respecto al independentismo, en Barcelona hay tres tipos de grandes empresarios: los independentistas, como Artur Carulla (Agrolimen) o Carlos Colomer (ex Revlon); los contrarios a la independencia, Josep Lluís Bonet (Freixenet), y los tibios, lo cuales han templado gaitas a la espera de dónde soplase el viento, tipo Miquel Valls (presidente de la Cámara de Comercio). Entre los primeros, según explican fuentes empresariales de la capital catalana, se está dando un fenómeno curioso porque no se refleja en la política: se reconoce de forma abierta la derrota política del 27-O del año pasado, algo que no aceptan ni en la Generalitat ni en Waterloo, y hay prisa entre dichos empresarios por pasar página y seguir haciendo dinero, dando la espalda a la estrategia de un nuevo choque con el Estado por la que abogan Carles Puigdemont y Quim Torra.
Estamos hablando de empresariado típicamente barcelonés: Lluís Prenafeta, Carles Sumarroca (Teyco), Joaquim Boixareu (Irestal Group) o Tatxo Benet (Mediapro), por ejemplo. Todos ellos muy cercanos a Artur Mas y al conocido como “sector negocis” de la antigua CDC pero que tras los últimos acontecimientos culpan del fracaso de hace un año a los políticos, se desvinculan de los denominados “hechos de octubre”, que ahora serán juzgados en el Tribunal Supremo y se niegan a financiar las repúblicas virtuales de Puigdemont desde Bruselas.
Agrolimen, por ejemplo, está cerrando la histórica fábrica de Sant Just Desvern, donde nació su imperio de sopas preparadas de Gallina Blanca. Se la llevan a Huesca en busca de costes más bajos, según denuncia CCOO. Esta decisión de los Carulla solo se entiende en el nuevo clima de olvidar y dejar atrás y, sobre todo, que ellos no tuvieron nada que ver con el intento independentista. En un reciente encuentro privado un miembro de la tercera generación de los Carulla defendió para estupor de los presentes que la independencia era la enseñanza en catalán y mejorar la financiación de Cataluña, según explica una fuente empresarial que estuvo presente.
En el seno del gran empresariado catalán se acepta la derrota, algo que se niega en JxCAT, pero no la responsabilidad. Ellos no tuvieron nada que ver, Como si Artur Mas y David Madí no hubiesen participado en las reuniones del "sanedrín" que asesoraba a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras antes de la debacle del 27-O. David Madí es otro que pasa página. Desde hace unos días preside Aigües de Catalunya, una empresa controlada por la antigua Aguas de Valencia, de Eugenio Calabuig, un empresario que si es cercano a alguien lo es al PP valenciano.
Sin responsabilidad
El discurso implícito entre el empresariado más soberanista es que ellos no hicieron nada. Si la intentona de octubre de 2017 salió mal fue culpa de los políticos al frente, según su nuevo discurso. Y ponen tierra por medio con Puigdemont, la Generalitat y los presos y encausados, a los que ahora abandonan a su suerte.
Para ellos, lo que les ofrece Quim Torra, cargos institucionales de los que están desplazando a los empresarios que quisieron mediar en la crisis del año pasado, son migajas. Ni la presidencia de la Fira, que ha asumido esta semana Pau Relat; ni la de la Cámara de Comercio, que ahora quieren entregar a Enric Crous a través de fomentar el voto electrónico. Esas cosas están bien para Crous, al fin y al cabo, un empleado, según el punto de vista de estos burgueses —fue durante años director general de Damm y dejará Cacaolat en unos días—. Pero no para empresarios de verdad. Ahora, la próxima prebenda que ofrecerá Elsa Artadi será la presidencia de Turismo de Barcelona, de la que se quiere desplazar al hotelero Joan Gaspart, quien lleva décadas en el cargo y dejó al organismo arruinado con la operación Spanair. Nada de esto es suficiente para respaldar el nuevo intento de ruptura de Torra el 21-D o los delirios de exilio de Puigdemont.
El caramelo de cargos institucionales que ahora la Generalitat está arrebatando a los empresarios del 'establishment' les parece poco para dar más apoyo
Carles Colomer, por cierto, el tío de David Madí, todavía participa en algunas de las "cenas amarillas" que se convocan para recaudar fondos para los presos. Pero no se pasa de ahí. El resto tibio, fistro y sin ganas de significarse.
Este estilo no es un monopolio de los empresarios más independentistas. De hecho, es característico de toda la burguesía catalana, como denuncia el nuevo partido no independentista pero catalanista Lliures, que los calificaba de "cobardes" en un documento estratégico por su actitud ante los "hechos de octubre". Así, por ejemplo, los mismos grandes empresarios que animaron a Manuel Valls a optar a la alcaldía de Barcelona, ahora se han puesto de perfil cuando se ha complicado el panorama con la aparición de Vox. Los ricos de Barcelona son así.
Diferente en comarcas
Mientras la burguesía soberanista en Barcelona ve con inquietud el nuevo choque que se prepara para el 21-D a cuenta del Consejo de Ministros en Barcelona y sus consecuencias políticas posteriores, en comarcas no es así. Fuera de Barcelona, empresarios que facturan más de 50 millones siguen tan comprometidos como siempre con la causa, muchas veces ignorando que en la capital las cosas han cambiado.
Sin embargo, sin este apoyo en la gran metrópoli, los proyectos de Puigdemont, como es el caso de la Crida, quedan tocados de fin. La principal fuente de financiación se ha secado. Por eso el Consell per la República vive tan obsesionado por las donaciones. Fuentes del sector empresarial valoran esta retirada del independentismo capitalino tan relevante como cuando la patronal Pimec, Cecot (presidida por Antoni Abad) o Miquel Valls apoyaron el “derecho a decidir”, lo que resultó clave para el éxito del 1-O. Una vez más, el dinero catalán puede que no sea el más valiente del mundo, pero se está adelantando a lo que va a pasar en Cataluña en los próximos meses.
Independencia de Cataluña: La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Sinceramente, a mí que se pongan de perfil ahora me la trae floja. Estos tipejos fueron cómplices y financiadores de todo el golpe. Yo creo que se les puede perdonar, pero solo si muestran arrepentimiento, piden perdón y hacen algo para compensar el terrible mal que han causado.
ETERNA SORPRENDIDA
Madmaxista
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Pues eres más buenista que yo. Yo no los perdono, pero mi comentario iba hacia esa solidaridad de la que alardeaba el pantumaker y que el articulo desenmascara.
Yo no perdono a serpientes porque siempre zigzaguearán, es inevitable. Por mucho perdón que pidieran, para mí solo sería una careta interesada. Que en la cruz de despreciar a sus clientes y sin importarles la Unidad de España lleven su penitencia de haber perdido para siempre al menos a algunos como yo.
APRENDIZ DE BRUJO.
Madmaxista
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En la batalla del ebro no se pego un tiro y los de erc son fscistas cambiados de bando. Interesante reflexion por la mañana. Antes de nacer francisco ya se fabricaban coches en Barcelona, camiones... que si que catalunya es espanya pero la mitad de la gente ya no es espanyola y esto tiene pinta que mañana sera el 55 y despues el 60 y luego eslovenia y despues la represion fascista espanyola...
Dr Polux
FEOfobo & CALVOfobo
Nop estas confundido, el independentismo te mete ideas erroneas en tu única neurona. Cometisteis un delito os saltasteis la Constitución de un país (el tuyo por cierto), por tanto pocos palos os han dado.
Por otro lado personajes como tu hacen que el dia a dia el CRS no desfallezca
---------- Post added 15-dic-2018 at 09:20 ----------
No se les debe de perdonar, tienen que pagar un precio por los delitos y daños producidos, sino se volverá a repetir este tema otra vez en el tiempo.
De todas maneras este asunto tardará mucho tiempo en olvidarse y sera una pesada losa para Cagaluña y sus empresarios
---------- Post added 15-dic-2018 at 09:23 ----------
Tenéis que volver al pasado, es decir a la pobreza de la cual nunca tendrías que haber salido. Tenéis que convertiros en la Andalucía actual. Y la Andalucía actual en la región próspera que siempre fue
Última edición:
APRENDIZ DE BRUJO.
Madmaxista
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Realmente el tejido empresarial catalan es de 166.000 empresas, y el apoyo independentista ya supera el 50% y va en aumento, el mundo empresarial no deja de ser un reflejo de la sociedad.
Las sedes sociales seran siempre vuestras, pero los poligonos son catalanes.
Dr Polux
FEOfobo & CALVOfobo
Polígonos vacíos por cierto
APRENDIZ DE BRUJO.
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Mi abogado me ha dicho que un referendum no es un acto ilegal, en espanya si, pero tambien se dice desde espanya que es un pais democratico.
Andalucia le sacara de la probeza vox, eso es clarividente.
Yo cuando es un partido politico el que te ha de sacar de la probeza, en vez de uno mismo con su trabajo y esfuerzo, me recuerda al votante de vox de castellbisbal. Asi que seguro que catalunya sera pobre y anadalucia trabajara.
---------- Post added 15-dic-2018 at 09:30 ----------
Si los utilizamos para rodar peliculas costumbristas de lo felices que somos los catalanes conviviendo con los espanyoles.que la realidad no te estropé un buen dia.
Dr Polux
FEOfobo & CALVOfobo
Un referéndum tal como hicisteis en España y en cualquier país civilizado, es un delito, cambia de abogado. Es otro abducido como tú y no te conviene.
Los catalanes no tenéis muy buena fama de trabajadores, es lo que pasa cuando se os sube a la cabeza vuestras neuras.
En cuanto a rodar películas, lo dudo mucho, hasta las productoras salen corriendo de dicho "paraíso"
La productora Docme Films traslada su sede a Palma
Feynman
Estoy de Vroma
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Jo, jo, jo ¡Biba esa solidaridac de la que presumes y que no existe ni entre vosotros! Aquí una muestra:
La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Los Carulla, Sumarroca, Boixareu o Prenafeta se concentran en pasar página, desvincularse de los "hechos de octubre" de 2017 y eludir cualquier responsabilidad en el fiasco político
Respecto al independentismo, en Barcelona hay tres tipos de grandes empresarios: los independentistas, como Artur Carulla (Agrolimen) o Carlos Colomer (ex Revlon); los contrarios a la independencia, Josep Lluís Bonet (Freixenet), y los tibios, lo cuales han templado gaitas a la espera de dónde soplase el viento, tipo Miquel Valls (presidente de la Cámara de Comercio). Entre los primeros, según explican fuentes empresariales de la capital catalana, se está dando un fenómeno curioso porque no se refleja en la política: se reconoce de forma abierta la derrota política del 27-O del año pasado, algo que no aceptan ni en la Generalitat ni en Waterloo, y hay prisa entre dichos empresarios por pasar página y seguir haciendo dinero, dando la espalda a la estrategia de un nuevo choque con el Estado por la que abogan Carles Puigdemont y Quim Torra.
Estamos hablando de empresariado típicamente barcelonés: Lluís Prenafeta, Carles Sumarroca (Teyco), Joaquim Boixareu (Irestal Group) o Tatxo Benet (Mediapro), por ejemplo. Todos ellos muy cercanos a Artur Mas y al conocido como “sector negocis” de la antigua CDC pero que tras los últimos acontecimientos culpan del fracaso de hace un año a los políticos, se desvinculan de los denominados “hechos de octubre”, que ahora serán juzgados en el Tribunal Supremo y se niegan a financiar las repúblicas virtuales de Puigdemont desde Bruselas.
Agrolimen, por ejemplo, está cerrando la histórica fábrica de Sant Just Desvern, donde nació su imperio de sopas preparadas de Gallina Blanca. Se la llevan a Huesca en busca de costes más bajos, según denuncia CCOO. Esta decisión de los Carulla solo se entiende en el nuevo clima de olvidar y dejar atrás y, sobre todo, que ellos no tuvieron nada que ver con el intento independentista. En un reciente encuentro privado un miembro de la tercera generación de los Carulla defendió para estupor de los presentes que la independencia era la enseñanza en catalán y mejorar la financiación de Cataluña, según explica una fuente empresarial que estuvo presente.
En el seno del gran empresariado catalán se acepta la derrota, algo que se niega en JxCAT, pero no la responsabilidad. Ellos no tuvieron nada que ver, Como si Artur Mas y David Madí no hubiesen participado en las reuniones del "sanedrín" que asesoraba a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras antes de la debacle del 27-O. David Madí es otro que pasa página. Desde hace unos días preside Aigües de Catalunya, una empresa controlada por la antigua Aguas de Valencia, de Eugenio Calabuig, un empresario que si es cercano a alguien lo es al PP valenciano.
Sin responsabilidad
El discurso implícito entre el empresariado más soberanista es que ellos no hicieron nada. Si la intentona de octubre de 2017 salió mal fue culpa de los políticos al frente, según su nuevo discurso. Y ponen tierra por medio con Puigdemont, la Generalitat y los presos y encausados, a los que ahora abandonan a su suerte.
Para ellos, lo que les ofrece Quim Torra, cargos institucionales de los que están desplazando a los empresarios que quisieron mediar en la crisis del año pasado, son migajas. Ni la presidencia de la Fira, que ha asumido esta semana Pau Relat; ni la de la Cámara de Comercio, que ahora quieren entregar a Enric Crous a través de fomentar el voto electrónico. Esas cosas están bien para Crous, al fin y al cabo, un empleado, según el punto de vista de estos burgueses —fue durante años director general de Damm y dejará Cacaolat en unos días—. Pero no para empresarios de verdad. Ahora, la próxima prebenda que ofrecerá Elsa Artadi será la presidencia de Turismo de Barcelona, de la que se quiere desplazar al hotelero Joan Gaspart, quien lleva décadas en el cargo y dejó al organismo arruinado con la operación Spanair. Nada de esto es suficiente para respaldar el nuevo intento de ruptura de Torra el 21-D o los delirios de exilio de Puigdemont.
El caramelo de cargos institucionales que ahora la Generalitat está arrebatando a los empresarios del 'establishment' les parece poco para dar más apoyo
Carles Colomer, por cierto, el tío de David Madí, todavía participa en algunas de las "cenas amarillas" que se convocan para recaudar fondos para los presos. Pero no se pasa de ahí. El resto tibio, fistro y sin ganas de significarse.
Este estilo no es un monopolio de los empresarios más independentistas. De hecho, es característico de toda la burguesía catalana, como denuncia el nuevo partido no independentista pero catalanista Lliures, que los calificaba de "cobardes" en un documento estratégico por su actitud ante los "hechos de octubre". Así, por ejemplo, los mismos grandes empresarios que animaron a Manuel Valls a optar a la alcaldía de Barcelona, ahora se han puesto de perfil cuando se ha complicado el panorama con la aparición de Vox. Los ricos de Barcelona son así.
Diferente en comarcas
Mientras la burguesía soberanista en Barcelona ve con inquietud el nuevo choque que se prepara para el 21-D a cuenta del Consejo de Ministros en Barcelona y sus consecuencias políticas posteriores, en comarcas no es así. Fuera de Barcelona, empresarios que facturan más de 50 millones siguen tan comprometidos como siempre con la causa, muchas veces ignorando que en la capital las cosas han cambiado.
Sin embargo, sin este apoyo en la gran metrópoli, los proyectos de Puigdemont, como es el caso de la Crida, quedan tocados de fin. La principal fuente de financiación se ha secado. Por eso el Consell per la República vive tan obsesionado por las donaciones. Fuentes del sector empresarial valoran esta retirada del independentismo capitalino tan relevante como cuando la patronal Pimec, Cecot (presidida por Antoni Abad) o Miquel Valls apoyaron el “derecho a decidir”, lo que resultó clave para el éxito del 1-O. Una vez más, el dinero catalán puede que no sea el más valiente del mundo, pero se está adelantando a lo que va a pasar en Cataluña en los próximos meses.
Independencia de Cataluña: La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
El independentismo es burguesia catalana, y para acabar con el primero hay que acabar con la segunda. A largo plazo.
A corto plazo tenemos que lidiar con la horda de zombies separatistas que han creado.
Oda
Madmaxista
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- 6 Abr 2016
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Jo, jo, jo ¡Biba esa solidaridac de la que presumes y que no existe ni entre vosotros! Aquí una muestra:
La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Los Carulla, Sumarroca, Boixareu o Prenafeta se concentran en pasar página, desvincularse de los "hechos de octubre" de 2017 y eludir cualquier responsabilidad en el fiasco político
Respecto al independentismo, en Barcelona hay tres tipos de grandes empresarios: los independentistas, como Artur Carulla (Agrolimen) o Carlos Colomer (ex Revlon); los contrarios a la independencia, Josep Lluís Bonet (Freixenet), y los tibios, lo cuales han templado gaitas a la espera de dónde soplase el viento, tipo Miquel Valls (presidente de la Cámara de Comercio). Entre los primeros, según explican fuentes empresariales de la capital catalana, se está dando un fenómeno curioso porque no se refleja en la política: se reconoce de forma abierta la derrota política del 27-O del año pasado, algo que no aceptan ni en la Generalitat ni en Waterloo, y hay prisa entre dichos empresarios por pasar página y seguir haciendo dinero, dando la espalda a la estrategia de un nuevo choque con el Estado por la que abogan Carles Puigdemont y Quim Torra.
Estamos hablando de empresariado típicamente barcelonés: Lluís Prenafeta, Carles Sumarroca (Teyco), Joaquim Boixareu (Irestal Group) o Tatxo Benet (Mediapro), por ejemplo. Todos ellos muy cercanos a Artur Mas y al conocido como “sector negocis” de la antigua CDC pero que tras los últimos acontecimientos culpan del fracaso de hace un año a los políticos, se desvinculan de los denominados “hechos de octubre”, que ahora serán juzgados en el Tribunal Supremo y se niegan a financiar las repúblicas virtuales de Puigdemont desde Bruselas.
Agrolimen, por ejemplo, está cerrando la histórica fábrica de Sant Just Desvern, donde nació su imperio de sopas preparadas de Gallina Blanca. Se la llevan a Huesca en busca de costes más bajos, según denuncia CCOO. Esta decisión de los Carulla solo se entiende en el nuevo clima de olvidar y dejar atrás y, sobre todo, que ellos no tuvieron nada que ver con el intento independentista. En un reciente encuentro privado un miembro de la tercera generación de los Carulla defendió para estupor de los presentes que la independencia era la enseñanza en catalán y mejorar la financiación de Cataluña, según explica una fuente empresarial que estuvo presente.
En el seno del gran empresariado catalán se acepta la derrota, algo que se niega en JxCAT, pero no la responsabilidad. Ellos no tuvieron nada que ver, Como si Artur Mas y David Madí no hubiesen participado en las reuniones del "sanedrín" que asesoraba a Carles Puigdemont y a Oriol Junqueras antes de la debacle del 27-O. David Madí es otro que pasa página. Desde hace unos días preside Aigües de Catalunya, una empresa controlada por la antigua Aguas de Valencia, de Eugenio Calabuig, un empresario que si es cercano a alguien lo es al PP valenciano.
Sin responsabilidad
El discurso implícito entre el empresariado más soberanista es que ellos no hicieron nada. Si la intentona de octubre de 2017 salió mal fue culpa de los políticos al frente, según su nuevo discurso. Y ponen tierra por medio con Puigdemont, la Generalitat y los presos y encausados, a los que ahora abandonan a su suerte.
Para ellos, lo que les ofrece Quim Torra, cargos institucionales de los que están desplazando a los empresarios que quisieron mediar en la crisis del año pasado, son migajas. Ni la presidencia de la Fira, que ha asumido esta semana Pau Relat; ni la de la Cámara de Comercio, que ahora quieren entregar a Enric Crous a través de fomentar el voto electrónico. Esas cosas están bien para Crous, al fin y al cabo, un empleado, según el punto de vista de estos burgueses —fue durante años director general de Damm y dejará Cacaolat en unos días—. Pero no para empresarios de verdad. Ahora, la próxima prebenda que ofrecerá Elsa Artadi será la presidencia de Turismo de Barcelona, de la que se quiere desplazar al hotelero Joan Gaspart, quien lleva décadas en el cargo y dejó al organismo arruinado con la operación Spanair. Nada de esto es suficiente para respaldar el nuevo intento de ruptura de Torra el 21-D o los delirios de exilio de Puigdemont.
El caramelo de cargos institucionales que ahora la Generalitat está arrebatando a los empresarios del 'establishment' les parece poco para dar más apoyo
Carles Colomer, por cierto, el tío de David Madí, todavía participa en algunas de las "cenas amarillas" que se convocan para recaudar fondos para los presos. Pero no se pasa de ahí. El resto tibio, fistro y sin ganas de significarse.
Este estilo no es un monopolio de los empresarios más independentistas. De hecho, es característico de toda la burguesía catalana, como denuncia el nuevo partido no independentista pero catalanista Lliures, que los calificaba de "cobardes" en un documento estratégico por su actitud ante los "hechos de octubre". Así, por ejemplo, los mismos grandes empresarios que animaron a Manuel Valls a optar a la alcaldía de Barcelona, ahora se han puesto de perfil cuando se ha complicado el panorama con la aparición de Vox. Los ricos de Barcelona son así.
Diferente en comarcas
Mientras la burguesía soberanista en Barcelona ve con inquietud el nuevo choque que se prepara para el 21-D a cuenta del Consejo de Ministros en Barcelona y sus consecuencias políticas posteriores, en comarcas no es así. Fuera de Barcelona, empresarios que facturan más de 50 millones siguen tan comprometidos como siempre con la causa, muchas veces ignorando que en la capital las cosas han cambiado.
Sin embargo, sin este apoyo en la gran metrópoli, los proyectos de Puigdemont, como es el caso de la Crida, quedan tocados de fin. La principal fuente de financiación se ha secado. Por eso el Consell per la República vive tan obsesionado por las donaciones. Fuentes del sector empresarial valoran esta retirada del independentismo capitalino tan relevante como cuando la patronal Pimec, Cecot (presidida por Antoni Abad) o Miquel Valls apoyaron el “derecho a decidir”, lo que resultó clave para el éxito del 1-O. Una vez más, el dinero catalán puede que no sea el más valiente del mundo, pero se está adelantando a lo que va a pasar en Cataluña en los próximos meses.
Independencia de Cataluña: La burguesía independentista de Barcelona pliega velas y evita apoyar otra ruptura
Para que se les pase su factura existe el Consumo Responsable Solidario.
Que todos ellos se arruinen sería una gran noticia para cataluÑa y para España.
---------- Post added 15-dic-2018 at 11:06 ----------
NO, tienen que pagar con el hambre y la miseria.
Estos son los mismos que provocaron la guerra civil; los mismos que provocaron la semana trágica de barcelona que trajo como una de sus consecuencias el tener que instaurar una dictadura con rey; los mismos que financiaron las guerras carlistas...
Deben perecer económicamente para que dentro de los años que sean, no puedan volver a realizar su enésima traición a todos los españoles, empezando por los catalanes.
---------- Post added 15-dic-2018 at 11:08 ----------
Y otra mentira más:
Erais 2 millones en 1980, seguís siendo 2 millones ahora, 40 años después.
Por el contrario, el resto eran menos de 2 millones en 1980, y ahora son 3.5 millones de votantes.
Esos son los números, y tras 40 años de control férreo y absoluto de las instituciones y medios regionales.
- Estado
