Memorias Post Mad Max II. La saga continúa

Berenis

Madmaxista
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Bueno, chavalada, abro este hilo para continuar la genial historia de Destroyo.

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Epílogo. - http://www.burbuja.info/inmobiliari...ad-max-ii-la-saga-continua-7.html#post2988621







Debo advertir que todo parecido con la realidad es coincidencia.
 
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1. La chupipandi.

Hay que ser iluso para decir que te gusta el Mad Max. A mí, para empezar, me desagrada la comida. Llevo comiendo latunes y cerezas (que es fruta de temporada) unas dos semanas y mi despensa tampoco es mucho más variada. Tampoco me acostumbro del todo a la soledad. Una cosa es un poco de paz de vez en cuando y otra muy distinta tirarse días enteros escuchando la respiración de una misma, los pasos de una misma, los pedos de una misma y, lo peor de todo, los pensamientos de una misma.

He encontrado otros errantes, y aunque pronto me hartaré de su compañía, estamos haciendo camino juntos. Al principio no me gustaba el término errante, pero me explicaron que en esta zona se llaman así. En primer lugar, huir es algo que no he elegido. Además mi objetivo no es andar de una parte a otra sin tener asiento fijo: al contrario, viví en una comunidad estable, y cuando me expulsaron, me asenté en una zona, cultivé mi huerto y las tardes de verano me sentaba con Deimos y con Fobos a la fresca, botijo y ballesta en mano, deseando que la vida se quedara quieta. Pero luego me dí cuenta de que errante es también el que no acierta. Y eso me venía como anillo al dedo, porque en mi vida había cagadas como para abonar diez campos de fútbol.

Dicen también que no hay errantes hembra en este sector. De hecho, estoy segura de que piensan que han ligado. Pobres: no debe ser fácil andar todo el día pelándosela como monos y cuando encuentran a una mujer de verdad no poder ni tocarla. Creen que somos cortesanas en celo, que echamos en falta un torpe cuerpo sacudiéndose encima de nosotras. Los hombres tienen sobrevalorado el sesso. Me han contado que muchos errantes se juegan el pellejo negociando con comunidades a cambio de un poco de amaque. Por cosas como éstas creo que la mayoría de ellos no sobrevivirán al Mad Max.

Uno de mis compañeros tiene un tatuaje étnico en la frente. Es hablador hasta decir basta y parece haberse encariñado con los perros, especialmente con Fobos, quizás porque sea el más ladrador de los dos. Es bajito y flaco (aunque la condición de flaco se da por hecha en el Mad Max), pero si algo he aprendido estos años es a no subestimar a nadie. Sabe pescar y es hábil con la honda, aunque le gusta comer insectos que fríe en latas vacías. Al principio pensé que era poco agradable, pero poco a poco le voy cogiendo el gusto al sabor de los grillos y de los saltamontes chamuscados que prepara.

El segundo es un tipo con un corte de pelo a lo rata, pantalones amplios al estilo ladrón de Bagdag y una camiseta mugrosa con un Yin y un Yan que se pone encima del abrigo. Este es más alto, y sin ser a llegar fornido, es robusto. Tiene que serlo para cargar con la enorme mochila que lleva a cuestas. Este es, de los tres, el más inútil con diferencia. Yo me pregunto cómo ha conseguido sobrevivir: no sabe buscar alimento, no tiene armas ni utensilios y, para colmo, tan cargado como va, nos ralentiza la marcha.

El último parece el más sensato de los tres. Quizás porque es el más callado. Parece también el mayor del grupo. Tiene pelo desde el occipucio hasta que la espalda se parte en dos. Es seco de trato y adusto de costumbres. Además, tiene tripita, cosa inhabitual en estos tiempos. Pero bueno, no son adonis lo que me hace falta. Tiene la dentadura sana, y eso significa que sabe buscarse la vida.

Cuando vives rodeada de mandriles, para una mujer joven como yo todo es peligroso, pero me han llegado noticias de que este sector lo es especialmente. No suelo viajar con protección porque la protección suele acabar convirtiéndose en tu principal peligro. Así maté por primera vez a un hombre: cometió el error de creerse con derecho a tener lo que no estaba dispuesta darle. Mi vida está llena de experiencias desagradables, pero sentir la sangre caliente de otra persona empapándote la cara es una de las que más se han repetido: no me gusta dar de baja de la suscripción de la vida, pero con frecuencia tengo que hacerlo. Con más frecuencia de lo que me gustaría, de hecho. Además, tengo a Fobos y a Deimos, que más de una vez han acudido inmisericordes a mi rescate.

Pero esta vez es diferente. No conozco bien la zona; sé que al otro lado de la sierra está la costa, y poco más. Eso son varias jornadas de camino expuesta a bandas de pajilleros, a comunidades hostiles y a errantes sádicos. Pero la razón definitiva es la información: hace meses que no tengo noticias de mi objetivo y pagaría lo que fuera por conseguir una pista. Para eso los errantes son útiles: transmiten buena información si sabes interpretarla. En el fondo, son como marujas en el mercado, ávidos de cotilleos, prestos al rumor, fáciles al insulto.

Lo que no entiendo es porqué estos tres andan juntos. Dicen que es casualidad. Que son tiempos peligrosos para andar sólo por la zona. Citan vagamente la llegada de unas naves. Los errantes me desconciertan. He conocido a muchos tan gregarios como los zoquetes que malviven en comunidades expuestos al poder tiránico de individuos mediocres. Pero también, de vez en cuando, me encuentro con personajes cínicos, autosuficientes, ariscos, desaseados. Se acercan sonrientes, incluso cuando los apunto. No se andan con las ramas:

- ¿Quieres amar?
- Sí, estaría bien. Pero no contigo, da repelúsnte escuerzo.
- fruta. Seguro que eres española.
- Y tú seguro que preferirías que te amara uno de mis perros.

Es entonces cuando comenzamos a entendernos. Charlamos. Comerciamos. A veces compartimos algún día de marcha. Pero nunca hay que dar confianza a un tipo de estos.

Conversar es una novedad que, aunque a veces me desagrada, me recuerda que somos seres racionales (algunos más que otros, claro). Durante el día procuro no abrir mucho el pico e intento desatender el parloteo continuo de Tisdale, pero por la noche soy la primera que reclama nuestra ración diaria de historias al calorcillo de la hoguera.

Hoy Wingardian ha contado la historia de un oficial meteorológico que es destinado a una isla antártica deshabitada en la que cada noche sufre el asalto de unos seres anfibios. Pronto se da cuenta de que no podrá resistir en su cabaña, así que se alía con el farero, que es un tipo bastante huraño. Y así durante largos meses, a tiro limpio cada noche con unos seres cuya motivación desconoce.

- "¿Y qué mas?", le urge Tisdale.
- "Nada más, te parecerá poco, millares de bichos verdes asaltando un faro", le contesta. Wingardian indolente.
- "Pues habrá que inventar un final".
- "Mañana, mañana", les digo mientras me doy la vuelta y les urjo a dormir de una vez.

Somos lo que podría llamarse una chupipandi.
 
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2.-

Nunca habíamos cazado errantes en esta zona, así que procuramos extremar las precauciones. En realidad, la mayoría de los errantes son torpes urbanitas metidos a románticos pero ineficientes merodeadores. La idea de la libertad infinita es atractiva, pero el hambre acaba por vencer a la mayoría de ellos. Por eso, antes incluso de que algunas comunidades empezaran a perseguirlos, muchos se veían obligados a claudicar para sobrevivir y unirse a grupos a los que odiaban. Así que, de alguna manera, al cazarlos, cuando no eran ejecutados, los hacíamos un favor. Lo que es infrecuente es recibir un encargo como el que nos ha traído hasta aquí: el Max Max es un mundo nuevo en el que apenas ha habido tiempo para engendrar tanto repruebo. Perseguir durante semanas, acosar durante meses si es necesario, es algo que no habíamos hecho hasta ahora.

Ya he dicho que casi todos los errantes son pocos cuidadosos. Seguir su pista es fácil: hace tiempo que dejaron de hacer señales, pero, incluso así, descuidados en sus hábitos de vagabundos: encienden hogueras, gritan a pleno pulmón el nombre de foreras mientras se pajean y no se preocupan por disimular el rastro de sus pasos, los restos de sus campamentos y el olor de su cosa. Pero esta juca es astuta, así que deambulamos sin rumbo fijo, en busca de una noticia de su presencia en este sector.

En los últimos días hemos detectado a varios errantes. Que haya tantos significa que las comunidades de esta zona no son muy fuertes, pues de otra manera ya los habrían capturado o liquidado, en el peor de los casos. Eso también significa que es una buena oportunidad para hacer negocios.

Nuestro mecenas dirige una pequeña comunidad de pastores y agricultores. Sin duda era un madmaxista convencido, porque cuando llegó el momento el hijomio estaba bien preparado. No tenemos constancia de que nadie ajeno a la comunidad haya entrado dentro de sus límites, pero cuentan que tienen una gran vacada, rebaños de ovejas y cabras, además de cerdos y aves de corral. Y caballos, decenas de altivos alazanes, además de burros de carga, mulas y unos cuantos potokkas. Su otro gran tesoro es su considerable arsenal, que les ha permitido defenderse sin problemas de las bandas que han osado atacarles.

Su emisario, que tenía más pluma que una granja de pollos, salió a nuestro encuentro escoltado por tres vehículos acorazados de tonalidad fucsia. El alarde no nos intimidó, pero era evidente que estábamos en inferioridad numérica y de medios, y que era mejor no intentar nada frente a los Teletubbies de acero que el colega se traía. Expusimos nuestras condiciones: además de los latunes, queríamos por adelantado rifles y un caballo para que Fray_Fanatic se deshiciera de una vez de su rucio sarnoso, que debía ser el caballo de un picador de lo lento que se movía. Y mujeres, claro, queríamos mojar el churro.

Al día siguiente el emisario nos citó en el linde de un sombrío pinar que marcaba la frontera de los dominios de la comunidad. El acompañamiento tampoco desmerecía: esta vez, el me cae mal venía acompañado de tres tanques ligeros, aunque como iban pintados de rosa chicle no pude distinguir de qué modelo se trataba. En uno de ellos, había un grafiti tonalidad plata que decía "Barriguitas", en otro se leía "Nasios pa dar de baja de la suscripción de la vida". En el tercero, habían pintado un lema más misterioso: "los tanques son de pobres". Pero lo más impresionante era el escenario elegido para el encuentro: delante nuestro había una montaña de huesos mondos y varias estacas clavadas en el suelo, sin duda para advertir a los visitantes de la suerte que podían correr si sus intenciones no era del todo honestas.

- Hemos decidido aceptar vuestras condiciones, nos comunicó solemne el emisario.
- De querida progenitora, dijo Capigorrista mientras empezaba a desabrocharse el cinturón.
- Bueno, no empecéis a lameros el calabacín, que las guarras vendrán dentro de un rato.
- ¿Rusas?, inquirió Plakaplaka impaciente.
- Cuando acabéis el trabajo. De momento, una latinita, una portuguesa y dos españolas.

Estuvimos toda la tarde dedicados al asunto de la jodienda. Los muy fulastres nos habían mandado cuatro de los seres más espantosos de las simas de Mordor. Pero el Mad Max no es tiempo para exquisiteces. Afortunadamente, el resto del adelanto compensaba la jugada de los orcos: las armas estaban en buen estado, la munición era abundante y el caballo era un ejemplar estupendo, zaino, alto de grupa, sano de dientes y lleno de energía, hasta el punto de que enseguida pretendió ponerse a copular con la yegua de Capigorrista, que casi nos lo desgracia de una coz antes de estrenar.

A la mañana siguiente partimos hacia el este, a la caza de esa mala astuta, la tal Berenís.
 
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Rita tiene una cafertería en la Plaza Mayor de previsionia.

Y hugolp vuelve a morir.

Más gente que sale:Yeray, Spamrauken, Artemis, Almeida, Nemo4, Perchas, kalapa, africano, Lorca83, Davitín, Blackholesun, Azkuna, 47, el Presi, Inmi soy, el puñeterodire, Burbufilia, Poppete, Lamar... (y bastantes más).
 
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Berenis, conoces por casualidad a la Candy? :o:o:fiufiu:

Podía ser la Helena de Troya entre los errantes.

Te falta el índice onomástico. :p
 
pero y el espacio para el debate post-capitulo en cada uno?.
 
Intrigante... para que querra nadie en medio del mad-max dedicar tantos recursos a cazar a una errante? Robó algo de enorme valor? Se llevó todos los medicamentos de la aldea?
 
Ale, atendiendo a las quejas de Majadero, he borrado todos los espacios que me reservé para colgarlo todo seguido.

Marbruck: el misterio se desvelará en la tercera parte de la saga (si es que algún día se escribe).
 
Ale, atendiendo a las quejas de Majadero, he borrado todos los espacios que me reservé para colgarlo todo seguido.

Marbruck: el misterio se desvelará en la tercera parte de la saga (si es que algún día se escribe).

Es bien Berenis, pero no tienes que respnder a las preguntas, nosotros hablamos, nos respondemos entre nosotros y tu te sonries mientras nos lees. Si nos desvelas demasiadas cosas se pierde la gracia. Resiste la tentación.

La otra vez, habia un monton de "caricias mentales" tras cada capitulo, y luego destroyo iba por su lado.
 
3.

A primera hora de la tarde hemos visto la primera comunidad desde que erramos juntos. Se trata de un grupo de chalés bastante apañado al borde de un río, que en otros tiempos seguramente era una escombrera, y a las afueras de una pequeña ciudad del extrarradio. Hay huertas, sólo interrumpidas por una línea de cercanías y una autopista hoy intransitada, lo que delata la cercanía de lo que era la ciudad. No se ven defensas, pero es evidente que en caso de peligro pueden atrincherarse detrás de las altas vallas y la densa alambrada que rodean una de las casas. La casa en cuestión está bien preparada para un asedio: dispone de un algibe y es lo suficientemente amplia para colocar 50 literas. Tiene conejera y gallinero (las gallinas son un bien preciado en Mad Max: son una fuente de proteínas y en caso de desesperación valen para un apaño). También hay un almacén en uno de los laterales, ideal para almacenar almendras sin pelar.

-"Déjame ver, déjame ver", dice Tisdale, que es el único que todavía no ha pegado un vistazo con los anteojos de Dabuti.
- "¿Quién baja?", pregunto inocente, mientras miro a la muchachada con ojillos de corderte.

Finalmente, Dabuti se ofrece. Parece una comunidad medianamente civilizada, incluso próspera, así que no parece correr un especial riesgo. Vemos cómo hace la seña del comercio mientras dos individuos se acercan a paso rápido. Uno de ellos lo apunta con una ballesta, y no deja de hacerlo mientras se dirigen a la casa de la valla, que sin duda es el cuartel general, donde le recibe nefernef.

Los cuatro desaparecen en su interior. Esperamos un par de horas, pero no ocurre nada y me empiezo a cansar. Aprovecho la espera para tomar un poco el sol, pero noto que Wingardian no me quita ojo de encima y eso me incomoda.

- "Vámonos antes de que vengan ellos", sugiero. "Mañana por la mañana bajaremos a ver qué ha pasado".

No conozco lo suficiente a estos tipos como para estar segura de que no nos traicionarán. Un errante nunca debe decir que viaja acompañado cuando se encuentra con una comunidad, pero de hijosputa está el mundo lleno.

Nos alejamos un poco hacia el oeste, por el camino por el que vinimos, y luego giramos hacia el norte. Me gustaría acercarme a la ciudad, pero hoy no nos dará tiempo. Empieza a ser difícil encontrar cosas con las que comerciar, pero si eres hábil, siempre hay cosas de valor en las poblaciones. La última vez encontré un Multiópticas sin saquear y ahora tengo una colección de Monturas Bonardi para intercambiar.

Efectivamente, la noche empieza a caer y apenas se ven los primeros bloques de pisos de las ciudades-dormitorio del área metropolitana, así que decidimos hacer noche debajo de un viaducto. Es una noche cálida, de las que anuncian un verano tórrido.

- No has hablado en toda la tarde, -me reprocha Tisdale-.
- No tengo nada interesante que decir, -le respondo mohína-.

En realidad, estoy preocupada. Hace cuatro días que Deimos se fue. Suele desaparecer de vez en cuando a cubrir cortesanas, el dolido can. Pero siempre vuelve en un par de días lleno de rasguños. "Bravo por ellas", me digo mientras lo veo acercarse con el regazo entre las piernas, como pidiéndome perdón. Igualito que un novio que tuve antes del Mad Max. Como tardaba tanto, Fobos salió esta mañana en su búsqueda. Dios, ¡adoro a estos chuchos! y ahora estoy sin ellos.

Y luego está el asunto de Dabuti. Algo me dice que no deberíamos abandonarlo a su suerte.

- ¿Sabéis cómo sigue?
- ¿El qué?, ¿cómo sigue qué?
- La historia de Wingardian, la del oficial atmosférico en la isla.

Tisdale se incorpora ansioso y me agradece que les acabe de contar la historia.

- Pues resulta que el farero tenía como mascota a uno de los seres a los que disparaban. Se la amaba cada noche…

En ese momento, una voz nos interrumpe. Es aflautada y tiene acento canario: me recuerda a la de Valerón.

- ¿Ya acabashte mi niña de contar cuentesitos?

Los tres nos giramos sobresaltados. Hay un tipo bastante fornido apuntándonos con una escopeta de caza. Va vestido de Coronel Tapioca pero en plan mercadillo, el muy flipao: botas de tréquin, pantalón corto de tonalidad verde camuflaje, chaleco, badana, una camiseta que dice "Ser canario es mi rasón" y un sombrero de tirolés.

- "Siento interrumpir ehta amigable reunión de la Comunidad de los Visillos", nos dice mientras nos arroja unas bridas y se ríe de su ocurrencia.

Y ahora, "quietesitos todos", nos dice. Es evidente que Wingardian es incapaz de atarse sólo, así que el tipo se lía a culatazos con él hasta dejarlo más aturdido que de costumbre. Yo dudo cómo reaccionar. Quizás no corramos peligro: inmovilizar a un desconocido es una medida lógica de precaución. Pero quizás no sea bueno esperar para confirmarlo: en el tiempo que alcanzo y armo mi ballesta, me puede haber metido dos postas en el cuerpo. Si me abalanzo sobre él, quizás pierda el arma antes de que pueda dispararme, pero estoy segura de que en un combarte cuerpo a cuerpo me puede machacar. Cuento con la ayuda de Tisdale, pero no sé muy bien si ya se ha amordazado.

Antes de que pueda decidir el plan, veo como Tisdale me lo copia y se abalanza sobre el Capitán Decatlhon. El canijo tiene más fuerza de lo que prometen sus bracitos enclenques. O más bien es rabia. Del primer empujón, ambos salen rodando, y la escopeta cae al suelo. Sin embargo, el ogro reacciona enseguida y aplasta al errante contra el suelo. La maniobra es rápida, pero me da tiempo a recuperar el arma. Cuando Tisdale agota su energía, tras un desquiciado culebreo, la situación es la siguiente: Wingardian inconsciente y amordazado. Tres metros delante suyo, yo apunto con la escopeta al grandote, que se parapeta detrás de un semiinconsciente Tisdale. Si disparo, quizás alcance a Wingardian, pero seguro que frío a aquél, sin que ello me asegure dar al forastero. cosa de situación: creí que esto sólo pasaba en las películas. Decido ser racional:

- Mira, no tengo nada contra tuyo. Deja al chaval y lárgate.
- ¿Te le amahte al acondroplásico?

Ya vamos mal. Primero nos joroba una buena historia y a las segundas de cambio ya está diciendo obscenidades. No sé qué haría si estuviera en su lugar. Lo miro fijamente: no parece un errante, aunque tiene la misma mirada turbia. Tampoco parece muy listo, pero no hay que ser ingeniero de cohetes para salir de situaciones como éstas. Está claro que es una lucha de instintos. El tipo parece estar dispuesto a esperar hasta que me canse de sujetar la escopetaza. puñetero Eusebio Arizaga.

- T´ehtoy poniendo serda, ¿eh Morena?
- Oyes, babuino, te lo digo en serio, acabemos con esto de una vez. ¿Qué quieres?
- Primero mata´l acondroplásico y luego amarte toda la noche, que se me puso como el Teide de mihlita querida.

puñetero cabrón. Me estoy poniendo mala. No sé realmente qué pretende y por lo que veo, no está dispuesto a decírmelo. Tampoco sé si está sólo y si en cualquier momento puede aparecer algún colega y sacudirme la tapa de los sesos. Decido arriesgarme. Aunque se parapete detrás suyo, queda un buen trozo del Capitán Majorero detrás de Tisdale. Probablemente alguna posta le alcance. Luego me quedará otro cartucho. Quizás tenga que rematarlo. La otra opción es irme, pero no me apetece andar por ahí de noche con el bigardo en celo.

Amartillo el arma. Me acerco poco a poco. Lo siento por el errante: me caía bien.
 
:)´:)´( jo, bien empezamos :p
Yo también soy canario... a lo mejor te sirve para negociar con el Capitán Majorero :XX::XX:
 
:)´:)´( jo, bien empezamos :p
Yo también soy canario... a lo mejor te sirve para negociar con el Capitán Majorero :XX::XX:

Tranquilo yo creo que en el tiroteo no moriras, solo perderas una pierna o algo así, piensa que una pata de palo puede darte un toque muy romántico, e igual el barco pirata de Fros todavía esté por ahí
 
Tranquilo yo creo que en el tiroteo no moriras, solo perderas una pierna o algo así, piensa que una pata de palo puede darte un toque muy romántico, e igual el barco pirata de Fros todavía esté por ahí

Prefiero que me revienten una mano y me pongan un garfio, sería más útil :pienso:
 
Y mira que me jodía que se impacientaran conmigo cuando estaba haciendo la historia, pero...

¡Bereniiiis! ¡¡Queremos más, hostiaaaaa!!
 
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