Cuando se creó el CNIO en 1998, el ministerio al que estaba adscrito se llamaba de Sanidad y Consumo. O sea, que usted mismo admite que un ministerio que no incluye en su nombre la palabra ciencia puede tutelar adecuadamente la investigación científica.
No le doy mucha importancia a los nombres, pero yo a eso lo llamaría un
owned.
Yo quiero que los gobiernos no engañen a sus ciudadanos con fatuos mascarones de proa, tales como esta "política de la nomenclatura" que sirve para enmascarar la mala gestión, los enchufes y el arbitrismo. No me preocupa demasiado cómo se llame un ministerio, pero por eso mismo sospecho de la pureza de intenciones de la gente que intenta convertir un detalle tan accesorio como éste en pieza de debate.
Por cierto que, puestos a sospechar, la frase de usted que empieza por "a lo mejor tú prefieres" me parece un intento muy rudimentario de falacias
ad hominem y de falso dilema. Resumiendo mucho, que parecería que quiere usted hacer creer que mis objeciones a la nomenclatura oficial chorra me convierten inmediatamente en cibersorayo a sueldo (ad hominem) y en constructor palillero (falso dilema) por ser esa condición la única alternativa posible a la existencia de un ministerio que incluya, por c*jones, la palabra "ciencia", impulse adecuadamente ésta o la maltrate.