Estás haciendo trampa. No lo mata por los caramelos que vaya a robar y lo sabes.
Por la misma regla de tres, si te viniera alguien a cagarse en la calavera de algún ser querido, tú no tendrías justificación para partirle la cara. O si alguien le tocara el trastero a tu hija de ocho años, tú sólo podrías tocarle el trastero a un señor con bigote.
Así y todo me parece una desproporción que lo termine matando, pero es porque yo no estoy trabajando en un comercio de ese barrio. De ser así, y conociendo las movidas que hubieran por allí, tal vez no me parecería tan fuera de lugar. Pero eso no quita que tu argumento sea falaz.