El problema de estafar como poco 3.000 euros por cabeza a miles de personas con tu nombre y apellidos, es que por pura estadística vas a haber estafado a gente que está muy mal de la cabeza, gente con propensión a la violencia, o gente con familiares en el mundo del narcotráfico o la violencia profesional que no les cuesta mucho partirte las piernas en un callejón.
Ese chaval terminará mal. Al tiempo. La guandoca es el menor de sus problemas.