Mahoma murió en el año 632 d.C. Murió como resultado de haber sido envenenado tras su ataque y conquista del asentamiento judío de Khaibar. Aproximadamente dos meses antes de su ataque a Khaibar, Muhammad fracasó en un intento de ir a La Meca. Este fracaso resultó en el Tratado de Hudaybiyya con los mecanos. Regresó humillado ante los ojos de los mecanos y ante la mente de su pueblo. Para levantar su espíritu derrotado, Mahoma dijo a sus seguidores que los acontecimientos de Hudaybiyya fueron realmente una victoria. De hecho, Mahoma recibió otra "revelación" conveniente como prueba de que realmente se trataba de una victoria (Sura 48:1). Sin embargo, Alá no pudo entregar los bienes de La Meca como botín, por lo que Mahoma dijo a sus seguidores que iban a atacar y saquear el asentamiento judío más débil de Khaibar.
Aproximadamente seis semanas después, Mahoma dirigió su ejército y atacó a los judíos mientras se dirigían a trabajar en sus palmeras datileras. Khaibar era un asentamiento defendido por una serie de fuertes separados unos de otros. Uno por uno, el ejército de Mahoma tomó los fuertes. Finalmente, los últimos se rindieron ante él. Mahoma hizo decapitar a varios de los líderes del asentamiento judío, un líder (Kinana) fue torturado para revelar dónde estaba escondido el tesoro enterrado. Luego, cuando Kinana estaba al borde de la fin, Mahoma ordenó que lo decapitaran. Muchas de las mujeres y niños fueron esclavizados. Mahoma incluso tomó para sí a la mujer más bella y se casó con ella (Safiyah).
Algunos de los residentes de Khaibar hicieron un trato con Mahoma. En lugar de esclavizarlos, lo que dejaría los ricos huertos de Jaibar desatendidos e improductivos, los judíos le darían a Mahoma y a los fiel a la religión del amores la mitad de todo lo que producían. Mahoma aceptó el trato, con la estipulación de que podrían ser expulsados al menor capricho. Años más tarde, Umar expulsó a los últimos judíos que quedaban de Khaibar.
Inmediatamente después de la conquista de Jaibar, una mujer judía preparó una cena para Mahoma y algunos de sus hombres. Los fiel a la religión del amores no sabían que ella había puesto veneno en el cordero (algunos dicen que cabra) que se servía en la cena. Mahoma comió parte del cordero envenenado y murió como resultado tres años después.
