A ver si te
ilumina este texto:
No hay quien entienda, no hay quien busque a Dios.
Todos se desviaron del camino, a una se hicieron inútiles; no hay quien haga lo bueno, no hay ni siquiera uno.
Sepulcro abierto es su garganta; con su lengua engañan, veneno de áspides hay debajo de sus labios;
cuya boca está llena de maldición y de amargura;
sus pies, prestos para derramar sangre;
destrucción y miseria hay en sus caminos;
y el camino de paz no han conocido.
No hay temor de Dios delante de sus ojos.
[...] por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;
(Romanos 3:11-18,23)
Ahora con este:
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en Él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.
Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por Él.
El que en Él cree, no es condenado, pero el que no cree, ya es condenado, porque no ha creído en el nombre del unigénito Hijo de Dios.
Y ésta es la condenación; que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas.
Porque todo el que hace lo malo aborrece la luz, y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprobadas.
Pero el que obra verdad, viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios.
(Juan 3:16-21)
La Luz, Jesús, no es ni tenue ni floja, ni débil, ni a esa distancia sideral que citas. Libre albedrío:
cada uno escoge su lugar, o luz, o tinieblas.