Pinchazo de la burbuja berciana:
Torre de la Rosaleda: un gigante urbanístico con los pies de barro
La Torre de la Rosaleda, el proyecto estrella del urbanismo de Ponferrada, atraviesa serias dificultades económicas, teniendo en cuenta que,
dos años después de concluida la obra, aún sigue sin venderse en torno a un 70% de las viviendas y espacios comerciales, ello pese a que un enorme cartel que ocupa todo el ancho de la fachada principal asegura que ya sólo quedan por vender las últimas viviendas.
Lo cierto es que, según varios vecinos consultados, al tener una ocupación tan baja,
la empresa propietaria (Inmo Options) tiene que hacer frente a unos grandes gastos de comunidad y, paralelamente, a todos los gastos financieros del propio inmueble, lo que, según fuentes consultadas, ha generado a esta empresa problemas de liquidez que hacen temer que el edificio acabe finalmente pasando a manos de un banco o siendo vendido a otra empresa (solución ésta que es la que parece estar en marcha).
Las perspectivas no parecen muy halagüeñas en estos tiempos de crisis, máxime porque
el descontento entre los inquilinos es general, puesto que
las calidades de la construcción no son exactamente tan altas como se publicitaron en un principio y porque la urbanización del entorno del edificio no se parece en nada a lo que se anunció en su día.
Tampoco se sabe nada del proyecto anunciado por el popular periodista Luis del Olmo de instalar en la última planta los estudios de radio de su emisora en el Bierzo y que le llevaron a proclamar entusiásticamente en 2004 que la Torre de la Rosaleda era fruto “de un alcalde empeñado en que Ponferrada sea una ciudad del futuro”.
El propio alcalde Carlos López Riesco aseguraba que la imponente torre, en su momento el rascacielos más alto de Castilla y León: “va a ser un símbolo en la estética urbana”. Aparte de la discutida y discutible estética del edificio, lo que está fuera de toda duda es su enorme impacto visual, pero también que la volumetría de la zona que corona el rascacielos, de más de 100 metros de altura, tiene un dudoso encaje en la normativa urbanística vigente.
La visita al edificio que realizó el 9 de octubre de 2008 el ex presidente mejicano Vicente Fox parecían otorgar a la Torre de la Rosaleda la enorme importancia de ser un símbolo de Ponferrada y del Bierzo y un embajador en España y en el mundo de la modernidad de la capital berciana, condición que también se quiso reflejar en la presentación, en 2004, de la Torre en el stand de Inmo Options en el Salón Inmobiliario de Madrid en el Parque Ferial Juan Carlos I.
Sin embargo, transcurrido todo este tiempo, de lo dicho no queda prácticamente nada, tan sólo un edificio casi aislado y semi vacío.
Torre de la Rosaleda: un gigante urbanístico con los pies de barro
Lo de últimas viviendas y locales es más un reclamo publicitario que una realidad