Un conocido tenía una casa en los Pirineos comprada entre un grupo de unos 20 socios.
La típica casa de piedra con unas bastantes habitaciones, sin piscina (hay un riachuelo de montaña cerca), algo alejada de la carretera secundaria, sin vecinos.
Tenían varias reglas: ponerse de acuerdo en los días que iban unos para que no fueran otros (podían invitar a gente, yo estuve 3 días), dejar butano y gasoil para los siguientes, que no hubiera televisión (internet fijo no tenían, y la cobertura iba regular), no hablar de política (eran de Pamplona y de San Sebastián la mayoría, y podían acabar a palos)...
Es la leche si el grupo es de buena gente y saben mantener la armonía (90% de las discusiones por novias/mujeres y pilinguis en general, jajaja; el otro 10% porque había unos cuantos alcohólicos, lo normal por aquellos lares).
Creo que la sociedad se acabó disolviendo (problemas de pasta de algunos, algún divorcio, etc).
En cualquier caso, me llevé un buen recuerdo con mucho pateo por las montañas, conversaciones interesantes, ver las estrellas a pelo y sin contaminación lumínica, desconectar de hezs electrónicas, cortar troncos, etc